Esta­dos Uni­dos. Las res­tric­cio­nes del dere­cho al voto y la tác­ti­ca de obs­truc­cio­nis­mo legis­la­ti­vo: más monu­men­tos con­fe­de­ra­dos para derribar

Por Amy Good­man, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de mar­zo de 2021. 

La estra­te­gia repu­bli­ca­na se basa en res­trin­gir la par­ti­ci­pa­ción de votantes.

En Esta­dos Uni­dos, el pre­cep­to demo­crá­ti­co del gobierno de la mayo­ría, expre­sa­do a tra­vés de un des­or­de­na­do y capri­cho­so sis­te­ma elec­to­ral, con reglas dife­ren­tes en cada esta­do y cada con­da­do del país, pare­ce haber sobre­vi­vi­do a los cua­tro años de pre­si­den­cia de Donald Trump. El poder real, sin embar­go, resi­de en una arrai­ga­da y abru­ma­do­ra­men­te blan­ca mino­ría repu­bli­ca­na. Es cier­to que el Par­ti­do Demó­cra­ta —a tra­vés del gran tra­ba­jo de los movi­mien­tos popu­la­res para movi­li­zar a los votan­tes— alcan­zó la Casa Blan­ca, logró arre­ba­tar­le al Par­ti­do Repu­bli­cano el con­trol del Sena­do y retu­vo la mayo­ría, por un estre­cho mar­gen, en la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes. A pesar de eso, los repu­bli­ca­nos del Sena­do, median­te la tác­ti­ca del obs­truc­cio­nis­mo legis­la­ti­vo, un ves­ti­gio de la épo­ca de la escla­vi­tud, toda­vía tie­nen el poder de vetar casi todas las pro­pues­tas de nue­va legis­la­ción federal.

Un ejem­plo es el caso de la Reso­lu­ción 1 de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes, tam­bién cono­ci­da como Ley Para el Pue­blo 2021. La Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes apro­bó este pro­yec­to de ley el miér­co­les por la noche, mien­tras los con­gre­sis­tas se apre­su­ra­ban a ter­mi­nar sus tareas para salir de Washing­ton lo antes posi­ble debi­do a los infor­mes de ame­na­zas de posi­bles actos vio­len­tos por par­te de sim­pa­ti­zan­tes de Trump defen­so­res de la supre­ma­cía blan­ca y de la teo­ría cons­pi­ra­ti­va QAnon. La Reso­lu­ción 1 de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes ha sido des­cri­ta como la ini­cia­ti­va de ley más amplia en pos de la demo­cra­cia de las últi­mas déca­das. Si se aprue­ba, mejo­ra­ría el sis­te­ma de empa­dro­na­mien­to de votan­tes y amplia­ría las posi­bi­li­da­des para emi­tir el voto; pon­dría fin a la mani­pu­la­ción par­ti­dis­ta, con ses­go racial, en la deli­mi­ta­ción de los dis­tri­tos elec­to­ra­les; obli­ga­ría a divul­gar los datos de todos los donan­tes de las cam­pa­ñas elec­to­ra­les, aumen­ta­ría los fon­dos de con­tra­par­ti­da finan­cia­dos por la admi­nis­tra­ción públi­ca para los can­di­da­tos al Con­gre­so; e impon­dría estric­tas nor­mas de éti­ca y trans­pa­ren­cia a los miem­bros del Con­gre­so y de la Cor­te Supre­ma de Esta­dos Uni­dos. Se supo­ne que un pro­yec­to de ley a favor de la demo­cra­cia sería muy bien vis­to en la demo­cra­cia más anti­gua del mun­do. Sin embar­go, nin­gún repu­bli­cano votó a favor de la ini­cia­ti­va. Y a menos que los 50 miem­bros demó­cra­tas del Sena­do se unan para poner fin a la tác­ti­ca del obs­truc­cio­nis­mo legis­la­ti­vo, lo que podría hacer­se con una apro­ba­ción por mayo­ría sim­ple, la Reso­lu­ción 1 de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­te y muchos otros pro­yec­tos de ley que se pre­sen­ta­rán en el futu­ro mori­rán a manos de la mino­ría repu­bli­ca­na del Senado.

El difun­to acti­vis­ta con­ser­va­dor Paul Wey­rich, cofun­da­dor de la orga­ni­za­ción de dere­cha The Heri­ta­ge Foun­da­tion, expu­so la direc­triz cla­ve de la estra­te­gia repu­bli­ca­na en 1980: “No quie­ro que todo el mun­do vote. Las elec­cio­nes no se ganan con el voto de la mayo­ría. Nun­ca ha sido así en la his­to­ria de nues­tro país, y no es así aho­ra. De hecho, para ser fran­cos, nues­tra ven­ta­ja en las elec­cio­nes aumen­ta con­si­de­ra­ble­men­te cuan­do la pobla­ción que vota disminuye”.

La estra­te­gia repu­bli­ca­na se basa en res­trin­gir la par­ti­ci­pa­ción de votantes.

Las legis­la­tu­ras esta­ta­les con­tro­la­das por los repu­bli­ca­nos han lan­za­do un ata­que sin pre­ce­den­tes con­tra el dere­cho al voto, inten­tan­do rever­tir los avan­ces que se han hecho en rela­ción con este dere­cho, gana­do con esfuer­zo duran­te el últi­mo siglo y medio. Más de 250 pro­yec­tos de ley para limi­tar la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral han sido pre­sen­ta­dos en las legis­la­tu­ras estatales.

En un caso pre­sen­ta­do esta sema­na sobre la res­tric­ción de la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral en el esta­do de Ari­zo­na, se espe­ra que la Cor­te Supre­ma, actual­men­te de mayo­ría repu­bli­ca­na, tam­bién impon­ga su ses­go par­ti­dis­ta en este pun­to cla­ve de la demo­cra­cia, des­tru­yen­do lo que que­da de la Ley de Dere­cho al Voto de 1965. Al expo­ner sus argu­men­tos con­tra la reso­lu­ción de un tri­bu­nal infe­rior res­pec­to a las tác­ti­cas de res­tric­ción del dere­cho al voto en el esta­do de Ari­zo­na, el abo­ga­do del Par­ti­do Repu­bli­cano de Ari­zo­na decla­ró con fran­que­za, siguien­do la mis­ma línea de razo­na­mien­to de Wey­rich: “[El fallo] nos pone en des­ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va en rela­ción con los demó­cra­tas. La polí­ti­ca es un jue­go de suma cero”.

La Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes de Geor­gia apro­bó el pro­yec­to de ley HB531 esta sema­na, en una vota­ción que siguió de for­ma rigu­ro­sa las líneas par­ti­da­rias. La legis­la­do­ra esta­tal demó­cra­ta de Geor­gia Jas­mi­ne Clark des­cri­bió al pro­yec­to de ley como un “manual para limi­tar la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral”: “Este pro­yec­to de ley redu­ce, res­trin­ge y limi­ta todos y cada uno de los aspec­tos de nues­tras elecciones”.

El pro­yec­to de ley HB531 inclu­ye dis­po­si­cio­nes que reque­ri­rían la pre­sen­ta­ción de un docu­men­to de iden­ti­dad con foto­gra­fía para obte­ner la auto­ri­za­ción para votar por correo; limi­ta­rían el núme­ro de buzo­nes para la entre­ga de los votos por correo y exi­gi­ría que los buzo­nes se ins­ta­len en espa­cios cerra­dos, lo que limi­ta­ría el acce­so a ellos. La ley tam­bién res­trin­gi­ría en gran medi­da la vota­ción anti­ci­pa­da; y, qui­zás lo más impor­tan­te, redu­ci­ría o eli­mi­na­ría la vota­ción anti­ci­pa­da los domin­gos, un día en el que tra­di­cio­nal­men­te los afro­es­ta­dou­ni­den­ses sue­len ir a votar en gran núme­ro des­pués de asis­tir a las cele­bra­cio­nes reli­gio­sas, una acción colec­ti­va que es cono­ci­da como “Almas a las urnas”.

En diá­lo­go con Demo­cracy Now!, Ari Ber­man, escri­tor y perio­dis­ta de la revis­ta Mother Jones, dijo: “Esta es una nue­va for­ma de leyes de cor­te segre­ga­cio­nis­ta, del esti­lo de las leyes segre­ga­cio­nis­tas de la épo­ca de Jim Crow. Están apun­tan­do a los méto­dos de vota­ción que sue­len uti­li­zar mayo­ri­ta­ria­men­te los votan­tes negros, en esta­dos como Geor­gia. Estos méto­dos logra­ron que haya una par­ti­ci­pa­ción récord de votan­tes en las últi­mas elec­cio­nes y ayu­da­ron a que en Geor­gia gana­ra el Par­ti­do Demo­crá­ta y obtu­vie­ra los dos sena­do­res por el esta­do en las elec­cio­nes de segun­da vuel­ta que se rea­li­za­ron a prin­ci­pios de 2021. En todo el país esta­mos vien­do cómo los repu­bli­ca­nos están mellan­do la demo­cra­cia. […] Están mani­pu­lan­do al extre­mo la deli­mi­ta­ción de los dis­tri­tos elec­to­ra­les para tra­tar de man­te­ner el poder en las legis­la­tu­ras esta­ta­les y recu­pe­rar el con­trol de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes en 2022. Están usan­do la tác­ti­ca del obs­truc­cio­nis­mo legis­la­ti­vo, de modo que 41 sena­do­res repu­bli­ca­nos, que repre­sen­tan solo el 21% del país, pue­den blo­quear cual­quier ini­cia­ti­va, des­de el aumen­to de un sala­rio míni­mo a 15 dóla­res la hora has­ta una legis­la­ción para recu­pe­rar la Ley del Dere­cho al Voto”.

Sin embar­go, los repu­bli­ca­nos no son los úni­cos que res­trin­gen la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral de las per­so­nas de color. La con­gre­sis­ta demó­cra­ta del esta­do de Misu­ri Cori Bush, acti­vis­ta de Black Lives Mat­ter y madre sol­te­ra que duran­te una épo­ca vivió en la calle, pre­sen­tó una enmien­da a la Reso­lu­ción 1 de la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes para con­ce­der el dere­cho al voto a las per­so­nas pri­va­das de liber­tad que han sido con­de­na­das por deli­tos gra­ves. Actual­men­te, solo los esta­dos de Ver­mont y Mai­ne y el Dis­tri­to de Colum­bia per­mi­ten la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral de los reclu­sos. La con­gre­sis­ta demó­cra­ta del esta­do de Mas­sa­chu­setts Ayan­na Press­ley, una de las inte­gran­tes del “escua­drón” más pro­gre­sis­ta del Par­ti­do Demó­cra­ta, pro­pu­so redu­cir a 16 años la edad míni­ma para votar. Ambas enmien­das pre­sen­ta­das por estas muje­res afro­es­ta­dou­ni­den­ses pro­gre­sis­tas podrían haber aumen­ta­do sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral en las comu­ni­da­des de color. Sin embar­go, ambas pro­pues­tas fra­ca­sa­ron por­que la mayo­ría de los repre­sen­tan­tes demó­cra­tas se unie­ron a los repu­bli­ca­nos para rechazarlas.

La orga­ni­za­ción de los movi­mien­tos popu­la­res per­mi­tió que los demó­cra­tas obtu­vie­ran esta estre­cha ven­ta­ja para apro­bar pro­yec­tos de ley de cor­te pro­gre­sis­ta, des­de pro­te­ger y expan­dir el dere­cho al voto has­ta pro­por­cio­nar aten­ción médi­ca uni­ver­sal y un sala­rio digno. Aho­ra más que nun­ca hay que pre­sio­nar para que los repre­sen­tan­tes de la mino­ría no uti­li­cen las manio­bras obs­truc­cio­nis­tas de la épo­ca escla­vis­ta para blo­quear cada pro­pues­ta de ley pro­gre­sis­ta que se presente.


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