Perú. «Sin cali­dad polí­ti­ca no hay par­ti­dos pre­pa­ra­dos para gobernar»

Mil­cia­des Ruiz* /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de mar­zo de 2021

El ana­lis­ta polí­ti­co Mil­cia­des Ruiz habla de lo que nos espe­ra como país hoy que esta­mos fren­te a una com­par­sa de pos­tu­lan­tes (al Eje­cu­ti­vo y Legis­la­ti­vo) de baja cali­dad política.

A juz­gar por lo vis­to en la pasa­re­la tele­vi­si­va, todo indi­ca que el pró­xi­mo Gobierno (Legis­la­ti­vo y Eje­cu­ti­vo), care­ce­rá de la cali­dad reque­ri­da para afron­tar la gra­ve situa­ción del país.

Así lo seña­la Mil­cia­des Ruiz, ana­lis­ta polí­ti­co y espe­cia­lis­ta en desa­rro­llo rural, en un artícu­lo don­de ana­li­za la impor­tan­cia, hoy decaí­da, de la cali­dad polí­ti­ca en nues­tro país.

“Nun­ca antes como aho­ra, hubo tan­ta pre­ca­rie­dad polí­ti­ca”, dice Ruiz que advier­te que “tene­mos que ser pre­ca­vi­dos y no espe­rar a que se cai­ga la pared, para recién reaccionar”.

Publi­ca­mos a con­ti­nua­ción el artícu­lo “Cali­dad polí­ti­ca” en el que Mil­cia­des Ruiz deta­lla sus apre­cia­cio­nes al respecto.

Cali­dad política

El show elec­to­ral es tan diver­ti­do como los talk show tele­vi­si­vos y simi­la­res, don­de todos fin­gen. Sal­vo excep­cio­nes, los can­di­da­tos al gobierno hacen lo mis­mo. Ofre­cen su mer­ca­de­ría polí­ti­ca con mucha crea­ti­vi­dad artís­ti­ca. Pero todos sabe­mos que solo es un espec­tácu­lo fic­ti­cio y que, nada de lo pro­me­ti­do se cum­pli­rá. Este show es solo un pro­to­co­lo pecu­liar en toda seu­do­de­mo­cra­cia. Pero hay una par­ti­cu­la­ri­dad, que resal­ta­ré en esta nota.

29 de mar­zo, 2021.- El éxi­to de toda ges­tión depen­de de las con­di­cio­nes en que se eje­cu­te. Estas pue­den ser favo­ra­bles y des­fa­vo­ra­bles. Pero tam­bién depen­de de la habi­li­dad de los ges­to­res en el mane­jo de las con­di­cio­nes. De nada ser­vi­ría tener con­di­cio­nes favo­ra­bles si hay inep­ti­tud en el mane­jo de ellas. En cam­bio, si los ges­to­res tie­nen la ido­nei­dad reque­ri­da, podrán hacer un mane­jo ópti­mo de dichas condiciones.

En tér­mi­nos sen­ci­llos, podría­mos decir, que si al con­duc­tor de un bus, se le da la res­pon­sa­bi­li­dad de tras­la­dar pasa­je­ros, es por­que está pre­pa­ra­do para hacer­lo. De lo con­tra­rio, la vida de los via­je­ros corre peli­gro. Al ele­gir a los gober­nan­tes, lo que hace­mos es dar­les la res­pon­sa­bi­li­dad de con­du­cir un vehícu­lo de más de trein­ta millo­nes de pasa­je­ros. Me refie­ro como gober­nan­tes, tan­to a los legis­la­do­res como el pre­si­den­te de la república.

Los legis­la­do­res son los que pre­pa­ran el vehícu­lo para que fun­cio­nes ade­cua­da­men­te y el Eje­cu­ti­vo, es el que se hace car­go del timón. Ambos sec­to­res gober­nan­tes, tie­nen que estar pre­pa­ra­dos para gober­nar. De lo con­tra­rio, la suer­te de los con­du­ci­dos corre el ries­go de desas­tre. Aun, estan­do pre­pa­ra­dos, mucho depen­de de la efi­cien­cia y efi­ca­cia con que se desempeñen.

El cho­fer podrá decir que sabe mucho y que con­du­ci­rá a los pasa­je­ros exce­len­te­men­te, pero si no cono­ce los cami­nos, ni sabe qué rum­bo tomar, su ges­tión será un fra­ca­so. Si no tie­ne sufi­cien­te com­bus­ti­ble y el vehícu­lo tie­ne fallas de todo orden, tam­po­co podrá cum­plir lo pro­me­ti­do. Y si los encar­ga­dos de pre­pa­rar el vehícu­lo no ayu­dan, sino entor­pe­cen, enton­ces el ser­vi­cio ten­drá resul­ta­dos lamentables.

Si apli­ca­mos esta lógi­ca al gobierno nacio­nal, dedu­ci­re­mos la impor­tan­cia de que, legis­la­ti­vo y eje­cu­ti­vo fun­cio­nen armo­nio­sa­men­te en un mis­mo sen­ti­do. Si están enfren­ta­dos, las con­se­cuen­cias la paga­rán los con­du­ci­dos. Si en ambos pode­res no hay a cali­dad reque­ri­da, los resul­ta­dos serán lamen­ta­bles. Por eso es cla­ve, que los gober­nan­tes de ambos pode­res, estén en con­di­cio­nes ópti­mas de gobernar.

Habien­do cali­dad, la dis­cre­pan­cia demo­crá­ti­ca en los deba­tes, ten­drá un alto nivel de fun­da­men­ta­ción, sin hacer uso de pro­ce­di­mien­tos cha­ba­ca­nos. Pero, la cali­dad de los acto­res depen­de de nivel de cono­ci­mien­tos para el car­go. Si el pro­me­dio es de buen nivel, enton­ces los actos de gobierno serán tam­bién de cali­dad. De lo con­tra­rio, el gobierno nacio­nal será mediocre.

Des­co­noz­co si los par­ti­dos polí­ti­cos pre­pa­ran a sus mili­tan­tes para estar en con­di­cio­nes de gober­nar, ya sea como legis­la­do­res, como espe­cia­lis­tas minis­te­ria­les y per­so­nal téc­ni­co ope­ra­ti­vo. Para gober­nar se nece­si­tan cua­dros polí­ti­cos iden­ti­fi­ca­dos con la cau­sa ideo­ló­gi­ca y sus pla­nes polí­ti­cos. De este modo, todo el apa­ra­to guber­na­ti­vo fun­cio­na con la mís­ti­ca de los idea­les perseguidos.

A juz­gar por lo vis­to en la pasa­re­la tele­vi­si­va, tan abru­ma­do­ra como la can­ti­dad de los can­di­da­tos, es la baja cali­dad de los plan­tea­mien­tos emi­ti­dos. Al pare­cer, los par­ti­dos par­ti­ci­pan­tes han impro­vi­sa­do can­di­da­tos de relleno que inclu­so pos­tu­lan para repre­sen­tar regio­nes que no cono­cen. Por eso, los can­di­da­tos no gene­ran con­fian­za entre los elec­to­res. Se des­con­fía de los par­ti­dos y de los can­di­da­tos prin­ci­pa­les por­que a todos estos, les encuen­tran inmo­ra­li­da­des y malos manejos.

Todo esto suce­de en con­di­cio­nes adver­sas por la pan­de­mia y la gra­ve cri­sis eco­nó­mi­ca. Es pre­vi­si­ble que la mayo­ría pre­fie­ra no ir a votar. Muchos irán solo por cum­plir y evi­tar la mul­ta. Pero tam­bién hay una ten­den­cia a viciar los votos como pro­tes­ta polí­ti­ca. No hay fies­ta demo­crá­ti­ca y ante la incer­ti­dum­bre, se bus­ca­rá ele­gir al menos malo, a “ojo de buen cube­ro”, por­que todos tie­nen su entri­pa­do y escon­den sus intenciones.

En esta pers­pec­ti­va, todo indi­ca que el pró­xi­mo gobierno legis­la­ti­vo y eje­cu­ti­vo, care­ce­rá de la cali­dad reque­ri­da para afron­tar la gra­ve situa­ción del país, ago­bia­do por pan­de­mia y las nece­si­da­des eco­nó­mi­cas. Nun­ca antes como aho­ra, hubo tan­ta pre­ca­rie­dad polí­ti­ca. Actual­men­te has­ta el pre­si­den­te asu­mió el car­go impro­vi­sa­da­men­te y tuvo que impro­vi­sar un gabi­ne­te minis­te­rial a la carrera.

La impro­vi­sa­ción guber­na­men­tal es un mal endé­mi­co de la repú­bli­ca bicen­te­na­ria. La pre­ca­rie­dad polí­ti­ca es lo que nos ha deja­do la radio­gra­fía his­tó­ri­ca que se mues­tra en el siguien­te grá­fi­co de Alber­to Rui­bal Handabaka.

La actual jor­na­da elec­to­ral pues, nos deja­rá con muchas preo­cu­pa­cio­nes. Des­pués de la cele­bra­ción de los elec­tos y las cere­mo­nias de esti­lo, el nue­vo gobierno tam­bién impro­vi­sa­rá, por­que no hay par­ti­dos pre­pa­ra­dos para gober­nar. Lo que se vie­ne, es preo­cu­pan­te. Si no hay cali­dad en la inte­lec­tua­li­dad polí­ti­ca del nue­vo Par­la­men­to, no pode­mos espe­rar una pro­duc­ción legis­la­ti­va de calidad.

Si se con­fir­ma­ra esta pre­sun­ción, algo ten­dría­mos que hacer para evi­tar un mayor desas­tre. No pode­mos impe­dir que ocu­rra lo inevi­ta­ble en un pro­ce­so en mar­cha. Pero, sabien­do que, “lo que mal empie­za, mal aca­ba”, si des­de ya, esta­mos vien­do la pre­ca­rie­dad de lo que se vie­ne cons­tru­yen­do, enton­ces tene­mos que ser pre­ca­vi­dos y no espe­rar que se cai­ga la pared, para recién reaccionar.

Si bien, la cali­dad polí­ti­ca es un requi­si­to impor­tan­te para la repre­sen­ta­ción en el gobierno, hay que tener en cuen­ta que todo es rela­ti­vo. La cali­dad per­so­nal podría ser de alta cali­dad aca­dé­mi­ca, pero si su ideo­lo­gía es per­ver­sa, la cali­dad ser­vi­rá para la mal­dad. Enton­ces, la cali­dad huma­na es mucho más que la cali­dad polí­ti­ca. Ade­más, el con­cep­to de cali­dad huma­na no es igual entre opre­so­res y oprimidos.

Sea como fue­re, hay que estar pre­pa­ra­dos para lo peor y por el bien de todos gene­rar ini­cia­ti­vas para que, lo que ten­ga que suce­der, no nos coja des­pre­ve­ni­dos. Si pode­mos ayu­dar a los con­duc­to­res a desem­pe­ñar­se mejor, será una bue­na alter­na­ti­va. Pero si los con­duc­to­res se des­vían del camino y nos atro­pe­llan ten­dre­mos que defen­der­nos adecuadamente.

Esta­mos en esta tris­te encru­ci­ja­da, por­que duran­te dos­cien­tos años de vida repu­bli­ca­na, hemos sido per­mi­si­vos, sopor­tan­do mal­da­des y abu­sos guber­na­men­ta­les. No lo haga­mos más. De nues­tra acti­tud polí­ti­ca depen­de la suer­te de nues­tros des­cen­dien­tes. ¿No es así? ¡Uste­des qué dicen?

—-

* Mil­cía­des Ruiz es espe­cia­lis­ta en desa­rro­llo rural. Diri­ge el por­tal Repú­bli­ca Equi­ta­ti­va: https://​repu​bli​cae​qui​ta​ti​va​.word​press​.com/

FUENTE: SERVINDI

Itu­rria /​Fuen­te

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