Para­guay. Un gobierno cul­pa­ble de crí­me­nes de lesa humanidad

Por Car­los Azná­rez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de sep­tiem­bre de 2020.-

Foto: El pre­si­den­te Abdó Bení­tez jun­to con los mili­ta­res que ase­si­na­ron a las niñas argen­ti­nas. Posan­do en la esce­na del cri­men de lesa humanidad.

Hugo Ruiz Díaz, es abo­ga­do, exper­to en Rela­cio­nes Inter­na­cio­na­les y se desem­pe­ñó como minis­tro ase­sor en este últi­mo rubro duran­te el gobierno de Fer­nan­do Lugo. Con­ver­sa­mos con él a la luz de la difí­cil situa­ción que se vive en Paraguay.

-Cómo está vien­do la gra­ve situa­ción que se des­en­ca­de­nó con el ase­si­na­to por par­te de los mili­ta­res de dos niñas argen­ti­nas, a la que el gobierno para­gua­yo inten­tó dis­fra­zar como un com­ba­te con­tra gue­rri­lle­ras adolescentes.

-Lo pri­me­ro que hay que seña­lar es que esta­mos fren­te a un cri­men de lesa huma­ni­dad. Indis­cu­ti­ble­men­te se tra­ta de una eje­cu­ción extra­ju­di­cial, pla­ni­fi­ca­da por par­te del esta­do. Es una eje­cu­ción extra­ju­di­cial que fue per­pe­tra­da por el mis­mo Mario Abdo Bení­tez y por las fuer­zas mili­ta­res. Eso es lo que inten­ta­ron ocul­tar y fue­ron sobre­pa­san­do los lími­tes, inclu­so limi­tes mora­les, sin res­pe­tar el cuer­po de las niñas, sin res­pe­tar el dolor de las fami­lias. Lo cual hace que este cri­men de esta­do se vuel­va más atroz. Inclu­so, a par­tir de allí se des­en­ca­de­nó una lucha hege­mó­ni­ca por la mal lla­ma­da pren­sa y de sus voce­ros polí­ti­cos e ideo­ló­gi­cos en don­de están tam­bién los inte­lec­tua­les y perio­dis­tas que han deni­gra­do a las niñas, pre­gun­tan­do qué hacían allí, hablan­do de madres y padres irres­pon­sa­bles. Bus­ca­ban escon­der con los eje­cu­to­res estos crí­me­nes gra­ví­si­mos, indis­cu­ti­ble­men­te fas­cis­tas, copian­do una prác­ti­ca de ocul­ta­mien­to adop­ta­do en Colom­bia. Estos son los prin­ci­pa­les ingre­dien­tes en rela­ción con este cri­men. De esta par­ti­da se des­en­ca­de­na la indig­na­ción ciu­da­da­na, la movi­li­za­ción, hay gran­des recla­mos de «no la impu­ni­dad». Por­que tan­to la Fis­ca­lía del Esta­do, como su staff de jue­ces de los Tri­bu­na­les y la Cor­te Supre­ma están que­rien­do garan­ti­zar la impu­ni­dad total del cri­mi­nal que se lla­ma Mario Abdo Bení­tez, el pre­si­den­te, y sus subor­di­na­dos, ente ellos Gene­ra­les y coroneles.

  • La FTC (Fuer­za de Tarea Con­jun­ta) tie­ne pési­mos ante­ce­den­tes. Esto que aho­ra pasó, ha logra­do publi­ci­dad por­que se tra­ta de dos niñas argen­ti­nas. Pero ha habi­do otros hechos ocu­rri­dos ante­rior­men­te con­tra cam­pe­si­nos, y con­tra gen­te muy humil­de que ha ter­mi­na­do de la mis­ma mane­ra, con eje­cu­cio­nes extrajudiciales.

-Exac­ta­men­te, ante­ce­den­tes que podría­mos deno­mi­nar nega­ti­vos y tene­bro­sos. Por ejem­plo, eso de hacer volar heli­cóp­te­ros sobre escue­las don­de están cien­tos de niños que que­dan espan­ta­dos. Inclu­so hay arre­glos de cuen­tas inter­nas, ase­si­na­tos de ofi­cia­les que que­rían denun­ciar aso­cia­cio­nes con nar­co­trá­fi­co, lava­do de dine­ro, atro­pe­llo bru­tal a los asen­ta­mien­tos cam­pe­si­nos, una serie de actos arbi­tra­rios y direc­ta­men­te diri­gi­dos en tér­mi­nos de per­se­cu­ción polí­ti­ca ideo­ló­gi­ca y social. Eso por un lado, pero por otro, ade­más de mez­clar­se con la cri­mi­na­li­dad del nar­co­trá­fi­co. En reali­dad, las fuer­zas de tareas con­jun­tas son fuer­zas más de guar­dia de los soje­ros y de los gana­de­ros. Esas pra­xis de per­se­cu­ción a cam­pe­si­nos, des­alo­jos y con­trol, como pedi­dos de cédu­las y acu­sa­cio­nes, en la cual par­ti­ci­pa la Fis­ca­lía Fede­ral, for­ma par­te y con­fir­ma que no son solo las fuer­zas arma­das nacio­na­les sino más bien guar­dias pre­to­ria­nas asi­mi­la­bles a fuer­zas para­mi­li­ta­res que a fuer­zas arma­das ope­ra­cio­na­les en el terri­to­rio. Se des­ti­nan millo­nes de dóla­res, y el úni­co resul­ta­do en los últi­mos años ha sido la eje­cu­ción y ase­si­na­to a san­gre fría pre­me­di­ta­da, pla­ni­fi­ca­da de dos niñas hijas de campesinas.

-A pro­pó­si­to de la actual situa­ción con el secues­tro, por par­te de una célu­la del EPP, de Óscar Denis, se ha gene­ra­do una nue­va vuel­ta de tuer­ca de la repre­sión, inclu­so se ha dado un ata­que judi­cial con­tra un escri­tor impor­tan­te de Paraguay.

-Si, por favor, diga­mos que es un anciano escri­tor inte­lec­tual filó­so­fo para­gua­yo. Par­ta­mos del pri­mer pun­to. De repen­te la maqui­na­ria de la gue­rra hege­mó­ni­ca sucia del sec­tor pri­va­do vuel­ve a tomar la ini­cia­ti­va y es una lógi­ca real­men­te fas­cis­ta, racis­ta, cla­sis­ta en don­de tus cole­gas perio­dis­tas son los que actúan como pun­ta de lan­za de los intere­ses de la mino­ría fas­cis­ta que está en el poder del país. Por otro lado, pre­sen­tan a Denis que evi­den­te­men­te ha sido secues­tra­do, a él y sus fami­lia­res los mues­tran como víc­ti­mas y a las madres de las niñas ase­si­na­das como cri­mi­na­les. Eso es una cues­tión de dos medi­das. El sec­tor para­es­ta­tal y de la pren­sa está muy pre­sen­te en esto. Ade­más, pre­sen­ta como héroes a la mino­ría oli­gár­qui­ca des­truc­to­ra de la demo­cra­cia, res­pon­sa­ble del colap­so del esta­do y de la cri­mi­na­li­dad que rei­na en el país impues­ta por esa mino­ría. Lle­ga­mos a ese nivel de putre­fac­ción del esta­do para­gua­yo. Es tal el carác­ter fas­cis­ta y la fic­ción esta­tal que en estos días, por­que se mani­fes­ta­ron con­tra la impu­ni­dad y exi­gien­do cas­ti­gos para Abdo Bení­tez y para que el accio­nar para­mi­li­tar no ten­ga impu­ni­dad, la Fis­ca­lía Gene­ral del Esta­do que es neta­men­te fas­cis­ta y encu­bri­do­ra de los gru­pos mino­ri­ta­rios y sus intere­ses, impu­tan a un nota­ble poe­ta, filó­so­fo y aca­dé­mi­co, que es Miguel Ángel Fer­nán­dez y a una mili­tan­te con tra­yec­to­ria extra­or­di­na­ria, a ese nivel de des­qui­cio se lle­ga hoy. No se tra­ta solo de esto, se tra­ta del ali­nea­mien­to de las ins­ti­tu­cio­nes cons­ti­tui­das que care­cen de legi­ti­mi­dad demo­crá­ti­ca. Es una raz­zia fas­cis­ta de este esta­do en colap­so en medio de una cri­sis eco­nó­mi­ca social sin sali­da, en la que la mino­ría depre­da­do­ra está inten­tan­do que­dar­se con el poder por todos los medios.

-La des­crip­ción que está hacien­do recuer­da a la de una dictadura.

-Cla­ro, es una dic­ta­du­ra con fic­ción demo­crá­ti­ca. Es el pro­duc­to y resul­ta­do de la dic­ta­du­ra. El pue­blo para­gua­yo es un pue­blo caren­te de memo­ria. Si hoy esta­mos así, si hoy se da el colap­so del esta­do en medio de esta cri­sis eco­nó­mi­ca social esta­cio­nal, de la ausen­cia de legi­ti­mi­dad, caren­cia de dig­ni­dad, cri­sis abso­lu­ta de la socie­dad, es por­que el esta­do es resul­ta­do direc­to del gol­pe de esta­do de 2012. Un gol­pe de esta­do en el que par­ti­ci­pa­ron obis­pos y arzo­bis­pos que son tam­bién res­pon­sa­bles de las situa­cio­nes de vio­len­cia y del fas­cis­mo que impe­ra en nues­tro país. A estos se suman los gru­pos eco­nó­mi­cos mino­ri­ta­rios que par­ti­ci­pa­ron en ese gol­pe de esta­do. Ahí se ins­ta­la el fas­cis­mo y ahí el ins­ti­tu­cio­na­lis­mo no es más que fic­ción. No se tra­ta en el caso de los dos com­pa­ñe­ros judi­cia­li­za­dos, de un aca­dé­mi­co y una mili­tan­te, no se tra­ta solo de la apli­ca­ción arbi­tra­ria de la ley, se tra­ta jus­ta­men­te de poner en mar­cha la ins­ti­tu­cio­na­li­dad pro­pia de este esta­do capi­ta­lis­ta sub­de­sa­rro­lla­do que fue crea­do sobre la base del geno­ci­dio del pue­blo para­gua­yo. Este esta­do actual es el mis­mo de 1870 con algu­nos cam­bios de pin­tu­ra, más rosa­da más negra, más gris, pero el mis­mo esta­do sobre los mis­mos cimien­tos putre­fac­tos en don­de una mino­ría sigue lucran­do sobre la muer­te del pue­blo para­gua­yo. El ata­que es bru­tal, tan gro­se­ro que hoy cul­pan y quie­ren cul­par, todos los voce­ros y toda la pren­sa, quie­ren cul­par a Fer­nan­do Lugo de la situa­ción actual de caos, anar­quía y cri­sis. Has­ta en es eso esta­mos. Ha sobre­pa­sa­do todo lími­te polí­ti­co, ideo­ló­gi­co, ins­ti­tu­cio­nal y nos encon­tra­mos en medio de una pug­na direc­ta de las fuer­zas con­tra­dic­to­rias en el cam­po de lucha. Una de las dos fuer­zas tie­nen que sobrar, no se pue­de con­vi­vir así.

-Nos lla­mó la aten­ción el recur­so de pedir abier­ta­men­te la lle­ga­da de ase­so­res nor­te­ame­ri­ca­nos y ase­so­res colom­bia­nos para que ayu­den a los mili­ta­res a luchar con­tra el EPP. Un caso fla­gran­te de inje­ren­cia abso­lu­ta pedi­do por el gobierno.

-Acá ya se tie­nen mili­ta­res nor­te­ame­ri­ca­nos ope­ran­do des­de hace un tiem­po. Está la inte­li­gen­cia nor­te­ame­ri­ca­na paseán­do­se a su gus­to por las rutas. Tam­bién los colom­bia­nos. El col­mo es que esta mino­ría usur­pa­do­ra y el Par­ti­do Colo­ra­do fas­cis­ta recu­rren a un gobierno y un esta­do geno­ci­da, recu­rren a una fuer­za (la FTC) cuya expe­rien­cia nota­ble se redu­ce a eje­cu­tar cam­pe­si­nos y vio­lar niños. Es la fuer­za mili­tar, para­mi­li­tar, para­po­li­cial y las fuer­zas mili­ta­res y para­mi­li­ta­res colom­bia­nos. A ese pun­to hemos lle­ga­do en el esta­men­to polí­ti­co. Pero son los soje­ros y los sec­to­res rura­les que son los sec­to­res más reac­cio­na­rios, como en Argen­ti­na, la Socie­dad Rural. Son los más fas­cis­tas y los que más come­ten crí­me­nes de lesa huma­ni­dad en Para­guay. Enton­ces, lo úni­co que están hacien­do es entrar con más repre­sión den­tro de un pro­yec­to de pla­ni­fi­ca­ción cla­ra, de un Plan Cón­dor 2, a nivel regio­nal. Recu­rrien­do a las fuer­zas terro­ris­tas colom­bia­nas para ope­ra­cio­nes en nues­tro terri­to­rio, inclu­so lle­ga a un pun­to gro­tes­co que el sec­tor pri­va­do dere­chis­ta paga eso no con su dine­ro sino con dine­ro públi­co, mien­tras niños y niñas mue­ren de Covid en Para­guay por­que no hay hos­pi­ta­les ni medi­ca­men­tos y ya ni si quie­ra exis­te for­ma de ali­men­tar. Ese es el carác­ter con­tra­dic­to­rio del con­flic­to agu­do de la lucha de cla­ses en Para­guay. Esta­mos lle­gan­do a un pun­to en don­de la fuer­zas están entran­do en una lucha direc­ta. Eso tam­bién for­ma par­te de esta situa­ción de cri­sis que pue­de trans­for­mar­se en un cam­bio noto­rio en el pue­blo paraguayo

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