Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Foro Social Mun­dial, ¿un espa­cio para el deba­te o para coor­di­nar pla­nes de acción?

Por Aram Aha­ro­nian, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 22 de agos­to de 2020

Otro mun­do es posi­ble: ese fue el dis­pa­ra­dor que ena­mo­ró a quie­nes lucha­ban con­tra de la injus­ti­cia y la des­truc­ción del pla­ne­ta, pero obvia­men­te lo que se inten­ta­ba era evi­tar este mun­do de la finan­cia­ri­za­ción y el des­po­jo mun­dial. El Foro Social Mun­dial (FSM) pasó a ser des­de 2001 y por varios años un pun­to de encuen­tro de los movi­mien­tos socia­les con­tra­rios a la glo­ba­li­za­ción neo­li­be­ral y se cons­ti­tu­yó en voz alter­na­ti­va a las direc­tri­ces del Foro Eco­nó­mi­co Mun­dial de Davos.

Hoy, algu­nos de los his­tó­ri­cos fun­da­do­res con­vo­ca­ron a replan­tear obje­ti­vos y eva­luar poten­cia­li­da­des. Pero hoy lamen­ta­mos la ausen­cia de varios de los pen­sa­do­res crí­ti­cos que le die­ron fuer­za al Foro, des­de nues­tro Eduar­do Galeano, pasan­do por José Sara­ma­go, Samin Amin, Imma­nuel Wallers­tein, Fran­co­is Hou­tart, Samuel Ruiz. Eso habla tam­bién de la fal­ta de reno­va­ción del pen­sa­mien­to crí­ti­co (o de la fal­ta de su difu­sión y socialización)

«¿El Foro Social Mun­dial, que cele­bra su vigé­si­mo ani­ver­sa­rio en 2021, es sólo un espa­cio abier­to o pue­de, debe­ría ser, tam­bién un espa­cio de acción? Esta cues­tión ha sido dis­cu­ti­da duran­te años en su Con­se­jo Inter­na­cio­nal y has­ta aho­ra no hubo posi­bi­li­dad de lle­gar a una con­clu­sión, seña­la el mani­fies­to de los fundadores.

El Foro Social Mun­dial toda­vía tie­ne un gran poten­cial para dar­le voz y ayu­dar a los movi­mien­tos a poner sus alter­na­ti­vas en un con­tex­to glo­bal don­de los nue­vos dis­cur­sos y prác­ti­cas pue­dan con­ver­ger. Es por eso que pedi­mos un “reno­va­do foro social mun­dial”, agrega..

“Nos enfren­ta­mos a una cri­sis glo­bal mul­ti­di­men­sio­nal; se nece­si­ta acción a nivel local, nacio­nal y glo­bal, con una arti­cu­la­ción ade­cua­da entre ellos. El FSM es el mar­co ideal para pro­mo­ver esta acción. De eso se tra­ta esta ini­cia­ti­va», con­clu­ye el documento

Des­an­clar­se del pasado

Duran­te muchos años, muchos “pro­gre­sis­tas”, ancla­dos en el pasa­do, tra­ta­ron de sor­tear las crí­ti­cas a la reali­dad del FSM. Hace un par de años seña­lá­ba­mos que muchos habián toma­do pos­tu­ras cer­ca­nas a la máxi­ma que dice que “en una for­ta­le­za sitia­da, la crí­ti­ca es trai­ción” (lo úni­co fue­ra de deba­te son los prin­ci­pios). Las dudas siguen vigen­tes: con­ti­nuar den­tro del FSM para intro­du­cir estos deba­tes tan nece­sa­rios o cons­truir otra herra­mien­ta y en ambos casos, con quién.

Cla­ro, todo ésto en ple­na ofen­si­va neo­co­lo­nial y en un decli­ve del pro­gre­sis­mo a nivel lati­jo­ame­ri­cano y mun­dial, una mira­da con­ser­va­do­ra impues­ta por los medios hege­mó­ni­cos y las redes socia­les, y el temor de algu­nos “orga­ni­za­do­res” a per­der a sus patrocinantes. 

Esta­mos a la puer­ta del efec­to de las nue­vas tec­no­lo­gías en la sobre­vi­da de los tra­ba­ja­do­res y la eco­no­mía, así como las noti­cias fal­sas (fake news), la pos­ver­dad y la inte­li­gen­cia arti­fi­cial, lo que hace nece­sa­ria un nue­va agen­da, pero mane­ja­da des­de el sur. Cla­ro, de todo esto ni se habla­ba en 2001 en Por­to Alegre…

Seña­lá­ba­mos que el comi­té bra­si­le­ño nun­ca qui­so dejar el poder en un mode­lo anár­qui­co abs­trac­to basa­do qui­zá en la visión de las comu­ni­da­des de base cató­li­cas bra­si­le­ñas, sin nin­gu­na rela­ción con la reali­dad. Y el Comi­té Inter­na­cio­nal, de per­so­na­li­da­des, siguió mane­ja­do por peque­ños gru­pos y figu­ras que más allá del alter­mun­dis­mo, repre­sen­tan a ONGs (algu­nas a suel­do), cada una de ellas con líneas y pro­pó­si­tos tan con­cre­tos como pro­pios, y muchas veces ape­nas a sí mismos.

La úni­ca posi­bi­li­dad de reflo­tar­lo es para que vuel­va a ser un espa­cio de acción (y no sólo de deba­te) que inci­da en el mun­do, revien­do su car­ta de prin­ci­pios acor­de a la reali­dad de un mun­do peor que el de hace 20 años, ponién­do­se acuer­do sobre los temas a deba­tir, inclu­yen­do el cam­bio cli­má­ti­co, las migra­cio­nes, las gue­rras, la deu­da exter­na, el domi­nio de las nue­vas tec­no­lo­gías, las finan­zas espe­cu­la­do­ras, la enor­me des­igual­dad, el ham­bre, los mode­los de desarrollo.

En el foro de San Sal­va­dor, por ejem­plo, ni se habló del cam­bio cli­má­ti­co. Se impu­sie­ron los temas cana­li­za­dos por ONGs euro­peas y esta­dou­ni­den­ses, intere­sa­dos en temá­ti­cas que no son urgen­tes ni impor­tan­tes para nues­tras socie­da­des, pero que cuen­tan con finan­cia­mien­to para su organización.

Duran­te mucho años, el dis­cur­so de la hori­zon­ta­li­dad se con­tra­di­jo per­ma­nen­te­men­te con el auto­ri­ta­ris­mo y la mani­pu­la­ción des­de las estruc­tu­ras del poder del FSM), más entu­sias­ma­das en orga­ni­zar even­tos (todo es even­tual, no hay con­ti­nui­dad ni segui­mien­to de los temas y deba­tes) entre con­ven­ci­dos, que dar la pelea por el pen­sa­mien­to crí­ti­co anticapitalista.

Recor­da­mos que cuan­do los movi­mien­tos polí­ti­cos comen­za­ron a acer­car­se al Foro, se hizo todo lo posi­ble para ale­jar­los, con la excu­sa de evi­tar la con­ta­mi­na­ción. Y nues­tros pre­si­den­tes pro­gre­sis­tas no fue­ron bien­ve­ni­dos. E inclu­so, recor­de­mos, el gru­po bra­si­le­ño impi­dió que el Comi­té Inter­na­cio­nal emi­tie­ra un comu­ni­ca­do con­tra el jui­cio polí­ti­co a la pre­si­den­ta Dil­ma Rous­seff. Ni siquie­ra se defen­dió la democracia.

En los pri­me­ros foros, por ejem­plo, el panel que se orga­ni­zó sobre la Uto­pía demos­tró la nece­si­dad del deba­te, de la bata­lla de ideas, en la gue­rra cul­tu­ral con­tra el capi­ta­lis­mo y las fuer­zas neocoloniales.

Hace unos años, las per­so­na­li­da­des que die­ron vida y pres­ti­gio al FSM coin­ci­dían en seña­lar la pro­fun­da cri­sis, como indi­ca­ban las cifras y la fal­ta de reper­cu­sión y entu­sias­mo, e insis­tían en la nece­si­dad de dar paso a una hori­zon­ta­li­dad siem­pre inclu­si­va y trans­pa­ren­te, pero acep­tan­do que es nece­sa­ria un míni­mo de orga­ni­za­ción y estructuración.

Des­de el comien­zo del pro­ce­so se insis­tió (des­de los medios alter­na­ti­vos) en la nece­si­dad de que se crea­ran ins­tru­men­tos para com­par­tir con los que no con­cu­rrían a los foros Pero el FSM fue que­dan­do con ini­cia­ti­vas endo­gá­mi­cas: de cada Foro no lle­gó nada de las expe­rien­cias al res­to del mun­do.. Hoy los medios elec­tró­ni­cos hacen posi­ble lo que hace 20 años era impensable.

El anti­guo dise­ño del FSM es faci­li­ta­dor de la frag­men­ta­ción, de que cada panel crea que lo más impor­tan­te es su lucha y no la que dio ori­gen al mis­mo, la nece­si­dad de inven­tar un mun­do dife­ren­te, jus­to, equi­ta­ti­vo, de paz, de res­pe­to a la natu­ra­le­za. Como decía Galeano en los seten­ta, mien­tras algu­nos hacen la revo­lu­ción, Bri­git­te Bar­dot lucha en defen­sa de las balle­nas azules…

En más de tres lus­tros, el FSM corrió los peli­gros como la ruti­ni­za­ción, la oene­gi­za­ción, la coop­ta­ción, la buro­cra­ti­za­ción, la fal­ta de par­ti­ci­pa­ción de movi­mien­tos reales, la dis­per­sión, la infil­tra­ción, el copa­mien­to. Y esta reali­dad lo con­fir­ma. En medio de la cri­sis sis­té­mi­ca del capi­ta­lis­mo, con una cri­sis cli­má­ti­ca, polí­ti­ca, social, sani­ta­ria, migra­to­ria, ali­men­ta­ria sin pre­ce­den­tes, se insis­tía en apos­tar a la tan men­ta­da hori­zon­ta­li­dad, que solo bene­fi­cia al pen­sa­mien­to úni­co y al inmovilismo.

El FSM per­dió peso e influen­cia en nues­tra región, qui­zá por­que aque­llos movi­mien­tos socia­les que lle­va­ron a nues­tros pre­si­den­tes refor­mis­tas al gobierno, des­apa­re­cie­ron de las calles, por­que tam­bién ellos fue­ron coop­ta­dos (y buro­cra­ti­za­dos) para tareas del gobierno y los movi­mien­tos desmovilizados.

Hoy muchos otro­ra alter­mun­dis­tas bus­can foros sobre temas que tie­nen inte­rés para ONGs euro­peas y esta­dou­ni­den­ses y huyen de los temas acu­cian­tes para el futu­ro de su pro­pia gen­te, qui­zá para no per­der la gim­na­sia foris­ta… y su financiamiento.

El desa­fío es saber hacia dón­de cami­nar, con quién cami­nar. Decía Anto­nio Macha­do que “no hay camino, se hace camino al andar”.

Itu­rria /​Fuen­te

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