¿Hay alter­na­ti­vas al empleo mili­ta­ri­za­do? Una pro­pues­ta para Navantia

Navan­tia repar­te su pro­duc­ción entre el 80% de apli­ca­ción mili­tar y el 20% de usos civi­les; no es irrea­li­za­ble pro­yec­tar un hori­zon­te en el que este repar­to se invierta.

Cada vez más gas­to militar

La cons­truc­ción de cin­co cor­be­tas para Ara­bia Sau­dí en los asti­lle­ros gadi­ta­nos ha gene­ra­do un gra­ve con­flic­to entre el dere­cho al tra­ba­jo en las empre­sas de cons­truc­ción naval de la Bahía de Cádiz y los dere­chos fun­da­men­ta­les a la vida y a la liber­tad de los recep­to­res y víc­ti­mas de ese equi­pa­mien­to bélico.

El retra­to robot de la situa­ción de la indus­tria mili­tar en Espa­ña es espe­cial­men­te preo­cu­pan­te, como refle­jan estos datos ofre­ci­dos por el Cen­tro Delàs de Estu­dios por la Paz. Los Pre­su­pues­tos Gene­ra­les del Esta­do (PGE) del 2021 incre­men­tan un 10% la par­ti­da de Espa­ña des­ti­na­da al gas­to mili­tar; a pesar de la pan­de­mia, los recur­sos no se reorien­tan para cubrir nece­si­da­des socia­les y sani­ta­rias. Espa­ña se sitúa así en la 17ª posi­ción del ran­king de paí­ses con mayor gas­to mili­tar en 2020, con una cifra de 19.762 millo­nes de euros, según los cálcu­los del Cen­tro Delàs; en 2019 fue de 19.823 millo­nes. Para este 2021, el gas­to pre­vis­to en los PGE es de 21.623 millo­nes de euros, cer­ca de un 10% más que el año ante­rior, y se pre­vé un aumen­to del 44% en las par­ti­das des­ti­na­das a I+D+i mili­tar. El gas­to mili­tar en Espa­ña supu­so el 1,17% de su Pro­duc­to Inte­rior Bru­to duran­te 2020, una cifra supe­rior a la de 2019, cuan­do repre­sen­tó el 0,91% de dicho PIB. Por aña­di­du­ra, somos el sép­ti­mo país que más armas expor­ta del mun­do, con el 3% del volu­men global.

Este dine­ro repre­sen­ta una ser­vi­dum­bre inso­por­ta­ble para nues­tro país. El Cen­tro Delàs de Estu­dios para la Paz es con­clu­yen­te, al reco­no­cer que “las armas son ele­men­tos impro­duc­ti­vos, en pri­mer lugar por­que los arte­fac­tos que fabri­can no son bie­nes de con­su­mo que entren en el mer­ca­do (solo una míni­ma par­te infe­rior al 1%), pues­to que no tie­nen valor de cam­bio y por tan­to sin uso social; por ese moti­vo pro­du­cen un efec­to infla­cio­nis­ta en las eco­no­mías; son res­pon­sa­bles de gran par­te de los défi­cits pre­su­pues­ta­rios de los esta­dos; absor­ben muchos recur­sos de I+D+i (inves­ti­ga­ción y desa­rro­llo) que, pues­tos al ser­vi­cio de usos civi­les redun­da­rían en mejo­res resul­ta­dos, pues­to que el tras­va­se de la tec­no­lo­gía mili­tar al sec­tor civil es muy limitado”.

Como ejem­plos, los 514 millo­nes de euros pre­vis­tos para adqui­rir heli­cóp­te­ros de gue­rra equi­va­len al pre­su­pues­to anual del Hos­pi­tal Clí­nic de Bar­ce­lo­na. O los 488 millo­nes des­ti­na­dos a com­prar cazas Euro­figh­ter podrían cubrir el alqui­ler anual de 93.000 fami­lias. O los 300 millo­nes para el sub­ma­rino S‑80 podrían usar­se para sufra­gar el Ingre­so Míni­mo Vital de 54.000 per­so­nas duran­te todo un año.

Los actua­les nive­les de gas­to mili­tar glo­bal, que ascien­den a 1,98 billo­nes de dóla­res al año (1,65 billo­nes de euros), son inacep­ta­bles. Cuan­do una mino­ría de la pobla­ción mun­dial deci­de finan­ciar los pre­pa­ra­ti­vos de la gue­rra, todas per­de­mos la opor­tu­ni­dad de dotar de fon­dos polí­ti­cas que con­fron­ten las ver­da­de­ras ame­na­zas a nues­tra seguridad.

La dico­to­mía entre fabri­car arte­fac­tos béli­cos o pro­duc­tos para el uso civil tie­ne res­pues­ta ade­cua­da en la mayo­ría de los casos. En unos casos la alter­na­ti­va es la pura supre­sión de esa indus­tria, como es el caso de los fabri­can­tes de bom­bas raci­mo o minas anti­per­so­na. En el sec­tor de dis­po­si­ti­vos de doble uso, civil y mili­tar, el del avión A 400M que se ensam­bla en Sevi­lla, por ejem­plo, habrá que poten­ciar su empleo como trans­por­te y de ser­vi­cios huma­ni­ta­rios. Y en otros casos se tra­ta­ría de una recon­ver­sión (mejor decir rever­sión o con­ver­sión, por las con­co­mi­tan­cias anti­obre­ras de ese con­cep­to), de la tec­no­lo­gía hacia apli­ca­cio­nes ale­ja­das del uso mili­tar. Tam­bién sería nece­sa­rio pre­ci­sar calen­da­rios y pla­zos para esta con­ver­sión, por­que Navan­tia, por ejem­plo, repar­te su pro­duc­ción entre el 80% de apli­ca­ción mili­tar y el 20% de usos civi­les; pues bien, no es irrea­li­za­ble pro­yec­tar un hori­zon­te en el que este repar­to se invierta.

Nadie dice que esta recon­ver­sión sea fácil. La Aso­cia­ción Espa­ño­la de Empre­sas Tec­no­ló­gi­cas de Defen­sa, Segu­ri­dad, Aero­náu­ti­ca y Espa­cio (TEDAE) inte­gra a un teji­do empre­sa­rial que fac­tu­ra 13.040 millo­nes de euros, expor­ta el 71% de sus pro­duc­tos y ser­vi­cios, con­tri­bu­ye con un 1% al Pro­duc­to Inte­rior Bru­to de Espa­ña, gene­ra 57.600 empleos y dedi­ca el 9% de su fac­tu­ra­ción a la I+D+i. Empe­zan­do por sus siglas, que debe­rían ser cam­bia­das por TESAE, Empre­sas Tec­no­ló­gi­cas de Segu­ri­dad, Aero­náu­ti­ca y Espa­cio, podría­mos empren­der un camino de renun­cia a la voca­ción expor­ta­do­ra de arma­men­to y bus­car las opor­tu­ni­da­des de nego­cio e inver­sión en la reso­lu­ción de los pro­ble­mas que reco­ge su nom­bre, y que, por ejem­plo, el pre­vis­to Cen­tro de Inno­va­ción en Tec­no­lo­gías de Fabri­ca­ción Avan­za­da de Cádiz se des­ti­ne exclu­si­va­men­te a obje­ti­vos civi­les. Y, ya que muchos de los pro­duc­tos fabri­ca­dos son mul­ti­pro­pó­si­to, ele­gir siem­pre fines y usos civiles.

Esta exi­gi­ble recon­ver­sión no se pue­de ceñir sola­men­te al ámbi­to indus­trial, sino que debe ir acom­pa­ña­da de cam­bios pro­fun­dos en muchos otros aspec­tos, como refle­ja muy bien Pere Orte­ga en el estu­dio de Delàs sobre Mili­ta­ris­mo y Cri­sis Ambien­tal (2021), por­que la solu­ción a la cri­sis ambien­tal pasa por pro­ce­sos exhaus­ti­vos de des­mi­li­ta­ri­za­ción y desar­me internacionales.

Es lo que Eco­lo­gis­tas en Acción ofre­ce­mos a los des­em­plea­dos de Asti­lle­ros, per­sua­dién­do­les de que es fal­so que la úni­ca opción sea coger el pája­ro en mano y gene­rar empleo, aun­que solo sea para 5 o 6 años, des­en­ten­dién­do­nos del uso de las fra­ga­tas mili­ta­res que con­cul­can mani­fies­ta­men­te los dere­chos huma­nos cuan­do son emplea­das por la petro­mo­nar­quía sau­dí. De esta for­ma deja­ría­mos de actuar como cola­bo­ra­do­res nece­sa­rios en la masa­cre que per­pe­tra Ara­bia Sau­dí con­tra Yemen. Amnis­tía Inter­na­cio­nal, Human Rights Watch y las Nacio­nes Uni­das han docu­men­ta­do pre­sun­tos crí­me­nes de gue­rra de la coa­li­ción enca­be­za­da por Ara­bia Sau­dí en Yemen, un con­flic­to en que ha habi­do dece­nas de bom­bar­deos ile­gí­ti­mos de hos­pi­ta­les, escue­las, mer­ca­dos y mezquitas.

La decons­truc­ción naval y la ener­gía eóli­ca off sho­re son dos alter­na­ti­vas nece­sa­rias para la “car­ga de tra­ba­jo” en los asti­lle­ros de Cádiz, que harían inne­ce­sa­ria la deri­va beli­cis­ta de cons­truir ins­tru­men­tos de vio­la­ción de los dere­chos bási­cos de las personas.

El PEMAR (Plan Esta­tal Mar­co de Resi­duos) iden­ti­fi­ca una opor­tu­ni­dad real de hacer­se con un mer­ca­do casi vir­gen: el reci­cla­do eco­ló­gi­co de buques (decons­truc­ción naval), evi­tan­do acha­ta­rra­mien­tos infa­mes como ha per­pe­tra­do Tur­quía con el por­ta­avio­nes Prín­ci­pe de Astu­rias. Este des­gua­ce en pre­ca­rias con­di­cio­nes se reali­zó en el puer­to de Alia­ga, en la cos­ta del mar Egeo, fren­te a la isla grie­ga de Les­bos, con un pre­cio de adju­di­ca­ción de 2,4 millo­nes de euros. Un dine­ro mal emplea­do y que debe­ría haber ser­vi­do para finan­ciar un reci­cla­do eco­ló­gi­co con garan­tías en nues­tro país. A cam­bio, es incom­pren­si­ble la obce­ca­ción de los sin­di­ca­tos y auto­ri­da­des en pre­ten­der obte­ner “car­ga de tra­ba­jo” en una cons­truc­ción naval que casi siem­pre al final se ve defraudada.

La capa­ci­dad de des­gua­ce de buques en ins­ta­la­cio­nes euro­peas es muy redu­ci­da (unas 350.000 toneladas/​año) y está repar­ti­da entre Bél­gi­ca, Ita­lia, Norue­ga, Dina­mar­ca y en gene­ral, des­ti­na­da a des­gua­zar buques de menor tama­ño. En Espa­ña solo se han des­gua­za­do pes­que­ros y embar­ca­cio­nes meno­res (alre­de­dor de 6.600 tone­la­das anua­les). Esta can­ti­dad es insig­ni­fi­can­te si la com­pa­ra­mos con la can­ti­dad total anual con­ta­bi­li­za­da del con­jun­to de los paí­ses de la OCDE en la últi­ma déca­da, que alcan­zó la cifra apro­xi­ma­da de 1.600.000 tn. anua­les (15% del volu­men total des­gua­za­do de la flo­ta mun­dial en el año 2011).

En el caso de la ener­gía eóli­ca off sho­re entra­ría­mos a for­mar par­te de la cade­na de valor de esta ener­gía: cons­truc­ción, equi­pa­mien­to, ins­ta­la­ción, man­te­ni­mien­to, sumi­nis­tro, repa­ra­ción… de aero­ge­ne­ra­do­res en el mar es una opor­tu­ni­dad des­apro­ve­cha­da en Navan­tia. Actual­men­te está en infor­ma­ción públi­ca la Eva­lua­ción Ambien­tal Estra­té­gi­ca para orde­nar el espa­cio marí­ti­mo espa­ñol, unién­do­se a la Estra­te­gia de ener­gía eóli­ca mari­na de la Unión Euro­pea, que plan­tea pasar de los 12 GW de aero­ge­ne­ra­do­res off sho­re actua­les a 60 GW en 2030 y 300 GW en 2050: una opor­tu­ni­dad enor­me para Navan­tia, que posee toda la tec­no­lo­gía de esa cade­na de valor, aun­que en la actua­li­dad se ciña a las estruc­tu­ras de fija­ción y a las subestaciones.

La eóli­ca mari­na en Espa­ña pre­sen­ta ade­más siner­gias muy impor­tan­tes con otros sec­to­res estra­té­gi­cos, como son la indus­tria de cons­truc­ción naval (asti­lle­ros), el sec­tor marí­ti­mo-por­tua­rio y la inge­nie­ría civil. Es el caso de Car­bo­ne­ras (Alme­ría), don­de Eco­lo­gis­tas en Acción hemos pre­sen­ta­do un pro­yec­to a los fon­dos Next Gene­ra­tion para ins­ta­lar un par­que eóli­co marí­ti­mo apro­ve­chan­do los acti­vos deja­dos por Ende­sa con su cen­tral tér­mi­ca de car­bón, sub­es­ta­ción, cone­xio­nes eléc­tri­cas… La empre­sa públi­ca Trag­sa podría asu­mir el pro­yec­to y Navan­tia se encar­ga­ría de toda la cade­na de valor, que ade­más se rea­li­za­ría en el puer­to de Car­bo­ne­ras, gene­ran­do empleo local. Si actual­men­te el grue­so de los encar­gos a Navan­tia son des­ti­na­dos al sec­tor mili­tar, sería una bue­na ini­cia­ti­va para rever­tir el porcentaje.

Eco­lo­gis­tas en Acción siem­pre hemos defen­di­do que los pro­yec­tos de ener­gía eóli­ca mari­na que vayan a ser via­bles tie­nen que resol­ver feha­cien­te­men­te los even­tua­les impac­tos ambien­ta­les, garan­ti­zar que no gene­ran per­tur­ba­cio­nes en las rutas migra­to­rias de las aves, pre­ser­van los hábi­tats mari­nos, no afec­tan a los cala­de­ros de pes­ca lito­ral y que la eva­cua­ción de la elec­tri­ci­dad se rea­li­za sin pro­ble­mas. Con estos con­di­cio­nan­tes, ¿por qué renun­ciar a un poten­cial de ener­gía lim­pia del que somos exce­den­ta­rios? El cre­ci­mien­to de esta tec­no­lo­gía es espec­ta­cu­lar en el mun­do, sin que Espa­ña cuen­te toda­vía con un solo pro­yec­to a ins­ta­lar en sus aguas.

¿Por qué renun­ciar a un poten­cial de ener­gía lim­pia del que somos excedentarios?

De esta for­ma con­tri­bui­ría­mos a desa­rro­llar una cul­tu­ra de paz, resol­ve­ría­mos défi­cits ambien­ta­les impor­tan­tes y ofre­ce­ría­mos un buen puña­do de pues­tos de tra­ba­jo para hacer sos­te­ni­ble a la cons­truc­ción naval y con­se­guir des­cen­der las escan­da­lo­sas cifras de paro que pade­ce nues­tra pobla­ción. Y pon­dría­mos coto al escan­da­lo­so incre­men­to de las expor­ta­cio­nes de armas que sigue nues­tro país.

La I+D+i MILITAR es una mala elec­ción, pues con­su­me recur­sos y rique­za para crear unos pro­duc­tos que en el mejor de los casos no se uti­li­za­rán y, en el peor, serán herra­mien­tas de des­truc­ción. No tie­ne uti­li­dad social, fomen­ta la carre­ra de arma­men­to y las gue­rras, y con­su­me recur­sos que se podrían des­ti­nar a la inves­ti­ga­ción con fines civi­les. Por eso más de un millar de inves­ti­ga­do­res espa­ño­les se decla­ra­ron “obje­to­res cien­tí­fi­cos”, demos­tran­do el com­pro­mi­so de estos cien­tí­fi­cos por la cul­tu­ra de paz y mos­tran­do su des­acuer­do por la mili­ta­ri­za­ción de la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca en los últi­mos años, recla­man­do al Gobierno una trans­fe­ren­cia gra­dual de los recur­sos des­ti­na­do a la I+D+i mili­tar hacia fines socia­les y civiles.

El pro­pio lobby arma­men­tis­ta reco­no­ce la esca­sa ren­ta­bi­li­dad de este nego­cio y los pro­pios Pre­su­pues­tos Gene­ra­les de Espa­ña reco­no­cen que “las carac­te­rís­ti­cas estra­té­gi­cas y espe­cia­les de estos Pro­gra­mas de desa­rro­llo” (refi­rién­do­se a los mili­ta­res), “los lar­gos perío­dos de recu­pe­ra­ción y los cuan­tio­sos cos­tes que con­lle­van, hacen que los cri­te­rios estric­tos de ren­ta­bi­li­dad (…) no pue­dan ser apli­ca­dos a este ámbito”.

¿Se pue­de con­ver­tir real­men­te la indus­tria del arma­men­to en indus­tria civil?

Sí, si los pro­duc­tos alter­na­ti­vos uti­li­zan en lo esen­cial las mis­mas des­tre­zas y habi­li­da­des en su pro­duc­ción que ya tie­nen los actua­les tra­ba­ja­do­res. Sí, si tales pro­duc­tos se pro­du­cen pre­fe­ren­te­men­te en el pro­pio lugar de tra­ba­jo, y son ren­ta­bles, sos­te­ni­bles y via­bles. Sí, si el pro­ce­so de trans­for­ma­ción se hace con la par­ti­ci­pa­ción de los tra­ba­ja­do­res afec­ta­dos. Sí, final­men­te, si se ela­bo­ra un plan inte­gral de desa­rro­llo de la zona afec­ta­da, con una polí­ti­ca pla­ni­fi­ca­da y una estra­te­gia de pues­ta en mar­cha de peque­ñas empre­sas que rege­ne­ren el teji­do indus­trial local don­de estén ubi­ca­das las indus­trias y sir­van de motor para un desa­rro­llo futu­ro más amplio, para impe­dir la pér­di­da de pues­tos de tra­ba­jo y la posi­ble depre­sión de toda una loca­li­dad o comarca.

Pues bien, la rever­sión de la cons­truc­ción naval hacia estas dos pro­pues­tas que avan­za­mos, la del reci­cla­do eco­ló­gi­co de buques y la ener­gía eóli­ca mari­na, cum­plen sobra­da­men­te estos requisitos.

En algu­nos casos, la recon­ver­sión de usos mili­ta­res a civi­les es una opción empre­sa­rial, fun­da­men­ta­da en la asun­ción de una cul­tu­ra de paz. Es el caso de los avio­nes que fabri­ca Air­bus en Sevi­lla, el C295 y el A400M, que son ver­sá­ti­les y admi­ten uti­li­da­des de todo tipo. El C295 (siglas que sig­ni­fi­can Casa, 2 moto­res y 9,5 tone­la­das de car­ga) es un avión de nue­va gene­ra­ción, robus­to y fia­ble, capaz de trans­por­tar has­ta la car­ga que repre­sen­ta su nom­bre o has­ta 71 per­so­nas, con uti­li­da­des como trans­por­te tác­ti­co y logís­ti­co, lan­za­mien­to de car­gas, eva­cua­ción médi­ca, patru­lla marí­ti­ma, de bús­que­da y res­ca­te, apagafuegos…

El A400M es otra aero­na­ve de trans­por­te de uso mili­tar, pero que es capaz de adap­tar­se a casi cual­quier uso que se le requie­ra, por lo que su des­pla­za­mien­to a usos civi­les tam­po­co supon­dría dificultad.

El pro­yec­to “Futu­ro Sis­te­ma de Com­ba­te Aéreo” (Futu­re Com­bat Air Sys­tem, FCAS), que pre­ten­de dedi­car, jun­to a Fran­cia y Ale­ma­nia, 150 mil millo­nes de euros “para afron­tar la lucha de pode­res en la segun­da mitad del siglo XXI”: avio­nes legacy, saté­li­tes, armas inte­li­gen­tes, buques de gue­rra, sis­te­mas de comu­ni­ca­cio­nes… repre­sen­ta otro gas­to inde­sea­ble. No que­re­mos un Next Gene­ra­tion Wea­pon Sys­tem (Sis­te­ma Arma­men­tís­ti­co de Nue­va Gene­ra­ción), sino que todos esos fon­dos des­ti­na­dos al refor­za­mien­to de la carre­ra arma­men­tís­ti­ca y al con­trol del acce­so a los recur­sos mine­ra­les y ener­gé­ti­cos se des­ti­nen a enfren­tar­nos a los pro­ble­mas vita­les de nues­tro siglo: cri­sis cli­má­ti­ca, enfer­me­dad, ham­bre, pan­de­mias, acce­so al agua…

Decá­lo­go para la con­ver­sión de la indus­tria naval mili­tar a usos civiles

1. Dado el peso labo­ral y eco­nó­mi­co de la indus­tria naval mili­tar en la Bahía de Cádiz no plan­tea­mos una supre­sión de esta acti­vi­dad, sino una pau­la­ti­na rever­sión de pro­yec­tos y pro­gra­mas hacia apli­ca­cio­nes civi­les, de for­ma que la actual pro­por­ción de Navan­tia (80% de pedi­dos mili­ta­res y 20% civi­les) se invier­ta. Para ello, tan­to sir­ve la fabri­ca­ción de dis­po­si­ti­vos de doble uso (buques de trans­por­te y de apro­vi­sio­na­mien­to) como el ini­cio o la con­ti­nua­ción de líneas de pro­duc­ción civi­les: reci­cla­do eco­ló­gi­co de buques, ener­gía eóli­ca off sho­re, bar­cos de lucha con­tra la con­ta­mi­na­ción, embar­ca­cio­nes de asis­ten­cia y ayu­da huma­ni­ta­ria, etc.

2. Debe­mos par­tir del Plan Estra­té­gi­co de Navan­tia 2018 – 2022 para dise­ñar un cam­bio en el mode­lo pro­duc­ti­vo. Dicho cam­bio no será fácil ni ins­tan­tá­neo, pero no repro­du­ci­rá los vicios de ante­rio­res recon­ver­sio­nes del sec­tor naval, que han oca­sio­na­do pre­ca­rie­dad y des­man­te­la­mien­to industrial.

3. Se apro­ve­cha­rán las capa­ci­da­des y el know how de los tra­ba­ja­do­res de la fac­to­ría, incre­men­tan­do su cua­li­fi­ca­ción y esta­ble­cien­do siner­gias con otras ins­ta­la­cio­nes de la cons­truc­ción naval. La indus­tria auxi­liar tam­bién for­ma­rá par­te de esta trans­for­ma­ción. El reju­ve­ne­ci­mien­to de las plan­ti­llas y la nue­va con­tra­ta­ción han de for­mar par­te del proceso.

4. No habrá des­pi­dos ni des­pla­za­mien­tos fue­ra de la Bahía de Cádiz. Se ten­drán en cuen­ta todos los recur­sos huma­nos de la plan­ti­lla de Navan­tia, con­tem­plan­do la posi­ble amplia­ción en la medi­da en que las nue­vas tec­no­lo­gías lo requieran.

5. A dife­ren­cia de otros pro­ce­sos de rees­truc­tu­ra­ción, las deci­sio­nes no ven­drán deter­mi­na­das des­de los ser­vi­cios cen­tra­les de la direc­ción cen­tral y de la SEPI (Socie­dad Esta­tal de Par­ti­ci­pa­cio­nes Indus­tria­les), sino apli­can­do la estra­te­gia bot­tom-top, con la par­ti­ci­pa­ción de todos los tra­ba­ja­do­res afec­ta­dos. La cen­tra­li­za­ción en la toma de deci­sio­nes, la buro­cra­ti­za­ción en la ges­tión y la ausen­cia de ren­di­ción de cuen­tas, son tres vicios a extinguir.

6. Efi­cien­cia, sos­te­ni­bi­li­dad, motor de rique­za y empleo, son obje­ti­vos que com­par­ti­mos con la actual direc­ción de Navan­tia, pero no debe­mos limi­tar­nos a “ade­cuar­nos a las con­di­cio­nes del mer­ca­do”, sino bus­car y con­se­guir nue­vas líneas de acti­vi­dad que posi­cio­nen a la indus­tria naval gadi­ta­na a la cabe­za de los nue­vos pro­yec­tos, toman­do la iniciativa.

7. El Plan Estra­té­gi­co de Navan­tia tie­ne que for­mar par­te de un plan terri­to­rial de medi­das para el fomen­to del empleo de cali­dad en toda la Bahía de Cádiz. Las 123 pro­pues­tas para el empleo en la Bahía de Cádiz que un con­jun­to de colec­ti­vos socia­les ela­bo­ra­mos, son un buen docu­men­to de partida.

8. Este esfuer­zo de rege­ne­ra­ción del teji­do indus­trial en la Bahía de Cádiz no debe ser ajeno a la nece­si­dad de des­mi­li­ta­ri­za­ción de toda la pro­vin­cia de Cádiz, comen­zan­do por la base naval de Rota. La enor­me ocu­pa­ción de sue­lo en la pro­vin­cia por acti­vi­da­des y empla­za­mien­tos mili­ta­res tie­ne que ser pro­gre­si­va­men­te dis­mi­nui­do, como es el caso del cam­po de manio­bras de El Retín en Barbate.

9. La acti­vi­dad de Navan­tia deja­rá de for­mar par­te de la indus­tria de Defen­sa. Los PEAS (Pro­gra­mas Espe­cia­les de Arma­men­to) gene­ran una deu­da inasu­mi­ble y deben supri­mir­se. Los diques y gra­das no deben aco­ger buques de gue­rra que no se ajus­tan a las nece­si­da­des reales de la Defen­sa espa­ño­la ni a las ame­na­zas actua­les ni futuras.

10. La limi­ta­dí­si­ma capa­ci­dad de des­gua­ce eco­ló­gi­co de buques en toda la Unión Euro­pea es una opor­tu­ni­dad de nego­cio sos­te­ni­ble que los asti­lle­ros gadi­ta­nos no deben dejar pasar: decons­truir de mane­ra sos­te­ni­ble un buque requie­re las mis­mas des­tre­zas que cons­truir­lo. Asi­mis­mo, limi­tar­se a cons­truir sola­men­te las pla­ta­for­mas de sus­ten­to de los aero­ge­ne­ra­do­res mari­nos es del todo insu­fi­cien­te: hay toda una cade­na de sumi­nis­tro espe­ran­do que Navan­tia pro­vea de los dis­po­si­ti­vos y ser­vi­cios nece­sa­rios: dise­ño, torres eóli­cas, gene­ra­do­res, sub­es­ta­cio­nes, buques de cons­truc­ción y apro­vi­sio­na­mien­to, soft­wa­re de con­trol, etc. para los par­ques eóli­cos marinos.

Es decir, en pala­bras del Cen­tre Delàs, “La actual cri­sis ambien­tal requie­re un cam­bio total de para­dig­ma, des­mi­li­ta­ri­za­do y en el que se apro­ve­chen los recur­sos des­ti­na­dos a las estruc­tu­ras mili­ta­res, abor­dan­do, con una nue­va pers­pec­ti­va, opues­ta al mode­lo neo­li­be­ral y capi­ta­lis­ta, que enten­de­mos que debe ser anti­mi­li­ta­ris­ta, femi­nis­ta y ecosocial”.

Daniel López Marijuán/​Ecologistas en Acción – Cádiz

La entra­da ¿Hay alter­na­ti­vas al empleo mili­ta­ri­za­do? Una pro­pues­ta para Navan­tia se publi­có pri­me­ro en La otra Anda­lu­cía.

Itu­rria /​Fuen­te

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