Cuba. Misi­les cuba­nos con­tra la mentira

Por Ángel Gue­rra Cabre­ra. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de enero de 2022.

Las vacu­nas cuba­nas con­tra la covid-19 han exhi­bi­do una alta efec­ti­vi­dad, supe­rior a 90 por­cien­to, en los estu­dios de fase clí­ni­ca, de inter­ven­ción pobla­cio­nal, y en su muy exi­to­sa apli­ca­ción en la isla. Tan­to, que logra­ron el aba­ti­mien­to de la espi­ral ascen­den­te de per­so­nas con­ta­gia­das y falle­ci­das ante la pro­pa­ga­ción gene­ra­li­za­da de la varian­te del­ta cuan­do, a par­tir de julio y agos­to, los can­di­da­tos vacu­na­les Abda­la, Sobe­ra­na 01 y Sobe­ra­na Plus reci­bie­ron la auto­ri­za­ción para su uso de emer­gen­cia por la exi­gen­te agen­cia regu­la­do­ra cuba­na Cec­med, uno de los ocho cen­tros de refe­ren­cia de la región, jun­to a la mexi­ca­na Cofe­pris. Sema­nas des­pués de que los antí­ge­nos cuba­nos comen­za­ran a apli­car­se a velo­ci­da­des récord, ini­ció el des­cen­so de los con­ta­gios, has­ta lle­gar a míni­mos de nue­vos casos y muer­tes a prin­ci­pios de diciem­bre, cuan­do ya había inyec­ta­do a 90 por cien­to de su pobla­ción al menos una dosis. El 20 de sep­tiem­bre, al ini­cio de la cam­pa­ña de vacu­na­ción, toda­vía enfer­ma­ban dia­ria­men­te más de 40.000 per­so­nas y morían 69. A par­tir de prin­ci­pios de diciem­bre cayó a 120 infec­cio­nes y uno, o nin­gún dece­so, al día.

Solo en las últi­mas jor­na­das se obser­va un repun­te en los casos, debi­do al pare­cer, a la entra­da de la cepa ómi­cron, pero con ape­nas muer­tes. No obs­tan­te, para salir­le al paso, ya las auto­ri­da­des cuba­nas deci­die­ron apron­tar la apli­ca­ción de la dosis de refuer­zo, para que a fines de enero la haya reci­bi­do toda la pobla­ción. Cuba tie­ne un 86.5 por cien­to de toda su pobla­ción vacu­na­da con esque­ma com­ple­to, por lo que ocu­pa el segun­do lugar mun­dial en ese indi­ca­dor, solo por detrás de Emi­ra­tos Ára­bes Unidos.

Su vacu­na Abda­la, desa­rro­lla­da por el Cen­tro de Inge­nie­ría Gené­ti­ca y Bio­tec­no­lo­gía, aca­ba de ser apro­ba­da por la Cofe­pris para su apli­ca­ción en Méxi­co. Abda­la, así lla­ma­da en evo­ca­ción del céle­bre poe­ma patrió­ti­co del joven José Mar­tí, demos­tró una efi­ca­cia de 92.28 por cien­to en la pre­ven­ción de la enfer­me­dad sin­to­má­ti­ca cau­sa­da por el coro­na­vi­rus duran­te el ensa­yo clí­ni­co fase III, en el cual par­ti­ci­pa­ron 48 000 volun­ta­rios. El estu­dio tam­bién arro­jó un 100 por cien­to de efi­ca­cia en la pre­ven­ción de la enfer­me­dad sin­to­má­ti­ca seve­ra y en la pre­ven­ción de la muer­te, pues no hubo falle­ci­dos en el gru­po. Por su efi­ca­cia e inocui­dad, el Cec­med apro­bó su uso de emer­gen­cia en niños entre 2 y 11 años de edad, pri­me­ra pobla­ción infan­til en el mun­do en vacu­nar­se y en ini­ciar el cur­so esco­lar con esque­ma de inmu­ni­za­ción completo.

No debe sor­pren­der que, jun­to a Abda­la, Cuba haya crea­do otros dos inmu­nó­ge­nos con­tra el nue­vo coro­na­vi­rus y que ya ten­ga dos can­di­da­tos más camino de con­ver­tir­se en vacu­nas. Tam­po­co, debe sub­ra­yar­se, que sea el pri­mer país en lograr­lo en Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, y en lo que cono­cía­mos como Ter­cer Mun­do. Ocho de los antí­ge­nos apli­ca­dos en el pro­gra­ma gene­ral de vacu­na­ción de la isla, que alcan­za casi el cien­to por cien­to de la pobla­ción obje­ti­vo, son de fabri­ca­ción pro­pia. A Cuba la res­pal­dan impor­tan­tes y mun­dial­men­te reco­no­ci­dos logros cien­tí­fi­cos en la bio­tec­no­lo­gía y trein­ta años de expe­rien­cia en la pro­duc­ción de inmu­nó­ge­nos. Entre ellos, mere­ce citar­se la vacu­na anti­me­nin­go­có­ci­ca BC crea­da por el Ins­ti­tu­to Fin­lay a fines de los ochen­tas, la pri­me­ra de su tipo a esca­la mun­dial para el con­trol de la menin­gi­tis B, que reci­bió la Meda­lla de Oro de la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Pro­pie­dad Inte­lec­tual. Su empleo logró redu­cir sus­tan­cial­men­te la inci­den­cia de este pade­ci­mien­to. Otra dig­na de citar es la vacu­na con­tra la hepa­ti­tis B, que logró aca­bar con los efec­tos de este virus en meno­res de 5 años en el 2000. Tam­bién fue la pri­me­ra de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be cer­ti­fi­ca­da por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS). Igual­men­te impor­tan­te, fue el logro por la Uni­ver­si­dad de La Haba­na, jun­to a inves­ti­ga­do­res de cen­tros bio­tec­no­ló­gi­cos cuba­nos, de la vacu­na con­tra el hae­mophi­lus influen­zae b. Tam­bién obtu­vo la cer­ti­fi­ca­ción de la OMS, requi­si­to nece­sa­rio para poder pro­veer­la a las agen­cias de la ONU. Fue asi­mis­mo tras­cen­den­tal, el desa­rro­llo por la isla de la vacu­na pen­ta­va­len­te con­tra la dif­te­ria, el téta­nos, la tos­fe­ri­na, la hepa­ti­tis B y el hae­mophi­lus influen­zae b, segun­da obte­ni­da en el mun­do y pri­me­ra desa­rro­lla­da y pro­du­ci­da por un país de Amé­ri­ca Lati­na y el Caribe.

Las vacu­nas cuba­nas han sido con­se­gui­das bajo una polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se de seis déca­das de exter­mi­nio sis­te­má­ti­co del pue­blo cubano por ham­bre y enfermedades.

Pero ya no se tra­ta solo del acto terri­ble­men­te cruel que lla­má­ba­mos blo­queo, sino de una ver­sión mucho más cri­mi­nal, res­tric­ti­va de la menor par­ti­ci­pa­ción de la isla en la vida eco­nó­mi­ca y finan­cie­ra inter­na­cio­nal, cuya feroz apli­ca­ción ini­ció Trump y con­ti­núa Biden. Las vacu­nas cuba­nas son la mejor prue­ba de que en la isla, a dife­ren­cia de Esta­dos Uni­dos, no hay nada más impor­tan­te que la vida humana.

Misi­les con­tra la mentira.

Toma­do de Cuba­de­ba­te /​Foto de por­ta­da: Biocubafarma.

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