Argen­ti­na. La deu­da como meca­nis­mo de dominación

[*]

Por Car­los Leig­ge­ner *, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de noviem­bre de 2021.

Es el endeu­da­mien­to ‑en dóla­res y pesos- la for­ma del impe­ria­lis­mo para some­ter a los pue­blos tra­ba­ja­do­res.

Bajo el nom­bre “deu­da exter­na”, orga­ni­za­cio­nes socia­les en dis­tin­tos luga­res y de dis­tin­tos sec­to­res nos hemos pues­to en lucha para que no siga ‑sobre nues­tros hom­bros- este meca­nis­mo de some­ti­mien­to. Vale enton­ces hacer un recuen­to de algu­nos pun­tos que son noda­les para dar esta pelea:

1) Endeu­da­mien­to como meca­nis­mo: con el plan­teo de la ile­ga­li­dad o no de la deu­da, nos lle­van muchas veces a un plano admi­nis­tra­ti­vo y jurí­di­co. Si bien gran par­te del endeu­da­mien­to argen­tino tie­ne aspec­tos frau­du­len­tos ‑como bien demos­tró Ale­jan­dro Olmos en su inves­ti­ga­ción y denun­cia penal rela­ta­da en el libro: “Todo lo que usted qui­so saber sobre la deu­da exter­na y siem­pre se lo ocul­ta­ron”-, hoy hay meca­nis­mos que están den­tro del Esta­do de dere­cho. Des­de la emi­sión que rea­li­zan los Esta­dos, has­ta el esque­ma indi­vi­dual al que nos some­te­mos con las tar­je­tas de créditos.

Todo apun­ta al mis­mo pun­to: extrac­ción de recur­sos de las comu­ni­da­des para la valo­ri­za­ción del capi­tal pro­pie­ta­rio de la mer­can­cía dine­ro-bonos-letras. Por eso deci­mos que la deu­da es un meca­nis­mo sis­te­má­ti­co e his­tó­ri­co de las cla­ses domi­nan­tes (frac­ción finan­cie­ra glo­bal) para some­ter a los pue­blos tra­ba­ja­do­res de todo el mundo.

2) En dóla­res y pesos: mucho se habla de la deu­da con­traí­da por el gobierno de Mau­ri­cio Macri con el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal (FMI) por 44.000 millo­nes de dóla­res. Es qui­zás la mayor de las esta­fas: no pasó por el Con­gre­so y el FMI pres­tó más dine­ro de lo que su esta­tu­to le per­mi­te. De hecho, el pro­pio Ban­co Cen­tral de la Repú­bli­ca Argen­ti­na (BCRA) publi­có un infor­me que demues­tra que el grue­so de esos dóla­res se exter­na­li­zó del sis­te­ma (“fuga”) y un puña­do de empre­sa­rios se que­da­ron con esos dóla­res. Para eso, aumen­ta­ron sus ganan­cias en pesos y los con­vir­tie­ron en dóla­res, lo que se cono­ce como “bici­cle­ta financiera“.

Esto expli­ca tam­bién la otra cara de este esque­ma: los ban­cos que ope­ran en el país tie­nen hoy en su poder alre­de­dor de 4 billo­nes de pesos en letras y pases y, a fin de año, obten­drán ‑solo en intere­ses- 1 billón de pesos; y los Fon­dos Comu­nes de Inver­sión cuen­tan en su haber con alre­de­dor de 3 billo­nes de pesos que fun­cio­nan como bom­ba de pre­sión para el tipo de cambio.

Si vemos el esque­ma de emi­sio­nes de deu­da, des­de que asu­mió Alber­to Fer­nán­dez, el gobierno emi­tió 5,1 billo­nes en pesos y de eso usó 4,2 billo­nes para can­ce­lar deu­da. A la coti­za­ción ofi­cial del 2 de noviem­bre de 2021, son 42.000 millo­nes de dóla­res que se usa­ron enton­ces para can­ce­lar vencimientos.

Por eso, es impor­tan­te deve­lar el meca­nis­mo sis­te­má­ti­co y estruc­tu­ral per­ma­nen­te que nos somete.

3) Pasa­do y pre­sen­te: cier­to es que se arras­tra la mochi­la des­de la últi­ma dic­ta­du­ra cívi­co-mili­tar argen­ti­na (1976−1983), que se engro­só ade­más por­que de fac­to con­vir­tie­ron en deu­da públi­ca los cré­di­tos que algu­nas empre­sas habían toma­do en el exte­rior y no habían paga­do. Inclu­so ese volu­men se poten­ció en la déca­da de los años noven­ta con la pri­va­ti­za­ción del patri­mo­nio públi­co estra­té­gi­co del Esta­do. Doble movi­mien­to hicie­ron las cla­ses domi­nan­tes mun­dia­les: endeu­da­ron las empre­sas con inyec­ción de dine­ro que no nece­si­ta­ban y la cobra­ron 15 años des­pués, que­dán­do­se con ese patri­mo­nio públi­co.

Pero es impor­tan­te ana­li­zar tam­bién el pre­sen­te. Por­que no solo nos esta­mos endeu­dan­do en pesos vía emi­sión como expli­ca­mos en el pun­to ante­rior, sino que ade­más lo esta­mos hacien­do en dóla­res. Este año, el gobierno tomó cré­di­tos del Ban­co Inter­ame­ri­cano de Desa­rro­llo (BID) y el Ban­co de Desa­rro­llo de Amé­ri­ca Lati­na (CAF) por un total de 6.000 millo­nes de dóla­res. Ade­más, ya pagó otros 3.200 millo­nes de dóla­res al FMI y el Club de Paris.

4) Cues­tión de cla­ses. Por lo expues­to, no pode­mos que­dar solo en el pro­ble­ma de la deu­da como algo téc­ni­co, jurí­di­co o admi­nis­tra­ti­vo de tal o cual gobierno en par­ti­cu­lar. Esto no nie­ga ‑todo lo con­tra­rio- la res­pon­sa­bi­li­dad de los fun­cio­na­rios de los aspec­tos frau­du­len­tos, pero es impor­tan­te ver un meca­nis­mo que está per­ma­nen­te­men­te some­tién­do­nos como pue­blos trabajadores.

Con una mano paga­mos, con la otra nos segui­mos endeu­dan­do, mien­tras un grue­so de la pobla­ción no se ali­men­ta bien por­que no cubre la Canas­ta Bási­ca.

Por eso, el endeu­da­mien­to es una polí­ti­ca impe­ria­lis­ta que nos some­te como pue­blos y como pue­blos tene­mos que pelear para rever­tir esta situación.

[*] Car­los Leig­ge­ner, tra­ba­ja­dor en EL MEGAFONO, Fede­ra­ción de Coope­ra­ti­vas de Tra­ba­jo del Sur de Cór­do­ba (CTF) y Fede­ra­ción de Coope­ra­ti­vas de Tra­ba­jo de la Repú­bli­ca Argen­ti­na (FECOOTRA)

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