Eco­lo­gía social. El mono­cul­ti­vo de soja pue­de dejar a los bra­si­le­ños sin arroz ni fri­jo­les en la mesa

Por Cata­ri­na Bar­bo­sa. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de abril de 2021.

Dos­sier publi­ca­do por la Fede­ra­ción de Orga­nis­mos de Asis­ten­cia Social y Edu­ca­ti­va (Fase) apun­ta a un ver­ti­gi­no­so incre­men­to en el país en las últi­mas cua­tro déca­das.

El lunes 26 de abril, la Fede­ra­ción de Orga­nis­mos de Asis­ten­cia Social y Edu­ca­ti­va (FASE) lan­zó un dos­sier, que ana­li­za la cade­na del mono­cul­ti­vo de soja, así como su logís­ti­ca en varias dimen­sio­nes y una de las aler­tas del docu­men­to se refie­re al ries­go de fal­ta. de arroz y fri­jo­les en la mesa de los bra­si­le­ños, ya que la expan­sión ace­le­ra­da del com­mo­dity com­pro­me­te la ofer­ta de ali­men­tos básicos.

Dia­na Aguiar, inves­ti­ga­do­ra post­doc­to­ral del Pro­gra­ma de Pos­gra­do en Cien­cias Socia­les en Desa­rro­llo, Agri­cul­tu­ra y Socie­dad (CPDA) de la Uni­ver­si­dad Fede­ral Rural de Río de Janei­ro (UFRRJ) recuer­da que la soja es el buque insig­nia de la agro­in­dus­tria en Bra­sil y repre­sen­tó, jun­to con el maíz, más del 90% de la cose­cha de cerea­les inte­gra­les cose­cha­da en el país en 2020.

Para cons­truir el docu­men­to, tra­ba­ja con la idea de una cade­na de gra­nos mono­cul­tu­ra­les, para refe­rir­se al domi­nio cre­cien­te de la agro­in­dus­tria y la soja, en par­ti­cu­lar, en los pai­sa­jes, pero tam­bién en las for­mas de pen­sar la eco­no­mía y el país mismo. 

“No pode­mos olvi­dar que esta pro­duc­ción se basa fun­da­men­tal­men­te en la adop­ción de paque­tes tec­no­ló­gi­cos, que invo­lu­cran orga­nis­mos gené­ti­ca­men­te modi­fi­ca­dos, pla­gui­ci­das , fer­ti­li­zan­tes quí­mi­cos y maqui­na­ria. Paque­tes que son con­tro­la­dos por un núme­ro cada vez menor de empre­sas trans­na­cio­na­les, debi­do a las fusio­nes y adqui­si­cio­nes, por ejem­plo, la com­pra de Mon­san­to por Bayer o Syn­gen­ta por Chem­Chi­na y tam­bién la pro­duc­ción comer­cia­li­za­da por un peque­ño núme­ro de cor­po­ra­cio­nes deno­mi­na­das tra­dings como Car­gill y Bunge”.

A pesar de ser cul­ti­va­do en Bra­sil, el inves­ti­ga­dor seña­la que ade­más de devas­tar pai­sa­jes en el país, pro­vo­car con­flic­tos en el cam­po y que muchos de los pro­duc­to­res son bra­si­le­ños, las ganan­cias y los intere­ses se globalizan.

«La tra­yec­to­ria que nos ha traí­do aquí no es de cor­to pla­zo, se remon­ta – al menos al pro­ce­so de moder­ni­za­ción con­ser­va­do­ra de la agri­cul­tu­ra duran­te la dic­ta­du­ra mili­tar: la crea­ción de Embra­pa , los pro­ce­sos de defo­res­ta­ción, aca­pa­ra­mien­to de tie­rras y vio­len­cia en cam­po, que están aso­cia­dos a la expan­sión de la fron­te­ra agrí­co­la des­de enton­ces y has­ta el día de hoy ”, explica.

Según los datos pre­sen­ta­dos en el docu­men­to, en 40 años, la pro­duc­ción bra­si­le­ña de soja se mul­ti­pli­có por 10, pasan­do de 12 millo­nes de tone­la­das en 1977 a casi 125 millo­nes de tone­la­das en 2020:

«Estas espec­ta­cu­la­res ganan­cias de pro­duc­ción tan cele­bra­das se deben en gran medi­da al aumen­to de la área sem­bra­da por 5x, solo para com­pa­rar, en las mis­mas 4 déca­das la pro­duc­ti­vi­dad pro­me­dio en el país ni siquie­ra se ha dupli­ca­do, es decir, esta tec­no­lo­gía apli­ca­da por la agro­in­dus­tria se cele­bra con una expre­sión de moder­ni­dad en el cam­po y ni siquie­ra se pue­de pre­ten­der ser el prin­ci­pal moti­vo del aumen­to de la pro­duc­ción de soja.

El fac­tor deter­mi­nan­te de este aumen­to fue la asig­na­ción de áreas cada vez más exten­sas al cul­ti­vo de la soja, espe­cial­men­te la fron­te­ra agrí­co­la de la tran­si­ción Cerra­do-Ama­zo­nas y la lla­ma­da Mato­pi­ba (región entre los esta­dos de Maranhão, Tocan­tins, Piauí y Bahía), sobre todo apro­ve­chan­do el ciclo de defo­res­ta­ción y aca­pa­ra­mien­to de tierras”.

Mode­lo insostenible

El dos­sier tam­bién trae las con­se­cuen­cias eco­nó­mi­cas de este mode­lo para la auto­no­mía y diver­si­dad pro­duc­ti­va del país, así como para el aumen­to en la con­cen­tra­ción de ingre­sos y des­igual­dad, ade­más de las con­se­cuen­cias ambien­ta­les como la defo­res­ta­ción y con­ta­mi­na­ción por pla­gui­ci­das , ago­ta­mien­to del agua, ero­sión. de bio­di­ver­si­dad y con­se­cuen­cias socia­les como la con­cen­tra­ción de tie­rras y la vio­len­cia en el cam­po aso­cia­da al aca­pa­ra­mien­to de tie­rras, que afec­ta a pobla­cio­nes loca­les de pue­blos indí­ge­nas, qui­lom­bo­las y otros pue­blos tradicionales.

En la eva­lua­ción del inves­ti­ga­dor, impre­sio­na la resis­ten­cia y per­sis­ten­cia sobre la idea de que un mode­lo tan insos­te­ni­ble es inevi­ta­ble o inclu­so desea­ble. Expli­ca que, en la actua­li­dad, la agro­in­dus­tria de rega­dío ‑áreas con infra­es­truc­tu­ra que per­mi­te la apli­ca­ción de agua en cul­ti­vos agrí­co­las en regio­nes de sequía- ha con­cen­tra­do una par­ti­ci­pa­ción cre­cien­te, inclui­da la pro­duc­ción de arroz y frijol.

Aso­cia­do a esto está el con­ti­nuo des­man­te­la­mien­to de los sis­te­mas tra­di­cio­na­les y la ven­ta de ali­men­tos en cor­to­cir­cui­tos. Todos estos pro­ce­sos pro­vo­can una serie de vul­ne­ra­bi­li­da­des para el sumi­nis­tro de ali­men­tos”, resume.

Otro pun­to son las polí­ti­cas públi­cas, inclui­da la inves­ti­ga­ción públi­ca, que han refor­za­do la estan­da­ri­za­ción y con­cen­tra­ción pro­duc­ti­va de ali­men­tos más tradicionales.

“El resul­ta­do de esto en gene­ral, por ejem­plo, es que Embra­pa se movi­li­za para aten­der las deman­das de la agro­in­dus­tria , en el desa­rro­llo de varie­da­des espe­cí­fi­cas. Este tipo de res­pues­ta de la inves­ti­ga­ción ofi­cial pue­de inclu­so con­tri­buir en algu­nos casos al aumen­to de la pro­duc­ción en valo­res abso­lu­tos. , pero esto suce­de­rá a expen­sas de la pro­duc­ción de la agri­cul­tu­ra fami­liar y cam­pe­si­na, des­co­no­cien­do total­men­te la impor­tan­cia de la pro­duc­ción basa­da en la agro­bio­di­ver­si­dad y el for­ta­le­ci­mien­to de los mer­ca­dos locales”.

Para ella, este es solo uno de los muchos ejem­plos de cómo el Esta­do ha apo­ya­do y sub­si­dia­do con­sis­ten­te­men­te el mode­lo de pro­duc­ción, comer­cia­li­za­ción y con­su­mo aso­cia­do a la agro­in­dus­tria mien­tras la agri­cul­tu­ra fami­liar cam­pe­si­na debe luchar cons­tan­te­men­te por lograr polí­ti­cas públi­cas que se ade­cuen a su realidad.

Ade­más, cada vez es más difí­cil para la pobla­ción tener acce­so a ali­men­tos reales, salu­da­bles y varia­dos. El inves­ti­ga­dor dice que no es raro que regio­nes impor­tan­tes para la pro­duc­ción de com­mo­di­ties de expor­ta­ción, depen­dien­do de la com­pra de ali­men­tos de otras regio­nes para ali­men­tar a su pro­pia población:

«La cri­sis de abas­te­ci­mien­to en Mato Gros­so, duran­te la huel­ga de camio­ne­ros de 2018, es muy sin­to­má­ti­ca de este fenó­meno. Los cami­nos que se pue­den tomar para cam­biar esto invo­lu­cran múl­ti­ples cami­nos, que van des­de la más pro­fun­da nece­si­dad de supe­rar esta cade­na de mono­cul­ti­vos de soja y de otros». mer­can­cías en sus expre­sio­nes tan­to en el cam­po como en la men­te has­ta la reanu­da­ción de polí­ti­cas públi­cas de apo­yo a la agri­cul­tu­ra fami­liar y cam­pe­si­na sin olvi­dar el títu­lo de terri­to­rios indí­ge­nas y tra­di­cio­na­les y la siem­pre nece­sa­ria y más que nun­ca nece­sa­ria: la refor­ma agraria”.

Fuen­te: Bra­sil de Fato

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