Argen­ti­na. Asbes­to en sub­tes: denun­cian que falle­ció un tra­ba­ja­dor pro­duc­to de la contaminación

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de abril de 2021.

La fami­lia de Jor­ge Pac­ci, tra­ba­ja­dor del sub­te, denun­cia que su falle­ci­mien­to se debe a un cán­cer pro­du­ci­do por la expo­si­ción a asbes­to, un mate­rial con­ta­mi­nan­te que se encon­tró en vago­nes, mate­ria­les y espa­cios del sub­te pro­duc­to de una com­pra de tre­nes en 2011 por par­te del Gobierno de la Ciu­dad, situa­ción reco­no­ci­da por la empre­sa con­ce­sio­na­ria. Los ante­ce­den­tes de la salud de Pac­ci y estu­dios cien­tí­fi­cos que demues­tran el com­por­ta­mien­to del asbes­to ava­lan las sos­pe­chas, que se extien­den a al menos otros 42 tra­ba­ja­dorxs afec­tadxs que vie­nen denun­cian­do la situa­ción hace años. Por el hecho el sin­di­ca­to Metro­de­le­ga­dos lla­mó a un paro para maña­na sába­do 3 de abril, de 10 a 17 horas, y jun­to a las víc­ti­mas direc­tas recla­ma que se deter­mi­nen las cau­sas y se haga jus­ti­cia, mien­tras las enfer­me­da­des y los ries­gos con­ti­núan laten­tes deba­jo de la tierra.

Jor­ge Pac­ci tenía 56 años, tres hijos, una espo­sa con la que esta­ba casa­do hace 31 años, y des­de 2013 era tra­ba­ja­dor del sub­te. Toda­vía entre lágri­mas, su pare­ja Caro­li­na Cas­te­llano dice a lava­ca: “No voy a parar has­ta que se sepa la ver­dad y se haga jus­ti­cia, aun­que me lle­ve el res­to de mi vida. Le roba­ron el futu­ro a él, a mis hijos, a mí. Murió muy joven, y sufrió mucho”.

Caro­li­na no tie­ne dudas: Jor­ge murió a cau­sa de un cán­cer pro­du­ci­do por la expo­si­ción a asbes­to. Dece­nas de com­pa­ñerxs del sub­te vie­nen mani­fes­tan­do enfer­me­da­des por pre­sen­cia de este mate­rial en el cuer­po. Jor­ge es el pri­mer tra­ba­ja­dor acti­vo del sub­te que falle­ce por esta causa.

“No hay ante­ce­den­tes de cán­cer en la fami­lia, no fumó nun­ca, era depor­tis­ta y sano”, cuen­ta su pare­ja para con­tex­tua­li­zar la irrup­ción de la enfer­me­dad, des­pa­chan­do otros posi­bles cau­sa­les. “Y de un día para el otro nos dicen tie­ne un cán­cer agre­si­vo que le está toman­do todo el tórax. Era tan tar­de cuan­do se lo aga­rra­ron que esta­ba todo meti­do en las cos­ti­llas, inope­ra­ble. Es un cán­cer que no hace metás­ta­sis, se que­da ahí, pero es tan agre­si­vo que te revien­ta. Con mucho dolor, vivió a mor­fi­na nue­ve meses. La enfer­me­dad cul­mi­na por­que te aga­rra una neu­mo­nía incurable”.

El sin­di­ca­to Metro­de­le­ga­dos con­vo­có a un paro maña­na, sába­do 3 de abril de 10 a 17 horas, a lo que la empre­sa Metro­vías con­tes­tó lamen­tan­do que la situa­ción deri­ve en la inte­rrup­ción del ser­vi­cio. “Metro­vías lamen­ta la sus­pen­sión del ser­vi­cio, y noso­tros lamen­ta­mos que hayan com­pra­do tre­nes con asbes­to ile­gal­men­te y que esto haya mata­do a nues­tro que­ri­do padre y espo­so”, escri­bie­ron en un comu­ni­ca­do Caro­li­na y sus hijos, que ade­más denun­cian que la empre­sa nun­ca se comu­ni­có con la fami­lia des­de que Jor­ge falleció.

Prue­ba contaminada

El 16 de febre­ro de 2018 se cono­ció en Espa­ña, median­te notas perio­dís­ti­cas, que había un tra­ba­ja­dor del Metro de Madrid enfer­mo de asbes­to­sis. Los tra­ba­ja­do­res espa­ño­les ya habían denun­cia­do un falle­ci­do por cán­cer de pleu­ra, y varios enfer­mos. Con esta noti­cia se con­fir­ma­ba la pre­sen­cia de asbes­to en los tre­nes de la flo­ta CAF 5000, los mis­mos que habían sido adqui­ri­dos en 2011 por la Ciu­dad de Bue­nos Aires con Mau­ri­cio Macri como Jefe de Gobierno: 36 coches para la Línea B que en Espa­ña habían sido reti­ra­dos de cir­cu­la­ción once años antes. 

“Hay alguien que se enri­que­ció con la com­pra de esos tre­nes, hay alguien que está dis­fru­tan­do de esa pla­ta, y mi mari­do está muer­to”, resu­me Caro­li­na a lava­ca.

El 20 de febre­ro de 2018 Sub­te­rrá­neos de Bue­nos Aires (Sba­se) dis­pu­so sacar­los de ser­vi­cio ante las sos­pe­chas. A media­dos de ese año la Aso­cia­ción Gre­mial de Tra­ba­ja­do­res del Sub­te y Pre­me­tro (AGTSyP, cono­ci­da como Metro­de­le­ga­dos) había ini­cia­do la denun­cia a la empre­sa para que inves­ti­ga­ra si en las for­ma­cio­nes que se habían com­pra­do esta­ba pre­sen­te el asbesto.

La inves­ti­ga­ción se ini­ció en los tre­nes com­pra­dos a Espa­ña y se exten­dió al res­to de las flo­tas que esta­ban en cir­cu­la­ción y lue­go a los tre­nes que ya no cir­cu­la­ban. Las mues­tras fue­ron envia­das para su aná­li­sis a la Uni­ver­si­dad Nacio­nal del Sur, Depar­ta­men­to de Geo­lo­gía, don­de es docen­te la doc­to­ra Leti­cia Les­cano y cuya tesis doc­to­ral en el año 2013 había sido “Asbes­tos argen­ti­nos y sus­ti­tu­tos. Degra­da­ción, movi­li­dad y poten­cia­les ries­gos para la salud”.

Recién en diciem­bre de 2018 Sba­se reco­no­ció la pre­sen­cia de asbes­to en los coches CAF 5000 que había reti­ra­do de cir­cu­la­ción, y Metro­vías con­fir­mó que hay tra­ba­ja­do­res de los talle­res afec­ta­dos por la expo­si­ción a esa sustancia.

Aún hoy se siguen encon­tran­do en los sub­tes argen­ti­nos tre­nes y espa­cios con asbesto.

Dudas que enferman

La pre­sen­cia del asbes­to en el sub­te des­ató una serie de bata­llas sin­di­ca­les, lega­les y socia­les que está en ple­na dispu­ta. Ade­más de lograr un pro­ce­so de pau­la­ti­na des­abes­ti­za­ción de las for­ma­cio­nes, los tra­ba­ja­do­res logra­ron que exis­ta un Regis­tro de Agen­tes de Ries­go en el que figu­ren estu­dios, se dic­ten capa­ci­ta­cio­nes y la empre­sa se haga car­go del lava­do de la ropa.

Hoy hay inclui­dos en el RAR 1.323 tra­ba­ja­do­res del sub­te, todos con estu­dios, muchos sin resul­ta­dos. “Todos fue­ron che­quea­dos, todos fue­ron audi­ta­dos, pero a solo el 40% la empre­sa le hizo la devo­lu­ción de los estu­dios. Esto es gra­ví­si­mo. Son más de 4000 los que debe­rían entrar al RAR y esta­mos en esa pelea, por­que cada vez encon­tra­mos más asbes­to en más luga­res del sub­te. Si vos le das al 40% el diag­nos­ti­co, el otro 60% entra en cri­sis, está angus­tia­do, pen­san­do que pue­de tener algo”, dice Ledesma.

El sin­di­ca­to tuvo que acom­pa­ñar el recla­mo de la fami­lia de Jor­ge para que sea ingre­sa­do al RAR. Expli­ca Ledes­ma: “La empre­sa no lo que­ría incluir por­que decía que era auxi­liar. Pero los pri­me­ros dos años él estu­vo en el taller Ran­ca­gua, barría y lim­pia­ba en los CAF 5000 que fue los que com­pró el macris­mo. Enten­de­mos noso­tros, por hacer la his­to­ria labo­ral, que se con­ta­gió ahí. Des­pués el ascien­de, y la pri­me­ra cate­go­ría es el moli­ne­te, o sea auxi­liar, y esta­ba en el andén al paso de los tre­nes que tie­nen asbes­to, o sea él esta­ba en un ambien­te que no esta­ba libre de asbesto”.

Una vez que fue inclui­do al RAR la infor­ma­ción fue deri­va­da a la ART. Para ese momen­to Jor­ge ya se encon­tra­ba en tra­ta­mien­to con su pre­pa­ga; la fami­lia qui­so seguir así y que la ART se hicie­ra car­go de los gas­tos que esto impli­ca­ba. “Sino era por el sin­di­ca­to que nos ayu­dó era muy difí­cil que la ART lo aga­rre”, dice Caro­li­na, espo­sa de Jor­ge, a lava­ca. En el comu­ni­ca­do que la fami­lia difun­dió agre­gan: “Lo inclu­ye­ron ante el pedi­do expre­so de la super­in­ten­den­cia de Ries­gos de Trabajo”. 

Fran­cis­co Ledes­ma, secre­ta­rio de Salud del gre­mio de Metro­de­le­ga­dos, expli­ca la situa­ción de los tra­ba­ja­do­res al día de hoy: “Tene­mos 42 tra­ba­ja­do­res que tie­nen la afec­ción; el diag­nós­ti­co es “neu­mo­co­nio­sis con expo­si­ción de asbes­to”. Den­tro de esa defi­ni­ción están los que tie­nen fibras de asbes­to en la pleu­ra, y está ahí depo­si­ta­do y lo úni­co que hace es engro­sar un poqui­to la pleu­ra pero no está acti­vo. Pue­de ser que pase a una for­ma acti­va en un año o den­tro de 70 años, no se sabe. Des­pués tene­mos tres com­pa­ñe­ros enfer­mos: uno fue ope­ra­do, le extir­pa­ron una par­te del pul­món; otro com­pa­ñe­ro que está cur­san­do la enfer­me­dad des­gra­cia­da­men­te; y un com­pa­ñe­ro falle­ci­do, Jor­ge Pac­ci. Ade­más un com­pa­ñe­ro jubi­la­do falle­ció por esta enfer­me­dad y esta­mos jun­to a la fami­lia luchan­do para que las auto­ri­da­des reco­noz­can que murió por eso: tene­mos el diag­nós­ti­co, los estu­dios, pero lle­va un tiem­po para que las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes reco­noz­can ese caso”.

Qué es y dón­de está

El asbes­to o amian­to es un mate­rial fibro­so, com­pues­to por la com­bi­na­ción de áci­do sali­cí­li­co con mag­ne­sio, cal­cio, sodio y hie­rro, cuyo uso se exten­dió con la revo­lu­ción indus­trial. Tie­ne gran resis­ten­cia a la com­bus­tión y por eso era emplea­do como ais­lan­te, en reves­ti­mien­to y en teji­dos resis­ten­tes al fue­go y al calor. Sus fibras son fle­xi­bles y se des­com­po­nen con faci­li­dad; cuan­do esto suce­de, pue­den ser inha­la­das y pro­vo­car gra­ves pato­lo­gías en el cuerpo. 

Fran­cis­co Ledes­ma deta­lló a este medio en dón­de se encon­tró asbes­to en el subte:

-Flo­tas en ser­vi­cio con asbes­to al día de hoy que se encon­tró asbes­to: Mitsu­bishi, en la línea B; Fiat Con­cord, andan­do en la E; otro mar­ca Brou­guier­se que la empre­sa los está usan­do como tren de tra­ba­jo, al igual que los Siem­mens, en la línea A y CAF 6000 en la línea B.

– Flo­tas fue­ra de ser­vi­cio: Gene­ral Elec­tric, Nago­ya 300 y Nago­ya 1200.

– Áreas de tra­ba­jo ingre­sa­das al Regis­tro de Agen­tes de Ries­go: obras civi­les, espa­cio de tra­ba­jo en los túne­les; Ser­vi­cios Auxi­lia­res, que se ocu­pa de cues­tio­nes que tie­ne que ver con la esta­ción; Alma­cén, don­de toda el área de infra­es­truc­tu­ra aco­pia o reci­be las herra­mien­tas para tra­ba­jar y los mate­ria­les que se van a colo­car o lo que se reti­ran; Sub­es­ta­cio­nes de Ener­gía, Vías, Seña­les de la línea C.

– Ade­más hay asbes­to en los cuar­tos de bom­bas, en los cuar­tos de ven­ti­la­ción, en los cen­tros de poten­cia, en las jun­tas de los moto­res de las bom­bas, en los depó­si­tos de baños del sub­te que sean de fibro­ce­men­to, en los moto­res que hacen los cam­bios de señales.

Y den­tro de los cuer­pos de tra­ba­ja­dorxs como Jor­ge, cuya muer­te inten­ta echar luz de una vez por todas sobre las cau­sas y res­pon­sa­bles de las con­ta­mi­na­cio­nes impunes.

Fuen­te: Lavaca

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