El Sal­va­dor. Odio, ase­si­na­tos y… elecciones

Por Julia Gava­rre­te. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de febre­ro de 2021.

En medio de un esce­na­rio de ten­sión polí­ti­ca e into­le­ran­cia social, el país cen­tro­ame­ri­cano está a pocos días de las elec­cio­nes legis­la­ti­vas y muni­ci­pa­les. Dos sim­pa­ti­zan­tes del Fren­te Fara­bun­do Mar­tí para la Libe­ra­ción Nacio­nal han sido ase­si­na­dos tras par­ti­ci­par en un acto de la for­ma­ción de izquier­da. Mien­tras las inves­ti­ga­cio­nes siguen su cur­so, se apun­ta a un cri­men polí­ti­co, nutri­do por men­sa­jes de odio que pro­mue­ven altos fun­cio­na­rios del país, inclui­do el pre­si­den­te Buke­le que lle­gó a afir­mar que se había tra­ta­do de un auto­aten­ta­do. ¿Qué está pasan­do en El Salvador?

El pasa­do 31 de enero, sim­pa­ti­zan­tes del Fren­te Fara­bun­do Mar­tí para la Libe­ra­ción Nacio­nal (FMLN) fue­ron ata­ca­dos por tres hom­bres que dis­pa­ra­ron direc­to al camión en el que se encon­tra­ban. Todo ocu­rrió en el cen­tro de la capi­tal sal­va­do­re­ña en el mar­co de la cam­pa­ña para las elec­cio­nes legis­la­ti­vas y muni­ci­pa­les del 28 de febre­ro, en las que el ofi­cia­lis­mo apa­re­ce lide­ran­do las encues­tas y podría alcan­zar la mayo­ría abso­lu­ta en el Par­la­men­to. Dos per­so­nas falle­cie­ron y otras tres fue­ron lesio­na­das en el tiro­teo. Los vein­te mili­tan­tes del FMLN que se encon­tra­ban en el camión regre­sa­ban de un even­to pro­se­li­tis­ta del can­di­da­to a la alcal­día de San Sal­va­dor, cuan­do el auto con los tres hom­bres a bor­do los inter­cep­tó. Uno de ellos abrió fue­go. Eran las 6:25 de la tar­de de ese domingo.

El ata­que con­tra sim­pa­ti­zan­tes de izquier­da se ha con­ver­ti­do es par­te de una esca­la­da de radi­ca­li­za­ción polí­ti­ca que se vive en el país. En las redes socia­les se des­ti­la ten­sión, en espe­cial en Twit­ter, ati­za­da por los men­sa­jes de odio e into­le­ran­cia que son gene­ra­dos, prin­ci­pal­men­te, des­de el gobierno. Des­de la fir­ma de los Acuer­dos de Paz en 1992, El Sal­va­dor se vio mar­ca­do por la pola­ri­za­ción entre el FMLN, par­ti­do de izquier­da que gober­nó el país entre 2009 y 2019, y la dere­cha dura repre­sen­ta­da por la Alian­za Repu­bli­ca­na Nacio­na­lis­ta (Are­na). Y es sobre ese esce­na­rio divi­di­do y sobre el des­en­can­to gene­ra­do por ambos par­ti­dos tra­di­cio­na­les que cobró rele­van­cia la figu­ra del actual pre­si­den­te Nayib Buke­le. El man­da­ta­rio de 39 años, que se auto­de­fi­ne como un outsi­der de la polí­ti­ca, con­si­guió 54 % de los votos en las últi­mas elec­cio­nes, lo que le per­mi­tió rom­per con 30 años de bipar­ti­dis­mo, aun­que no con la polarización.

Lo que ocu­rrió el 31 de enero pasa­do en El Sal­va­dor es la expre­sión mayús­cu­la de una situa­ción de vio­len­cia polí­ti­ca que ya había sido adver­ti­da por la socie­dad civil. Los men­sa­jes de odio calan fuer­te­men­te ante una pobla­ción ena­je­na­da por la vio­len­cia y se encien­den con una míni­ma chis­pa. Buke­le, sin embar­go, tuvo decla­ra­cio­nes alta­men­te des­afor­tu­na­das solo media hora des­pués del ase­si­na­to de los miem­bros del FMLN. En lugar de con­de­nar­los, insi­nuó que se había tra­ta­do de un auto­aten­ta­do. «Pare­ce que los par­ti­dos mori­bun­dos han pues­to en mar­cha su últi­mo plan. Qué deses­pe­ra­ción por no per­der sus pri­vi­le­gios y su corrup­ción. Pen­sé que no podían caer más bajo, pero caye­ron», decía el pre­si­den­te des­de su cuen­ta de Twit­ter. El FMLN no tar­dó en recha­zar la afir­ma­ción de Bukele.

La muer­te de Glo­ria Rogel de López y Juan de Dios Teja­da, los dos mili­tan­tes del FMLN, reci­bió la con­de­na de acto­res polí­ti­cos y socia­les y de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal. Y el len­gua­je de Buke­le que­dó en el cen­tro de la esce­na. «Con­deno pro­fun­da­men­te el ata­que de ayer diri­gi­do al mee­ting de cam­pa­ña del @FMLNoficial en El Sal­va­dor y hago un lla­ma­do a una inves­ti­ga­ción total del cri­men. El Esta­do nece­si­ta garan­ti­zar a todos los par­ti­dos polí­ti­cos demo­crá­ti­cos a que pue­dan hacer una cam­pa­ña y baje la inten­si­dad no que aña­da gaso­li­na al fue­go @nayibbukele», escri­bió Tilly Metz, que for­ma par­te de la ban­ca­da de Los Ver­des en el Par­la­men­to Euro­peo. El 10 de febre­ro, Metz envió una car­ta a Buke­le pidien­do que reduz­ca la esca­la­da de vio­len­cia polí­ti­ca que se vive en el país cen­tro­ame­ri­cano. «Sin­ce­ra­men­te espe­ro que las pró­xi­mas elec­cio­nes sean jus­tas, pací­fi­cas y transparentes».

La cam­pa­ña de odio del pre­si­den­te se ha trans­for­ma­do se ha trans­for­ma­do ya en una polí­ti­ca guber­na­men­tal. Arman­do Álva­rez, cate­drá­ti­co del depar­ta­men­to de Eco­no­mía de la Uni­ver­si­dad Cen­tro­ame­ri­ca­na José Simeón Cañas (UCA), le recor­dó a Buke­le que «pro­cu­rar la armo­nía social, y con­ser­var la paz y tran­qui­li­dad inte­rio­res» del país es par­te de sus atri­bu­cio­nes cons­ti­tu­cio­na­les como pre­si­den­te. Pero eso no ocu­rrió esa noche. La pre­si­den­cia de El Sal­va­dor no con­de­nó el hecho, sino que con­ti­nuó fomen­tan­do la divi­sión entre los salvadoreños.

Radi­ca­li­za­ción presidencial

El pre­si­den­te Buke­le ha encon­tra­do en Twit­ter un nicho que segui­rá explo­tan­do has­ta don­de la red social se lo per­mi­ta. Aun­que las polí­ti­cas de esa red social son cla­ras en cuan­to a no fomen­tar el odio, tal pare­ce que eso no apli­ca para el pre­si­den­te de El Sal­va­dor. Twit­ter es enfá­ti­co en cuan­to a qué con­si­de­ra como «con­duc­tas de inci­ta­ción al odio». Por ejem­plo, «no se per­mi­te fomen­tar la vio­len­cia con­tra otras per­so­nas ni ata­car­las o ame­na­zar­las direc­ta­men­te por moti­vo de su raza, ori­gen étni­co, ori­gen nacio­nal, per­te­nen­cia a una cas­ta, orien­ta­ción sexual, géne­ro, iden­ti­dad de géne­ro, afi­lia­ción reli­gio­sa, edad, dis­ca­pa­ci­dad o enfer­me­dad gra­ve. Tam­po­co per­mi­ti­mos la exis­ten­cia de cuen­tas cuyo obje­ti­vo prin­ci­pal sea inci­tar la vio­len­cia con­tra otras per­so­nas en fun­ción de las cate­go­rías antes men­cio­na­das», se afir­ma en las polí­ti­cas de la red social. Sin embar­go, el 1 de febre­ro de 2020, jus­to un año antes de este ata­que, Buke­le tui­teó: «Are­na y FMLN no son basu­ra, son peor que eso. Nego­cia­ron con la san­gre de nues­tro pue­blo. Mil veces mal­di­tos». El men­sa­je lo com­par­tió cuan­do se cono­ció que la Fis­ca­lía Gene­ral de la Repú­bli­ca (FGR) había pre­sen­ta­do un reque­ri­mien­to para pro­ce­sar a algu­nos fun­cio­na­rios por nego­ciar con pan­di­llas. Lo que omi­tió el pre­si­den­te en ese momen­to es que algu­nos fun­cio­na­rios de su admi­nis­tra­ción cuan­do fue alcal­de de San Sal­va­dor (2015−2018) tam­bién han sido inves­ti­ga­dos por reu­nir­se con líde­res de la Mara Sal­va­tru­cha (MS-13).

Buke­le ha teni­do bue­nas rela­cio­nes con polí­ti­cos de otras nacio­nes que tam­bién han ape­la­do a los dis­cur­sos de odio. Entre ellos, por supues­to, se des­ta­ca el ex pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Donald Trump. En la his­to­ria recien­te de El Sal­va­dor nadie ha sido tan «flo­ri­do» para ata­car a sus adver­sa­rios polí­ti­cos como Buke­le. Omar Serrano, vice­rrec­tor de la UCA, afir­ma que Buke­le y Trump se ase­me­jan por­que «han hecho del odio su emble­ma». Y ase­gu­ra que «tam­po­co hubo otro man­da­ta­rio que haya pre­ten­di­do explí­ci­ta­men­te divi­dir al país como lo ha hecho él».

La dispu­ta por la ver­sión de los hechos

Cada vez que Buke­le habla, sus fun­cio­na­rios —y un ejér­ci­to de trolls— se con­vier­ten en la caja de reso­nan­cia de su men­sa­je. Has­ta cuan­do ocu­rre un tem­blor, el pre­si­den­te se expi­de. A pesar de que exis­te un Minis­te­rio de Medio Ambien­te y Recur­sos Natu­ra­les, Buke­le con­si­de­ra que es él quien debe infor­mar la esca­la del sis­mo. Así suce­de con una diver­si­dad de temas. Y sus acó­li­tos no dejan de repli­car sus men­sa­jes. Cuan­do Buke­le habló de «auto­aten­ta­do» algu­nos fun­cio­na­rios de su círcu­lo cer­cano, como el pre­si­den­te de la Comi­sión Eje­cu­ti­va Por­tua­ria Autó­no­ma (Cepa), Fede­ri­co Anli­ker, con­ti­nua­ron ali­men­tan­do esa ver­sión. La mis­ma noche del aten­ta­do escri­bió en su cuen­ta de Twit­ter: «Los mis­mos de siem­pre, hoy resul­ta que des­pués de aca­bar­se al país y lle­var­nos a la vio­len­cia social que ellos mis­mos la pro­pi­cia­ron y otros inclu­so son par­te de esas mafias, hoy se quie­ren pin­tar como blan­cas palo­mas. ¡NO JODAN!».

De lo ocu­rri­do el 31 de enero, se sabe que en el camión via­ja­ban muje­res, unos cuan­tos hom­bres y ex-com­ba­tien­tes de la gue­rri­lla ya ancia­nos. Ade­más, se sabe que el auto­mo­vil les inter­cep­tó por­que hubo hos­ti­ga­mien­tos pre­vios, que lle­va­ron a que unas muje­res, sim­pa­ti­zan­tes del par­ti­do de izquier­da, res­pon­die­ran tiran­do bol­sas con agua a los ata­can­tes. Tam­bién se sabe la iden­ti­dad de los tres hom­bres que baja­ron del auto azul que inter­cep­tó al camión. Se tra­ta de tres emplea­dos del Minis­te­rio de Salud, dos de los cua­les se desem­pe­ñan en el área de segu­ri­dad. El otro tra­ba­ja como con­duc­tor. Es decir, los tres son emplea­dos del gobierno de Buke­le. Tes­ti­gos mani­fes­ta­ron al perió­di­co El Faro que uno de ellos fue quien disparó.

Cuan­do se cono­ció que los ata­can­tes eran emplea­dos públi­cos, Buke­le cam­bió su dis­cur­so: pasó de sos­te­ner que se tra­ta­ba de un auto­aten­ta­do a afir­mar que se había pro­du­ci­do un enfren­ta­mien­to. Esta tesis fue sos­te­ni­da tam­bién por la Fis­ca­lía Gene­ral de la Repú­bli­ca, al cono­cer que uno de los ata­can­tes tam­bién esta­ba lesio­na­do por una bala. Las víc­ti­mas del ata­que que resul­ta­ron lesio­na­das afir­man, sin embar­go, que no por­ta­ban armas.

El ata­que con­tra mili­tan­tes del FMLN ha acen­tua­do una dispu­ta entre la Pre­si­den­cia y la Poli­cía Nacio­nal Civil (PNC) con el Minis­te­rio Públi­co por quién pre­sen­ta prue­bas irre­fu­ta­bles de lo suce­di­do. Aun cuan­do la PNC es un bra­zo de inves­ti­ga­ción de la Fis­ca­lía, su posi­ción ha sido la de demos­trar que los ata­can­tes reac­cio­na­ron a un enfren­ta­mien­to con los mili­tan­tes. Lo que ocu­rre entre las dos ins­ti­tu­cio­nes es gra­ve. Mar­ce­la Galeas, abo­ga­da pena­lis­ta, ha sos­te­ni­do que «lo peli­gro­so en este caso es que la for­ma en que des­de el gobierno, espe­cí­fi­ca­men­te el pre­si­den­te y la PNC, se qui­so des­le­gi­ti­mar las cali­da­des de las víc­ti­mas y jus­ti­fi­car las accio­nes de los hecho­res por tra­tar­se de emplea­dos del Minis­te­rio de Salud». «Que la Poli­cía cues­tio­ne de mane­ra públi­ca la direc­ción fun­cio­nal de la Fis­ca­lía, prio­ri­zan­do la pro­tec­ción de los acu­sa­dos y no de las víc­ti­mas, es inau­di­to». No hay jus­ti­fi­ca­ción algu­na, ni jurí­di­ca ni lógi­ca, que lle­ve a pen­sar, al eva­luar los videos que se han pre­sen­ta­do como prue­ba, que hubo enfren­ta­mien­to. Buke­le, sin embar­go, acu­só al Minis­te­rio Públi­co de ocul­tar videos y él mos­tró los pro­pios, los que la PNC había obte­ni­do «por su cuenta».

El ambien­te se ha con­ver­ti­do en un cam­po de bata­lla en el que todos acu­san y todos se res­pon­den. Ante lo enun­cia­do por Buke­le, el fis­cal gene­ral de la Repú­bli­ca, Raúl Mela­ra, no tar­dó en res­pon­der. «Al que­rer des­vir­tuar las con­clu­sio­nes de la inves­ti­ga­ción, lo que hace la Poli­cía Nacio­nal Civil es des­acre­di­tar­se más y menos­pre­ciar el tra­ba­jo que sus inves­ti­ga­do­res han hecho con los fis­ca­les. No entien­do a quién defien­den. No tie­nen el más míni­mo res­pe­to por los falle­ci­dos ni por sus fami­lias», escri­bió Mela­ra en su cuen­ta de Twitter.

Mien­tras las inves­ti­ga­cio­nes con­ti­núan, el fis­cal inten­tó jun­tar a todos los repre­sen­tan­tes de los par­ti­dos polí­ti­cos ins­cri­tos en la con­tien­da. Que­ría un pac­to de no vio­len­cia, pero no lo logró: el par­ti­do del pre­si­den­te Buke­le, Nue­vas Ideas, no se pre­sen­tó. Tam­po­co lo hizo Cam­bio Demo­crá­ti­co, un par­ti­do alia­do del pre­si­den­te. Pero cuan­do la Emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos lla­mó a una reu­nión citan­do a todos los par­ti­dos polí­ti­cos para garan­ti­zar la no vio­len­cia polí­ti­ca, los par­ti­dos ofi­cia­lis­tas asis­tie­ron. El lla­ma­do del gobierno esta­dou­ni­den­se pare­ce ser, para Buke­le, más impor­tan­te que el lla­ma­do de un fis­cal de su país.

Las seña­les de autoritarismo

El ofi­cia­lis­mo de Buke­le ha inten­ta­do sos­te­ner una úni­ca línea de lo suce­di­do y todos se han cerra­do sobre ella. Para hacer­lo ha inten­ta­do que los medios difun­dan su posi­ción. Para un gobierno deseo­so de con­cen­trar el poder, la estra­te­gia mediá­ti­ca ha sido cla­ra. Los cons­tan­tes blo­queos guber­na­men­ta­les a la infor­ma­ción públi­ca, el debi­li­ta­mien­to de la pren­sa inde­pen­dien­te a tra­vés de ata­ques y de cam­pa­ñas de des­acre­di­ta­ción, a la vez que el for­ta­le­ci­mien­to de los medios esta­ta­les que sos­tie­nen la posi­ción del gobierno, ope­ran como herra­mien­tas cla­ves para Buke­le. Defen­so­res de los dere­chos huma­nos han sos­te­ni­do que estas cons­ti­tu­yen evi­den­tes seña­les de auto­ri­ta­ris­mo por par­te del gobierno.

El 9 de febre­ro de 2020 una ima­gen reco­rrió el mun­do: la de Buke­le rodea­do de mili­ta­res en la Asam­blea Legis­la­ti­va, prac­ti­can­do un inten­to de auto­gol­pe con ame­na­zas a la opo­si­ción. El peso del Ejér­ci­to y las acti­tu­des auto­ri­ta­rias del pre­si­den­te son evi­den­tes. Alcan­za con revi­sar el pre­su­pues­to gene­ral de la nación e iden­ti­fi­car dón­de está des­ti­na­da la mayor can­ti­dad de dine­ro. La res­pues­ta no es difí­cil: en los mili­ta­res. Tal como sos­tie­ne la defen­so­ra de los dere­chos huma­nos Celia Medrano en una entre­vis­ta con­ce­di­da al perió­di­co El Faro, Buke­le apues­ta por la mili­ta­ri­za­ción de la polí­ti­ca y mues­tra ras­gos «auto­crá­ti­cos y cla­ra­men­te autoritarios».

La opo­si­ción es débil y muy poco inte­li­gen­te. En medio de un cli­ma ten­so, Buke­le encuen­tra las pala­bras para con­tro­lar el voto popu­lar. Mien­tras sus ojos están pues­tos en las pró­xi­mas elec­cio­nes legis­la­ti­vas y muni­ci­pa­les del 28 de febre­ro, pare­cie­ra que no habrá un cam­bio en el dis­cur­so que ha traí­do des­de que ini­ció su man­da­to en junio de 2019. El vice­rrec­tor de la UCA, Omar Serrano, sos­tie­ne que la vio­len­cia se ha vuel­to una cons­tan­te a par­tir de la siem­bra de odio guber­na­men­tal. Los resul­ta­dos están a la vis­ta: ya no se tra­ta solo de pola­ri­za­ción polí­ti­ca, sino de ase­si­na­tos, como se veri­fi­có con lo suce­di­do en la cara­va­na del FMLN. «Lo peor es que los más afec­ta­dos siem­pre es la cla­se pobre, la gen­te del pue­blo, que están en las comu­ni­da­des, mien­tras en las cúpu­las segu­ra­men­te van a lle­gar a arre­glos polí­ti­cos», insis­te Serrano. Con la pre­si­den­cia de Buke­le, lo úni­co que que­dó atrás fue la hege­mo­nía de los dos par­ti­dos tra­di­cio­na­les. Aho­ra, sin embar­go, ha emer­gi­do otra cosa: el odio en el dis­cur­so polí­ti­co, la res­pon­sa­bi­li­za­ción a ter­ce­ros por los erro­res pro­pios. Los hechos lamen­ta­bles están lejos de haber terminado.

Julia Gava­rre­te es licen­cia­da en Comu­ni­ca­ción Social por la Uni­ver­si­dad Cen­tro­ame­ri­ca­na José Simón Cañas. Es cola­bo­ra­do­ra habi­tual de la reco­no­ci­da revis­ta El Faro.

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