Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Geo­po­lí­ti­ca de vacu­nas y lucha antiimperialista

Por Rodri­go Suñe y Gio­va­ni del Pre­te. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de abril de 2021.

El pro­ble­ma de las vacu­nas está liga­do umbi­li­cal­men­te al tema del ham­bre, el des­em­pleo, las deu­das y los blo­queos criminales.

A más de un año del ini­cio de esta pan­de­mia, una cosa es cier­ta: solo la vacu­na­ción masi­va, públi­ca y gra­tui­ta, es la solu­ción para rever­tir esta situa­ción de muer­tes y tragedias.

En teo­ría, ya sabe­mos cuál debe­ría ser la res­pues­ta. En la prác­ti­ca, empre­sas y gobier­nos de todo el mun­do están libran­do una gue­rra para­le­la a la gue­rra con­tra el virus.

La gue­rra por la vul­ne­ra­ción de la pro­pie­dad inte­lec­tual para pro­du­cir la vacu­na ha sido el gran con­flic­to que expo­ne las des­igual­da­des entre el Nor­te y el Sur Glo­bal en medio de la pandemia.

Aquí esta­mos hablan­do del lla­ma­do “nacio­na­lis­mo de la vacu­na”, carac­te­ri­za­do por la repro­duc­ción del apartheid médi­co exis­ten­te entre los paí­ses impe­ria­lis­tas y los paí­ses de la peri­fe­ria del mundo.

Según datos de Oxfam (2020), con el 14% de la pobla­ción mun­dial, los paí­ses ricos com­pra­ron el 53% del stock mun­dial de vacu­nas pro­me­ti­do por la indus­tria far­ma­céu­ti­ca. Muchos de estos paí­ses ya han garan­ti­za­do unas tres dosis para cada uno de sus habi­tan­tes. Cana­dá, por ejem­plo, tie­ne el equi­va­len­te a cin­co dosis para cada uno de sus ciudadanos.

Por otro lado, el mis­mo estu­dio seña­la que solo una de cada diez per­so­nas en paí­ses pobres podrá reci­bir el inmu­ni­za­dor a fines de 2021. Con esta tasa de vacu­na­ción, la pobla­ción de paí­ses de ingre­sos medios esta­rá inmu­ni­za­da en 2022 , y la de los paí­ses pobres en 2023 o 2024. Una tragedia.

La siguien­te tabla, de la pla­ta­for­ma Our World in Data , coor­di­na­da por la Uni­ver­si­dad de Oxford, mues­tra la dis­tri­bu­ción de las dosis de vacu­na admi­nis­tra­das por cada 100 habi­tan­tes de cada país. Los paí­ses azul oscu­ro (Nor­te Glo­bal) tie­nen más de dos dosis del inmu­ni­za­dor en stock para cada habitante.

Pero, ¿qué expli­ca y cómo pode­mos solu­cio­nar este pro­ble­ma? Este apartheid médi­co entre el Nor­te y el Sur Glo­bal tie­ne sus raí­ces en la pro­pie­dad privada.

El estu­dio «Aler­ta Roja: vacu­na popu­lar«, ela­bo­ra­do por el Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal, mues­tra que la pro­duc­ción a gran esca­la del agen­te inmu­ni­zan­te se ve impe­di­da por la vigen­cia del régi­men de paten­tes, que garan­ti­za a las gran­des empre­sas far­ma­céu­ti­cas la pro­pie­dad inte­lec­tual de la rece­ta. ( cono­ci­mien­tos e insu­mos) de pro­duc­ción de vacunas.

No es casua­li­dad que India y Sudá­fri­ca lide­ren el lla­ma­mien­to a la Orga­ni­za­ción Mun­dial del Comer­cio (OMC) para sus­pen­der tem­po­ral­men­te las paten­tes rela­cio­na­das con inmu­ni­za­do­res y sumi­nis­tros para com­ba­tir la covid.

Sin embar­go, gra­cias a inver­sio­nes públi­cas mul­ti­mi­llo­na­rias en sus labo­ra­to­rios pri­va­dos, los paí­ses del Nor­te Glo­bal son pre­ci­sa­men­te los prin­ci­pa­les defen­so­res del régi­men de paten­tes, legi­ti­man­do así el dere­cho al mono­po­lio y la rea­li­za­ción de ganan­cias exor­bi­tan­tes en medio de una pandemia.

Toda pobre­za extre­ma es her­ma­na geme­la de la rique­za extre­ma. Este es el resul­ta­do de la ten­den­cia estruc­tu­ral de con­cen­tra­ción y cen­tra­li­za­ción del capi­tal. En otras pala­bras, este apartheid médi­co reve­la la natu­ra­le­za impe­ria­lis­ta del Nor­te Glo­bal, que ante­po­ne las ganan­cias de su bur­gue­sía a las vidas de 7.700 millo­nes de seres humanos.

La sali­da de esta catás­tro­fe más que anun­cia­da solo pue­de ser colec­ti­va, coor­di­na­da a nivel mun­dial. O todos ganan esta carre­ra por la vacu­na o nadie gana­rá. Es así de simple.

Ade­más de Esta­dos Uni­dos, Rei­no Uni­do y la Unión Euro­pea, Bra­sil es el úni­co país fue­ra del Nor­te Glo­bal que tam­po­co abo­ga por la rup­tu­ra tem­po­ral de paten­tes, con­tri­bu­yen­do al man­te­ni­mien­to de la lógi­ca del lucro por enci­ma de la vida, estan­do al lado del mono­po­lios inter­na­cio­na­les y ser cóm­pli­ce de la tra­ge­dia humanitaria.

Vale la pena recor­dar que este país lati­no­ame­ri­cano inclu­so podría estar pro­du­cien­do vacu­nas a gran esca­la si se com­par­tie­ra infor­ma­ción y méto­dos de fabri­ca­ción del inmu­ni­za­dor. Sin embar­go, la orien­ta­ción de la actual polí­ti­ca exte­rior bra­si­le­ña, de subor­di­na­ción pasi­va al impe­ria­lis­mo, impi­de al gigan­te latino coope­rar con otras nacio­nes para una solu­ción más rápi­da a esta cri­sis de salud.

Bra­sil debe­ría estar del lado de los más de 100 paí­ses que ava­lan esta pro­pues­ta con la OMC. En cuan­to a las vacu­nas, ade­más del fin de las paten­tes, tam­bién debe­mos inver­tir en la ini­cia­ti­va Covax Faci­lity , una coa­li­ción de más de 160 paí­ses de la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS) para que haya una dis­tri­bu­ción jus­ta y equi­ta­ti­va de las vacu­nas en el mundo.

Sin embar­go, aun­que es la medi­da más urgen­te, la pro­duc­ción de vacu­nas por sí sola no resuel­ve el pro­ble­ma. Como nos expli­ca Vijay Prashad , ade­más del apartheid médi­co, tam­bién exis­te el apartheid del dine­ro y la comi­da. Jun­tos, estos tres apartheids estruc­tu­ran socie­da­des en todo el mun­do, lo que sig­ni­fi­ca que cual­quier esfuer­zo para supe­rar estas cri­sis debe incluir polí­ti­cas de empleo, ingre­sos, salud públi­ca y sobe­ra­nía alimentaria.

Ante este diag­nós­ti­co, son muchos los desa­fíos que se impo­nen a todas las orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas, movi­mien­tos popu­la­res, gobier­nos pro­gre­sis­tas, y a todos y a todos los que defien­den la vacu­na como un bien para la huma­ni­dad, una lucha que tie­ne, en esen­cia, una lucha anti- carác­ter imperialista.

Este fue el esfuer­zo rea­li­za­do por el Día Inter­na­cio­nal de la Lucha Anti­im­pe­ria­lis­ta , arti­cu­la­ción que aglu­ti­na a dife­ren­tes redes inter­na­cio­na­les de movi­mien­tos popu­la­res y par­ti­dos polí­ti­cos, entre el 7 y el 11 de abril.

La Acción Anti­im­pe­ria­lis­ta por la Vida tam­bién con­tó con la par­ti­ci­pa­ción de otras redes, cam­pa­ñas y colec­ti­vos de salud, con­vo­can­do accio­nes sim­bó­li­cas en las calles y en las redes socia­les para denun­ciar el con­trol que ejer­cen las gran­des trans­na­cio­na­les de la indus­tria far­ma­céu­ti­ca y de los paí­ses. que con­cen­tran el stock de vacu­nas, ade­más de expre­sar la soli­da­ri­dad con los tra­ba­ja­do­res de la salud y las fami­lias de los millo­nes de víc­ti­mas del covid-19 en torno al lema: “Vacu­na y salud públi­ca gra­tui­ta para todos, en todo el mun­do, ¡aho­ra!”.

Iden­ti­fi­ca­mos algu­nos desa­fíos para con­ti­nuar el pro­ce­so de arti­cu­la­ción de la lucha anti­im­pe­ria­lis­ta, con­ti­nuan­do las luchas que cons­trui­mos entre el 7 y el 11 de abril.

Pri­me­ro, la nece­si­dad de con­ju­gar las dife­ren­tes for­mas de lucha, a nivel ideo­ló­gi­co, ins­ti­tu­cio­nal y de masas, enten­dién­do­las como com­ple­men­ta­rias e iden­ti­fi­can­do las más ade­cua­das para cada momen­to his­tó­ri­co, sin per­der la pers­pec­ti­va que tan­to la lucha ideo­ló­gi­ca como la lucha ins­ti­tu­cio­nal deben tener. Estar subor­di­na­do a la lucha de masas, que es la for­ma de lucha que es capaz de alte­rar la corre­la­ción de fuer­zas en la sociedad.

Nece­si­ta­mos librar la bata­lla de ideas y denun­ciar este mode­lo de comer­cia­li­za­ción y con­cen­tra­ción pri­va­da de vacu­nas, seña­lan­do las alter­na­ti­vas con­cre­tas que se están desa­rro­llan­do, espe­cial­men­te por par­te de los gobier­nos socia­lis­tas, para enfren­tar los pro­ble­mas de la pan­de­mia y sus desa­rro­llos futu­ros. En esto, des­ta­ca­mos el papel cen­tral que deben cum­plir la comu­ni­ca­ción y la cul­tu­ra, como herra­mien­tas de dispu­ta ideo­ló­gi­ca y poli­ti­za­ción de la sociedad.

Al mis­mo tiem­po, debe­mos sumar esfuer­zos en las ini­cia­ti­vas de los gobier­nos com­pro­me­ti­dos con la vacu­na­ción como dere­cho huma­ni­ta­rio y en las arduas luchas ins­ti­tu­cio­na­les que se libra­rán en los orga­nis­mos mul­ti­la­te­ra­les, espe­cial­men­te en la ONU), en la OMS y en la OMC.

Es nece­sa­rio que estos orga­nis­mos asu­man su res­pon­sa­bi­li­dad ante este esce­na­rio de des­igual­dad explí­ci­ta en la adqui­si­ción de vacu­nas. Aun­que somos cons­cien­tes de los lími­tes de estos órga­nos, es fun­da­men­tal que aumen­te­mos la pre­sión sobre ellos.

Y sin embar­go, es una tarea cen­tral esti­mu­lar, movi­li­zar y con­tri­buir con ini­cia­ti­vas que ayu­den en el pro­ce­so de orga­ni­za­ción de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, en los dife­ren­tes terri­to­rios don­de se ubi­ca. Solo así esta­re­mos mejor posi­cio­na­dos para que, cuan­do las con­di­cio­nes sani­ta­rias lo per­mi­tan, poda­mos tener la capa­ci­dad de con­vo­car luchas socia­les masivas.

La cons­truc­ción de la fuer­za social, a tra­vés del tra­ba­jo pacien­te y per­ma­nen­te, adap­tan­do las for­mas a la reali­dad con­cre­ta que tene­mos, es una tarea urgen­te. No pode­mos tener nin­gún tipo de acti­tud pasi­va y abs­ten­cio­nis­ta ante este trá­gi­co escenario.

En segun­do lugar, debe­mos ampliar la arti­cu­la­ción inter­na­cio­nal entre las más diver­sas redes de movi­mien­tos popu­la­res, enti­da­des sin­di­ca­les, orga­ni­za­cio­nes y líde­res polí­ti­cos, reli­gio­sos, inte­lec­tua­les, artis­tas, abo­ga­dos, cien­tí­fi­cos, etc. Bus­can­do siem­pre, des­de esta amplia diver­si­dad, la uni­dad de acción anti­im­pe­ria­lis­ta en defen­sa de la vacu­na como bien de la humanidad.

Es impor­tan­te resal­tar que solo podre­mos impac­tar en la mesa polí­ti­ca inter­na­cio­nal y en la socie­dad en gene­ral si con­ta­mos con la fuer­za polí­ti­ca y social para que esta ban­de­ra asu­ma la cen­tra­li­dad que necesita.

En ter­cer lugar, debe­mos con­ti­nuar el pro­ce­so de cons­truc­ción de una pla­ta­for­ma de emer­gen­cia que con­tri­bu­ya a la cohe­sión de las fuer­zas polí­ti­cas a nivel inter­na­cio­nal en torno a un plan de lucha común para que los pue­blos del mun­do enfren­ten los pro­ble­mas con­cre­tos de la pan­de­mia, que tam­bién seña­lan la recons­truc­ción de la pos­gue­rra. pan­de­mia mun­dial, basa­da en las nece­si­da­des obje­ti­vas de los más afec­ta­dos por la pro­fun­da cri­sis que vive el sis­te­ma capi­ta­lis­ta, ace­le­ra­da por la pandemia.

Algu­nos ele­men­tos ini­cia­les de lo que sería esta pla­ta­for­ma de emer­gen­cia están sis­te­ma­ti­za­dos en el Mani­fies­to Inter­na­cio­nal por la Vida , pero es nece­sa­rio pro­fun­di­zar­los, iden­ti­fi­can­do cuá­les son los pun­tos cen­tra­les que brin­dan las con­di­cio­nes para la uni­dad de acción a nivel internacional.

El pro­ble­ma de las vacu­nas está liga­do umbi­li­cal­men­te al tema del ham­bre, el des­em­pleo, las deu­das y los blo­queos cri­mi­na­les, a nivel eco­nó­mi­co, finan­cie­ro y comer­cial, impues­tos por el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se y sus alia­dos a los paí­ses del Sur Global.

La iden­ti­fi­ca­ción de apartheid sani­ta­rio, ali­men­ta­rio y finan­cie­ro nos ayu­da mucho en la cons­truc­ción de una sín­te­sis ini­cial que estruc­tu­ra este plan de acción y movi­li­za­ción en torno a temas can­den­tes a afron­tar jun­tos ahora.

Ante una pan­de­mia que se impo­ne como un pro­ble­ma para los pue­blos del mun­do, para que poda­mos avan­zar en la lucha por la vacu­na como bien común de la huma­ni­dad, un ele­men­to es fun­da­men­tal: el valor de la Soli­da­ri­dad Internacionalista.

Es decir, es solo com­bi­nan­do las dife­ren­tes for­mas de lucha, amplian­do la arti­cu­la­ción polí­ti­ca inter­na­cio­nal de la cla­se tra­ba­ja­do­ra y los pue­blos del mun­do en torno a una pla­ta­for­ma de emer­gen­cia, acu­mu­lan­do fuer­za entre noso­tros, que podre­mos avan­zar en la cons­truc­ción. de una estra­te­gia común para enfren­tar al enemi­go núme­ro uno de la huma­ni­dad: el imperialismo.

Fuen­te: Bra­sil de Fato

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