Argen­ti­na. Nino, Ser­gio, Rafa y los labe­rin­tos de la impunidad

Por Ale­jan­dro Pal­mas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 20 de junio de 2021

A 11 años del ase­si­na­to de Ser­gio y Nino, nin­gún res­pon­sa­ble mate­rial o polí­ti­co pisó la cár­cel. El caso de Rafa Nahuel va por el mis­mo camino. La vio­len­cia ins­ti­tu­cio­nal goza de impu­ni­dad en Río Negro y Argentina.

El 25 de enero de 2018, Débo­ra mar­chó jun­to a la movi­li­za­ción que exi­gía jus­ti­cia a 2 meses del ase­si­na­to por la espal­da de Rafi­ta Nahuel. Lle­gan­do a la “Mitre”, Débo­ra cana­li­zó su pedi­do de jus­ti­cia pin­tan­do la cara de Rafa en los can­te­ros que recién se estre­na­ban en la arte­ria turís­ti­ca de la ciu­dad. Por ese hecho, fue denun­cia­da por la Muni­ci­pa­li­dad, se la impu­tó y la defen­sa pro­mo­vi­da por la APDH de Bari­lo­che logró soli­ci­tar una sus­pen­sión de jui­cio a prue­ba.

Rea­li­zan­do tareas comu­ni­ta­rias en la escue­la 154 del barrio Fru­ti­llar, Débo­ra pudo cerrar su cau­sa la pasa­da sema­na.

A una con­de­na simi­lar podrán acce­der quie­nes dis­pa­ra­ron casi 130 balas de plo­mo con­tra miem­bros de la comu­ni­dad Laf­ken Win­kul Mapu que ter­mi­na­ron con la vida de Rafa de 22 años y dos miem­bros de la comu­ni­dad heri­dos de balas.

El pro­ce­sa­mien­to de los cin­co Alba­tros ocu­rri­do en el día de ayer a ins­tan­cias del Juez Fede­ral Gus­ta­vo Zapa­ta fue sin pri­sión pre­ven­ti­va. Es decir que todos los impu­tados goza­rán del bene­fi­cio de la liber­tad, tal como has­ta aho­ra. Y ade­más, la cara­tu­la por la que fue pro­ce­sa­do Ser­gio Cavia, “homi­ci­dio agra­va­do por su comi­sión con vio­len­cia con­tra las per­so­nas median­te la uti­li­za­ción de armas de fue­go, come­ti­do con exce­so en la legí­ti­ma defen­sa” y el res­to como “par­tí­ci­pes nece­sa­rios”, arro­jan con­de­nas bajas y podrían ser de eje­cu­ción con­di­cio­nal.

El 17 de junio de 2010, lue­go del ase­si­na­to de Die­go Bon­ne­foi, de 15 años, duran­te la madru­ga­da a manos del cabo Ser­gio Colom­bil de la Poli­cía de Río Negro, devino una pue­bla­da que fue dura­men­te repri­mi­da y ter­mi­nó con la vida de Ser­gio Cár­de­nas de 29 años y Nino Carras­co de 16.

La lucha incan­sa­ble de fami­lia­res y orga­ni­za­cio­nes de dere­chos huma­nos logra­ron lle­gar a un jui­cio his­tó­ri­co que sen­tó en el ban­qui­llo de los acu­sa­dos a la cúpu­la poli­cial com­ple­ta y a tres poli­cías: Víc­tor Cufré (ex secre­ta­rio de Segu­ri­dad), Jor­ge Villa­no­va (titu­lar de la Jefa­tu­ra poli­cial); Argen­tino Her­mo­sa, (titu­lar de la Regio­nal III) y a los agen­tes Pil, Epu­ñan y Sobarzo.

El 4 de diciem­bre del mis­mo año, la Cáma­ra Cri­mi­nal subro­gan­te falló con­de­nán­do­los a cua­tro años de pri­sión efec­ti­va por ser los res­pon­sa­bles polí­ti­cos y ope­ra­ti­vos de la masa­cre del alto.

Pasa­ron casi 3 años y la con­de­na se encuen­tra fir­me, sin embar­go, nin­guno de los cul­pa­bles está pri­va­do de su libertad.

Así son las asi­me­trías del poder. Pro­fun­da­men­te injus­tas. Los deli­tos con­tra la pro­pie­dad en Argen­ti­na son seve­ra­men­te cas­ti­ga­dos, no así los deli­tos con­tra la vida. Más si la vida es de ori­gen pobre y ple­be­ya. Si el cri­men lo come­ten las fuer­zas de segu­ri­dad, ten­drán todos los recur­sos del Esta­do a su favor para que la jus­ti­cia se enre­de en sus pro­pios labe­rin­tos de recur­sos y ape­la­cio­nes, prue­bas fra­gua­das, cam­bios de jue­ces, tras­pa­sos de una cáma­ra a otra, subro­gan­cias, cam­bio de cará­tu­las y miles de etcé­te­ras que deven­drán en la fal­ta de cas­ti­go a los culpables.

Hoy, Car­men, Kari­na, Gabrie­la, Cris­ti­na, Ricar­do y Juan, entre otros y otras, sen­ti­rán la mesa vacía. El cuar­to que que­dó con­ge­la­do con los recuer­dos del pibe que no lle­gó a ser adul­to. Los her­ma­ni­tos que no tuvie­ron papá que los espe­re a la sali­da de la escue­la. La infi­ni­ta tris­te­za que sube por el pecho cuan­do las fechas lla­man a los recuerdos.

Para que no ten­ga­mos que pin­tar más caras que recuer­den a nues­tros muer­tos en pare­des y can­te­ros.

Bas­ta de impunidad.

Jus­ti­cia.

Fuen­te: La tinta

Itu­rria /​Fuen­te

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