Esta­do Espa­ñol. Migra­cio­nes res­trin­ge las ayu­das a soli­ci­tan­tes de asi­lo para tener más recur­sos para los refugiados

Por Jai­ro Var­gas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de enero de 2021.

La Secre­ta­ría de Esta­do de Migra­cio­nes modi­fi­ca el sis­te­ma de aco­gi­da para deman­dan­tes de pro­tec­ción inter­na­cio­nal, de mane­ra que solo las per­so­nas con una soli­ci­tud apro­ba­da pue­dan pasar a la segun­da fase del iti­ne­ra­rio, que inclu­ye pres­ta­cio­nes eco­nó­mi­cas para la tran­si­ción hacia su auto­no­mía e inclusión.

Foto: Una fami­lia de soli­ci­tan­tes de asi­lo lle­ga­da des­de Siria, aco­gi­da en la parro­quia San Car­los Borromeo de Madrid, en una ima­gen de 2018. – JAIRO VARGAS (ARCHIVO)

Las per­so­nas que soli­ci­ten pro­tec­ción inter­na­cio­nal en Espa­ña des­de el pasa­do 1 de enero no ten­drán acce­so a todas las pres­ta­cio­nes que con­tem­pla el sis­te­ma de aco­gi­da has­ta que no se les reco­noz­ca el esta­tu­to de refu­gia­do o la pro­tec­ción sub­si­dia­ria. Esos son los dos gra­dos de pro­tec­ción inter­na­cio­nal que esta­ble­ce la Con­ven­ción de Gine­bra y que, en Espa­ña, ape­nas se con­ce­dió al 5% de quie­nes lo pidie­ron en 2019, uno de los índi­ces más bajos de la Unión Europea.

La secre­ta­ria de Esta­do de Migra­cio­nes, Hana Jalloul, fir­mó el mar­tes una ins­truc­ción con la que pre­ten­de reser­var para per­so­nas con una soli­ci­tud de asi­lo resuel­ta favo­ra­ble­men­te los recur­sos de su depar­ta­men­to, que ha enfren­ta­do un aumen­to sin pre­ce­den­tes y expo­nen­cial del núme­ro de soli­ci­tan­tes en el últi­mo lus­tro. Si en 2017 se pre­sen­ta­ron 31.740 peti­cio­nes, en 2018 aumen­ta­ron has­ta 55.668, para lle­gar en 2019 a 118.273. Un éxo­do, mayo­ri­ta­ria­men­te des­de Colom­bia, Vene­zue­la y Cen­troa­mé­ri­ca, que colap­só el pre­ca­rio y anti­cua­do sis­te­ma, a pesar de que solo el 30% de las per­so­nas que piden asi­lo deman­dan tam­bién acce­so al sis­te­ma de aco­gi­da, según apun­ta Migraciones.

Según la modi­fi­ca­ción de Migra­cio­nes, solo las per­so­nas con pro­tec­ción reco­no­ci­da podrán acce­der a la segun­da fase del sis­te­ma de aco­gi­da, que con­tem­pla ayu­das eco­nó­mi­cas para garan­ti­zar su auto­no­mía. El iti­ne­ra­rio del sis­te­ma dura 18 meses, aun­que es amplia­ble a 24 para per­so­nas vul­ne­ra­bles. Tras un perio­do ini­cial de eva­lua­ción y deri­va­ción, el deman­dan­te de asi­lo pasa a una pri­me­ra fase de aco­gi­da en un cen­tro, nor­mal­men­te ges­tio­na­do por una ONG, don­de tie­ne cubier­tas las nece­si­da­des bási­cas de alo­ja­mien­to y manu­ten­ción, orien­ta­ción legal y labo­ral y cur­sos para apren­der el idioma.

A los seis meses, si el deman­dan­te de asi­lo con­ti­núa nece­si­tan­do apo­yo, pasa a la segun­da fase, total­men­te enfo­ca­da a la adqui­si­ción de auto­no­mía e inde­pen­den­cia, ya que tie­ne auto­ri­za­ción para tra­ba­jar en el país. Aquí ya se cuen­ta con ayu­das eco­nó­mi­cas para manu­ten­ción y alqui­ler de habi­ta­cio­nes o pisos, pro­gra­mas de emplea­bi­li­dad y for­ma­ción o cur­sos inten­si­vos de espa­ñol, entre otros recursos.

Un obje­ti­vo «des­vir­tua­do» por la len­ti­tud burocrática

La modi­fi­ca­ción bus­ca, según Migra­cio­nes, «adap­tar los tiem­pos de estan­cia en la pri­me­ra fase a los pla­zos de reso­lu­ción de las soli­ci­tu­des de asi­lo», por lo que el depar­ta­men­to pone sobre la mesa uno de los gran­des fallos que «ha des­vir­tua­do el obje­ti­vo» del sis­te­ma: la len­ti­tud en el pro­ce­so de reso­lu­ción. El perio­do de la pri­me­ra fase de aco­gi­da se ajus­ta­ba al tiem­po máxi­mo en el que, según la nor­ma­ti­va, la Ofi­ci­na de Asi­lo y Refu­gio (depen­dien­te de Minis­te­rio de Inte­rior) debe resol­ver las soli­ci­tu­des, dejan­do fue­ra del sis­te­ma a aque­llos a los que se ha dene­ga­do el asi­lo, que deben salir del país en un pla­zo de 15 días o que­da­rán en situa­ción de irre­gu­la­ri­dad administrativa.

Aun­que los tiem­pos de reso­lu­ción se han ace­le­ra­do en el últi­mo año, los pla­zos no sue­len cum­plir­se en la prác­ti­ca y, según Migra­cio­nes, «la mayo­ría de los soli­ci­tan­tes no ven resuel­ta su soli­ci­tud» a tiem­po, pero deben pasar igual­men­te a la segun­da fase, «per­ma­ne­ci­do en ella duran­te meses, engro­san­do de este modo la cifra de soli­ci­tan­tes aten­di­dos en segun­da fase» y uti­li­zan­do recur­sos des­ti­na­dos a quie­nes ya tie­nes reco­no­ci­da la pro­tec­ción internacional.

La secre­ta­ría de Esta­do de Migra­cio­nes sub­ra­ya que nadie que­da­rá fue­ra del sis­te­ma si a los seis meses no ha teni­do una res­pues­ta. Sim­ple­men­te, mati­za, per­ma­ne­ce­rá en la pri­me­ra fase has­ta que se resuel­va su peti­ción o has­ta ago­tar los tiem­pos máxi­mos del itinerario.

La fór­mu­la adop­ta­da quie­re «refor­zar la efi­cien­cia» de sis­te­ma de aco­gi­da y «ali­near­se con las reco­men­da­cio­nes» de la Ofi­ci­na Euro­pea de Apo­yo al Asi­lo (EASO, por sus siglas en inglés), que tra­ba­ja des­de hace meses en cola­bo­ra­ción con el Minis­te­rio de Inclu­sión, Migra­cio­nes y Segu­ri­dad Social para apo­yar la tran­si­ción hacia un nue­vo mode­lo de aco­gi­da de refu­gia­dos en Espa­ña, uno de los mayo­res retos que se ha mar­ca­do el minis­tro José Luis Escri­vá para esta legislatura.

Fuen­te: publi​co​.es

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