Nues­tra­mé­ri­ca. Mer­co­sur, 30 años de mano­seos del ideal integracionista

Por Aram Aha­ro­nian. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 25 de mar­zo de 2021.

Con la excu­sa de la emer­gen­cia de la pan­de­mia del Covid-19, la pre­si­den­cia pro­tem­po­re argen­ti­na del Mer­ca­do Común del Sur (Mer­co­sur) comu­ni­có a los man­da­ta­rios de Bra­sil, Para­guay y Uru­guay que el encuen­tro por la con­me­mo­ra­ción de los30 años de la crea­ción del blo­que, pre­vis­to para el 26 de mar­zo en Bue­nos Aires, se desa­rro­lla­rá de for­ma virtual.

Argen­ti­na adop­tó esta deci­sión en pos de pro­te­ger la salud de los par­ti­ci­pan­tes, dado que muchos paí­ses de la región (Bra­sil, Chi­le, Uru­guay, Para­guay) pre­sen­tan un aumen­to de casos en las últi­mas sema­nas, seña­ló el gobierno. Así, el pre­si­den­te anfi­trión Alber­to Fer­nán­dez (Argen­ti­na), y sus pares Luis Laca­lle Pou (Uru­guay), Jair Bol­so­na­ro (Bra­sil) y Mario Abdo Bení­tez (Para­guay), con­ver­sa­rán virtualmente.

Tam­bién se habían cur­sa­do invi­ta­cio­nes a Sebas­tián Piñe­ra, pre­si­den­te de Chi­le, país aso­cia­do; y al man­da­ta­rio boli­viano Luis Arce, cuya nación está en pro­ce­so de adhe­sión como miem­bro pleno. En for­ma para­le­la al encuen­tro, Fer­nán­dez y Bol­so­na­ro iban a man­te­ner una reu­nión bila­te­ral, había ade­lan­ta­do el emba­ja­dor argen­tino en Bra­sil, Daniel Scio­li. Bue­na excu­sa la del Covid-19 para des­ba­ra­tar esta incó­mo­da reunión.

La can­ci­lle­ría argen­ti­na le qui­tó impor­tan­cia polí­ti­ca a la reu­nión: “La con­me­mo­ra­ción del 30º ani­ver­sa­rio del Mer­co­sur ten­drá un cla­ro valor sim­bó­li­co y polí­ti­co al mos­trar una voca­ción de inte­gra­ción regio­nal, y con­ver­tir al blo­que en una pla­ta­for­ma común para la pro­yec­ción inter­na­cio­nal com­pe­ti­ti­va de nues­tros países”.

El Mer­co­sur se creó for­mal­men­te el 26 de mar­zo de 1991, con la fir­ma del Tra­ta­do de Asun­ción por par­te de los pre­si­den­tes de sus cua­tro paí­ses fun­da­do­res: Car­los Saúl Menem por Argen­ti­na, Fer­nan­do Collor de Melo por Bra­sil, Andrés Rodrí­guez por Para­guay y Luis Alber­to Laca­lle Herre­ra (padre del actual man­da­ta­rio) por Uruguay.

Duran­te estos 30 años, se suma­ron avan­ces y retro­ce­sos. Dife­ren­tes gobier­nos asu­mie­ron lide­raz­gos en pos de impul­sar una mayor inte­gra­ción y la con­so­li­da­ción del blo­que regio­nal, en gene­ral aque­llos de cor­te pro­gre­sis­ta, que habían logra­do incor­po­rar a Vene­zue­la como quin­ta estre­lla del fir­ma­men­to mer­co­su­re­ño. Has­ta que Washing­ton y Bru­se­las dije­ron bas­ta… y nues­tros sumi­sos gobier­nos echa­ron a desandar.

Pero los pode­res hege­mó­ni­cos no quie­ren que haya inte­gra­ción en la región. Así, el ver­so neo­li­be­ral de “una mayor inte­gra­ción al mun­do” se va con­vir­tien­do en pér­di­da de sobe­ra­nía nacio­nal y regio­nal… y ase­si­na­to de espe­ran­zas y sue­ños. Cada país por sepa­ra­do es más fácil de doble­gar, de someter.

En este últi­mo año, el dere­chis­ta pre­si­den­te uru­gua­yo Luis Laca­lle, qui­so pre­sen­tar­se (al menos en decla­ra­cio­nes y en las redes socia­les) como motor pro­pul­sor del Mer­co­sur. Obvia­men­te, acep­tan­do cual­quier con­di­cio­nan­te pues­to por los pode­res hegemómicos.Y hoy insis­te, jun­to a Bol­so­na­ro y Abdo, en la “fle­xi­bi­li­dad” del Acuer­do, lo que impli­ca dejar de lado la Reso­lu­ción 3200 del CMC del Mer­co­sur, la cual dis­po­ne que sólo se podrán nego­ciar tra­ta­dos comer­cia­les en for­ma con­jun­ta, por todos los miembros.

Lo que se inten­ta, es que, la lla­ma­da Unión Adua­ne­ra imper­fec­ta (por las excep­cio­nes exis­ten­tes en su Aran­cel Externo Común), retro­ce­da hacia una Zona de Libre Comer­cio, y que por la vía de los hechos se anu­le un pro­ce­so de inte­gra­ción regio­nal, que, más allá de sus imper­fec­cio­nes, pudo y pue­de con­du­cir a supe­rar la con­di­ción de paí­ses depen­dien­tes y subdesarrollados.

Laca­lle está suma­men­te intere­sa­do en cele­brar un acuer­do comer­cial con Chi­na, pese a los estu­dios de impac­to, que indi­can lo incon­ve­nien­te que resul­ta­ría. Por su par­te, Bol­so­na­ro ha seña­la­do su inte­rés en cele­brar acuer­dos comer­cia­les con los Esta­dos Uni­dos, Japón y con India. Cada cual por su lado, aban­do­nan­do 30 años de esfuer­zo común.

El can­ci­ller uru­gua­yo Fran­cis­co Bus­ti­llo en pocos meses pro­fi­rió afir­ma­cio­nes dis­pa­res sobre el acuer­do Mer­co­sur-Unión Euro­pea (UE). “Las nego­cia­cio­nes con­clui­das con la UE y la Aso­cia­ción Euro­pea de Libre Comer­cio deben ser­vir como base común y ejem­plo de que los socios del blo­que ali­nea­dos pue­den obte­ner mejo­res resul­ta­dos en una nego­cia­ción”, sos­tu­vo ante los dipu­tados el 7 de octu­bre de 2020.

El 19 de noviem­bre de 2020 seña­ló en la Comi­sión de Asun­tos Inter­na­cio­na­les que “mien­tras que algu­nos acto­res habla­ban de la nece­si­dad de rati­fi­car el acuer­do del Mer­co­sur, otros habla­ban de la fir­ma del acuer­do, y lo cier­to es que des­cu­bri­mos que el acuer­do no está cul­mi­na­do. Se cele­bró hace un año y medio (en Bru­se­las a fines de junio de 2019), pero lo cier­to es que no hay acuer­do, sino un prin­ci­pio de acuer­do res­pec­to de su cuer­po central”. 

Pero Bus­ti­llo fue más a fon­do en febre­ro últi­mo ante la mis­ma comi­sión, al indi­car que la fic­ción se mon­tó debi­do a “las nece­si­da­des polí­ti­cas” de la Argen­ti­na de Mau­ri­cio Macri “por­que venían las elec­cio­nes y había que mos­trar un logro en mate­ria de polí­ti­ca exte­rior”. Esa es la reali­dad a la que nos enfren­ta­mos y que des­cu­bri­mos a poco de asu­mir la car­te­ra”, dijo el can­ci­ller en febre­ro 2021 en la Comi­sión de Diputados. 

En aquel memo­ra­ble (y funes­to) día, el enton­ces can­ci­ller argen­tino Jor­ge Fau­rie comu­ni­có a Macri la nove­dad del acuer­do: “Pre­si­den­te, lo feli­ci­to, en su pre­si­den­cia se logró. 20 años de nego­cia­ción. Tene­mos acuer­do Unión Euro­pea-Mer­co­sur”. Los audios y videos difun­di­dos por el gobierno son prue­ba de ello.

Mien­tras Bus­ti­llo el 24 de febre­ro últi­mo habla­ba ante los dipu­tados uru­gua­yos, el comi­sa­rio de Comer­cio Vla­dis Dom­brovs­kis, ante el Comi­té de Comer­cio Inter­na­cio­nal del Par­la­men­to Euro­peo afir­ma­ba que “man­te­ne­mos con­ver­sa­cio­nes acti­vas para for­ta­le­cer la coope­ra­ción en desa­rro­llo sos­te­ni­ble. La imple­men­ta­ción de los com­pro­mi­sos sobre el Acuer­do de París y la defo­res­ta­ción son cruciales”.

Tan­tas men­ti­ras, tan­tas medias ver­da­des! Dom­brovs­kis no habla de que no haya acuer­do, sino que dice que para rati­fi­car­lo, la UE exi­ge, aho­ra, un docu­men­to adi­cio­nal que esta­blez­ca mayo­res com­pro­mi­sos y/​o com­pro­mi­sos más ope­ra­ti­vos en los temas ambientales.

Para Bus­ti­llo, los cua­tro temas impor­tan­tes que res­tan por cerrar –“más allá de una foto que obvia­men­te deri­va de nece­si­da­des polí­ti­cas de Argen­ti­na”- son una nego­cia­ción por el eta­nol, que corres­pon­de a Bra­sil con la UE, un tema vin­cu­la­do a iden­ti­fi­ca­cio­nes geo­grá­fi­cas (uno de los más sen­si­bles), otro al bien­es­tar ani­mal (apa­ren­te­men­te solu­cio­na­do) y otro rela­cio­na­do con los lácteos.

Pare­cie­ra que el acuer­do no se mue­ve si no se resuel­ve el tema ambien­tal, que pare­ce ser lo úni­co que le impor­ta al ima­gi­na­rio colec­ti­vo pan­eu­ro­peo. Plan­tear que la preo­cu­pa­ción ambien­tal de los euro­peos es una sim­ple excu­sa del lobby agro­pe­cua­rio fran­co-irlan­dés pare­ce ser, al menos, un impor­tan­te error de apre­cia­ción que sólo pue­de com­pli­car, aún más, el difí­cil camino hacia la rati­fi­ca­ción (o fir­ma) del acuerdo. 

Últi­ma­men­te, la Unión Euro­pea plan­teó incor­po­rar un pro­to­co­lo, una aden­da, para mejo­rar los aspec­tos refe­ri­dos a su preo­cu­pa­ción por nues­tra Ama­zo­nia (y los des­ma­nes de tie­rra arra­sa­da y geno­ci­dio de Jair Bol­so­na­ro), lue­go que los euro­peos arra­sa­ran hace muchos años con todos sus árboles.

Pero a los euro­peos la pan­de­mia les ha ser­vi­do en la mesa la preo­cu­pa­ción por la segu­ri­dad ali­men­ta­ria, el cre­cien­te des­em­pleo, un mayor con­trol sobre pro­duc­cio­nes que con­si­de­ran estra­té­gi­cas a la luz de las ten­sio­nes geo­po­lí­ti­cas y el ace­le­ra­do cam­bio tec­no­ló­gi­co. Esto impli­ca pro­tec­cio­nis­mo: que la pro­duc­ción, o par­tes impor­tan­tes de ella, se reali­ce en su pro­pio territorio.

Habría que espe­rar has­ta el año pró­xi­mo cuan­do Bol­so­na­ro se vaya del gobierno, ya que sería poco rea­lis­ta pen­sar que el actual gobierno bra­si­le­ño asu­ma mayo­res com­pro­mi­sos ambien­ta­les. Y los expe­ri­men­ta­dos polí­ti­cos euro­peos, cons­cien­tes del nue­vo esce­na­rio pan­dé­mi­co y pos­pan­dé­mi­co, no pare­cen dis­pues­tos a arries­gar­se a pro­mo­ver la rati­fi­ca­ción de un acuer­do con Mer­co­sur, que lue­go sus gobier­nos y los par­ti­dos polí­ti­cos no podrán defen­der ante la opi­nión públi­ca de sus países.

Mien­tras, el gobierno de Uru­guay, que sabe que no cuen­ta con Argen­ti­na para la refor­ma del Mer­co­sur, apues­ta a ali­near a los otros dos socios detrás de la sui­ci­da “fle­xi­bi­li­za­ción”.

Hoy en el sur del sur esta­mos más “bal­ca­ni­za­dos” que nun­ca y pare­ce que los obje­ti­vos des­crip­tos hace ya 30 años son solo sue­ños de una noche de verano. Qui­zás con­sen­suar una agen­da anual con­jun­ta per­mi­ti­ría dar pasos hacia delan­te y no hacia los cos­ta­dos, para supe­rar el prag­ma­tis­mo vacuo, el ideo­lo­gis­mo bara­to y rema­ni­do, la nece­si­dad de man­te­ner malin­for­ma­dos a los ciu­da­da­nos, que impe­ran en estos tiem­pos pandémicos.

Qui­zás bas­te con un brin­dis vir­tual de estos pre­si­den­tes y sus can­ci­lle­res, por los 30 años de un sue­ño –y un man­da­to- que suce­si­va­men­te supie­ron incumplir.

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