Afga­nis­tán. Tali­ba­nes, hacia una vic­to­ria incontenible

Por Gua­di Cal­vo*, Resu­men Medio Orien­te, 8 de julio de 2021-.

Los vein­te años de la ocu­pa­ción nor­te­ame­ri­ca­na de Afga­nis­tán, solo ha ser­vi­do para con­fir­mar la leyen­da de que los gue­rre­ros afga­nos son inven­ci­bles a la hora de defen­der esca­bro­so terri­to­rio. Lo que pue­den ates­ti­guar des­de el impe­rio bri­tá­ni­co, la Unión Sovié­ti­ca y los Esta­dos Uni­dos. Por men­cio­nar los últi­mos que se han atre­vi­do a seme­jan­te osadía.

Aun­que en esta opor­tu­ni­dad, aque­llos gue­rre­ros se han con­ver­ti­do en faná­ti­cos reli­gio­sos que han ante­pues­to su par­ti­cu­lar inter­pre­ta­ción del Corán, a cual­quier otra razón. Mon­ta­dos en ese espí­ri­tu indo­ma­ble, los tali­ba­nes, están a pun­to de vol­ver al poder y arras­trar al medioe­vo, a los 37 millo­nes de afga­nos, como lo hicie­ron des­de 1994 a 2001. Impi­dien­do el desa­rro­llo de la socie­dad y fun­da­men­tal­men­te de las muje­res. A modo de ejem­plo recor­de­mos que duran­te su inte­rregno, a los hom­bres, se les impo­nía des­de el lar­go de sus bar­bas, las que eran obli­ga­to­rias, a prohi­bir­les nade­rías como volar come­tas, criar pája­ros o escu­char músi­ca, ni men­cio­nar la acti­vi­dad polí­ti­ca fue­ra del circu­lo áuli­co del Tali­ban. Aun­que todo el ata­vis­mo de los Mullah, se con­cen­tró con par­ti­cu­lar bru­ta­li­dad en las muje­res, las que tuvie­ron veda­do abso­lu­ta­men­te todo. Con­vir­tién­do­las en obje­tos sin nin­gún dere­cho, some­ti­das a las estric­tas orde­nan­zas del pur­dah (cor­ti­na) que regi­men­ta­da la vida de la mujer en públi­co. Depen­dien­do del mah­ram el paren­tes­co cer­cano con cual­quier hom­bre espo­so, padre, her­mano e inclu­so hijos de los que depen­día abso­lu­ta­men­te para todo y sin lo que no podía salir de su casa, bajo pena de ser encar­ce­la­da y en el peor de los casos lapi­da­da. La mujer tenía prohi­bi­do des­de reír en públi­co a ser aten­di­das por un médi­co y tenien­do espe­cial­men­te cer­ce­na­da la posi­bi­li­dad de acce­der a cual­quier nivel de educación.

Por lo que son las muje­res, las que más temen a la pró­xi­ma e indis­cu­ti­da vic­to­ria del Tali­bán, que los legi­ti­ma, ya que los muyahi­di­nes, no solo logra­ron resis­tir la ocu­pa­ción, de los Esta­dos Uni­dos y sus socios de la OTAN, sino que han con­se­gui­do el apo­yo de las gran­des mayo­rías afga­nas, dado los altos nive­les de corrup­ción de la cla­se polí­ti­ca que se for­mó al ampa­ro de Washing­ton y las innu­me­ra­bles arbi­tra­rie­da­des de las tro­pas inva­so­ras, las que han pro­du­ci­do cien­to de miles de muer­tos, tor­tu­ra­dos y des­apa­re­ci­dos ade­más de pér­di­das cul­tu­ra­les y mate­ria­les en una socie­dad fuer­te­men­te ata­da a sus tradiciones.

Qui­zás lo más sim­bó­li­co de la reti­ra­da de los nor­te­ame­ri­ca­nos, que ya no pue­den disi­mu­lar la derro­ta, sea el aban­dono del pasa­do dos de julio y casi en secre­to, de la base mili­tar y área más impor­tan­te que han teni­do en ese país: Bagram, a unos 72 kiló­me­tros al nor­te de Kabul, con una pis­ta de ate­rri­za­je de 3500 metros, de don­de par­tían las mayo­rías de las ope­ra­cio­nes aéreas con­tra los insur­gen­tes. Ade­más de ser el cuar­tel gene­ral de las tro­pas de Ope­ra­cio­nes Espe­cia­les de Esta­dos Uni­dos. Don­de se lle­ga­ron a alber­gar más de 100 mil sol­da­dos, que para no extra­ñar las cos­tum­bres de su país con­ta­ba con pile­tas de nata­ción, cines, loca­les de las cade­nas Bur­ger KingPiz­za Hut, un han­gar uti­li­za­do para inte­rro­gar y tor­tu­rar pri­sio­ne­ros cono­ci­do como pun­to de reco­gi­da de Bagram y una pri­sión para 5 mil reclusos.

Tras el ingre­so de efec­ti­vos afga­nos a Bagram, encon­tra­ron que todo el mate­rial aban­do­na­do por los nor­te­ame­ri­ca­nos, entre los que había uni­da­des de trans­por­te y de comu­ni­ca­ción, habían sido van­da­li­za­das, por un cer­te­ro temor, el que, más tem­prano que tar­de cai­ga en manos del Tali­bán.

Se espe­ra que el ejér­ci­to ame­ri­cano, com­ple­te su reti­ra­da, de la que ya reali­zó el noven­ta por cien­to, en pocos días más, aun­que algu­nas fuen­tes men­cio­nan fina­les de agos­to. No impor­ta cuan­do la reti­ra­da nor­te­ame­ri­ca­na fijar el pun­to, en que empe­za­ran a correr el tiem­po final del gobierno del pre­si­den­te Ash­raf Gha­ni y toda la estruc­tu­ra polí­ti­ca de Kabul y la mayo­ría de las 34 pro­vin­cias que pue­den derrum­bar­se cuán­do el Tali­bán lo con­si­de­re opor­tuno. Por lo que la Casa­blan­ca ha orde­na­do la eva­cua­ción de gran par­te del per­so­nal de su emba­ja­da y la asig­na­ción de 650 efec­ti­vos, para protegerla.

La ofen­si­va de los muyahi­di­nes ini­cia­da el pri­me­ro de mayo, no solo es incon­te­ni­ble, sino que se incre­men­ta a cada momen­to. Dado no solo la por el aban­dono de sus posi­cio­nes del Ejér­ci­to Nacio­nal Afgano (ENA), sino por la cons­tan­te incau­ta­ción de armas y otros mate­ria­les con los que en el últi­mo año han reabas­te­ci­do a sus guerreros.

El pasa­do día 6 de julio los tali­ba­nes exhi­bie­ron con­te­ne­do­res reple­tos de armas y equi­po mili­tar y una vein­te­na de camio­ne­tas, toma­das al ejér­ci­to afgano en la base mili­tar Sul­tan Khil en la pro­vin­cia de War­dak a poco más de 120 kiló­me­tros al oes­te de Kabul. Muchas de las armas incau­ta­das esta­ban sin uso y toda­vía con­ser­va­das en sus cajas de embalaje.

En estas últi­mas sema­nas han toma­do más de ochen­ta de los 421 wules­wa­li (dis­tri­tos) del país par­ti­cu­lar­men­te en el nor­te, don­de se regis­tran los mayo­res pro­gre­sos. Inclu­yen­do el sitio de cuar­to capi­ta­les pro­vin­cia­les. Badakhshan, Takhar, Khun­duz y Qala-i-Naw, capi­tal de la pro­vin­cia de Badghis, la que ocu­pa­ron duran­te varias horas, duran­te las que asal­ta­ron la pri­sión, libe­ra­ron 200 “her­ma­nos” y saquea­ron las ofi­ci­nas del gober­na­dor, la poli­cía y la sede de la Direc­ción Nacio­nal de Segu­ri­dad. Ade­más de for­zar ren­di­ción masi­va de altos man­dos poli­cia­les y de las Fuer­zas de Segu­ri­dad y Defen­sa Nacio­nal de Afga­nis­tán (ANDSF).

La macha de tinta.

Como una man­cha de tin­ta sobre el papel, el Talibán con­ti­núa exten­dien­do su con­trol terri­to­rial, ya libre de su mayor enemi­go: los bom­bar­deos de la avia­ción nor­te­ame­ri­ca­na. Los repor­tes se reite­ran como una leta­nía. Más y más depar­ta­men­tos siguen cayen­do bajo el con­trol de los inte­gris­tas. Según los últi­mos repor­tes los insur­gen­tes ya con­tro­lan 188 wules­wa­li y dispu­tan otros 135 de 421 que tie­ne el país.

Qui­zás lo que suce­de en la pro­vin­cia de Badakhshan, don­de los insur­gen­tes con­tro­lan 23 de los 28 wules­wa­li y muchos de esos dis­tri­tos se han ren­di­do sin luchar, ten­ga una fuer­te car­ga sim­bó­li­ca, ya que Badakhshan, fue uno de los prin­ci­pa­les cen­tros de resis­ten­cia al tali­bán, has­ta sep­tiem­bre de 2001 y don­de tenía su cuar­tel gene­ral, la Alian­za del Nor­te, la últi­ma fuer­za local que inten­tó impe­dir el acce­so al poder del Mullah Omar, el fun­da­dor de los tali­ba­nes. Ahmad Shah Mas­soud, líder de la alian­za fue ase­si­na­do en un aten­ta­do sui­ci­da dos días antes de la caí­da de las torres.

La pér­di­da de las pro­vin­cias de Badakhshan y Takhar, don­de los inte­gris­tas con­tro­lan 14 de los 17 dis­tri­tos, los tres res­tan­tes inclui­do el de Talo­qun, don­de se encuen­tra la capi­tal pro­vin­cial, ter­mi­na­ría con las espe­ran­zas de Ahmad Mas­soud, el hijo de Shah, quien en las últi­mas sema­nas había reci­bi­do impor­tan­tes apo­yos mate­ria­les del pre­si­den­te Gha­ni. Mien­tras el pasa­do sába­do tres, imá­ge­nes de tele­vi­sión mos­tra­ron a polí­ti­cos y fun­cio­na­rios de Badakhshan, abor­dan­do avio­nes para huir a Kabul.

Mien­tras, se siguen cono­cien­do deser­cio­nes masi­vas como la suce­di­da con más de un millar de hom­bres de las fuer­zas de segu­ri­dad que res­pon­den a Kabul y cien­tos de fun­cio­na­rios del gobierno que han hui­do hacia Tayi­kis­tán. Inclu­so el Tali­bán, que han toma­do los prin­ci­pa­les cru­ces fron­te­ri­zos con ese país, aban­do­na­dos por las fuer­zas afga­nas, toman­do el con­trol y admi­nis­tran­do esos pasos cuyas ope­ra­cio­nes repre­sen­tan millo­nes de dóla­res al año. Lo que ha obli­ga­do a Rusia a movi­li­zar heli­cóp­te­ros de ata­que des­de su base en Tayikistán.

Los logros de los tali­ba­nes no han sido exclu­si­vos del nor­te. En el sur, han toma­do el con­trol de varios dis­tri­tos cla­ves, como Gereshk en Hel­mand y Shah Wali Khot y Panj­wa­yi en Kandahar.

El dis­tri­to de Panj­wa­yi, don­de nación el movi­mien­to Tali­bán, jun­to a Shah Wali Kot, ya han que­da­do bajo el con­trol de los insur­gen­tes lo que pone en jaque la ciu­dad de Kan­dahar, capi­tal de la pro­vin­cia del mis­mo nom­bre, don­de ade­más ase­chan Spin Bol­dak, cabe­ce­ra de un impor­tan­te cru­ce fron­te­ri­zo con Pakistán.

Todos los exper­tos coin­ci­den en que el gobierno de Kabul, cuen­ta con pocas sema­nas, para rever­tir la situa­ción y evi­tar su caí­da. Mien­tras que la máxi­ma auto­ri­dad del ejér­ci­to nor­te­ame­ri­cano en el país cen­tro asiá­ti­co, el gene­ral Aus­tin S. Miller decla­ró que: “La reti­ra­da se pro­du­ce en medio de temo­res de que podría poner a Afga­nis­tán en el camino a una gue­rra civil”. Cómo si Washing­ton, duran­te estos últi­mos vein­te años hubie­ra sido un mero obser­va­dor de la cri­sis, que segui­rá con­su­mien­do vidas afga­nas y anun­cia la vic­to­ria incon­te­ni­ble del Tali­bán.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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