Ucra­nia. El tiem­po de las promesas

Por Colo­nel Cas­sad. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de octu­bre de 2020.

Volodymyr Zelensky, que está sufrien­do una cri­sis de popu­la­ri­dad, ha cesa­do al expri­mer minis­tro de Ucra­nia Vitold Fokin de su pues­to en el Gru­po de Con­tac­to, en el que era uno de los repre­sen­tan­tes ofi­cia­les de Ucra­nia. El moti­vo del cese del prác­ti­ca­men­te recién nom­bra­do Fokin fue su opi­nión per­so­nal sobre lo que está ocu­rrien­do en Don­bass. “No soy polí­ti­co y defi­nir algu­nas cosas… no pue­do hacer eso. Toda­vía no veo nin­gu­na con­fir­ma­ción de que haya una gue­rra entre Rusia y Ucra­nia en Donbass”.

Con eso, Fokin negó toda la pro­pa­gan­da ucra­nia­na ges­ta­da en tiem­pos de Poroshen­ko y que sigue flo­re­cien­do bajo el man­da­to de Zelensky de que Ucra­nia supues­ta­men­te está en gue­rra con Rusia en Don­bass. Fokin abier­ta­men­te afir­mó que no ve nin­gu­na gue­rra con Rusia en Don­bass. Con ello, reco­no­ció que en Don­bass los ciu­da­da­nos ucra­nia­nos luchan con­tra anti­guos y actua­les ciu­da­da­nos de Ucra­nia, lo que supo­ne una for­ma de gue­rra civil cau­sa­da por Euro­mai­dan. Por lo tan­to, Fokin ata­có uno de los prin­ci­pa­les mitos de Euro­mai­dan, que cul­pa de todo lo que ha ocu­rri­do en Ucra­nia des­de 2014 a “la gue­rra con­tra Rusia en Donbass”.

Al fin y al cabo, mien­tras ese mito se man­ten­ga y se cul­ti­ve, se pue­de jus­ti­fi­car cual­quier cosa, des­de la polí­ti­ca rusó­fo­ba a la cen­su­ra de las redes socia­les. Pero si esta “gue­rra con­tra Rusia en Don­bass” no exis­te, enton­ces sur­ge una pre­gun­ta: ¿quién es res­pon­sa­ble de lo que ha ocu­rri­do en Ucra­nia en estos seis años? La cul­pa no es de la ima­gi­na­ria agre­sión rusa sino de per­so­nas con­cre­tas que for­man par­te del gru­po que tomó el poder duran­te la “revo­lu­ción de la dig­ni­dad” y de esas per­so­nas que les sus­ti­tu­ye­ron y pro­me­tie­ron “una nue­va vida”.

Para muchos, lo que dice Fokin es extre­ma­da­men­te obvio, se pue­de inclu­so decir que, en la prác­ti­ca, no ha dicho nada nue­vo, espe­cial­men­te tenien­do en cuen­ta que inclu­so Kolo­moisky, que finan­ció la cam­pa­ña de Zelensky, se ha mani­fes­ta­do en tér­mi­nos simi­la­res y ha lle­ga­do a decir abier­ta­men­te que en Don­bass hay una gue­rra civil. Así que Fokin no ha hecho más que jugar el papel de capi­tán evi­den­te.

Nadie debe­ría sor­pren­der­se por la his­te­ria de Poroshen­ko sobre las decla­ra­cio­nes de Fokin, ni tam­po­co de la indig­na­ción de los gru­pos Nazis como Azov o C14. Es mucho más sig­ni­fi­ca­ti­vo que gran par­te de la indig­na­ción pro­ven­ga del entorno de Zelensky, que pare­ce que­rer ser más Poroshen­ko que el pro­pio Poroshen­ko. Así que solo un día des­pués de las decla­ra­cio­nes de Fokin (nom­bra­do a ini­cia­ti­va de Ermak y apro­ba­do por Zelensky), Ermak y Zelensky rápi­da­men­te se des­hi­cie­ron de él por hacer habla­do demasiado.

Hay que recor­dar que el entorno de Zelensky ya se des­hi­zo de Serhiy Sivo­jo de una for­ma muy simi­lar des­pués de que este comen­za­ra a rea­li­zar decla­ra­cio­nes con­ci­lia­to­rias y a pro­nun­ciar dis­cur­sos sobre la nece­si­dad de nego­ciar. Sivo­jo, que fue agre­di­do por los Nazis, fue cesa­do igual de ful­mi­nan­te­men­te. Como se pue­de ver con el caso de Fokin, no se tra­ta­ba de un exce­so sino de una for­ma de actua­ción. Quie­nes se atre­van a hablar en voz alta de la nece­si­dad de dar pasos reales para lograr la paz en Don­bass rápi­da­men­te son apar­ta­dos del entorno de Zelensky, en el que solo se man­tie­nen quie­nes están dis­pues­tos a simu­lar que nego­cian, como ya ocu­rrie­ra con Poroshen­ko. Ade­más, el des­tino de Fokin y Sivo­jo debe­ría ser­vir de ejem­plo para no con­fun­dir la retó­ri­ca de paci­fi­ca­ción de Zelensky con las pers­pec­ti­vas políticas.

En este sen­ti­do, por una par­te escu­cha­mos las decla­ra­cio­nes de Zelensky sobre cómo quie­re “la paz en Don­bass y el final de la gue­rra” y, por otra, vemos una sis­te­má­ti­ca per­se­cu­ción de toda aque­lla per­so­na vin­cu­la­da a Ser­vi­dor del Pue­blo que cre­yó que Zelensky decía la ver­dad y real­men­te que­ría la paz. Ese ha sido su error fatal: los actos de Zelensky (como es cos­tum­bre en la polí­ti­ca ucra­nia­na) son con­tra­rios a sus pro­me­sas elec­to­ra­les. Los moti­vos para ello son obvios. Ucra­nia es un Esta­do títe­re con­tro­la­do por Esta­dos Uni­dos. Washing­ton no está intere­sa­do en que aca­be la gue­rra en Don­bass. Y el Gobierno títe­re de Ucra­nia no pue­de actuar con­tra los intere­ses de sus supe­rio­res. Esto afec­ta de la mis­ma mane­ra a Poroshen­ko y a Zelensky, que ha apren­di­do rápi­da­men­te las reglas del jue­go y que pre­fie­re no moles­tar a Washing­ton con ges­tos exce­si­vos en la cues­tión de la guerra.

Todo esto cau­sa una com­pren­si­ble des­ilu­sión para los votan­tes de Zelensky y un sis­te­má­ti­co des­cen­so de su popu­la­ri­dad. El tiem­po de las boni­tas pro­me­sas se aca­bó y la reali­dad es cla­ra y obvia. El cese de Fokin no va a ayu­dar a aumen­tar la popu­la­ri­dad de Zelensky, espe­cial­men­te entre quie­nes vota­ron por el pre­si­den­te cre­yen­do sin­ce­ra­men­te que que­ría aca­bar la guerra. 

Aho­ra, vis­tas las míni­mas dife­ren­cias entre Zelensky y Poroshen­ko, los des­ilu­sio­na­dos y repe­ti­da­men­te enga­ña­dos votan­tes ucra­nia­nos bus­can otra vez a per­so­nas que conec­ten con sus dis­cur­sos sobre la paz de una for­ma que no sea la habi­tual pala­bre­ría de Minsk sino con pasos con­cre­tos. En ese caso, la exi­gen­cia de decla­ra­cio­nes del esti­lo “el capi­tán obvio al res­ca­te” con­ti­nua­rán. Solo que no será Zelensky quien satis­fa­ga sus deseos.

Fuen­te: Slavyangrad

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