Migran­tes. Pro­li­fe­ra­ción de muros: la inú­til insis­ten­cia de sepa­rar a los pueblos

Por Andrés Gau­dín, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de noviem­bre de 2021.

Reja, zan­ja, valla, pare­dón, el nom­bre da igual. Son barre­ras fron­te­ri­zas: sue­le ser recur­so de gobier­nos de dere­chas con­tra pobres y migran­tes, siem­pre con excu­sas racis­tas, xenó­fo­gas y nazis. La mul­ti­pli­ca­ción en el este euro­peo es alar­man­te. Has­ta un can­di­da­to pro­me­te uno en Chile.

La sema­na pasa­da Polo­nia le pidió a la Unión Euro­pea (UE) que le finan­cie la cons­truc­ción de un muro que selle su fron­te­ra de 420 km con Bie­lo­rru­sia. El mis­mo día Litua­nia empe­zó a levan­tar un cer­co de alam­bres de púa de 400 km para evi­tar que, des­de el vecino común, los migran­tes del Medio Orien­te entren a terri­to­rio comu­ni­ta­rio. En el occi­den­te extre­mo, Joe Biden va camino de con­cre­tar el sue­ño de Donald Trump, con un pare­dón de 3200 km que ais­la­rá a Esta­dos Uni­dos de Méxi­co. La cosa aquí es que los ham­brien­tos de Hon­du­ras, Gua­te­ma­la y El Sal­va­dor no cru­cen el río Bra­vo. Emu­lan­do a los jefes del nor­te, el favo­ri­to para las pre­si­den­cia­les chi­le­nas del 21 de noviem­bre, José Anto­nio Kast Rist, pro­me­tió hacer una zan­ja de 860 km de lar­go para ais­lar a la ya ais­la­da Bolivia.

La expe­rien­cia, por no hablar de his­to­ria por­que la cons­truc­ción de barre­ras fron­te­ri­zas es un fenó­meno rela­ti­va­men­te recien­te, es cate­gó­ri­ca, en cuan­to a que los muros o cual­quier otra for­ma físi­ca de freno a las migra­cio­nes son de efec­to tan nulo como dolo­ro­so. Sin embar­go, en los últi­mos años los gobier­nos de extre­ma dere­cha de todas las geo­gra­fías (ver apar­te) acu­den al recur­so, pese a saber que la gen­te no se va de su tie­rra en bus­ca de aven­tu­ras sino tras un empleo y un pla­to de comi­da. Así, no hay muro que la disua­da. “Las vallas no detie­nen a los migran­tes, se des­bor­dan y sufren tra­ve­sías más ries­go­sas, dolo­ro­sas y trá­gi­cas, a lo que hay que agre­gar el inhu­mano trá­fi­co de per­so­nas en manos de una mafia orga­ni­za­da a nivel mun­dial”, ana­li­za el geó­gra­fo y soció­lo­go nor­te­ame­ri­cano Reece Jones.

Al fina­li­zar la II Gue­rra Mun­dial (1945) había sólo tres vallas. Al caer el publi­ci­ta­do “Muro de Ber­lín” (1989) ya eran 15, y de ellos nun­ca se habló en los años de la Gue­rra Fría (de la pos­gue­rra a la diso­lu­ción de la Unión Sovié­ti­ca, en 1991). Aho­ra hay unos 70, a los que se debe agre­gar el apor­te de Polo­nia, Litua­nia y Chi­le. Es paté­ti­ca la esca­sa inven­ti­va de los gobier­nos de dere­cha, y algo más, que acu­den todos al mis­mo recur­so, pro­ba­da­men­te fra­ca­sa­do como los blo­queos, que gene­ran sufri­mien­to y dolor pero no doblan el lomo de los pueblos.

Un últi­mo recuen­to indi­ca que des­de 2015 los muros se repi­ten en paí­ses tan dis­tin­tos como Aus­tria, Bul­ga­ria, Esto­nia, Hun­gría, Kenia, Ara­bia Sau­di­ta y Túnez. La serie con­ti­nuó en 2016, cuan­do Norue­ga pro­vo­có una uni­ver­sal son­ri­sa al ins­ta­lar muros en su fron­te­ra con Rusia, el gigan­te euroasiático.

Para jus­ti­fi­car la exis­ten­cia de su muro, cada gobierno tie­ne un dis­cur­so pro­pio, aun­que el últi­mo ver­so es siem­pre el mis­mo: racis­ta, xenó­fo­bo, nazi podría decir­se. En su mayo­ría no disi­mu­lan el odio al inmi­gran­te –Polo­nia, Litua­nia y sus alia­dos son bue­nos ejem­plos– y otros lo dis­fra­zan con supues­tas cau­sa­les de segu­ri­dad nacio­nal. Tal es el caso de Esta­dos Uni­dos, que nece­si­ta de los inmi­gran­tes como del agua pero les hace difí­cil el ingre­so. O el de Uzbe­kis­tán, que en aras de la supues­ta pro­tec­ción de su terri­to­rio, deci­dió defen­der­se de cual­quier agre­sión exter­na con una cade­na de modes­tas vallas, jus­to allí don­de todos están arma­dos has­ta los dien­tes: al nor­te, una alam­bra­da de púas lo sepa­ra de Kir­guis­tán; al sur, cam­pos de minas y un alam­bra­do elec­tri­fi­ca­do cubren la fron­te­ra con Afganistán.

Polo­nia, con su pasa­do nazi y su pre­sen­te no muy dife­ren­te, está encar­ga­da de defen­der la últi­ma fron­te­ra de la UE con l’autre mon­de, el orien­te que algu­na vez fue comu­nis­ta y hoy es un mosai­co infer­nal. Por ambas cosas, por inte­grar la Unión y por ser su últi­ma fron­te­ra, se sien­te con dere­cho a recla­mar que le finan­cien su, has­ta aho­ra, últi­ma aven­tu­ra xenó­fo­ba. El pasa­do 29 de octu­bre le pidió a la UE un giro de 407 millo­nes de dóla­res para cons­truir el muro que la sepa­re de Bie­lo­rru­sia, aquel pun­to de par­ti­da del grue­so de los emi­gran­tes judíos lle­ga­dos al Río de la Pla­ta, tras embar­car en el puer­to ucra­niano de Ode­sa. La mis­ma UE dijo que des­de Bie­lo­rru­sia lle­gan los inmi­gran­tes de Medio Orien­te, impul­sa­dos y ayu­da­dos por el gobierno de Minsk, en ven­gan­za por las san­cio­nes eco­nó­mi­cas y el blo­queo de la Euro­pa comunitaria.

A la espe­ra de los 407 millo­nes, Polo­nia man­dó a su fron­te­ra orien­tal a 10 mil sol­da­dos y puso en vigen­cia una legis­la­ción que dis­po­ne unas depor­ta­cio­nes exprés vio­la­to­rias de la nor­ma­ti­va de la UE y los tra­ta­dos inter­na­cio­na­les. Litua­nia se col­gó de la ofen­si­va pola­ca por­que sus 400 kiló­me­tros de alam­bra­das de púa elec­tri­fi­ca­das se “lo mere­cen”. Ambos paí­ses cuen­tan con el res­pal­do de diez her­ma­nos meno­res de la UE –Aus­tria, Bul­ga­ria, Chi­pre, Repú­bli­ca Che­ca, Dina­mar­ca, Esto­nia, Gre­cia, Hun­gría, Leto­nia y Eslo­va­quia – , que en un docu­men­to con­jun­to die­ron su apo­yo y vela­da­men­te exi­gie­ron que se finan­cie ya las aven­tu­ras xenó­fo­bas de sus amigas.

Por este extre­mo occi­den­tal y sure­ño el mun­do anda­ba libre de estas aven­tu­ras. El úni­co muro exis­ten­te era el de Río de Janei­ro, cons­trui­do para sepa­rar a los ricos de los pobres de las fave­las y a estos de los más ricos que lle­ga­rían ten­ta­dos por los Jue­gos Olím­pi­cos. Pero apa­re­ció José Anto­nio Kast Rist, un chi­leno con pro­ge­ni­to­res ale­ma­nes, madre devo­ta del ultra­mon­tano movi­mien­to apos­tó­li­co Schoens­tatt y padre alto ofi­cial de las Wehr­macht, las fuer­zas arma­das uni­fi­ca­das nazis. Hoy, siglo y medio des­pués de que el argen­tino Adol­fo Alsi­na deli­nea­ra la línea de zan­jas –fosas, terra­ple­nes y for­ti­nes– con las que se defi­nió la últi­ma eta­pa de la san­gui­na­ria Con­quis­ta del Desier­to (1878−1885), de ganar, el nazi chi­leno pro­me­te arre­me­ter con­tra otro pue­blo, rin­dien­do home­na­je a la ver­gon­zan­te Zan­ja de Alsina. «

De los tres que dejó la II Gue­rra a los más de 70 en la actualidad

En el mun­do exis­ten muros entre paí­ses por un total de 7500 km, aun­que lle­ga­rán a más de 18 mil km cuan­do estén ter­mi­na­dos. Son alre­de­dor de 70 muros. Los más notables:

Ceu­ta y Meli­lla: a media­dos de los ’90 Espa­ña levan­tó 8,2 km de alam­bra­da en Ceu­ta y 12 en Melilla.

EE UU y Méxi­co: Nor­te­amé­ri­ca comen­zó a cons­truir en 1994 un muro metá­li­co en un ter­cio de su fron­te­ra con Méxi­co, que aho­ra se com­ple­men­ta con el orde­na­do por Trump.

Río de Janei­ro: el gobierno esta­dual de Río (sede de los JJOO 2016) comen­zó a levan­tar en mar­zo de 2009 muros para cer­car algu­nas fave­las. En total son 11 km.

Cis­jor­da­nia: cons­trui­do por Israel, ocu­pa un 20% de la Línea Ver­de inter­na­cio­nal y un 80% en terri­to­rio cis­jor­dano, don­de se aden­tra has­ta 24 km con el fin de incluir asen­ta­mien­tos israe­líes. Cuan­do esté ter­mi­na­do, el 10% del terri­to­rio cis­jor­dano que­da­rá en el lado israe­lí y ais­la­do del res­to de Cisjordania.

Irlan­da del Nor­te: en Bel­fast, Derry y otras loca­li­da­des se han levan­ta­do barre­ras des­de 1970. Se las cono­ce con el eufe­mis­mo de “Líneas de Paz”.

Corea del Nor­te y del Sur: una fran­ja de 4 km de ancho y 250 de lar­go divi­de ambas nacio­nes des­de el final de la gue­rra, en 1953. Es la zona desmilitarizada.

Ara­bia Sau­di­ta: el rei­no está for­ti­fi­can­do su fron­te­ra de 9000 km con una de las barre­ras de más lar­gas del mun­do y de alta tec­no­lo­gía. Es físi­ca en par­tes y vir­tual (saté­li­tes, rada­res, infra­rro­jos) en otras.

Saha­ra Occi­den­tal: cons­trui­do por Marrue­cos a par­tir de 1980. Tie­ne 2720 km y está for­ma­da por muros de pie­dra y are­na de 2,5 metros de altu­ra, cam­pos de minas, alam­bra­das y zanjas.

Bag­dad: EE UU empe­zó a cons­truir en 2007 una barre­ra de 5 km de lar­go y 3,6 metros de alto en la capi­tal de Irak, rodean­do un dis­tri­to religioso.

Chi­pre: una Línea Ver­de ges­tio­na­da por la ONU divi­de Nico­sia, la capi­tal de Chi­pre, en dos par­tes. La alam­bra­da tie­ne 180 kilómetros.

Bots­wa­na y Zim­ba­bue: en 2003, el pri­me­ro levan­tó en la fron­te­ra entre ambos una cer­ca de alam­bre de púas de 2,5 metros de altu­ra y 500 km de largo.

India y Pakis­tán: dos paí­ses posee­do­res de armas nuclea­res, que están sepa­ra­dos por muros y alam­bra­das en apro­xi­ma­da­men­te la mitad de su fron­te­ra de 2900 km.

Cache­mi­ra: unos 500 km de cer­ca de alam­bra­da se extien­den a lo lar­go de la dispu­tada Línea de Con­trol de la zona con­tro­la­da por India.

India y Ban­gla­desh: India cons­tru­ye a lo lar­go de 4000 km de su fron­te­ra con Ban­gla­desh una ver­ja de seguridad.

Irán y Pakis­tán: en su fron­te­ra, Irán levan­ta un muro de cemen­to de casi un metro de gro­sor y más de 3 metros de altura.

Irak y Kuwait: la barre­ra tie­ne 190 km. Fue cons­trui­da al tér­mino de la pri­me­ra Gue­rra del Gol­fo por orden de la ONU. Se tra­ta de una cer­ca elec­tri­fi­ca­da, con alam­bre de púas, muros de are­na y zanjas.

Uzbe­kis­tán: defien­de su terri­to­rio con vallas. Al nor­te, un cer­co de alam­bre de púas lo sepa­ra de Kir­guis­tán. Al sur, cam­pos de minas y un alam­bra­do elec­tri­fi­ca­do (380 vol­tios) cubren par­te de la fron­te­ra con Afganistán.

Tai­lan­dia y Mala­sia: en los ’70 ambos paí­ses acor­da­ron cons­truir muros de cemen­to coro­na­dos de alam­bre a lo lar­go de par­te de su fron­te­ra común. Des­de 2007, Tai­lan­dia cons­tru­ye, ade­más, un muro de 75 km.

Bru­nei: cons­tru­yó una ver­ja de segu­ri­dad a lo lar­go de sus 20 km de fron­te­ra con la región mala­ya de Limbang.

Egip­to y Gaza: la sepa­ra­ción en el paso de Rafah, entre la Gaza pales­ti­na y Egip­to, fue cons­trui­da por los gobier­nos de ambos paí­ses tras el tra­ta­do de paz fir­ma­do en 1979.

Norue­ga y Rusia: Norue­ga levan­tó muros en su fron­te­ra este con Rusia para evi­tar el ingre­so de migran­tes de los paí­ses del Medio Orien­te. Otros: paí­ses tan dife­ren­tes como Aus­tria, Bul­ga­ria, Esto­nia, Hun­gría, Kenia, Ara­bia Sau­di­ta y Túnez van o empe­za­ron a levan­tar sus muros. En su “fron­te­ra ade­lan­ta­da” con Fran­cia, y en terri­to­rio fran­cés, el Rei­no Uni­do levan­tó un muro en Calais.

Fuen­te: Tiem­po Argentino

Itu­rria /​Fuen­te

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