Cul­tu­ra. Oma­ra Por­tuon­do, la novia del ‘fee­ling’

Por Liz Arian­na Boba­di­lla León, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de octu­bre de 2020.

La Haba­na (Pren­sa Lati­na) Pare­cie­se que la cuba­na Oma­ra Por­tuon­do tie­ne un pac­to con los dio­ses y que su voz posee la tex­tu­ra de algu­nos vinos, con esa capa­ci­dad de adqui­rir mayor cali­dad con­for­me pasa el tiem­po, entre aro­mas y mati­ces.
A sus nue­ve déca­das de vida, cum­pli­das este 29 de octu­bre, Por­tuon­do con­mue­ve y su tim­bre rega­la con maes­tría notas musi­ca­les, como hace más de medio siglo, cuan­do el mun­do comen­zó a reve­ren­ciar su figu­ra en los más disí­mi­les esce­na­rios artísticos.

Con­si­de­ra­da un estan­dar­te de la cul­tu­ra de la isla, la lla­ma­da ‘novia del fee­ling’ desa­fía al tiem­po y se roba los reflec­to­res con cada pre­sen­ta­ción, pues des­co­no­ce de inte­rrup­to­res de apa­ga­do o silen­cios, cuan­do de rega­lar músi­ca ‑de la bue­na- se trata.

Sus inter­pre­ta­cio­nes son sinó­ni­mo de recuer­dos, amor, tris­te­zas, iden­ti­dad y pasio­nes. Ella ha inmor­ta­li­za­do temas como Dru­me negri­ta, Adiós feli­ci­dad, La últi­ma noche que pasé con­ti­go, Dos gar­de­nias, Lágri­mas negras, Por eso yo soy cuba­na, Vein­te años, Tal vez, y Qui­zás, qui­zás, qui­zás, entre muchí­si­mos otros.

Con una vita­li­dad envi­dia­ble y ganas de seguir ofre­cien­do su arte, la diva apo­ya el desa­rro­llo de las jóve­nes gene­ra­cio­nes de músi­cos, como lo demues­tran sus más recien­tes cola­bo­ra­cio­nes con la orques­ta Faíl­de, Hay­dée Mila­nés o Cimafunk.

Aun­que pro­bó suer­te en la dan­za (entre caba­ret, tea­tros y el magis­te­rio), la músi­ca mar­có su des­tino al dar­le voz a un géne­ro nacien­te en la déca­da de 1940 en Cuba: el fee­ling, una mez­cla de bos­sa nova y jazz norteamericano.

Un esti­lo que la ena­mo­ró ipso fac­to y el cual cono­ció de la mano del gru­po Los Loqui­bam­ba, inte­gra­do por César Por­ti­llo de la Luz, José Anto­nio Mén­dez y el pia­nis­ta cie­go Frank Emi­lio Flynn.

Su camino por el mun­do de los soni­dos tuvo para­das en con­jun­tos como Ana­cao­na, lo cual cons­ti­tu­yó el preám­bu­lo para los 15 años dedi­ca­dos al cuar­te­to vocal feme­nino Las D’Aida, jun­to a Ele­na Bur­ke, Morai­ma Seca­da y la pia­nis­ta Aida Diestro.

Duran­te esa eta­pa tuvo la opor­tu­ni­dad de com­par­tir esce­na­rios con Edith Piaf, Pedro Var­gas, Rita Mon­ta­ner, Bola de Nie­ve, Benny Moré, Nat King Cole, entre muchí­si­mos artis­tas de rele­van­cia internacional.

Igual­men­te el reco­rri­do de la Por­tuon­do ‑en cer­ca de una trein­te­na de pro­duc­cio­nes dis­co­grá­fi­cas- estu­vo mar­ca­do por la orques­ta Ara­gón, la icó­ni­ca ban­da Bue­na Vis­ta Social Club, con la cual se ganó el cali­fi­ca­ti­vo de ‘diva’ y otras colaboraciones.

Con 30 dis­cos en soli­ta­rio, Oma­ra ha rea­li­za­do giras y pre­sen­ta­cio­nes en Vene­zue­la, Méxi­co, Puer­to Rico, Esta­dos Uni­dos, Japón, Fran­cia, Bul­ga­ria, Ale­ma­nia, Ita­lia, Perú, Nica­ra­gua, Boli­via, Ecua­dor, Uru­guay, Pana­má, Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na, Colom­bia, Arge­lia, Ruma­nia, Polo­nia, Rusia, Fin­lan­dia, Espa­ña, Sue­cia, Norue­ga, Paí­ses Bajos, Ingla­te­rra y Suiza.

En 2004, la Cruz Roja Inter­na­cio­nal la nom­bró Emba­ja­do­ra Inter­na­cio­nal, con­vir­tién­do­la en la pri­me­ra artis­ta cuba­na en alcan­zar tal dis­tin­ción, mien­tras su pla­ca Flor de amor fue nomi­na­da a los pre­mios Grammy en la cate­go­ría de Mejor Dis­co Tra­di­cio­nal Tro­pi­cal, y se alzó con el pre­mio en la edi­ción de 2009.

Su obra se extien­de a todas las eda­des, es por ello que en 2011 lan­zó el álbum Reír y Can­tar, en el cual reco­rre el reper­to­rio de clá­si­cos infan­ti­les y ese mis­mo año puso voz al per­so­na­je Mama Odie, una hechi­ce­ra bue­na y cie­ga que vive en los pan­ta­nos de Lui­sia­na, en la pelí­cu­la de Dis­ney, The Prin­cess and the frog (Tia­na y el sapo).

Galar­do­na­da en 2019 con el Latin Grammy a la Exce­len­cia Musi­cal y la meda­lla de oro al Méri­to en las Bellas Artes que con­ce­de el Gobierno de Espa­ña, Por­tuon­do es, sin dudas, una de las excep­cio­na­les can­tan­tes de la nación caribeña.

La emble­má­ti­ca intér­pre­te cuba­na cum­ple 90 años y por la efe­mé­ri­de la cul­tu­ra en la isla le rin­de home­na­je a su pro­lí­fi­ca trayectoria.

Como par­te de los tri­bu­tos la Empre­sa de Gra­ba­cio­nes y Edi­cio­nes Musi­ca­les pre­pa­ró un fono­gra­ma dedi­ca­do a ella, en tan­to la dis­que­ra cuba­na Bis Music aga­sa­jó a la artis­ta con el estreno de la pla­ca Mari­po­sas, nomi­na­do en la cate­go­ría Mejor Álbum Contemporáneo/​Fusión Tro­pi­cal en la edi­ción 21 de los Pre­mios Grammy Latinos.

La cele­bra­ción por las nue­ve déca­das de la can­tan­te se ini­ció des­de enero con el con­cier­to de clau­su­ra del Fes­ti­val Inter­na­cio­nal Jazz Pla­za, en el cual inter­pre­tó clá­si­cos de su reper­to­rio jun­to al pia­nis­ta Rober­to Fonseca.

El escri­tor Oscar Ora­mas reco­rre la vida de la ‘Novia del fee­ling’ en su libro titu­la­do Oma­ra, los ánge­les tam­bién can­tan; en tan­to el reco­no­ci­do cineas­ta Fer­nan­do Pérez le dedi­có el docu­men­tal Omara.

Defen­so­ra de la músi­ca de la mayor de las Anti­llas por más de sie­te déca­das, Oma­ra luce una per­fec­ta sin­cro­ni­za­ción vocal, una caden­cia como pocas y una armo­nía musi­cal que se com­bi­na con su caris­ma y capa­ci­dad de impro­vi­sar, para con­ver­tir en magia cada espec­tácu­lo suyo, cada entonación.

Fuen­te: Prensalatina.

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