Cul­tu­ra. Una sin­fo­nía de ambu­lan­cias (rela­to de Nor­man Briski)

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de octu­bre de 2021.

Estas demo­cra­cias pro­du­cen par­ti­dos, no son para lle­gar al poder sino al esque­ma impe­rial de las urnas, sim­pli­fi­ca­ción fla­ti­da de la pere­za domin­gue­ra. Como aquel Car­lo Magno que con el ver­so de uni­fi­car el uni­ver­so uti­li­zo la gue­rra divi­na para legi­ti­mar ser el faraón de los grie­gos. Esta heren­cia mal­di­ta inclu­ye los par­ti­dos auxi­lia­res que nego­cian las urnas con­di­cio­nan­do al gana­dor o per­de­dor para ser árbi­tros de mayo­rías. Con tan­ta tarea los gober­na­do­res pier­den su ori­gen que repre­sen­tan para con­ver­tir­se en cas­ta de dispu­tados don­de el dis­cur­so espec­ta­cu­lar se con­vier­te en el ring de los medios y las famo­sas cáma­ras ofre­cen cla­ra­men­te la dis­tor­sión entre aquel que fue y esta nue­va indi­vi­dua­ción obli­ga­da por el sig­ni­fi­can­te (Leyes del jue­go) Lo per­ver­so es legis­lar al capi­ta­lis­mo, cuyo úni­co pro­pó­si­to es la eco­no­mía del bol­si­llo pro­fe­sa­do por la cons­ti­tu­ción, cuya infa­mia es robar el tra­ba­jo para sos­te­ner todas las cas­tas uni­for­ma­da en el “len­gua­je total” de “no le per­mi­to”, “de mane­ra tal”, “chi­ca­na”, “ok”. Teñi­dos, cor­ba­tas, via­jes, abu­sos, cuer­pos flá­ci­dos o apo­lí­neos, sexua­li­dad por­no­grá­fi­ca en pasi­llos rosados.

Y lle­ga­mos a los que votan. Son los huér­fa­nos que con la magia fan­ta­sio­sa empu­jan al Actor que pue­de triun­far o morir por una enmas­ca­ra­da cau­sa. Y esta­mos con­ser­van­do este jue­go para deli­cia de una habi­li­dad que per­te­ne­ce mas al sín­dro­me de down que a una visión que arran­ca des­de la expe­rien­cia de vida liga­da al afec­to y lle­ga a la “con­cien­cia mal­tra­ta­da”, la hipo­cre­sía, cinis­mo y arti­lu­gios inteligentes.

Hoy por hoy entre la injus­ta acu­sa­ción a la pan­de­mia o al opo­si­tor pró­xi­mo a entrar la bina­ria con­tien­da de turno (aho­ra toca al otro color por color y no por salir del mito de la mito­lo­gía). Some­ti­mien­to homi­ci­da que per­mi­tió y per­mi­te el geno­ci­dio. Muy pron­to vol­ve­re­mos a la mis­ma pági­na, los exabrup­tos de los fusi­la­mien­tos. La his­to­ria no la escri­be por­que la escri­ta está hecha para domi­nar con la pie­dra (la tabla de la ley). En las inter­nas, y no par­ti­ci­pan los ele­gi­dos que per­die­ron su voca­ción de pen­sar para que fue­ron ele­gi­dos, se vuel­ven tec­no­lo­gías apli­ca­cio­nes de la con­duc­ta (hablar con el celu­lar en la mano) delan­te la pan­ta­lla que ampli­fi­ca su data. Y esta data tie­ne siem­pre la inten­ción de matar la pre­gun­ta, pre­gun­ta que vie­ne de la otra data. Y la data no tie­ne memo­ria, es el arma homi­ci­da para que el con­trin­can­te siga vivien­do pero mul­ta­do y muta­do por su inefi­ca­cia robó­ti­ca. Y la gen­te espe­ra con la espu­ma gana­de­ra de la cer­ve­za, el diver­ti­men­to subli­ma­do de los goles. Mien­tras el aire con más hidro­geno y menos oxi­geno, la tie­rra con más fos­fa­tos ¡y sin capa­ci­dad para ir a dise­car otros pla­ne­tas! Es tal el des­con­cier­to en las cúpu­las ama­ri­llas de la iner­cia monár­qui­ca, como en los súb­di­tos que no se detie­nen a pen­sar que la tec­no­lo­gía apa­sio­nan­te lo lle­van de la nariz al terri­to­rio de plás­ti­co (y los pen­de­jos moles­tan), la media­ne­ra que sepa­ra, pos­po­ne, la vidi­ta de este tiem­po colo­ni­za­dor que hizo del len­gua­je que en el mur­mu­llo esté el con­cier­to y en el resi­duo este el poema.

Itu­rria /​Fuen­te

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