Argen­ti­na. A pocas horas del 1º de Mayo, nue­va bur­la a lxs tra­ba­ja­dorxs: la suba del sala­rio míni­mo se paga­rá en 7 cuo­tas has­ta febre­ro de 2022

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de abril de 2021.

Aumen­to esca­lo­na­do has­ta febre­ro de 2022

En lo que pue­de carac­te­ri­zar­se como un nue­vo y bru­tal des­pre­cio a las exi­gen­cias lógi­cas de las y los tra­ba­ja­do­res, el Con­se­jo del Sala­rio Míni­mo resol­vió un aumen­to del 9% a par­tir de abril, segui­do por subas men­sua­les suce­si­vas has­ta agos­to. En sep­tiem­bre, seña­lan des­de el Minis­te­rio de Tra­ba­jo, «habrá una revi­sión antes de las dos últi­mas alzas, pre­vis­tas para noviem­bre y febre­ro próximos».

Claudio Moroni, ministro de Trabajo, durante la sesión virtual del Consejo.
Clau­dio Moro­ni, minis­tro de Tra­ba­jo, duran­te la sesión vir­tual del Consejo.

Mien­ten des­ca­ra­da­men­te des­de el gobierno, al decir que el sala­rio míni­mo va a aumen­tar un 35 por cien­to cuan­do en reali­dad debe­rían anun­ciar que el aumen­to es hoy por hoy del 9% y que el 35 del que hablan se lotea­rá en cuo­tas suce­si­vas has­ta el año pró­xi­mo. Y esta men­ti­ra la deci­die­ron mien­tras en las puer­tas del minis­te­rio de Tra­ba­jo, miles de tra­ba­ja­dorxs no solo exi­gían 60mil pesos para ese sala­rio míni­mo, que es lo que com­pen­sa la infla­ción real, sino que ade­más, muchos de los ora­do­res de un acto impro­vi­sa­do denun­cia­ban des­pi­dos, sus­pen­sio­nes, repre­sión, fal­ta total de vacu­nas para los barrios del conur­bano. O sea, la calle hacía oír las ver­da­des de millo­nes, mien­tras un gru­púscu­lo de fun­cio­na­rios del gobierno, todos ellos con sus tra­jes de mar­ca com­pra­dos obvia­men­te con suel­dos volu­mi­no­sos, y empre­sa­rio más «sin­di­ca­lis­tas», lite­ral­men­te se bur­la­ban de esos recla­mos y deci­dían esta pata­da en el table­ro, pro­vo­ca­do­ra, ruin, dig­na de un Esta­do que ni cui­da, ni ali­men­ta, ni le impor­ta la suer­te de los más humildes.

Sie­te cuo­tas sig­ni­fi­ca nada para el alza per­ma­nen­te de los pre­cios en los artícu­los de pri­me­rí­si­ma nece­si­dad, y los que han deter­mi­na­do esa cifra así lo saben y tam­po­co lo igno­ran los buró­cra­tas sin­di­ca­les que apa­ñan este olím­pi­co des­pre­cio por los asa­la­ria­dos y los des­ocu­pa­dos. Sie­te cuo­tas quie­re decir en pala­bras: «me impor­tan poco tus caren­cias, es lo que hay y mejor que lo aga­rres por­que nadie escu­cha­rá tu pataleo». 

Sie­te cuo­tas es el resul­ta­do de seguir pagan­do la deu­da exter­na, de seguir transan­do de rodi­llas con el FMI. Peor aún, el pago de sie­te cuo­tas se deci­de en el mis­mo momen­to en que el Minis­te­rio de Defen­sa, cuyos jerar­cas recien­te­men­te aca­ri­cia­ron con bene­plá­ci­to la mano del jefe del Coman­do Sur, deci­de com­prar avio­nes de gue­rra a los Esta­dos Uni­dos y por supues­to pagar una cifra volu­mi­no­sa en dóla­res que bien podrían deri­var­se a este Sala­rio Míni­mo. Pero cla­ro, esto últi­mo ocu­rri­ría en un país eman­ci­pa­do polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca, social y cul­tu­ral­men­te, no colo­ni­za­do en extre­mo, como ocu­rre en este caso.

El acuer­do para deci­dir estas 7 cuo­tas obtu­vo 31 votos afir­ma­ti­vos y una abs­ten­ción. Resul­ta nece­sa­rio fijar en la memo­ria quie­nes fue­ron esos 32 suje­tos que se pusie­ron de acuer­do para igno­rar al con­jun­to de la masa tra­ba­ja­do­ra y des­ocu­pa­da. Algu­nos de los pre­sen­tes, apar­te del minis­tro Clau­dio Moro­ni son los «refe­ren­tes» de la CGT como Héc­tor Daer, Car­los Acu­ña, Andrés Rodrí­guez, Gerar­do Mar­tí­nez, José Luis Lin­ge­ri, Rober­to Fer­nán­dez, Víc­tor San­ta María y Anto­nio Caló; Hugo Yasky de la CTA de los Tra­ba­ja­do­res y repre­sen­tan­tes empre­sa­ria­les como Miguel Ace­ve­do y Daniel Funes de Rio­ja (UIA) jun­to a cáma­ras comer­cio, gas­tro­nó­mi­ca, ban­ca­rias y rura­les. Son los nom­bres de quie­nes en tiem­pos de emer­gen­cia total, de pan­de­mia, de fal­ta de vacu­nas para los barrios, de recor­tes de sub­si­dios, se unie­ron para toma­ron seme­jan­te decisión. 

Por otra par­te, es inne­ga­ble que más allá de las direc­cio­nes sin­di­ca­les que ban­can esta com­po­nen­da, este ges­to de des­pre­cio des­de el poder debe­ría tener una con­tun­den­te res­pues­ta en las calles, como ocu­rrie­ra en la pre­via de esa reso­lu­ción este pasa­do mar­tes. Pero tam­bién es cier­to, que se apro­ve­chan para actuar con tan­ta impu­ni­dad por las cir­cuns­tan­cias extre­mas a nivel sani­ta­rio en que se encuen­tra el país. Eso es lo que obli­ga a pen­sar que deci­sio­nes como estas deben con­tar con un alto gra­do de repu­dio por par­te de quie­nes sufren sus consecuencias.

Pre­ci­sa­men­te a la vera de este nue­vo 1º de Mayo don­de se recuer­da la lucha de tan­tas y tan­tos tra­ba­ja­do­res por sus dere­chos y su dig­ni­dad como cla­se, don­de los nom­bres de Feli­pe Valle­se, Agus­tín Tos­co, Ati­lio López, Gre­go­rio Flo­res, Rai­mun­do Onga­ro, René Sala­man­ca, Tere­sa Rodrí­guez, Irma Laciar de Carri­ca y su hijo Héc­tor Carri­ca, Jua­na Rou­co Bue­la, Car­los Fuen­teal­ba y tantxs otrxs, el pac­to sobre el Sala­rio Míni­mo, es una afren­ta que habrá que car­gar, indis­cu­ti­ble­men­te, al «debe» de un gobierno que sigue apos­tan­do al capi­ta­lis­mo sal­va­je, por más que se quie­ra dis­fra­zar de «pro­gre­sis­ta». Un gobierno que le hace el jue­go a la dere­cha gol­pis­ta, que pac­ta con los empre­sa­rios de esa mis­ma dere­cha para seguir metien­do la mano en el bol­si­llo de tra­ba­ja­dorxs, des­ocu­padxs y jubiladxs.

Dete­rio­ro crónico

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