El Sal­va­dor. Pre­su­pues­to para Defen­sa cre­ce más que el de Salud

Por Leo­nel Iba­rra, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de octu­bre de 2021.

Pese a la situa­ción de pan­de­mia y eco­nó­mi­ca del país, los gas­tos en el Minis­te­rio de Defen­sa para 2022 aumen­tan casi 17 % y Obras Públi­cas cae ‑36 %.

Para la admi­nis­tra­ción de Nayib Buke­le, el Minis­te­rio de Defen­sa de El Sal­va­dor con­ti­núa sien­do la estre­lla en el cre­ci­mien­to de las asig­na­cio­nes de los pre­su­pues­tos anua­les. Esta car­te­ra de Esta­do ten­drá para el año 2022, según el pro­yec­to de Pre­su­pues­to Gene­ral de la Nación (PGN) pre­sen­ta­do recien­te­men­te a la Asam­blea Legis­la­ti­va, una asig­na­ción de $256.7 millo­nes, lo cual equi­va­le a un cre­ci­mien­to de 16.7 % ($36.7 millo­nes) com­pa­ra­do al pre­su­pues­to vota­do para 2021.

Si bien se ha plan­tea­do que otras car­te­ras como el Minis­te­rio de Edu­ca­ción y el de Salud Públi­ca reci­ban asig­na­cio­nes mucho mayo­res ($1,470 millo­nes y $1,083 millo­nes, res­pec­ti­va­men­te), estos no mues­tran un cre­ci­mien­to anual tan sig­ni­fi­ca­ti­vo como el de Defen­sa ya que sería de 9.3 % y 4.4 %.

Ade­más, en el pro­yec­to del PGN para el pró­xi­mo año des­ta­ca que el Minis­te­rio de Obras Públi­cas y Trans­por­te expe­ri­men­ta­ría una baja de ‑36.4 % (equi­va­len­tes a $130 millones).

José Luis Maga­ña, eco­no­mis­ta, expli­ca que los pre­su­pues­tos deben ser el últi­mo paso don­de se con­cre­ta una pla­ni­fi­ca­ción sobre el rum­bo que se desea tener para el país y cuál será el cos­to de alcan­zar dichas metas. «Lo que ha suce­di­do es que, más allá del dis­cur­so o lo que se pue­da decir, don­de se colo­ca y mue­ve el dine­ro es don­de se reve­lan las prio­ri­da­des del Gobierno, pero la fal­ta de pla­ni­fi­ca­ción hace difí­cil defi­nir si los mon­tos asig­na­dos son los ade­cua­dos», opina.

Blin­da­je

A jui­cio de eco­no­mis­tas con­sul­ta­dos, resul­ta difí­cil com­pa­rar las asig­na­cio­nes pre­su­pues­ta­rias de los últi­mos años por lo que suce­dió a par­tir de 2020 con el tema de la pan­de­mia de covid-19 y la con­se­cuen­te cri­sis eco­nó­mi­ca por cómo se modi­fi­có la pla­ni­fi­ca­ción fis­cal que se tenía.

Sin embar­go, Ricar­do Cas­ta­ne­da, eco­no­mis­ta senior del Ins­ti­tu­to Cen­tro­ame­ri­cano de Estu­dios Fis­ca­les (ICEFI), afir­ma que el PGN mues­tra las prio­ri­da­des cuan­do los recur­sos son limi­ta­dos y bási­ca­men­te se obser­va «una prio­ri­dad casi blin­da­da» en Defen­sa por enci­ma de cual­quier otra.

Ade­más, esto con­tras­ta con recor­tes que se han hecho, por ejem­plo, en el Minis­te­rio de Medioam­bien­te o pro­gra­mas para la pre­ven­ción de la vio­len­cia de las muje­res, pro­yec­tos pro­duc­ti­vos rura­les y pro­gra­mas de pen­sio­nes uni­ver­sa­les a la ter­ce­ra edad.

Así, en los últi­mos años se obser­va que la pro­por­ción en la que ha esta­do cre­cien­do los pre­su­pues­tos en el área de Segu­ri­dad y Defen­sa ha sido a un rit­mo mayor a los que cre­cie­ron otras.

Cabe seña­lar el hecho que el Minis­te­rio de Defen­sa tuvo en 2020 el incre­men­to en su pre­su­pues­to más gran­de des­de los Acuer­dos de Paz (1992).

«De hecho, al ana­li­zar el Pre­su­pues­to Gene­ral en 2020 por áreas de ges­tión en tér­mi­nos de ges­tión, lo que se eje­cu­tó mues­tra que el peso del área Social cayó, mien­tras que le peso del área de Segu­ri­dad se incre­men­tó, por lo que pare­cía que el año pasa­do hubo una cri­sis de segu­ri­dad y no una cri­sis eco­nó­mi­ca», apun­ta al res­pec­to Castaneda.

Más per­so­nal

En la mayo­ría de casos, los incre­men­tos en los pre­su­pues­tos de los minis­te­rios obe­de­cen a más gas­to corrien­te, como la con­tra­ta­ción de más per­so­nal (pago de sala­rios) y materiales.

Maritza Lina­res, ana­lis­ta del Cen­tro de Moni­to­reo e Inci­den­cia Fis­cal (CEMIF), apun­ta que en los años 2019 a 2020 se veía una leve reduc­ción del PGN de cara a cum­plir la Ley de Res­pon­sa­bi­li­dad Fis­cal, pero con la pan­de­mia esto se cambió.

Lue­go, en los años 2020 a 2021 hubo un incre­men­to en el pre­su­pues­to de Edu­ca­ción, impul­sa­do por la imple­men­ta­ción del pro­yec­to de compu­tado­ras para niños al que se le asig­nó $219 millo­nes, pero a pocos meses de ter­mi­nar el año esco­lar no se sabe cómo va fun­cio­nan­do o sus logros alcanzados.

En cuan­to a Salud, hubo más con­tra­ta­ción de per­so­nal para el tra­ta­mien­to de la pan­de­mia de covid-19 y eso hizo que se aumen­ta­ran las remu­ne­ra­cio­nes y la cons­truc­ción del Hos­pi­tal El Salvador.

En cuan­to a los aumen­tos en los gas­tos de Segu­ri­dad y Defen­sa, estos se ven impul­sa­do por los bonos tri­mes­tra­les, más sol­da­dos y com­pra de equipos.

«La inver­sión públi­ca es la mejor solu­ción para salir de la situa­ción eco­nó­mi­ca del país, obvia­men­te los efec­tos se verán den­tro de cin­co o diez años. El pro­ble­ma es que El Sal­va­dor es muy vul­ne­ra­ble ante cual­quier cri­sis y se reorien­ta el dine­ro a gas­tos corrien­tes», mani­fies­ta Linares.

His­tó­ri­ca­men­te todo incre­men­to de los PGN siem­pre han nece­si­ta­do finan­cia­mien­to externo. Hay que tomar en cuen­ta que más del 80 % de los ingre­sos del Esta­do pro­vie­nen de los impues­tos y otras contribuciones.

La car­ga tri­bu­ta­ria sal­va­do­re­ña ha ron­da­do el 18 %, aun­que orga­nis­mos como Oxfam y CEPAL han suge­ri­do que el míni­mo debe­ría ron­dar el 20 % para lograr avan­ces en inver­sión. Eso hace que, año con año, el Gobierno ten­ga que endeu­dar­se para funcionar.

El finan­cia­mien­to de 2021 que ron­dó los $1,412 millo­nes (el más ele­va­do en los últi­mos años) y en su mayo­ría prés­ta­mos con orga­nis­mos inter­na­cio­na­les y emi­sión de títu­los valores.

Aun­que se des­co­no­cen deta­lles toda­vía, el minis­tro de Hacien­da, Ale­jan­dro Zela­ya ha dicho que para el pre­su­pues­to de 2022 hay una bre­cha fis­cal de casi $500 millo­nes por cubrir.

Los eco­no­mis­tas con­sul­ta­dos advier­ten que des­de 2012, la prin­ci­pal fuen­te para cerrar las bre­chas ha sido la colo­ca­ción de bonos con un alta tasa de inte­rés. Esto ha pro­vo­ca­do que el peso del ser­vi­cio de la deu­da públi­ca sea este año inclu­so mayor que el pre­su­pues­to de Salud, lo cual, en el mar­co de una pan­de­mia, habla de una situa­ción finan­cie­ra complicada.

Gas­tos. La mayor par­te del dine­ro pre­su­pues­ta­do va des­ti­na­do a gas­to corrien­te, es decir pago de más personal.
Finan­zas. El Minis­te­rio de Hacien­da ha dicho que para 2022 ten­drá que cubrir­se una bre­cha pre­su­pues­ta­ria de $500 millones

Fuen­te: Pren­sa gráfica

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