Esta­dos Uni­dos. Per­so­nas en situa­ción de calle son expul­sa­das de zona privilegiada

Por RedE­co, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 16 de Abril de 2021.

En la últi­ma sema­na de mar­zo, un heli­cóp­te­ro de la poli­cía tenía su reflec­tor apun­tan­do a las afue­ras de Echo Park, una región emer­gen­te de Los Ánge­les, en Esta­dos Uni­dos. La aero­na­ve echó luz sobre el nue­vo “deli­to” de la región: vivir en las calles. Por tie­rra y aire, dece­nas de agen­tes expul­sa­ron a quie­nes tuvie­ran car­pas y tien­das ins­ta­la­das en la zona, bajo la ame­na­za de arres­tar a quien infrin­gie­ra la orden.

(Eloá Ora­zem – Bra­sil de Fato) EEUU – El abo­ga­do Gary Bla­si, quien tam­bién es pro­fe­sor de dere­cho en la Uni­ver­si­dad de Cali­for­nia en Los Ánge­les (UCLA) y dedi­ca su carre­ra a defen­der a la pobla­ción más vul­ne­ra­ble, dijo a Bra­sil de Fato que «a menos que la gen­te ten­ga una alter­na­ti­va real de refu­gio, vivir en la calle no infrin­ge nin­gu­na ley».

Tam­bién según el pro­fe­sor, la manio­bra se hizo con el argu­men­to de que exis­tía una ofer­ta de refu­gio dis­po­ni­ble, lo que obli­ga­ría a las per­so­nas a aban­do­nar el campamento.

«Lo que suce­dió en Echo Park ser­vi­rá como mode­lo de cómo la ciu­dad de Los Ánge­les debe enfren­tar situa­cio­nes simi­la­res en otras áreas. Bási­ca­men­te, el Esta­do recu­rri­rá a la fuer­za poli­cial y ofre­ce­rá alber­gue tem­po­ral, en estruc­tu­ras tem­po­ra­les», dijo Bla­si. Agre­gó que «el pro­ble­ma es que estas per­so­nas esta­rán aco­gi­das por poco tiem­po y pron­to debe­rían estar de vuel­ta en las calles».

A pesar de ser un pro­ble­ma social, Bla­si uti­li­zó las mate­má­ti­cas en su expli­ca­ción. “Inclu­so antes de la pan­de­mia, unas 600 mil fami­lias dedi­ca­ban más del 90% de sus ingre­sos al pago de un alqui­ler. Esto sig­ni­fi­ca que, ante cual­quier con­tra­tiem­po, como una enfer­me­dad o un des­pi­do, fami­lias ente­ras se ven obli­ga­das a irse a vivir en la calle”.

Pro­gra­mas insuficientes

La arqui­tec­ta y urba­nis­ta Dana Cuff, pro­fe­so­ra de la UCLA, don­de diri­ge el pres­ti­gio­so City­Lab, apor­tó más núme­ros para expli­car la situa­ción. «Apro­xi­ma­da­men­te 20 mil per­so­nas aban­do­nan las calles para mudar­se a una casa cada año en Los Ánge­les, pero en el mis­mo perío­do otras 25 mil per­so­nas ter­mi­nan en la calle».

Según Cuff, ade­más de la bre­cha de ingre­sos, lo que con­tri­bu­ye a la cri­sis de vivien­da local es la dis­pa­ri­dad entre lo que se cobra y lo que se gas­ta. «Una uni­dad de vivien­da social en Los Ánge­les cues­ta alre­de­dor de 650 mil USD – esto está lejos de ser ase­qui­ble», comentó.

Según la LA Home­less Ser­vi­ces Autho­rity, poco más de 66 mil per­so­nas vivían en las calles de la ciu­dad en el 2020, lo que repre­sen­ta un aumen­to del 12,7% con res­pec­to al año anterior.

Exis­ten pro­gra­mas fede­ra­les, como el Sec­tion 8, que apun­tan a sub­si­diar vivien­das per­ma­nen­tes para per­so­nas en extre­ma vul­ne­ra­bi­li­dad social, pero la reali­dad es que estos y otros pro­yec­tos asis­ten­cia­les no satis­fa­cen la demanda.

«El pro­gra­ma Sec­tion 8 ha esta­do con­ge­la­do duran­te años. La últi­ma vez que el gobierno abrió una espe­cie de lis­ta de espe­ra, la fila dura­ba unos 10 años. Aquí en Los Ánge­les, cuan­do se reto­mó este pro­yec­to en algu­nas zonas, se cayó el sis­te­ma tele­fó­ni­co por el ines­pe­ra­do volu­men de lla­ma­das», recor­dó Bla­si. Ella com­pa­ra el pro­gra­ma con «ganar la lote­ría». «Y, con los valo­res de hoy, esta ayu­da guber­na­men­tal solo per­mi­ti­ría el alqui­ler de algo pre­ca­rio en regio­nes muy periféricas».

Con­tri­bu­ye al pro­ble­ma el hecho de que los veci­nos se unen para pro­tes­tar con­tra el desa­rro­llo de pro­yec­tos socia­les en sus barrios. «Yo diría que todos los vecin­da­rios de Los Ánge­les están en con­tra de la cons­truc­ción de vivien­das socia­les en sus lími­tes. Y es curio­so que las mis­mas per­so­nas que pro­tes­tan por el duro tra­to de la poli­cía y las auto­ri­da­des hacia las per­so­nas sin hogar sean las que se opo­nen a estos pro­yec­tos. Nadie los quie­re cer­ca», lamen­tó Dana Cuff.

No es casual, por lo tan­to, que una de cada cin­co per­so­nas en situa­ción de calle se encuen­tra en la ciu­dad de Los Ánge­les. El esta­do de Cali­for­nia, el más rico de los Esta­dos Uni­dos, repre­sen­ta la mitad de toda la pobla­ción sin hogar del país.

«Las cifras son aún menos favo­ra­bles para la pobla­ción negra. Para los afro­es­ta­dou­ni­den­ses, las posi­bi­li­da­des de aca­bar en la calle son de seis a diez veces mayo­res», seña­ló Blasi.

Solu­cio­nes

Para el doc­tor en socio­lo­gía Samuel Lutz­ker, que estu­dia los cam­pa­men­tos de per­so­nas sin hogar en la ciu­dad, las alter­na­ti­vas pre­sen­ta­das por las auto­ri­da­des no son, has­ta aho­ra, una res­pues­ta defi­ni­ti­va a la cri­sis. «Los alber­gues tie­nen toque de que­da y reglas muy estric­tas, que a menu­do gene­ran trau­mas en las per­so­nas. Ade­más, para vivir en uno de estos alber­gues o pro­gra­mas de vivien­da tem­po­ral, estos indi­vi­duos tie­nen que renun­ciar a su comu­ni­dad y afec­tos, como com­pa­ñe­ros, ami­gos e inclu­so mas­co­tas. Cuan­do se tra­ta de este pun­to de des­am­pa­ro, el cui­da­do de la comu­ni­dad, en la mayo­ría de los casos, es lo úni­co que tie­ne esa per­so­na», dijo al equi­po de reportaje.

Sin embar­go, esto no sig­ni­fi­ca que la gen­te «pre­fie­ra vivir en la calle». «Todo el mun­do quie­re un hogar, pero en un con­tex­to que sea mejor que el que se tie­ne en la calle», con­si­de­ró Lutzker.

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