Esta­dos Uni­dos. Dra­ma migran­te en la fron­te­ra de México

Por Luis Manuel Arce Isaac, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de abril de 2021.

El éxo­do cen­tro­ame­ri­cano pro­ta­go­ni­za otro dra­ma­tis­mo bíbli­co en la fron­te­ra mexi­cano-esta­dou­ni­den­se con el ham­bre, vio­len­cia, enfer­me­da­des y pobre­za en su epi­cen­tro, mien­tras el Pen­tá­gono con­fir­mó hoy a los niños como sus prin­ci­pa­les víc­ti­mas.
A la calla­da, sin aspa­vien­tos de las cara­va­nas ante­rio­res de migran­tes naci­das en Hon­du­ras, la fron­te­ra común se fue ates­tan­do casi subrep­ti­cia­men­te de dece­nas de miles de aspi­ran­tes a cru­zar des­de Méxi­co a terri­to­rio esta­dou­ni­den­se arras­tra­dos por la espe­ran­za del sue­ño nor­te­ame­ri­cano que para ellos ha sido una ver­da­de­ra pesadilla.

Sin que auto­ri­da­des esta­dou­ni­den­ses y mexi­ca­nas die­ran cuen­ta de la acu­mu­la­ción de casi 200 mil per­so­nas a lo lar­go de la ribe­ra del Río Bra­vo ace­chan­do el momen­to opor­tuno para sal­tar el muro de Donald Trump, el alu­vión de migran­tes cen­tro­ame­ri­ca­nos se acre­cen­tó tras la lle­ga­da de Joe Biden a la Casa Blanca.

A pesar de sus can­tos de sire­na ini­cia­les sobre acep­ta­ción de migran­tes, la reac­ción de la admi­nis­tra­ción demó­cra­ta es casi igual que la de Trump, y sola­men­te en mar­zo expul­sa­ron a 170 mil aspi­ran­tes a visas, mien­tras quie­nes han nave­ga­do con más suer­te son ape­nas unos cien­tos. Ante tal reali­dad, los cen­tro­ame­ri­ca­nos vuel­ven a recu­rrir a sus peque­ños hijos como lla­ves de ingre­so a Esta­dos Uni­dos, es decir, enviar­los solos por cual­quier vía y aspi­rar lue­go a la reuni­fi­ca­ción fami­liar, una tác­ti­ca deja­da atrás por la cruel­dad de Trump de sepa­rar­los defi­ni­ti­va­men­te de sus padres, y ence­rrar­los en jau­las, como fue docu­men­ta­do por la prensa.

Aho­ra el Pen­tá­gono apro­bó el vier­nes el uso de la base mili­tar de Camp Roberts para ence­rrar a los cin­co mil en cus­to­dia de la Ofi­ci­na de Adua­nas y Pro­tec­ción de Fron­te­ras, y los 13 mil 204 bajo tute­la del Depar­ta­men­to de Salud y Ser­vi­cios Huma­nos, según repor­tes de prensa.

La base está ubi­ca­da a ori­llas del río Sali­nas, entre Los Ánge­les y San Fran­cis­co, pero ya hay fuer­tes denun­cias de esa inhu­ma­na deci­sión que, por demás, no resol­ve­rá el pro­ble­ma mien­tras per­sis­tan las cau­sas más pro­fun­das del éxodo.

Mucha gen­te segui­rá inten­tan­do ir a los luga­res don­de pue­dan comer y tra­ba­jar y huir de la vio­len­cia y las enfer­me­da­des, expre­só el pre­si­den­te de Méxi­co, Andrés Manuel López Obra­dor, y por tan­to la cri­sis migra­to­ria con­ti­nua­rá en la frontera.

Has­ta aho­ra el apo­yo de Biden a la pro­pues­ta de Méxi­co de inver­tir en pro­gra­mas de desa­rro­llo y bien­es­tar en los paí­ses emi­so­res de migran­tes, no se ha con­cre­ta­do, aun­que el gobierno mexi­cano sí le dedi­ca recur­sos y apli­ca ya pla­nes de refo­res­ta­ción para crear empleos, y está prác­ti­ca­men­te solo en ese esfuerzo.

El Depar­ta­men­to de Esta­do pidió el uso de la base, con­fir­mó el jue­ves John Kirby, voce­ro del Pen­tá­gono. A dife­ren­cia de los adul­tos, a los meno­res se les per­mi­te que­dar­se cuan­do lle­gan a Esta­dos Unidos.

De acuer­do con los cálcu­los del pro­pio Depar­ta­men­to de Esta­do, Esta­dos Uni­dos debe­ría alo­jar a más de dos millo­nes de migran­tes antes de que fina­li­ce el año fis­cal, pero no lo hará y el pro­pio Biden y sus voce­ros hacen lla­ma­dos para que la gen­te desis­ta de la idea de radi­car­se en ese país.

Son bada­ja­zos en cam­pa­na de cau­cho pues, como mala con­se­je­ra, el ham­bre está empu­jan­do a las fami­lias a enviar a sus hijos a sal­tar el muro has­ta 500 cada día, según varios medios de pren­sa y los videos que cir­cu­lan en redes sociales.

Como edi­to­ria­li­za hoy La Jor­na­da, lejos de habi­li­tar cam­pos mili­ta­res en los cua­les se per­pe­túe la reclu­sión de meno­res, Esta­dos Uni­dos debe ace­le­rar los trá­mi­tes para poner­los en liber­tad, aten­dien­do a los están­da­res de res­pe­to a los dere­chos huma­nos y pro­tec­ción a la infancia.

En el fon­do del pro­ble­ma está la des­igual­dad social y la inacep­ta­ble redis­tri­bu­ción de la rique­za de un sis­te­ma social que explo­ta y está pro­vo­can­do un éxo­do jamás ima­gi­na­do, como reite­ra López Obrador.

Fuen­te: Pren­sa Latina

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