Argen­ti­na. Lle­gó mar­zo y comen­zó la carre­ra electoral

Por Eduar­do Luci­ta, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de mar­zo de 2021. 

Las elec­cio­nes legis­la­ti­vas ya están en el hori­zon­te cer­cano, las fuer­zas polí­ti­cas han comen­za­do a ali­near­se cuan­do aún la ciu­da­da­nía no pare­ce tener­las presente. 


Con el dis­cur­so pre­si­den­cial de aper­tu­ra de las sesio­nes ordi­na­rias pue­de decir­se que hemos ingre­sa­do en la pre­via de las elec­cio­nes. Más allá de la opi­nión que del dis­cur­so se ten­ga es inne­ga­ble su impron­ta de pola­ri­za­ción elec­to­ral. No solo arre­me­tió con­tra la opo­si­ción y la jus­ti­cia y ape­nas si rozó el affai­re de las vacu­nas de pri­vi­le­gio, tam­bién anun­ció una que­re­lla cri­mi­nal por el endeu­da­mien­to frau­du­len­to, que el nue­vo cua­dro tari­fa­rio (luz y gas) que­da­ría para el 2022 y que el acuer­do con el FMI no tie­ne apu­ro. Reva­lo­ri­zó a la indus­tria y al agro y fus­ti­gó a las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes y ali­men­ta­ción. Cla­ro men­sa­je a los sec­to­res medios y popu­la­res y a su pro­pia tropa.

Tiem­pos electorales

Los tiem­pos elec­to­ra­les han comen­za­do a pesar en el esce­na­rio y en las deci­sio­nes polí­ti­cas. En el plano eco­nó­mi­co-polí­ti­co, el ofi­cia­lis­mo pare­ce mejor para­do que hace algu­nos meses. Logró fre­nar las pre­sio­nes deva­lua­to­rias y que ingre­sa­ran divi­sas mien­tras bus­ca admi­nis­trar el res­to de la varia­bles para fre­nar el pro­ce­so infla­cio­na­rio (des­con­ge­la­mien­to par­cial de tari­fas y pre­cios máxi­mos, eli­mi­na­ción del IFE y reduc­ción de los ATP, pro­lon­ga­ción del decre­to que esta­ble­ce la prohi­bi­ción de los des­pi­dos y sus­pen­sio­nes, con­trol de impor­ta­cio­nes, aumen­tos sala­ria­les aco­ta­dos y a la par bus­ca un acuer­do de pre­cios y sala­rios) y lle­gar con una eco­no­mía en recu­pe­ra­ción al momen­to de las urnas. En lo polí­ti­co ha reto­ma­do la ini­cia­ti­va (leyes de apor­te soli­da­rio, de nue­va movi­li­dad jubi­la­to­ria, de Pre­su­pues­to 2021, de blan­queo de capi­ta­les para la cons­truc­ción, de ele­va­ción de los míni­mos no impo­ni­bles para Impues­to a las Ganan­cias y el lan­za­mien­to del demo­ra­do Con­se­jo Eco­nó­mi­co-Social). Mien­tras que la opo­si­ción, que duran­te todo el año pasa­do des­en­vol­vió una estra­te­gia de des­gas­te del gobierno (ban­de­ra­zos y mar­chas), apa­re­ce aho­ra enre­da­da en sus pro­pias con­tra­dic­cio­nes, sin pro­pues­tas cla­ras ‑solo rei­vin­di­can­do al mer­ca­do, la acti­vi­dad pri­va­da y un repu­bli­ca­nis­mo vacío- y casi ago­ta­do el recur­so de las movi­li­za­cio­nes calle­je­ras solo ati­na a mon­tar­se sobre los erro­res no for­za­dos del gobierno ‑que no son pocos- mien­tras con­vi­ve con una cri­sis de lide­raz­go aún no resuelta.

La pre­via

Solo fal­tan seis meses para las elec­cio­nes pri­ma­rias y ocho para las gene­ra­les. El calen­da­rio está en dis­cu­sión, pulu­lan los pro­yec­tos para modi­fi­car­lo. Des­de eli­mi­nar las PASO ‑algo que a este colum­nis­ta no le dis­gus­ta ya que has­ta aho­ra han demos­tra­do su inuti­li­dad y son pros­crip­ti­vas para los peque­ños par­ti­dos, por lo demás impli­can una gran movi­li­za­ción ciu­da­da­na en medio de la pan­de­mia cuan­do en agos­to podría estar acti­va la temi­da segun­da ola de con­ta­gios- y un gas­to inú­til, esti­ma­do entre 17 y 20 mil millo­nes de pesos cuan­do el gobierno está tra­tan­do de redu­cir el gas­to públi­co. Se ha pro­pues­to tam­bién hacer­las el mis­mo día que las gene­ra­les, lo que supon­dría una suer­te de ley de lemas. Final­men­te lo que pare­ce más pro­ba­ble, correr hacia ade­lan­te ambos comi­cios, míni­mo 30 días. De todas for­mas lo que se deci­da nece­si­ta con­sen­so polí­ti­co para modi­fi­car el calen­da­rio por ley.

Qué se juega

La prin­ci­pal dispu­ta se dará en la Cáma­ra de Dipu­tados ya que en el Sena­do el ofi­cia­lis­mo tie­ne amplia mayo­ría, aun­que no logra los dos ter­cios. El FdT nece­si­ta sumar 10 nue­vas ban­cas ‑renue­va 51 sobre 119- para lograr quó­rum pro­pio y así inde­pen­di­zar­se de la actual rela­ción de fuer­zas que lo obli­ga a nego­ciar con la opo­si­ción el con­te­ni­do de las leyes. Mien­tras que para JxC todo con­sis­te en no redu­cir su actual núme­ro de ban­cas o a lo sumo sumar un par más ‑renue­va 60 sobre 116-. Cla­ro que en ambas coa­li­cio­nes se diri­mi­rá tam­bién en las lis­tas la mayor o menor pre­sen­cia de las frac­cio­nes que las com­po­nen. A dere­cha e izquier­da de las dos gran­des coa­li­cio­nes apa­re­cen opcio­nes meno­res que pue­den res­tar votos en las pri­ma­rias aun­que es tem­prano para eva­luar cómo pue­de afec­tar­las la ten­den­cia pola­ri­za­do­ra. Sin embar­go el hori­zon­te real va más allá de las legis­la­ti­vas, son las pre­si­den­cia­les del 2023. Cómo que­dan posi­cio­na­das las fuer­zas polí­ti­cas y aquí no solo jue­gan el mayor o menor núme­ro de ban­cas que obten­gan sino el total de sufra­gios conseguidos.

Desin­te­rés

El lar­go con­fi­na­mien­to, la incer­ti­dum­bre acer­ca de un hori­zon­te pos­pan­dé­mi­co, el des­plo­me de la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca y sus efec­tos socia­les (cie­rre de empre­sas, mayor des­ocu­pa­ción, caí­da del poder adqui­si­ti­vo, incre­men­to de la pobre­za), las incon­sis­ten­cias en el pro­gra­ma de vacu­na­ción, han deja­do en la socie­dad un sabor amar­go. Una com­bi­na­ción de can­san­cio y males­tar, de decep­ción y har­taz­go está hacien­do emer­ger un dete­rio­ro de la ima­gen polí­ti­ca y de recha­zo a sus prin­ci­pa­les figu­ras. El des­gas­te de la figu­ra pre­si­den­cial por un lado y el ago­ta­mien­to de las mar­chas y ban­de­ra­zos de la dere­cha moto­ri­za­das por el PRO son emer­gen­tes de esta situa­ción. La con­tra­par­ti­da es que la ciu­da­da­nía está muy con­cen­tra­da en sus vidas coti­dia­nas (mie­do a los con­ta­gios, preo­cu­pa­ción por la cares­tía de la vida, pér­di­da de empleos, inse­gu­ri­dad…) y por aho­ra no mues­tra mayor inte­rés en las pers­pec­ti­vas electorales.

¿Que defi­ni­rá el voto?

Hay coin­ci­den­cias en la mayo­ría de los ana­lis­tas polí­ti­cos: la evo­lu­ción de la pan­de­mia y de la eco­no­mía serán deci­si­vas a la hora de votar. De no mediar algún nue­vo impon­de­ra­ble, las esti­ma­cio­nes de cre­ci­mien­to de la eco­no­mía son mayo­res a las espe­ra­das y van del 5 al 7 por cien­to. El gobierno con­ta­rá con recur­sos adi­cio­na­les a los pre­su­pues­ta­dos (aumen­to de las expor­ta­cio­nes, impues­to a las gran­des for­tu­nas, mayo­res ingre­sos fis­ca­les por mayor cre­ci­mien­to de la acti­vi­dad). Para el ofi­cia­lis­mo todo depen­de si logra mori­ge­rar la infla­ción y si estas mejo­ras coyun­tu­ra­les se sen­ti­rán en las con­di­cio­nes de vida y exis­ten­cia de la gen­te. Des­pe­ja­da esta varia­ble, que­da el plan de inmu­ni­za­ción fren­te al Covid-19. Un ins­tru­men­to elec­to­ral cla­ve para el gobierno que has­ta aho­ra va con retra­so; las vacu­nas son esca­sas y tar­días. Todo depen­de de lle­gar a las elec­cio­nes con un por­cen­tual impor­tan­te de la pobla­ción inmu­ni­za­da. Y aquí no habrá lugar para impro­vi­sa­cio­nes ni jus­ti­fi­ca­cio­nes de nin­gún tipo. Todo ha de ser muy concreto.

Fuen­te: ANRed

Itu­rria /​Fuen­te

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