El Sal­va­dor. ¿Se jus­ti­fi­can las marchas?

Por Igor Iván Villal­ta Sor­to*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 1 de noviem­bre de 2021.
Una de las expre­sio­nes de lucha popu­lar en todo el mun­do son las mar­chas, en don­de los indi­vi­duos expre­san su acep­ta­ción o des­con­ten­to con los pode­res esta­ble­ci­dos. En nues­tro país con­ta­mos con una amplia tra­di­ción en esta expre­sión de poder popu­lar. En los años cua­ren­ta se desa­rro­lla la mani­fes­ta­ción de muje­res que fue repri­mi­da bru­tal­men­te por el gobierno del Gene­ral Oso­rio, es impor­tan­te res­ca­tar el dato que en esta opor­tu­ni­dad Don Alber­to Mas­fe­rrer acu­dió a auxi­liar a las vic­ti­mas de la repre­sión ejer­ci­da por los cuer­pos arma­dos.
En épo­cas mas recien­tes recor­da­mos, la masa­cre de estu­dian­tes en 1975, la gran mar­cha cele­bran­do la visi­ta del Inge­nie­ro José Napo­león Duar­te, que me ima­gino se dio por pre­sio­nes de la Emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos debi­do a que este se encon­tra­ba exila­do en Vene­zue­la, pro­duc­to de la con­vul­sión social pro­vo­ca­da por el frau­de en las elec­cio­nes de 1972, lo que pro­pi­ció un inten­to de gol­pe de esta­do por las fuer­zas pro­gre­sis­tas en el Ejer­ci­to de El Sal­va­dor. Qui­zá la más gran­de mar­cha sus­ci­ta­da en El Sal­va­dor fue la que movi­li­zó a mas de 300,000 mil per­so­nas pro­mo­vi­das por la Coor­di­na­do­ra Revo­lu­cio­na­ria de Masas (CRM). La mar­cha y pos­te­rior con­cen­tra­ción en la cual dife­ren­tes sec­to­res de la vida nacio­nal rin­die­ron el últi­mo adiós a nues­tro que­ri­do Arzo­bis­po Óscar Arnul­fo Rome­ro, que como muchas fue bru­tal­men­te repri­mi­da por el gobierno mili­tar, pro­vo­can­do una estam­pi­da con dis­pa­ros de fusi­le­ría de fran­co­ti­ra­do­res apor­ta­dos en los edi­fi­cios ale­da­ños a la hoy bau­ti­za­da Pla­za Cívi­ca.
En tiem­pos de pos­gue­rra, las mar­chas más nume­ro­sas han teni­do que ver con la resis­ten­cia de la pobla­ción en con­tra de la pri­va­ti­za­ción del agua, y la gran mar­cha blan­ca en con­tra de la pri­va­ti­za­ción de la salud. Estos even­tos ponen ner­vio­sos a los gobier­nos debi­do a que se les cae su dis­cur­so que en el país nos encon­tra­mos entu­sias­ma­dos por­que nos con­du­ci­mos por cami­nos fir­mes hacia el pro­gre­so social, que un gran por­cen­ta­je de la pobla­ción apo­ya las polí­ti­cas guber­na­men­ta­les, que nues­tro país avan­za en un cli­ma de paz y tran­qui­li­dad.
En este con­tex­to se esta­ble­ce un decre­to legis­la­ti­vo des­fa­sa­do en el tiem­po, en don­de se prohí­ben las con­cen­tra­cio­nes si no se guar­dan las medi­das de segu­ri­dad per­ti­nen­tes, mien­tras se per­mi­ten otras con mayo­res ries­gos. El minis­tro de Salud dice que esto se hace para pro­te­ger a los adul­tos mayo­res que son lle­va­dos a la mar­cha sin saber en que andan, esta retó­ri­ca guber­na­men­tal lo úni­co que hace es ofen­der a las per­so­nas que tie­nen sufi­cien­tes cau­sas para expre­sar su des­con­ten­to, debi­do a que se está pro­mo­vien­do en el gobierno una geron­to­fo­bia, en don­de como la pala­bra indi­ca se les tie­ne mie­do a los vie­jos, exclu­yén­do­los de par­ti­ci­par en la vida labo­ral, se les mar­gi­na como el caso de los jue­ces y fis­ca­les acu­sa­dos por fun­cio­na­rios de gobierno de inca­pa­ces y corrup­tos.
Como que de par­te del gobierno no se ha com­pren­di­do que las socie­da­des se com­po­nen de jóve­nes y vie­jos, que cada uno ofre­ce sus apor­tes, los jóve­nes tie­nen toda la ener­gía, gran crea­ti­vi­dad, sue­ños y desa­fíos. Los vie­jos mucha expe­rien­cia y sabi­du­ría, lo uno com­ple­men­ta lo otro, no es bue­na rece­ta que­rer con­for­mar mi empre­sa sólo con jóve­nes o sólo con vie­jos. La con­for­ma­ción de la gue­rri­lla en El Sal­va­dor es buen ejem­plo de esto, ya que se cons­tru­yó en la diver­si­dad, allí cabían vie­jos, jóve­nes, cris­tia­nos y no cris­tia­nos, comu­nis­tas y no comu­nis­tas, ricos, pobres, inte­lec­tua­les, anal­fa­be­tos, muje­res y hom­bres, no se excluía a nadie, acu­ñan­do la fra­se: “La revo­lu­ción es para todo aquel que quie­ra ser revo­lu­cio­na­rio”.
En una con­ver­sa­ción me decía mi inter­lo­cu­tor: “en este gobierno man­da­mos los jóve­nes”. Muy bien, y si man­dan los jóve­nes ¿por qué se tie­ne uno de los pre­su­pues­tos más bajos de la región para la Uni­ver­si­dad esta­tal? pasan­do de 1.6% a 1.4%, cuan­do en Gua­te­ma­la se dedi­ca un 6% y en Hon­du­ras un 5%, si los jóve­nes están espe­ran­za­dos en el futu­ro del país ¿Por qué se ha cua­dru­pli­ca­do la migra­ción de sal­va­do­re­ños hacia Esta­dos Uni­dos?
El gobierno debe­ría de cues­tio­nar­se ¿por­que estas gran­des mar­chas no se sus­ci­ta­ban en los gobier­nos ante­rio­res? Si en el dis­cur­so guber­na­men­tal se tran­si­ta por el camino correc­to hacia el desa­rro­llo, cuan­do obser­va­mos el fran­co dete­rio­ro de las vías públi­cas debi­do a la fal­ta de man­te­ni­mien­to, el gra­ve dete­rio­ro en la inver­sión social, el cre­cien­te núme­ro de des­apa­re­ci­dos que afec­ta en pri­mer lugar a los jóve­nes, los pacien­tes de la red de hos­pi­ta­les se que­jan de la fal­ta de medi­ca­men­tos, de la pos­ter­ga­ción de los ser­vi­cios de ciru­gía y con­sul­tas.
Como lo pode­mos obser­var las mar­chas no son pro­duc­to de un gru­po de gen­te sin ofi­cio que no tie­nen otra cosa mejor para gas­tar el tiem­po que des­per­di­cian tran­si­tan­do por las calles de las ciu­da­des, pro­mo­vi­das por entes extran­je­ras como sugi­rió el pre­si­den­te. En épo­cas ante­rio­res los gru­pos de dere­cha lan­za­ban un lla­ma­mien­to a los perio­dis­tas que cubrían las pro­tes­tas: “Perio­dis­ta, entre­ga tu país no el nues­tro”. Que, en la lógi­ca del ejer­ci­cio de poder sig­ni­fi­ca­ba: no denun­cien la injus­ti­cia social, no expon­gan la mise­ria y la pobre­za, no cubran la lucha social, déje­nos que apre­se­mos opo­si­to­res, que exi­lie­mos, que tor­tu­re­mos, que ase­si­ne­mos a todo aquel que desa­fíe nues­tro poder.
Tome­mos en cuen­ta una con­sig­na que se repi­te nue­va­men­te: “La calles se con­quis­tan; con lucha orga­ni­za­da”.
*Bió­lo­go Investigador

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