Nues­tra­mé­ri­ca. La fle­xi­bi­li­dad labo­ral no crea más empleo en blanco

Por Ale­jan­dro Rebos­sio, RedE­co, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de octu­bre de 2021. 

Jun­tos por el Cam­bio impul­sa un pro­yec­to de ley para eli­mi­nar la indem­ni­za­ción por des­pi­do y reem­pla­zar­la por un segu­ro de des­em­pleo. Se tra­ta de una medi­da para fle­xi­bi­li­zar el tra­ba­jo. Según el Fra­ser Ins­ti­tu­te, un cen­tro de inves­ti­ga­ción liber­ta­rio de Cana­dá, el resar­ci­mien­to por cesan­tía cons­ti­tu­ye uno de los ele­men­tos que agre­gan rigi­dez a un con­tra­to labo­ral: los otros son las regu­la­cio­nes para con­tra­tar y des­pe­dir, el esta­ble­ci­mien­to del sala­rio míni­mo, la nego­cia­ción colec­ti­va, el lími­te hora­rio a la jor­na­da de tra­ba­jo y el modo de reclu­ta­mien­to. A par­tir de esos con­cep­tos, el Fra­ser ela­bo­ra un índi­ce de regu­la­cio­nes del mer­ca­do labo­ral en el que 10 pun­tos indi­ca que un país es muy fle­xi­ble y cero, que es muy rígi­do. Lo curio­so es que al menos en Lati­noa­mé­ri­ca los paí­ses más fle­xi­bles no son los que crean más empleo en blan­co sino que en varios casos cuen­tan con altos índi­ces de tra­ba­jo infor­mal y desocupación.

Perú lide­ra el ran­king de fle­xi­bi­li­dad, con 6,9 pun­tos. De todos modos, está 69º en el mun­do, sobre un total de 165 paí­ses cla­si­fi­ca­dos. Sin embar­go, el 67,8% de sus tra­ba­ja­do­res (tan­to en rela­ción de depen­den­cia como inde­pen­dien­tes) está en negro y el des­em­pleo alcan­za al 7,5%, según los últi­mos datos de la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo (OIT). La Argen­ti­na está nove­na entre los 18 paí­ses eva­lua­dos en Lati­noa­mé­ri­ca por el Fra­ser. Se ubi­ca 140º en el ran­king glo­bal, con 5,1 pun­tos, pero tie­ne bas­tan­te menos tra­ba­jo infor­mal (47,9%) aun­que más des­ocu­pa­ción (10,2%) que Perú.

Entre el índi­ce de fle­xi­bi­li­dad labo­ral y los datos reales de empleo Ela­bo­ra­ción pro­pia a par­tir de datos del Fra­ser Ins­ti­tu­te y la OIT.

Des­pués de Perú apa­re­ce Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na, con 6,1 pun­tos, un tra­ba­jo en negro del 52,7% y un des­em­pleo del 8%. El podio de la fle­xi­bi­li­dad lo com­ple­ta Cos­ta Rica, con 6 pun­tos, un empleo no regis­tra­do del 38%, pero una des­ocu­pa­ción del 18%.

¿Cuá­les son los paí­ses con más tra­ba­jo en blan­co de Lati­noa­mé­ri­ca? Uru­guay, con el 22,6% de empleo en negro y un indi­ca­dor de fle­xi­bi­li­dad labo­ral de 5,9 pun­tos, el cuar­to más alto de la región; Pana­má, con 25,7% y Chi­le, con 27,2%, ambos con 5 pun­tos, tie­nen mar­cos labo­ra­les un poco más que rígi­dos que el de la Argentina.

“No me sor­pren­de que no exis­ta corre­la­ción entre fle­xi­bi­li­dad, des­em­pleo e infor­ma­li­dad”, opi­na Luis Cam­pos, coor­di­na­dor del Obser­va­to­rio del Dere­cho Social de la Cen­tral de Tra­ba­ja­do­res de la Argen­ti­na (CTA Autónoma).

“Aco­tar la dis­cu­sión a la legis­la­ción labo­ral tie­ne dos impli­can­cias: Por un lado, impli­ca un avan­ce sobre las con­di­cio­nes labo­ra­les del 50% que toda­vía tie­ne cier­ta cober­tu­ra en mate­ria de dere­chos sin nin­gún efec­to posi­ti­vo sobre el res­to; por el otro, ocul­ta la nece­si­dad de dis­cu­tir sobre las cau­sas estruc­tu­ra­les que impi­den una mayor crea­ción de pues­tos de tra­ba­jo y una for­ma­li­za­ción de los exis­ten­tes. Lamen­ta­ble­men­te no hay res­pues­tas fáci­les: tenés que meter­te con la estruc­tu­ra pro­duc­ti­va y los pro­ble­mas que se deri­van de un pro­ce­so de sim­pli­fi­ca­ción y repri­ma­ri­za­ción de la eco­no­mía, don­de el sec­tor com­pe­ti­ti­vo es capi­tal inten­si­vo, por lo que deman­da poca fuer­za de tra­ba­jo, mien­tras que los sec­to­res no com­pe­ti­ti­vos sólo pue­den sub­sis­tir con una fuer­te pro­tec­ción, insos­te­ni­ble en el lar­go pla­zo, y con bajos sala­rios, o un dólar alto, lo que es más o menos lo mis­mo”, com­ple­ta Cam­pos, que en un recien­te hilo de Twit­ter expli­có que “en los últi­mos 13 años la indus­tria de la cons­truc­ción”, don­de rige el segu­ro de des­em­pleo en lugar de la indem­ni­za­ción ‑tal como pro­po­ne Jun­tos por el Cam­bio para toda la economía‑, “no creó más empleos que el res­to de las actividades”.Matías Mai­to, direc­tor del cen­tro de Capa­ci­ta­ción y Estu­dios sobre Tra­ba­jo y Desa­rro­llo (CETyD) de la Uni­ver­si­dad de San Mar­tín, advier­te de que “no hay evi­den­cia a nivel glo­bal ni muchos menos en la Argen­ti­na que con­fir­me que a mayor fle­xi­bi­li­za­ción labo­ral mejo­ren los nive­les de empleo y la for­ma­li­dad”. “De hecho, la expe­rien­cia recien­te en nues­tro país podría con­fir­mar lo con­tra­rio: en los 90 se avan­zó en esque­mas de fle­xi­bi­li­za­ción y aumen­ta­ron el des­em­pleo y la infor­ma­li­dad. En los últi­mos años, si bien no se apro­ba­ron nor­mas de fle­xi­bi­li­za­ción, sí se pro­du­jo una fle­xi­bi­li­za­ción de hecho y una reduc­ción enor­me de cos­tos labo­ra­les, el sala­rio per­dió 20% de poder adqui­si­ti­vo, y eso no redun­dó ni en mayo­res nive­les de empleo ni for­ma­li­dad sino todo lo con­tra­rio. En las últi­mas déca­das, el momen­to de mayor gene­ra­ción de empleo y des­cen­so más acen­tua­do de la infor­ma­li­dad fue entre 2003 y 2008, cuan­do se revir­tió par­te de las nor­mas de fle­xi­bi­li­za­ción. Un empre­sa­rio toma tra­ba­ja­do­res si la eco­no­mía cre­ce, no si los cos­tos labo­ra­les son bajos o la mano de obra es fle­xi­ble. ¿La mejor mane­ra de que la eco­no­mía crez­ca es con tra­ba­ja­do­res fle­xi­bi­li­za­dos y con sala­rios bajos? Con fle­xi­bi­li­za­ción sólo aumen­ta la des­igual­dad y la ines­ta­bi­li­dad y empeo­ra la situa­ción de los tra­ba­ja­do­res”, opi­na Mai­to. “En su libro ’23 cosas que no te cuen­tan sobre el capi­ta­lis­mo’, el eco­no­mis­ta sur­co­reano Ha-Joon Chang aler­ta que en el mun­do en nom­bre de la ‘fle­xi­bi­li­dad del mer­ca­do labo­ral’ se ha des­es­ta­bi­li­za­do el empleo y con él, muchas vidas”, dice.

Pues­to como ejem­plo por la opo­si­ción, el jefe de la Unión Obre­ra de la Cons­truc­ción (UOCRA), Gerar­do Mar­tí­nez, admi­te que “en el mun­do el auge de la des­lo­ca­li­za­ción del tra­ba­jo, el poder cor­po­ra­ti­vo de las empre­sas trans­na­cio­na­les, la ter­ce­ri­za­ción y las for­mas atí­pi­cas de empleos en sus for­mas más con­tem­po­rá­neas, como en las eco­no­mías de pla­ta­for­mas, inter­pe­lan el mode­lo indus­trial de pleno empleo carac­te­ri­za­do por la rela­ción de depen­den­cia clá­si­ca”. Mar­tí­nez ana­li­zó los datos de tra­ba­jo infor­mal y des­em­pleo de Lati­noa­mé­ri­ca: “Se obser­va­ría la inde­pen­den­cia de estos indi­ca­do­res de los mayo­res o meno­res nive­les de regu­la­cio­nes nacio­na­les. Duran­te los 90 en la Argen­ti­na se pro­du­je­ron des­re­gu­la­cio­nes en el comer­cio, la indus­tria y el Esta­do, así como refor­mas en la Segu­ri­dad Social que impli­ca­ron una reduc­ción de los apor­tes patro­na­les, que, lejos de redun­dar en la baja de la tasa de des­em­pleo, la dupli­ca­ron. El abor­da­je rigu­ro­so de la pro­ble­má­ti­ca de la cali­dad de empleo requie­re de polí­ti­cas que per­mi­tan la expan­sión de la fron­te­ra pro­duc­ti­va, aumen­to de la deman­da agre­ga­da, sin que esto supon­ga una solu­ción a par­tir de la eli­mi­na­ción de dere­chos de los tra­ba­ja­do­res”. Mar­tí­nez, dele­ga­do de la CGT ante la OIT, recuer­da que en 2019, cuan­do se cum­plie­ron 100 años de este orga­nis­mo inter­na­cio­nal, se acor­dó allí que sus tres obje­ti­vos cen­tra­les fue­ran los aumen­tos de las inver­sio­nes en “las capa­ci­da­des de las per­so­nas, en las ins­ti­tu­cio­nes del tra­ba­jo y en el tra­ba­jo decen­te y sostenible”.

En el Minis­te­rio de Tra­ba­jo, que con­du­ce Clau­dio Moro­ni, se limi­ta­ron a cri­ti­car el índi­ce del Fra­ser Ins­ti­tu­te por “pro­ble­mas meto­do­ló­gi­cos” y no ana­li­za­ron su impac­to en el empleo en Lati­noa­mé­ri­ca. Cues­tio­na­ron que ese think tank valo­ra­ra como posi­ti­vo la máxi­ma dura­ción de los con­tra­tos tem­po­ra­rios, su uti­li­za­ción para acti­vi­da­des regu­la­res o que los pasan­tes o los jóve­nes que debu­ten en el mer­ca­do de tra­ba­jo reci­ban menos que un sala­rio míni­mo, lo que, según Tra­ba­jo, “aten­ta con­tra el prin­ci­pio de la OIT acer­ca de ‘igual paga para igual tarea’”. elDia­rioAR tam­bién con­sul­tó por la rela­ción entre el indi­ca­dor de Fra­ser y los datos de empleo infor­mal y des­ocu­pa­ción en la región al sena­dor Mar­tín Lous­teau, autor del pro­yec­to de ley que eli­mi­na la indem­ni­za­ción, y al pre­si­den­te de la Unión Indus­trial Argen­ti­na (UIA), el abo­ga­do labo­ra­lis­ta Daniel Funes de Rio­ja, pero no obtu­vo respuesta.

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