Eco­lo­gía Social. La mejor vacu­na es redu­cir residuos

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de abril de 2021.

La apa­ri­ción de la COVID-19 ha pro­du­ci­do una revi­ta­li­za­ción de los pro­duc­tos de un solo uso, espe­cial­men­te los des­ti­na­dos a la pro­tec­ción per­so­nal con­tra la pan­de­mia, como mas­ca­ri­llas qui­rúr­gi­cas o guan­tes de plás­ti­co. Estos obje­tos, han tras­pa­sa­do los ámbi­tos don­de se uti­li­za­ban, sani­ta­rio y asis­ten­cial, para ser usa­dos por un gran por­cen­ta­je de la pobla­ción en su vida cotidiana.

Son pro­duc­tos con una vida útil que dura minu­tos o, como mucho, horas, y que se fabri­can a par­tir de mate­ria­les no bio­de­gra­da­bles, pro­ce­den­tes en su mayo­ría del petró­leo. Actual­men­te, su reci­cla­je es nulo.

En con­se­cuen­cia, estos obje­tos de usar y tirar tie­nen tres posi­bles des­ti­nos: su cre­ma­ción en las inci­ne­ra­do­ras de resi­duos muni­ci­pa­les, su depo­si­ción en ver­te­de­ros, o, en el peor de los casos, su dis­per­sión por el medio, terres­tre en pri­me­ra ins­tan­cia, pero con bas­tan­tes posi­bi­li­da­des de lle­gar a ríos y mares.

Esta dis­per­sión de mas­ca­ri­llas y guan­tes por los dife­ren­tes eco­sis­te­mas, que se cal­cu­la pue­den per­ma­ne­cer allí has­ta 400 años, dis­per­sa un sub­pro­duc­to pro­ce­den­te de su degra­da­ción, que se infil­tra en el inte­rior de los cuer­pos de los seres vivos: los micro­plás­ti­cos. Estos se han encon­tra­do en los apa­ra­tos diges­ti­vos de los ani­ma­les y has­ta en la san­gre de los seres humanos.

En estos tiem­pos de obli­ga­to­rie­dad de lle­var boca y nariz tapa­das, pode­mos hacer un cálcu­lo apro­xi­ma­do de cuán­tas mas­ca­ri­llas qui­rúr­gi­cas se con­su­men por cada millón de habi­tan­tes y qué can­ti­dad de mate­ria­les (poli­pro­pi­leno) se nece­si­tan para pro­du­cir­las y, una vez dese­cha­das, cuán­tas tone­la­das de recur­sos se que­ma­rán, se ver­te­rán o aca­ba­rán dis­per­sas por todos los rin­co­nes del globo.

#LaMe­jor­Va­cu­na

A cor­to pla­zo, mien­tras dure la pan­de­mia, es impres­cin­di­ble eli­mi­nar las mas­ca­ri­llas qui­rúr­gi­cas de las calles. Hay una alter­na­ti­va reuti­li­za­ble que ofre­ce una pro­tec­ción equi­va­len­te: las mas­ca­ri­llas de tela homologadas. 

Un esce­na­rio pos­pan­de­mia se tie­ne que carac­te­ri­zar por la des­apa­ri­ción de los pro­duc­tos de un solo uso, que inau­gu­re una nue­va rela­ción de la huma­ni­dad con los recur­sos, con un fir­me decre­ci­mien­to de su con­su­mo, y prio­ri­zan­do la reuti­li­za­ción y el reci­cla­je. Esta nue­va eco­no­mía modi­fi­ca­ría esen­cial­men­te la con­cep­ción de lo que se con­si­de­ra resi­duo y, en con­se­cuen­cia, de su volu­men, carac­te­rís­ti­cas y toxicidad.

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Fuen­te: https://​www​.eco​lo​gis​ta​se​nac​cion​.org/​1​6​7​3​7​1​/​l​a​-​m​e​j​o​r​-​v​a​c​u​n​a​-​e​s​-​r​e​d​u​c​i​r​-​r​e​s​i​d​u​os/, Rebe­lión.

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