Perú. El arte de la polí­ti­ca: el sue­ño no cum­pli­do del Bicentenario

Elmer Anto­nio Torre­jón Piza­rro* /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de abril de 2021

En la polí­ti­ca siem­pre se debe velar por el bien común, por el bien­es­tar de los ciu­da­da­nos. Pero nues­tra reali­dad polí­ti­ca nos mues­tra lo contrario.

Las últi­mas encues­tas, nos mues­tran que el can­di­da­to pre­si­den­cial que va por delan­te, no supera el 15 % de inten­ción de voto, y exis­te casi un 30 % que no sabe por quién votar o no cree en nin­guno de los candidat@s, por tan­to, no vota­rá por alguno de ellos o ellas. Esta es la reali­dad a solo dos sema­nas de las elec­cio­nes gene­ra­les, este es el pano­ra­ma de la polí­ti­ca perua­na del Bicentenario.

La ver­dad, no me ima­gi­na­ba que el Perú en la cele­bra­ción de sus 200 años de “inde­pen­den­cia”, su polí­ti­ca iba a estar por los sue­los, y es que, des­de hace muchas déca­das, nues­tra polí­ti­ca ha caí­do en la más pro­fun­da des­con­fian­za y ani­mad­ver­sión (solo el 32 % de los perua­nos con­fía en los par­ti­dos polí­ti­cos) por par­te jus­ta­men­te de los ciu­da­da­nos, que vemos en la polí­ti­ca un canal para asig­nar nues­tro poder, a repre­sen­tan­tes que admi­nis­tra­rán ese poder para dar solu­ción a nues­tras pro­ble­má­ti­cas y plan­tear soluciones.

Son los polí­ti­cos muchas veces “impro­vi­sa­dos e infor­ma­les”, los que acen­túan la preo­cu­pan­te con­di­ción de la polí­ti­ca perua­na actual, los que han hecho de la polí­ti­ca un medio para satis­fa­cer nece­si­da­des par­ti­cu­la­res, pos­tran­do el con­cep­to y accio­nar polí­ti­co a una pau­pé­rri­ma situa­ción y des­acre­di­ta­ción gene­ra­li­za­da por par­te del ciudadano.

En la polí­ti­ca, siem­pre se debe velar por el bien común, por el bien­es­tar de los ciu­da­da­nos. Pero nues­tra reali­dad polí­ti­ca, nos mues­tra lo con­tra­rio, LA CORRUPCIÓN Y LOS PRIVILEGIOS son el sello de la polí­ti­ca perua­na camino a su Bicentenario. 

El polí­ti­co peruano, a vís­pe­ras del Bicen­te­na­rio, no entien­de que el poder asig­na­do a su per­so­na, es para mejo­rar la cali­dad de vida del colec­ti­vo. ¡En fin, NO entien­de lo que es la POLÍTICA en mayúsculas!

Pero la polí­ti­ca, la “ver­da­de­ra polí­ti­ca” no es mala, no es nau­sea­bun­da como lo cree­mos o nos lo han hecho creer gene­ra­cio­nal­men­te. La polí­ti­ca es una cien­cia social que nace “cien­tí­fi­ca­men­te” allá por el siglo V a.C.; en los albo­res de Ate­nas, una de las ciu­da­des de la cul­tu­ra griega.

Jus­ta­men­te, un grie­go como Aris­tó­te­les, defi­nió “natu­ral­men­te” al hom­bre como un ani­mal polí­ti­co. Las defi­ni­cio­nes clá­si­cas de la polí­ti­ca están refe­ri­das al “ejer­ci­cio del poder”.

El soció­lo­go Max Weber defi­nía a la polí­ti­ca como una voca­ción, don­de las per­so­nas aspi­ran el poder ya sea entre el Esta­do o den­tro de un Esta­do. Weber defi­nía la polí­ti­ca rela­cio­na­da direc­ta­men­te con el accio­nar de un Estado.

Sobre polí­ti­ca se ha escri­to y dicho en dema­sía a nivel teó­ri­co y prác­ti­co. La POLÍTICA debe­mos enten­der­la como la ges­tión del poder, ema­na­do de los ciu­da­da­nos, para mejo­rar las con­di­cio­nes de vida de las pobla­cio­nes. Una ges­tión del poder por par­te de auto­ri­da­des ele­gi­das democráticamente.

Como lo men­cio­na el soció­lo­go Sine­sio López, la polí­ti­ca como esa capa­ci­dad de direc­ción, dise­ño y ges­tión de la acción den­tro de deter­mi­na­dos mar­cos ins­ti­tu­cio­na­les y de deter­mi­na­das con­di­cio­nes estruc­tu­ra­les para obte­ner algu­nos resul­ta­dos desea­dos: desa­rro­llo, demo­cra­cia, esta­bi­li­dad, efi­ca­cia y efec­ti­vi­dad, gober­na­bi­li­dad, inte­gra­ción sis­té­mi­ca, inte­gra­ción social. En suma: cali­dad de vida.

En la polí­ti­ca, siem­pre se debe velar por el bien común, por el bien­es­tar de los ciu­da­da­nos. Pero nues­tra reali­dad polí­ti­ca, nos mues­tra lo con­tra­rio, LA CORRUPCIÓN Y LOS PRIVILEGIOS son el sello de la polí­ti­ca perua­na camino a su Bicentenario.

Hay tres acto­res prin­ci­pa­les de esta situa­ción que veni­mos lamen­tan­do hace muchas déca­das: Pri­me­ro, en noso­tros LOS CIUDADANOS que no sabe­mos ele­gir o no nos com­pro­me­te­mos a hacer polí­ti­ca educativa.

Tene­mos mucho de cul­pa, y es nece­sa­rio que tam­bién noso­tros enten­da­mos y conoz­ca­mos lo que es la “polí­ti­ca ver­da­de­ra”. La polí­ti­ca no es rega­lar nues­tro voto a cual­quier candidato/​a que te rega­la un polo, una bol­sa de azú­car, un tarro de leche, una cer­ve­za o una fies­ta popu­lar rim­bom­ban­te, o por­que te ofre­cen cosas que no están a su alcan­ce, como resul­ta con los actua­les candidat@s al Congreso.

La debi­li­dad ins­ti­tu­cio­nal de nues­tros par­ti­dos ahon­da la cri­sis de gober­na­bi­li­dad y repre­sen­ta­ti­vi­dad en el país. 

En segun­do lugar, la cul­pa está en un SISTEMA ELECTORAL obso­le­to que ha con­lle­va­do a ele­gir auto­ri­da­des que a veces no repre­sen­tan ade­cua­da­men­te a su pobla­ción; es nece­sa­rio rea­li­zar ajus­tes en los temas de “dis­tri­tos elec­to­ra­les y “voto preferencial”.

Ade­más, el JNE debe­ría for­ta­le­cer sus fil­tros para que nos repre­sen­ten ver­da­de­ros polí­ti­cos, en base a una meri­to­cra­cia; y no “polí­ti­cos” que cuen­ten con ante­ce­den­tes pena­les, judi­cia­les y poli­cia­les o estén adeu­dan­do al Esta­do. Míni­mo tie­nen que tener un cono­ci­mien­to de su reali­dad, al menos haber hecho un ANÁLISIS FODA de su loca­li­dad o región.

En ter­cer lugar, están los PARTIDOS POLÍTICOS, que debe­rían ser los lla­ma­dos a ejer­cer la polí­ti­ca, ofre­cien­do ade­cua­dos y cohe­ren­tes candidatos/​as que los ciu­da­da­nos ele­gi­rán. La debi­li­dad ins­ti­tu­cio­nal de nues­tros par­ti­dos ahon­da la cri­sis de gober­na­bi­li­dad y repre­sen­ta­ti­vi­dad en el país.

Los par­ti­dos polí­ti­cos debe­rían bus­car y for­ta­le­cer la for­ma­ción de las pre­fe­ren­cias de los ciu­da­da­nos hacién­do­las diná­mi­cas, per­mi­tien­do de esa mane­ra que los diver­sos gru­pos socia­les expre­sen sus intere­ses y cana­li­cen sus deman­das por medio de los par­ti­dos y eli­gien­do ver­da­de­ros POLÍTICOS.

En nues­tro Bicen­te­na­rio, me ilu­sio­né que la POLÍTICA perua­na era bus­car el bien común, don­de el poder repre­sen­ta­do y legi­ti­ma­do que te con­fie­re la pobla­ción bus­ca­ría un espa­cio de con­vi­ven­cia y mejo­ra de cali­dad de vida.

Me ima­gi­né una POLÍTICA con una ges­tión del PODER para cons­truir espa­cios, don­de el desa­rro­llo y la ges­tión sos­te­ni­ble sea la ban­de­ra de las auto­ri­da­des ele­gi­das; sea la ban­de­ra de los “ver­da­de­ros polí­ti­cos”. Soñé a tod@s uni­dos, polí­ti­cos res­pon­sa­bles jun­to a una pobla­ción com­pro­me­ti­da, luchan­do y levan­tán­do­se fren­te a una pandemia.

Pero des­per­té:

¡SÓLO FUE UN SUEÑO INCUMPLIDO, UNA ILUSIÓN BICENTENARIA!


* Elmer Anto­nio Torre­jón Piza­rro es antro­pó­lo­go por la Uni­ver­si­dad Nacio­nal Mayor de San Mar­cos (UNMSM), con una maes­tría en Estu­dios Ama­zó­ni­cos por la UNMSM.


Fuen­te: https://​elmer​to​rre​jon​pi​za​rro​.blogs​pot​.com/

FUENTE: SERVINDI

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