Para­guay. La jus­ta ira popu­lar reba­só a la repre­sión poli­cial /​Hay reunio­nes a nivel gobierno y se habla de renun­cias a alto nivel /​Anuncian nue­vas movi­li­za­cio­nes de protesta

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de mar­zo de 2021.

El micro­cen­tro de Asun­ción fue esce­na­rio de una mani­fes­ta­ción pací­fi­ca que exi­gía el cese de la corrup­ción en todo el sis­te­ma esta­tal y espe­cial­men­te en el de salud públi­ca. Sin embar­go, ter­mi­nó en una bata­lla cam­pal debi­do a la acti­tud repre­si­va poli­cial que ata­có pri­me­ro con mucha saña a los mani­fes­tan­tes, y lue­go debie­ron retro­ce­der ante la fir­me resis­ten­cia de cien­tos de jóvenes.

Disparos. Efectivos realizan disparos de balines de goma tras la violencia de inadaptados.
Los manifestantes causaron destrozos en los alrededores del Congreso Nacional. Foto: Cristóbal Núñez.

Par­te sig­ni­fi­ca­ti­va del har­taz­go popu­lar es la corrup­ción del gobierno de Abdó asi como tam­bién el des­cré­di­to gene­ral por la fal­ta de aten­ción sani­ta­ria a la pobla­ción en la lucha con­tra el Covid. Ade­más hay que sumar como cau­sa super­la­ti­va la con­ti­nua poli­ti­ca repre­si­va que en los ulti­mos meses lle­vó a las fuer­zas mili­ta­res a come­ter ase­si­na­tos de lesa huma­ni­dad como fue la masa­cre come­ti­da con­tra dos niñas argen­ti­nas y la des­pa­ri­ción de otra niña, todas de la fami­lia de la gue­rri­lle­ra del EPP Cár­men Villalba.

Estos dos últi­mos hechos han gene­ra­do una fuer­te repul­sa inter­na­cio­nal con­tra el gobierno colo­ra­do y here­de­ro del dic­ta­dor Adol­fo Stroessner.

Escombros y piedras de obras de construcción del microcentro sirvieron como balas para los grupos antagónicos que se hicieron pasar de manifestantes en la movilización. Foto: Nadia Monges.
Escom­bros y pie­dras de obras de cons­truc­ción del micro­cen­tro sir­vie­ron como defen­sa para los manifestantes. 
Señalizaciones y vallados de construcción sirvieron de escudo durante en el enfrentamiento. Foto: Nadia Monges.
Seña­li­za­cio­nes y valla­dos de cons­truc­ción sir­vie­ron de escu­do duran­te en el enfrentamiento. 
Miles de personas salieron a las calles para manifestarse contra el Gobierno durante la tarde-noche del viernes. Foto: Néstor Soto.

Así fue la pue­bla­da en Asunción

Miles de ciu­da­da­nos auto­con­vo­ca­dos a tra­vés de las redes socia­les se aglu­ti­na­ron ayer en las pla­zas ubi­ca­das fren­te al Con­gre­so Nacio­nal con el fin de exi­gir el fin de la corrup­ción y la mala ges­tión del Gobierno que deri­vó en una seve­ra cri­sis sani­ta­ria, social y eco­nó­mi­ca en ple­na pan­de­mia, y que lamen­ta­ble­men­te se vio empa­ña­da por la des­me­di­da reac­ción poli­cial que arro­jó gases lacri­mó­ge­nos y bali­nes de goma para dis­per­sar a la mul­ti­tud ya entra­da la noche. 

La mar­cha, deno­mi­na­da #EstoyParaElMarzo2021, hizo notar el har­taz­go ciu­da­dano ante la inca­pa­ci­dad del Gobierno de encon­trar solu­cio­nes a la fal­ta de medi­ca­men­tos en los hos­pi­ta­les, y el evi­den­te colap­so sani­ta­rio, ade­más de la corrup­ción galopante.

Al gri­to de “fue­ra todos los corrup­tos”, miles de per­so­nas mar­cha­ron para expre­sar su indig­na­ción por los escán­da­los de corrup­ción del Gobierno de Abdo. Lemas como “Uni­dos con­tra la corrup­ción”, “Fue­ra Mari­to y su gavi­lla”, se leían en los car­te­les que car­ga­ban los mani­fes­tan­tes, en su mayo­ría jóve­nes ata­via­dos con la reme­ra de la Selec­ción Para­gua­ya de fútbol.

Fuego. En las inmediaciones del Ministerio de Hacienda manifestantes prendieron fuego.
Arde el minis­te­rio de Hacienda

Otro fac­tor movi­li­za­dor fue la indig­na­ción por el anun­cio de empre­sa­rios de trans­por­te que nue­va­men­te pre­sio­nan con regu­la­das y has­ta paros para pedir un aumen­to del pasa­je, lo que fue total­men­te recha­za­do por la ciudadanía.

Pero, sin duda, el deto­nan­te que esta­lló la nue­va cri­sis es la que­ja gene­ra­li­za­da por la fal­ta de medi­ca­men­tos que obli­ga a los fami­lia­res de enfer­mos Covid a ven­der todo lo que pue­den para evi­tar que mue­ran de la enfer­me­dad. La esce­na más cru­da se obser­vó en la vigi­lia en el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Enfer­me­da­des Res­pi­ra­to­rias y del Ambien­te (Ineram).

El jefe de Esta­do, Mario Abdo Bení­tez, en un inten­to deses­pe­ra­do por apa­gar la mar­cha, le pidió al minis­tro Maz­zo­le­ni su renun­cia. Sin embar­go, esto no logró des­ac­ti­var las mani­fes­ta­cio­nes y otro minis­tro por el que pidie­ron su sali­da es Eduar­do Pet­ta, titu­lar de Educación.

Los cán­ti­cos tam­bién se hicie­ron sen­tir en todo momen­to. Varios jóve­nes ento­na­ban el Himno Nacio­nal y Patria Que­ri­da, el gri­to de gue­rra ciu­da­dano en cual­quier mani­fes­ta­ción, que se desa­rro­lló con mucho bulli­cio y color.

Los jóve­nes se acer­ca­ron has­ta las cer­ca­nías del Con­gre­so des­de ciu­da­des leja­nas del área metropolitana.

Repre­sión. No obs­tan­te, pese a que todo se desa­rro­lla­ba con nor­ma­li­dad, en un momen­to dado los efec­ti­vos poli­cia­les empe­za­ron a repri­mir a los mani­fes­tan­tes inten­tan­do dis­per­sar a la multitud.

Dis­pa­ros de bali­nes de goma, y gases lacri­mó­ge­nos fue­ron lan­za­dos por los uni­for­ma­dos des­atan­do una espe­cie de bata­lla cam­pal que duró varios minu­tos., ya que los mani­fes­tan­tes res­pon­dían con cas­co­tes y piedras.

Según tes­ti­gos, nume­ro­sos mani­fes­tan­tes bus­ca­ron sobre­pa­sar las vallas y los poli­cías reac­cio­na­ron de for­ma des­me­di­da con­tra todos.

La bata­lla cam­pal siguió por varias horas en pleno micro­cen­tro de la capi­tal. En varias opor­tu­ni­da­des los poli­cías fue­ron reba­sa­dos por una gran can­ti­dad de per­so­nas, quie­nes res­pon­dían con pie­dras y que­man­do cubiertas.

En la típi­ca excu­sa que siem­pre esgri­men los fun­cio­na­rios, el minis­tro del Inte­rior, Arnal­do Giuz­zio, dijo que «todo comen­zó con un gru­po de ván­da­los infil­tra­dos», que lue­go apro­ve­cha­ron para rom­per comer­cios y auto­mó­vi­les. Sin embar­go esa men­ti­ra fue des­men­ti­da por cien­tos de tes­ti­gos que vie­ron como la poli­cía del régi­men car­ga­ba con bru­ta­li­dad con­tra la multitud.

Ocho civi­les resul­ta­ron heri­dos, entre ellas una menor a con­se­cuen­cia de la inha­la­ción de gas lacri­mó­geno. Inclu­so, perio­dis­tas resul­ta­ron con lesio­nes, al igual que una médi­ca de nom­bre Rosa Boga­rín, quie­nes fue­ron deri­va­dos al Hos­pi­tal de Trau­ma. Tam­bién 12 poli­cías resul­ta­ron heridos.

Por su par­te, la gran tota­li­dad de los medios, con­tro­la­dos por la dic­ta­du­ra para­gua­ya, vol­vie­ron, como siem­pre, a ter­gi­ver­sar la reali­dad, acu­san­do de los dis­tur­bios a «ván­da­los» e «infil­tra­dos», car­gan­do tin­tas con­tra los «des­bor­des» y exi­gien­do más mano dura. 

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *