AFGANISTÁN. EL FRACASO PROFUNDIZA EL QUIEBRE DEL CONSENSO EN LA OTAN

Resu­men Medio Orien­te, 25 de agos­to de 2021-.

La lla­ma­da Alian­za Atlán­ti­ca u Orga­ni­za­ción del Tra­ta­do del Atlán­ti­co Nor­te (OTAN) debió dejar de exis­tir lue­go de que des­apa­re­cie­ra la supues­ta ame­na­za que jus­ti­fi­ca­ba sus accio­nes: el blo­que socia­lis­ta euro­asiá­ti­co enca­be­za­do por la Unión de Repú­bli­cas Socia­lis­tas Sovié­ti­cas (URSS).

De hecho, uno de los artí­fi­ces de la «Doc­tri­na de la con­ten­ción» de la Gue­rra Fría, Geor­ge F. Ken­nan (1904−2005), mani­fes­tó que «si la Unión Sovié­ti­ca se hun­die­ra maña­na bajo las aguas del océano, el com­ple­jo indus­trial-mili­tar esta­dou­ni­den­se ten­dría que seguir exis­tien­do, sin cam­bios sus­tan­cia­les, has­ta que inven­tá­ra­mos algún otro adversario».

Y así ocu­rrió: se fabri­có el «terro­ris­mo yiha­dis­ta uni­ver­sal» jus­to des­pués de la desin­te­gra­ción del Pac­to de Var­so­via para seguir con el nego­cio de la gue­rra, que inclu­yó tam­bién dis­po­ner luga­res como Afga­nis­tán, Yugos­la­via e Irak para des­ha­cer­se de las armas vie­jas, pro­bar las nue­vas, tra­fi­car con dro­gas, per­so­nas, órganos…

En par­ti­cu­lar, la inter­ven­ción de la OTAN en Afga­nis­tán fue impul­sa­da por los supues­tos ata­ques del 11 de sep­tiem­bre de 2001 diri­gi­dos por Al-Qae­da con­tra Esta­dos Uni­dos. Fue la pri­me­ra y úni­ca vez que la alian­za invo­có su prin­ci­pio de defen­sa colec­ti­va del Artícu­lo 5, según el cual un ata­que con­tra un alia­do se con­si­de­ra un ata­que con­tra todos.

Nin­gún ata­que se diri­gió a Ara­bia Sau­di­ta, aun cuan­do 15 de los 19 secues­tra­do­res eran de ese país y se encon­tró una rela­ción entre la fami­lia real sau­di­ta con gru­pos de bene­fi­cen­cia que finan­cia­ron a Al-Qae­da y a una rama fun­da­men­ta­lis­ta del islam aco­gi­da por los extremistas.

Hoy la Alian­za se encuen­tra en esta­do de con­mo­ción debi­do a la reti­ra­da de Esta­dos Uni­dos de terri­to­rio afgano, el hecho ha gene­ra­do reac­cio­nes inter­nas y pro­me­te secue­las incalculables.

CUANDO NO ES SUFICIENTE TENER PROPÓSITOS O ENEMIGOS COMUNES

Pasa­das dos déca­das sobran las fisu­ras en la Alian­za, sobre todo res­pec­to al cómo se ha pues­to fin a «la gue­rra más lar­ga de Esta­dos Uni­dos» en la que par­ti­ci­pa­ron 10 mil per­so­nas de 36 paí­ses. Las esti­ma­cio­nes más con­ser­va­do­ras la sitúan en un cos­to de cer­ca de un cuar­to de millón de muer­tos y más de 2 billo­nes de dóla­res, que alcan­za­rán los 6,5 billo­nes cuan­do se devuel­van los intere­ses de los prés­ta­mos con­traí­dos para financiarla.

Mien­tras el Tali­bán rodea­ba Kabul, el secre­ta­rio de Defen­sa del Rei­no Uni­do, Ben Walla­ce, reve­la­ba que este año había tra­ta­do de for­mar una coa­li­ción de paí­ses de la OTAN «afi­nes» que man­ten­drían algu­nas tro­pas en Afganistán.

La que hoy es el bra­zo arma­do del Nor­te Glo­bal, en su estra­te­gia para 2030 se pro­pu­so a sí mis­ma una coor­di­na­ción polí­ti­ca más pro­fun­da y un com­pro­mi­so reno­va­do de sus miem­bros con el obje­ti­vo del 2% de gas­to en defen­sa, pero los recien­tes even­tos han remo­vi­do las aguas del disen­so por la fal­ta de enfo­que estratégico.

El gru­po de exper­tos que ela­bo­ró el infor­me defi­nió a la OTAN como «la alian­za más exi­to­sa de la his­to­ria», que ha «pues­to fin a dos gue­rras», a saber: la gue­rra con­tra Yugos­la­via y la gue­rra con­tra Libia. Ambos con­flic­tos fue­ron des­ata­dos e inten­si­fi­ca­dos por la Alianza.

La Alian­za Atlán­ti­ca se ha jac­ta­do de poner fin a gue­rras que ella mis­ma ha des­ata­do e inten­si­fi­ca­do (Foto: John Moo­re /​Getty Images)

El infor­me des­ti­la cier­to des­pe­cho res­pec­to a «la agre­sión en el área euro-‎atlántica» con la que ha res­pon­di­do Rusia a su «mano amis­to­sa» vio­lan­do los acuer­dos, ya que «pro­vo­có el fin del Tra­ta­do sobre las Fuer­zas Nuclea­res ‎de Alcan­ce Inter­me­dio (INF)», con­vir­tién­do­se en «la prin­ci­pal ame­na­za que la OTAN ‎tie­ne ante sí en este decenio».

Coin­ci­dien­do con lo decla­ra­do por el pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Joe Biden, el infor­me defi­ne a Rusia como el enemi­go prin­ci­pal de la orga­ni­za­ción mili­tar y el caso Navalny sir­vió para apun­ta­lar la can­ce­la­ción del pro­yec­to gasí­fe­ro Nord Stream 2, pero fra­ca­só. El sis­te­ma se está cons­tru­yen­do bajo el mar Bál­ti­co para trans­por­tar gas des­de la región rusa del Árti­co has­ta el país ger­mano y, aun­que Esta­dos Uni­dos se ha opues­to, alcan­zó en julio pasa­do un acuer­do con Ale­ma­nia en el que este país pro­me­tió «tomar medi­das» a nivel nacio­nal y con­ven­cer a Rusia de no uti­li­zar la ener­gía «como arma» o come­ter «actos agre­si­vos» con­tra Ucra­nia median­te el plan.

Sobre el caso Navalny, Ale­ma­nia y Fran­cia, prin­ci­pa­les poten­cias de la Unión Euro­pea (UE) denun­cia­ron a Rusia tras las deten­cio­nes de los mani­fes­tan­tes en apo­yo del opo­si­tor ruso. Ello pro­pi­ció cier­to con­sen­so den­tro de la OTAN y de la UE pero nin­guno de los paí­ses euro­peos pare­cie­ron estar dis­pues­tos a dejar­se arras­trar más allá de obli­ga­das decla­ra­cio­nes de cen­su­ra y «san­cio­nes» menores.

Vol­vien­do a la OTAN: el infor­me sos­tie­ne que la Alian­za se encuen­tra ade­más fren­te a cre­cien­tes «desa­fíos con­tra la segu­ri­dad ‎que plan­tea Chi­na»; según sus redac­to­res las acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas y desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co del país asiá­ti­co pue­den «tener un impac­to sobre la defen­sa colec­ti­va y la pre­pa­ra­ción mili­tar en el área de res­pon­sa­bi­li­dad ‎del Coman­dan­te Supre­mo Alia­do en Europa».

El docu­men­to reco­mien­da «cimen­tar la cen­tra­li­dad del ‎víncu­lo trans­atlán­ti­co», es decir, el víncu­lo de Euro­pa con Esta­dos Uni­dos en el seno de la alian­za ‎mili­tar y refor­zar el Con­se­jo del ‎Atlán­ti­co, órgano prin­ci­pal de la Alian­za. Esto equi­va­le en la prác­ti­ca a debi­li­tar ‎los par­la­men­tos euro­peos en temas mili­ta­res y de polí­ti­ca exte­rior fren­te a lo que se deci­da en Washington.

¿QUÉ MOTORIZA A LA OTAN?

El paper pro­po­ne refor­zar las fuer­zas de la OTAN dotán­do­las de «capa­ci­da­des mili­ta­res nuclea­res ade­cua­das» debi­do a las secue­las crea­das por Esta­dos Uni­dos al anu­lar el fin del Tra­ta­do sobre las Fuer­zas Nuclea­res de Alcan­ce Inter­me­dio (INF).

La Alian­za entra y sale de don­de Esta­dos Uni­dos dice y esto ha crea­do inco­mo­di­dad en su seno, al pun­to que, en 2019, Macron decla­ra­ba que «ha entra­do en coma por la fal­ta de coope­ra­ción tan­to entre Esta­dos Uni­dos y Euro­pa como entre los alia­dos», al refe­rir­se a la reti­ra­da de las tro­pas nor­te­ame­ri­ca­nas de Siria y las accio­nes de Tur­quía con­tra kurdosirios.

Es sabi­do que la «liber­tad» que defien­de Esta­dos Uni­dos res­pon­de a las ganan­cias del com­ple­jo indus­trial-mili­tar, que movi­li­za nume­ro­sas empre­sas con­tra­tis­tas y dece­nas de miles de mer­ce­na­rios a su ser­vi­cio. Dicho poder supra­es­ta­tal impi­dió que el ex pre­si­den­te Donald Trump reti­ra­ra las tro­pas esta­dou­ni­den­ses de Siria, Afga­nis­tán e Irak, el mag­na­te declararía:

«Los altos man­dos del Pen­tá­gono pro­ba­ble­men­te no [me quie­ran], por­que ellos sola­men­te quie­ren librar gue­rras para hacer feli­ces a todas esas mara­vi­llo­sas com­pa­ñías que fabri­can bom­bas y avio­nes».

En 20 años el Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos dio 2 billo­nes de dóla­res a las 5 prin­ci­pa­les cor­po­ra­cio­nes arma­men­tis­tas duran­te la gue­rra en Afga­nis­tán (Foto: @stephensemler /​Twit­ter)

En el pre­su­pues­to de 2020, el Con­gre­so esta­dou­ni­den­se (de mayo­ría demó­cra­ta) le apro­bó a Trump:

  • 738 mil millo­nes de dóla­res para que el Pen­tá­gono reto­ma­ra la crea­ción de la Fuer­za Espa­cial y reor­ga­ni­za­ra la «Gue­rra de la Gala­xias» con armas nucleares.
  • 323 mil millo­nes de dóla­res a la com­pa­ñía Lockheed Mar­tin para fabri­car 2 mil 443 avio­nes F‑35.
  • Las 16 agen­cias de inte­li­gen­cia reci­bie­ron 70 mil millo­nes y el Depar­ta­men­to de Segu­ri­dad Nacio­nal otros 70 mil millones.
  • La sec­ción mili­tar del Depar­ta­men­to de Ener­gía otros 30 mil millo­nes y la Orga­ni­za­ción de Vete­ra­nos 200 mil millones.
  • Equi­pó a los sub­ma­ri­nos de Esta­dos Uni­dos con una nue­va oji­va nuclear de «bajo ren­di­mien­to», la pri­me­ra nue­va arma nuclear en décadas.
  • Con­ce­dió a la Fuer­za Aérea un con­tra­to de 13 mil millo­nes de dóla­res para reem­pla­zar a los 400 misi­les balís­ti­cos intercontinentales.
  • Para 2021 soli­ci­tó 46 mil millo­nes de dóla­res para pro­gra­mas de armas de des­truc­ción masi­va existentes.

La rela­ción Trump-OTAN fue tor­tuo­sa. Pasó de lla­mar­la obso­le­ta a decla­rar que pre­ten­día hacer­la más gran­de, exi­gien­do a los alia­dos pagar a Esta­dos Uni­dos por su protección.

Lue­go, pen­só sacar a su país de la orga­ni­za­ción y has­ta expul­sar a los socios que no paga­sen. El mag­na­te ex pre­si­den­te per­so­na­li­zó al máxi­mo el mane­jo de sus rela­cio­nes inter­na­cio­na­les. Esto incluía a la OTAN, cuyos alia­dos en Euro­pa han pues­to su influen­cia, dine­ro, per­so­nal, y has­ta se han auto­de­no­mi­na­do «comu­ni­dad inter­na­cio­nal» para dar legi­ti­mi­dad a los ata­ques mili­ta­res deci­di­dos en la Casa Blanca.

Por otra par­te, recien­te­men­te un comi­té del par­la­men­to bri­tá­ni­co con­clu­yó que todos los argu­men­tos en los que se basa­ron quie­nes lide­ra­ron la coa­li­ción inter­na­cio­nal que ata­có a Libia eran men­ti­ras y exa­ge­ra­cio­nes infundadas.

EN EUROPA UNOS ASPIRAN Y OTROS SE CONFORMAN

Trump había pla­nea­do redu­cir las 12 mil tro­pas esta­dou­ni­den­ses en Ale­ma­nia; ello cau­só alar­ma en Ber­lín debi­do a que pre­fie­re esa pro­tec­ción a con­fiar en la «auto­no­mía estra­té­gi­ca» euro­pea que pro­pug­na Macron. Entre­tan­to, el aho­ra ex pre­si­den­te ame­na­za­ba las expor­ta­cio­nes ale­ma­nas y exi­gía a la can­ci­ller de ese país, Ange­la Mer­kel, una impli­ca­ción finan­cie­ra mayor en el pre­su­pues­to de la OTAN, un 2% del Pro­duc­to Nacio­nal Bru­to, que no será alcan­za­do por Ale­ma­nia sino has­ta 2031.

No es un des­cu­bri­mien­to el hecho de que, sin Esta­dos Uni­dos, el res­to de la Alian­za no habría podi­do per­ma­ne­cer muchos días en Afga­nis­tán. Euro­pa espe­ra­ba ansio­sa que Joe Biden la saca­ra de la «pará­li­sis cere­bral» que sufre, no que la saca­ra derro­ta­da de una guerra.

Des­de la sede de la OTAN en Bru­se­las, tam­bién sede de la UE, llo­vían feli­ci­ta­cio­nes de todo tipo al nue­vo inqui­lino de la Casa Blan­ca. Nin­gún fun­cio­na­rio pudo ocul­tar el júbi­lo por la des­apa­ri­ción polí­ti­ca de Trump pero tam­po­co la con­di­ción de apén­di­ce grin­go que ocu­pa Euro­pa en el jue­go geopolítico.

Altas auto­ri­da­des de la OTAN y la UE no ocul­tan su decep­ción por la intem­pes­ti­va y caó­ti­ca reti­ra­da esta­dou­ni­den­se de Afga­nis­tán (Foto: Telemundo)

Lue­go de que Biden ascen­die­ra a la Casa Blan­ca, la pre­si­den­ta de la Comi­sión Euro­pea, Ursu­la von der Leyen, decla­ró: «La UE tie­ne un nue­vo ami­go en la Casa Blan­ca tras cua­tro lar­gos años. Los Esta­dos Uni­dos están de vuel­ta en Euro­pa», mien­tras que el pre­si­den­te del Con­se­jo Euro­peo, Char­les Michel, sobre­ac­tua­ba: «Hago hoy un lla­ma­mien­to para un pac­to fun­da­dor, nue­vo, por una Euro­pa más fuer­te, por unos Esta­dos Uni­dos más fuer­tes, por un mun­do mejor».

A lo interno ha per­sis­ti­do la ten­sión res­pec­to al gra­do de auto­no­mía que la UE debe tener den­tro de la OTAN. Macron pro­ta­go­ni­zó un enfren­ta­mien­to ver­bal a tra­vés de la pren­sa con la minis­tra ale­ma­na de Defen­sa, Anne­gret Kramp-Karren­bauer, cono­ci­da como AKK, ya que el fran­cés opi­na que Euro­pa no será res­pe­ta­da por Esta­dos Uni­dos si no es sobe­ra­na en mate­ria de defen­sa, mien­tras AKK con­si­de­ra­ba «ilu­so­ria» la idea de una auto­no­mía estra­té­gi­ca europea.

Aun­que los fun­cio­na­rios de la admi­nis­tra­ción Biden habían con­sul­ta­do con los alia­dos sobre la reti­ra­da, estos se que­ja­ron de que Washing­ton les pre­sen­tó un hecho con­su­ma­do. Un fun­cio­na­rio vin­cu­la­do al pro­ce­so decla­ró al Finan­cial Times: «Esto se dis­cu­tió lar­ga­men­te, y Esta­dos Uni­dos escu­chó, pero Biden había toma­do una deci­sión política».

Una vez que se for­ma­li­zó la deci­sión, el Rei­no Uni­do, Tur­quía e Ita­lia esta­ban dis­pues­tos a encon­trar una mane­ra de man­te­ner las fuer­zas en su lugar para ayu­dar a esta­bi­li­zar Afga­nis­tán, pero esto se con­si­de­ra impo­si­ble sin la vas­ta infra­es­truc­tu­ra mili­tar pro­por­cio­na­da por los Esta­dos Uni­dos, en par­ti­cu­lar el apo­yo de la base aérea de Bagram al nor­te de Kabul.

El secre­ta­rio gene­ral de la OTAN, Jens Stol­ten­berg, insis­tió en que no había «nin­gu­na volun­tad» de otros alia­dos euro­peos o de Cana­dá para reem­pla­zar a Esta­dos Uni­dos una vez que anun­cia­ra su plan de retirada.

El mis­mo fun­cio­na­rio ha recha­za­do una mayor auto­no­mía euro­pea en asun­tos mili­ta­res; opi­nó en febre­ro pasa­do que «la uni­dad euro­pea no pue­de reem­pla­zar a la uni­dad trans­atlán­ti­ca», y acla­ró que el 80% de los gas­tos de la orga­ni­za­ción mili­tar pro­vie­nen de paí­ses aje­nos a la UE: Esta­dos Uni­dos, Cana­dá, Islan­dia, Norue­ga, el Rei­no Uni­do (tras el Bre­xit) y Turquía.

BORRELL RECONOCE ERRORES, FRACASO… Y DESCONCIERTO

La caí­da del gobierno títe­re afgano y la toma de Kabul por el Tali­bán antes de la espe­ra­da reti­ra­da de los últi­mos sol­da­dos esta­dou­ni­den­ses, el 31 de agos­to, obli­gó a la OTAN a orga­ni­zar ope­ra­cio­nes para eva­cuar rápi­da­men­te a sus ciu­da­da­nos y cola­bo­ra­do­res afga­nos. El vier­nes 20 de agos­to varios Esta­dos alia­dos pedían a Esta­dos Uni­dos que retra­sa­ran su sali­da defi­ni­ti­va del país.

La UE, a tra­vés de su can­ci­ller Josep Borrell, se ha que­ja­do de que «las medi­das de vigi­lan­cia y segu­ri­dad impues­tas por Washing­ton son muy estric­tas», y que estas «obs­ta­cu­li­zan el paso de nues­tros emplea­dos». «Quie­ren eva­cuar a 60 mil per­so­nas entre aho­ra y fines de este mes», dijo, agre­gan­do que «es mate­má­ti­ca­men­te imposible».

Tras una reu­nión de minis­tros de Asun­tos Exte­rio­res de la UE efec­tua­da el mar­tes 24 de agos­to, el diplo­má­ti­co decla­ra­ba que no pue­de haber «nin­gún pago de ayu­da al desa­rro­llo has­ta que acla­re­mos la situa­ción» con los líde­res del Tali­bán. Se refe­ría a los 1 mil 200 millo­nes de euros des­ti­na­dos a Afga­nis­tán para el perio­do 2021 – 2024.

Agre­gó que «la ayu­da huma­ni­ta­ria con­ti­nua­rá, y tal vez ten­ga­mos un aumen­to», dado el núme­ro de afga­nos des­pla­za­dos, la sequía en cur­so y el impac­to de la pan­de­mia de covid-19. Mani­fes­tó que el blo­que «ten­drá que hablar» con el Tali­bán «tan pron­to como sea nece­sa­rio» por­que el gru­po «ha gana­do la gue­rra» en Afga­nis­tán, acla­ran­do que el diá­lo­go no impli­ca el reco­no­ci­mien­to for­mal del nue­vo gobierno por par­te de Bru­se­las en un futuro.

La agen­da inclu­yó una dis­cu­sión sobre las cir­cuns­tan­cias del «repen­tino colap­so» de las fuer­zas afga­nas ante la ofen­si­va relám­pa­go del Tali­bán, ante lo cual Borrell opi­nó que «tene­mos que reco­no­cer que se han come­ti­do erro­res, espe­cial­men­te sobre la eva­lua­ción de la capa­ci­dad mili­tar del ejér­ci­to afgano para resis­tir la ofen­si­va de los talibanes».

Ante la reti­ra­da de las tro­pas esta­dou­ni­den­ses, la UE y la OTAN han cri­ti­ca­do la deci­sión dicien­do que ha debi­li­ta­do a la orga­ni­za­ción trans­atlán­ti­ca y plan­tean dudas sobre su depen­den­cia de Washing­ton (Foto: Luke Sha­rrett /​AFP)

Enfa­ti­zó que «si los esta­dou­ni­den­ses se van el 31 de agos­to, los euro­peos no ten­drán la capa­ci­dad mili­tar para con­tro­lar y ase­gu­rar el aero­puer­to mili­tar y los tali­ba­nes lo controlarán».

Hizo hin­ca­pié en que «lo que está pasan­do en Afga­nis­tán es una tra­ge­dia», pre­gun­tán­do­se: «¿Por qué suce­die­ron las cosas de esta mane­ra? Lamen­to mucho cómo fue­ron las cosas. Pero nadie pidió a los euro­peos su opi­nión». Dejó colar su inco­mo­di­dad afir­man­do que «algu­nos paí­ses plan­tea­rán pre­gun­tas sobre el alia­do esta­dou­ni­den­se, que, como dijo Joe Biden, ya no quie­re pelear las gue­rras de otros». A este res­pec­to refle­xio­nó: «No hay alter­na­ti­va para los euro­peos. Debe­mos orga­ni­zar­nos para enfren­tar el mun­do tal como es y no como lo soñamos».

Sugi­rió «pro­por­cio­nar una pri­me­ra fuer­za de entra­da de 50 mil sol­da­dos, capa­ces de ope­rar en con­di­cio­nes como las que vivi­mos en Afga­nis­tán… El pro­yec­to se está deba­tien­do entre los minis­tros de defen­sa de la UE».

EL DECLIVE EN FRASES

Varios fun­cio­na­rios de defen­sa y segu­ri­dad de la UE han cri­ti­ca­do la deci­sión de Esta­dos Uni­dos de enviar a casa a sus 2 mil 500 sol­da­dos, dicien­do que ha debi­li­ta­do a la OTAN y plan­tea­do pre­gun­tas sobre la depen­den­cia de segu­ri­dad de Euro­pa de Washington.

Artis Pabriks, minis­tro de defen­sa de Leto­nia, declaró:

«Este tipo de reti­ra­da de tro­pas cau­só caos. El caos cau­sa sufri­mien­to adicional».

«Esta era ha ter­mi­na­do. Por des­gra­cia, Occi­den­te, y Euro­pa en par­ti­cu­lar, están demos­tran­do que son más débi­les a nivel mundial».

Ben Walla­ce, secre­ta­rio de defen­sa del Rei­no Uni­do, dijo entre lágrimas:

«Algu­nos no regresarán».

«Es tris­te. Vein­te años de sacri­fi­cio es lo que es».

Armin Las­chet, can­di­da­to con­ser­va­dor de Ale­ma­nia para suce­der a la can­ci­ller Ange­la Mer­kel, afir­mó que:

«Es la mayor deba­cle que la OTAN ha expe­ri­men­ta­do des­de su fundación».

Lord Peter Ric­ketts, ex ase­sor de segu­ri­dad nacio­nal del Rei­no Uni­do, no dudó en decir que:

«Pare­ce que la OTAN ha sido com­ple­ta­men­te supe­ra­da por las deci­sio­nes uni­la­te­ra­les estadounidenses».

«En pri­mer lugar, la deci­sión de Trump de comen­zar a hablar con los tali­ba­nes sobre irse y lue­go la deci­sión de Biden de esta­ble­cer un calendario».

Jens Stol­ten­berg, el secre­ta­rio gene­ral de la OTAN, pre­gun­tó de mane­ra retórica:

«Por qué entre­na­mos, equi­pa­mos y apo­ya­mos a las fuer­zas duran­te tan­tos años … ¿no es capaz de hacer fren­te a los tali­ba­nes de una mane­ra más fuer­te y mejor de lo que lo hicieron?”

Lord Mark Sed­will, ex emba­ja­dor y alto repre­sen­tan­te de la OTAN en Afga­nis­tán, pro­si­guió con una línea guerrerista:

«La alian­za debe cen­trar sus esfuer­zos en recons­truir las capa­ci­da­des prác­ti­cas para inter­ve­nir cuan­do sea nece­sa­rio, evi­tan­do el exce­so de alcan­ce e impa­cien­cia que resul­tó fatal para la cam­pa­ña afgana».

Por últi­mo, Lord Geor­ge Rober­tson, ex secre­ta­rio gene­ral de la OTAN (duran­te los hechos del 11S):

«Si esto es una lla­ma­da de aten­ción a los euro­peos ‑que en el futu­ro ten­drán que sal­va­guar­dar su pro­pia segu­ri­dad mucho más que antes por­que el poli­cía glo­bal esta­dou­ni­den­se no nece­sa­ria­men­te va a estar alre­de­dor todo el tiem­po- enton­ces habrá ser­vi­do a un propósito».

La depen­den­cia de Euro­pa y otros paí­ses de la Alian­za de lo que deter­mi­ne Washing­ton ha fun­cio­na­do como arma de doble filo, les ha per­mi­ti­do dis­fru­tar de la «tran­qui­li­dad» de estar ali­nea­dos a las deter­mi­na­cio­nes impe­ria­les pero la han paga­do con la ines­ta­bi­li­dad que sig­ni­fi­ca tener que dejar per­so­nal aban­do­na­do en sue­lo afgano y salir derro­ta­dos de una gue­rra que es «de otros» (Biden dixit).

Itu­rria /​Fuen­te

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