Argen­ti­na. Recu­pe­rar el Escu­do Nacio­nal: En bus­ca de una memo­ria amputada

Por Mar­ce­lo Val­ko.Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de mar­zo de 2021.

Pro­du­ci­do el 25 de mayo de 1810, y simul­ta­neo con el des­plie­gue mili­tar de la nacien­te revo­lu­ción, un com­ba­te de igual tras­cen­den­cia se desa­rro­lló a nivel sim­bó­li­co con el pro­pó­si­to de des­tro­nar los emble­mas liga­dos a la domi­na­ción colonial.

La sim­bo­lo­gía ances­tral en los emble­mas de Mayo esta ates­ti­gua­da nada menos que por Bar­to­lo­mé Mitre, a quien de nin­gu­na mane­ra pue­de acu­sár­se­le de tener sim­pa­tías ori­gi­na­rias que acep­ta que el sol de la ban­de­ra es de pro­ce­den­cia incai­ca y es el mis­mo que aso­ma en el escu­do y con­cuer­da en un todo con las estro­fas del Himno alu­si­vas a los cuz­que­ños san­cio­na­do por la Asam­blea del 11 de mayo de 1813. Como cual­quie­ra pue­de cons­ta­tar la letra com­ple­ta del Himno afir­ma: “Se con­mue­ven del Inca las tum­bas /​y en sus hue­sos revi­ve el ardor /​lo que ve reno­va­do a sus hijos /​de la Patria el anti­guo esplen­dor”. Estos ver­sos no sólo ima­gi­nan la emo­ción del Inca ante el des­per­tar de Argen­ti­na, sino que ade­más nos sitúa en cali­dad de “hijos” recor­dan­do “el anti­guo esplen­dor” del Tahuan­tin­su­yo, es decir, de la nue­va Patria que aso­ma a la his­to­ria para cobi­jar a todos sus des­cen­dien­tes. Dichas estro­fas, nos pre­sen­tan como here­de­ros de los incas. Tiem­po des­pués, fue­ron cer­ce­na­das del Himno tras un decre­to del Poder Eje­cu­ti­vo del 30 de mar­zo de 1900, sien­do pre­si­den­te casual­men­te Julio A. Roca…

Con­si­de­ra­cio­nes sobre el Escudo

El 9 de julio de 1816 la pro­cla­ma de la Inde­pen­den­cia se pro­mul­ga en cas­te­llano, que­chua, ayma­rá y gua­ra­ní, jus­ta­men­te para que nues­tros “pai­sa­nos los indios” cono­cie­ran los obje­ti­vos y bene­fi­cios de la Revo­lu­ción. En aque­lla opor­tu­ni­dad, Manuel Bel­grano hizo moción para gober­nar­nos por medio de una monar­quía atem­pe­ra­da per­te­ne­cien­te a la Cuna de los Incas. Esta ads­crip­ción de los revo­lu­cio­na­rios de Mayo al ima­gi­na­rio andino no es anto­ja­di­za. No olvi­de­mos que los incas habían lle­ga­do has­ta Tucu­mán y San­tia­go del Este­ro, don­de aún sub­sis­ten hablan­tes de que­chua, y que a su vez, el lími­te nor­te del Virrey­na­to del Río de la Pla­ta incluía no sólo los yaci­mien­tos de Poto­sí, sino tam­bién a Tiahua­na­co. Estas preo­cu­pa­cio­nes por posi­cio­nar­se en el con­tex­to de las nacio­nes des­de una deter­mi­na­da con­cien­cia his­tó­ri­ca, dejó hue­llas per­du­ra­bles en nues­tros emble­mas ofi­cia­les. Uno de estos víncu­los inte­lec­tua­les con lo andino será el sol Inca que aún fla­mea en la Ban­de­ra y aso­ma en el Escu­do, en este últi­mo, en la ter­mi­na­ción del gorro fri­gio los revo­lu­cio­na­rios de Mayo aña­die­ron un ele­men­to que juz­ga­mos fun­da­men­tal: la bor­la incai­ca que lue­go sería amputada.

Las prue­bas

La que es con­si­de­ra­da pri­me­ra ban­de­ra nacio­nal fue dona­da por Bel­grano al Cabil­do de Jujuy el 25 de mayo de 1813. La tela de la ban­de­ra es de raso, cor­ta­do en tres paños y lle­va pin­ta­do el Escu­do de la Asam­blea del año 1813. Afor­tu­na­da­men­te tam­bién sub­sis­te un escu­do ori­gi­nal pin­ta­do en made­ra, des­ti­na­do a la escue­la que sería cons­trui­da con el dine­ro reci­bi­do por Bel­grano como recom­pen­sa por sus vic­to­rias. Toma­do de la revo­lu­ción fran­ce­sa que había pro­cla­ma­do la Liber­tad, Igual­dad y Fra­ter­ni­dad, el gorro fri­gio con­den­sa­ba aque­llos idea­les inte­gra­dos en la nue­va Amé­ri­ca. Sin embar­go, a pri­me­ra vis­ta se impo­ne una dife­ren­cia fun­da­men­tal entre el gorro fri­gio de Bel­grano y su homó­lo­go fran­cés. Tan­to en aque­lla ban­de­ra pri­mi­ge­nia como en el escu­do que se encuen­tran en la actua­li­dad en el Salón de las Ban­de­ras del Pala­cio de Gobierno de Jujuy, apa­re­ce en for­ma noto­ria la bor­la incai­ca como suple­men­to o rema­te del gorro frigio.

La Asam­blea del año 1813 enco­men­dó la crea­ción de un sello ofi­cial des­ti­na­do a legi­ti­mar sus reso­lu­cio­nes y con­fió la tarea al pla­te­ro y gra­ba­dor Juan de Dios Rive­ra quien fue el artí­fi­ce mate­rial del sello. Rive­ra había par­ti­ci­pa­do de la rebe­lión de Túpac Ama­rú. Tas la derro­ta de 1781 y a raíz de la per­se­cu­ción pos­te­rior, huyó de Poto­sí diri­gién­do­se ini­cial­men­te a Cór­do­ba has­ta reca­lar en Bue­nos Aires. Lo que ver­da­de­ra­men­te impor­ta es que el gorro fri­gio del escu­do esta ame­ri­ca­ni­zan­do­lo. Esa bor­la o tul­ma es la mis­ma que usan los indí­ge­nas del noroes­te y del alti­plano como rema­te de las ore­je­ras de sus gorros. El tri­cor­nio de la revo­lu­ción fran­ce­sa le decía muy poco a Rive­ra quien deci­dió ves­tir­lo de acuer­do a la cos­mo­vi­sión Ame­ri­ca­na. De esa for­ma, el Escu­do Argen­tino sur­gió liga­do al idea­rio de Tupac Ama­rú II. Un decre­to fecha­do el 27 de abril de 1813 le asig­na ya carác­ter de emble­ma nacional.

La puja herál­di­ca que ter­mi­nó por eli­mi­nar la bor­la del gorro fri­gio, pro­vo­ca­ría una anar­quía de dise­ños como pue­de apre­ciar­se en nume­ro­sos fron­tis­pi­cios de edi­fi­ca­cio­nes de fines del siglo XIX y prin­ci­pios del XX. El cer­ce­na­mien­to actual del dise­ño del escu­do que­dó esta­ble­ci­da en 1900 por Esta­nis­lao S. Zeba­llos, en esos momen­tos minis­tro de Esta­do y quien supo ser Pre­si­den­te de la Socie­dad Rural Argen­ti­na y gran colec­cio­nis­ta de crá­neos indí­ge­nas. La ampu­tación expe­ri­men­ta­da por el escu­do para eli­mi­nar los ras­tros ame­ri­ca­nos no es un tema menor. Los vai­ve­nes herál­di­cos que acom­pa­ña­ron a la eli­mi­na­ción de los prin­ci­pa­les revo­lu­cio­na­rios, expre­san en últi­ma ins­tan­cia un mode­lo de país, que opta por enquis­tar­se en el puer­to de Bue­nos Aires con la mira­da fija en Euro­pa y lue­go en EEUU, en lugar de inte­grar­se al continente.

Con­clu­sión

Pro­po­ne­mos un retorno a las fuen­tes de nues­tro des­tino Ame­ri­cano. Es hora de regre­sar al espí­ri­tu revo­lu­cio­na­rio que bus­ca­ba ver­da­de­ra inte­gra­ción defen­dien­do al pue­blo esquil­ma­do y no a quie­nes ayer hoy se dedi­can al saqueo en todas las for­mas inima­gi­na­bles. Es impres­cin­di­ble que regre­se la bor­la incai­ca al Escu­do Nacio­nal y dejar de per­sis­tir en el error ideo­ló­gi­co que ausen­ti­fi­có la pre­sen­cia de Lati­noa­mé­ri­ca. EN ESTE CASO EL DETALLE ES EL TODO. Hace unos días vol­ví a pre­sen­tar en el Con­gre­so Nacio­nal el Pro­yec­to de Ley aho­ra con mayo­res fun­da­men­tos (como hice en 2009, 2010 y 2011) para recu­pe­rar el Escu­do Nacio­nal en “VALKO, MARCELO: REMITE PROYECTO DE RESOLUCIÓN DE SU AUTORIA SOBRE LA RESTITUCIÓN DEL ESCUDO NACIONAL A SU CONFORMACIÓN ORIGINARIA CREADO POR LA ASAMBLEA DEL AÑO XIII. (0010-P-2021).” Pasa­mos Mesa de Entra­das. Vere­mos si algún dipu­tado se ani­ma a apo­yar­lo y pre­sen­tar­lo. Recu­pe­rar el escu­do ori­gi­nal es recu­pe­rar la patria gran­de, inclu­si­va, fra­ter­na de raíz ances­tral. En su momen­to Bayer titu­ló en Pagina/​12 “La memo­ria ter­gi­ver­sa­da” expre­san­do su apo­yo a la ini­cia­ti­va. Hoy, que tan­ta gen­te comien­za a derri­bar en el mun­do sím­bo­los que repre­sen­tan la opre­sión, sím­bo­los que nos obli­gan a pen­sar con cate­go­rías men­ta­les opre­so­ras, es impres­cin­di­ble que Argen­ti­na recu­pe­re la bor­la incai­ca del gorro fri­gio de nues­tro escu­do como fue­ra dise­ña­do por aque­llos fun­da­do­res de nues­tra Patria que aspi­ra­ba a ser Gran­de en la Patria Gran­de de Latinoamérica.


[1] Psi­có­lo­go, docen­te uni­ver­si­ta­rio, espe­cia­lis­ta en etno­li­te­ra­tu­ra y en inves­ti­gar geno­ci­dio indí­ge­na, autor de nume­ro­sos tex­tos como Pedes­ta­les y Pron­tua­rios y Peda­go­gía de la Desmemoria.

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