Sobe­ra­na, pri­me­ra vacu­na cuba­na con­tra la COVID-19

La estra­te­gia para el desa­rro­llo de Sobe­ra­na, el pri­mer candidato
vacu­nal cubano con­tra la COVID-19 con auto­ri­za­ción para empe­zar los
ensa­yos clí­ni­cos, fue pre­sen­ta­da de mane­ra ofi­cial este miércoles
en el Pala­cio de la Revo­lu­ción, duran­te un encuen­tro del Presidente
de la Repú­bli­ca, Miguel Díaz-Canel Ber­mú­dez, con los científicos
y exper­tos que han tra­ba­ja­do direc­ta­men­te en el enfren­ta­mien­to a la
epidemia.

Al hacer una exhaus­ti­va expli­ca­ción, el direc­tor gene­ral del
Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacu­nas, Vicen­te Vérez Ben­co­mo, líder del
pro­yec­to, expli­có que el estu­dio cuen­ta ya con la auto­ri­za­ción del
Cec­med, la auto­ri­dad regu­la­do­ra de Medi­ca­men­tos, Equi­pos y
Dis­po­si­ti­vos Médi­cos de la Repú­bli­ca, y el pró­xi­mo 24 de agosto
comen­za­rán los ensa­yos clínicos.

Este
can­di­da­to vacu­nal, ase­gu­ró el inves­ti­ga­dor, pre­sen­ta bajos riesgos,
pocas incer­ti­dum­bres y alen­ta­do­res resul­ta­dos en la fase preclínica.
Los lotes expe­ri­men­ta­les indu­je­ron altos títu­los de anticuerpos
anti-RBD en rato­nes y cone­jos; y a par­tir de esos indi­ca­do­res, el 28
de julio pasa­do Sobe­ra­na fue pro­ba­da por vez pri­me­ra en humanos,
pre­ci­sa­men­te en tres de sus inves­ti­ga­do­res, que en una evaluación
ini­cial tam­bién pre­sen­ta­ron una alta res­pues­ta inmu­ne. En estos
momen­tos están a la espe­ra del resul­ta­do de la segun­da dosis del
can­di­da­to vacunal.

Vérez Ben­co­mo comen­tó que el estu­dio en fase uno y dos es
alea­to­ri­za­do, con­tro­la­do, adap­ta­ti­vo y mul­ti­cén­tri­co, para evaluar
la segu­ri­dad, reac­to­ge­ni­ci­dad e inmu­no­ge­ni­ci­dad del can­di­da­to vacunal
pro­fi­lác­ti­co con­tra el SARS-COV- 2, en un esque­ma de dos dosis.

En un pri­mer momen­to, fija­do para el 24 de agos­to, se administrará
la vacu­na a 20 per­so­nas entre 19 y 59 años; y una sema­na des­pués la
reci­bi­rán otras 20, en eda­des com­pren­di­das entre 60 y 80 años.

A par­tir del 11 de sep­tiem­bre se ha pla­ni­fi­ca­do la segun­da fase,
en la cual se com­ple­ta­rá la mues­tra total de 676 personas
voluntarias.

En este tre­men­do esfuer­zo –que mar­có un pun­to de giro el 19 de
mayo cuan­do el Pre­si­den­te Díaz-Canel con­vo­có a los inves­ti­ga­do­res a
lograr «nues­tra vacu­na para tener sobe­ra­nía»– han trabajado
espe­cia­lis­tas de diver­sas ins­ti­tu­cio­nes, entre ellas el Cen­tro de
Inmu­no­lo­gía Mole­cu­lar y la Uni­ver­si­dad de La Haba­na. Lo que
nor­mal­men­te se hace en años, apun­tó Vérez Ben­co­mo, se ha logrado
en poco menos de tres meses, gra­cias a la con­sa­gra­ción y la unidad
de los inves­ti­ga­do­res cubanos.

El
líder de este impor­tan­te pro­yec­to, que devuel­ve espe­ran­zas, genera
con­fian­za y un pro­fun­do orgu­llo nacio­nal en medio de la compleja
situa­ción que vive el mun­do ante la covid-19, sub­ra­yó que esto no
pue­de ser moti­vo para rela­jar nin­gu­na de las medi­das que ha toma­do el
país para enfren­tar con éxi­to la epi­de­mia. Se tra­ta de corresponder
todo ese esfuer­zo colo­sal con la dis­ci­pli­na de la población.

Los resul­ta­dos del estu­dio del can­di­da­to vacu­nal no estarán
lis­tos has­ta enero de 2021, por lo cual el camino has­ta el logro de
Sobe­ra­na lle­va­rá varios meses.

El Direc­tor Gene­ral del Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacu­nas des­ta­có que
la prin­ci­pal fuen­te de ins­pi­ra­ción fue el Coman­dan­te en Jefe, Fidel
Cas­tro Ruz, «el impa­cien­te mayor, el que nos ense­ñó a mirar al
futu­ro, a soñar, y salir dis­pues­tos a con­quis­tar­lo, al pre­cio que
fue­se necesario».

Al res­pec­to de este logro enal­te­ce­dor de la cien­cia cuba­na, el
Pre­si­den­te Díaz-Canel sig­ni­fi­có que «el nom­bre de la vacu­na recoge
el sen­ti­mien­to de patrio­tis­mo y de com­pro­mi­so revo­lu­cio­na­rio y
huma­nis­ta con que se ha tra­ba­ja­do, y tam­bién el com­pro­mi­so con lo
fun­da­cio­nal, y cuan­do habla­mos de fun­da­cio­nal, esta­mos hablan­do del
Coman­dan­te en Jefe».

El man­da­ta­rio se refi­rió a las solu­cio­nes crea­ti­vas de nuestros
cien­tí­fi­cos que expre­san una gran sabi­du­ría. Eso tie­ne que ver,
comen­tó, con la his­to­ria y la expe­rien­cia de la industria
bio­far­ma­céu­ti­ca cubana.

Se ha
lle­ga­do a la vacu­na con pru­den­cia, con mesu­ra, sin alar­des, consideró
el man­da­ta­rio, lle­van­do los pasos que se tenían que dar y por eso se
regis­tró pri­me­ro, como era debi­do, y las pri­me­ras infor­ma­cio­nes las
esta­rán dan­do en pro­fun­di­dad sus pro­ta­go­nis­tas. Al respecto,
con­fir­mó que en el pro­gra­ma tele­vi­si­vo de la Mesa Redon­da de este
jue­ves se darán todos los deta­lles, pre­ci­sa­men­te en voz de sus
creadores.

Nues­tro pue­blo, aler­tó Díaz-Canel, tie­ne que enten­der que es un
camino que abre espe­ran­zas, pero toda­vía es lar­go, de meses, de
rigor en el ensa­yo clí­ni­co en cada una de sus fases y, por lo tanto,
hay que exi­gir más res­pon­sa­bi­li­dad social para evi­tar rebro­tes de la
COVID-19 y lle­gar al resul­ta­do final de la vacu­na en una mejor
situa­ción epidemiológica.

«Haza­ñas como estas de nues­tra cien­cia son de las cosas que a
uno le reafir­ma cada vez más el orgu­llo de ser cuba­nos», sentenció.

En esta impor­tan­te reu­nión –don­de ade­más se pre­sen­ta­ron dos
nue­vos medi­ca­men­tos cuba­nos para enfren­tar la COVID-19: el Nasalferón
y el cigb-325, tam­bién con alen­ta­do­res resul­ta­dos en sus ensayos
clí­ni­cos – , el Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca seña­ló que se
con­so­li­da el con­cep­to de que se ha tra­ba­ja­do en un mode­lo de gestión
para la inno­va­ción, enfren­tan­do una situa­ción compleja.

Esa con­so­li­da­ción nos va abrien­do cami­nos de cómo el país debe
ir extra­po­lan­do esta expe­rien­cia a otros cam­pos del cono­ci­mien­to y de
la pro­duc­ción y los ser­vi­cios. «Que la inno­va­ción se siga
con­vir­tien­do en un para­dig­ma mayor, en un pilar más importante
den­tro de la estra­te­gia eco­nó­mi­ca y social del país», concluyó,
poco antes de con­ti­nuar la agen­da del día con el che­queo del Grupo
Tem­po­ral del Tra­ba­jo del Gobierno a la situa­ción epi­de­mio­ló­gi­ca del
país.

Por Leti­cia Mar­tí­nez Hernández

Gran­ma

Pri­mer can­di­da­to vacu­nal de Cuba con­tra la
COVID-19 comen­za­rá ensa­yo clí­ni­co el 24 de agosto

Ano­ten la fecha: este 19 de agos­to, ani­ver­sa­rio 105 del
falle­ci­mien­to del gran Car­los Juan Fin­lay, el Dr Vicen­te Vérez
Ben­co­mo, direc­tor del pres­ti­gio­so ins­ti­tu­to nacio­nal de vacu­nas que
lle­va el nom­bre del insig­ne cien­tí­fi­co, pre­sen­tó ante el
pre­si­den­te Miguel Díaz Canel Ber­mú­dez y el Gru­po nacio­nal de
Exper­tos para el enfren­ta­mien­to a la pan­de­mia, el primer
can­di­da­to vacu­nal espe­cí­fi­co con­tra la COVID-19 de la pequeña
y ase­dia­da Cuba.

La his­to­ria es tan com­ple­ja y lar­ga, como inten­sa y veloz y se
con­ta­rá en deta­lles en la Mesa Redon­da de este jue­ves 20 de
agos­to. Lo anun­ció el pre­si­den­te, advir­tien­do que “se ha
lle­ga­do a la vacu­na con pru­den­cia, con mesu­ra, sin alar­des, llevando
los pasos que se tenían que dar. Por eso se regis­tró pri­me­ro como
era debi­do y las pri­me­ras infor­ma­cio­nes las esta­rán dan­do en
pro­fun­di­dad sus protagonistas”.

El estu­dio cuen­ta con la auto­ri­za­ción fun­da­men­tal del
Cen­tro para el Con­trol Esta­tal de la Cali­dad de los medicamentos (
CEDMED), que es la auto­ri­dad reguladora.

Y sí, ya es ofi­cial. Sobe­ra­na 01, el pri­mer candidato
vacu­nal cubano con­tra la COVID-19 en la cate­go­ría de FR (Front
Run­ner), e iden­ti­fi­ca­da por las siglas FINLAY-FR‑1, entra­rá a partir
del lunes 24 de agos­to en fase de ensa­yos clí­ni­cos, es decir en
seres huma­nos: 20 de al menos un gru­po etá­reo de19 a 59 años. Una
sema­na des­pués, se apli­ca­rá el ensa­yo a igual núme­ro de
volun­ta­rios de entre 60 y 80 años.

La segun­da fase de estos ensa­yos clí­ni­cos está programada
para el 11 de sep­tiem­bre, cuan­do se com­ple­ta­rán los 676
volun­ta­rios, inclu­yen­do en esa cifra los 40 de la pri­me­ra fase.

Aun­que esta vez no se equi­vo­ca­ron los apu­ra­dos en las redes, hay
con­fir­ma­cio­nes impres­cin­di­bles. Los pasos de la cien­cia no
pue­den some­ter­se al rit­mo de la ansie­dad humana.

Pero sí, Sobe­ra­na exis­te y debe su her­mo­so nom­bre a un
pedi­do de Díaz Canel hace tres meses. Otra fecha para ano­tar. Fue el
19 de mayo, 125 ani­ver­sa­rio de la caí­da en com­ba­te de José
Mar­tí, en una reu­nión con repre­sen­tan­tes del polo cien­tí­fi­co en la
sede de Neurociencias.

Allí el pre­si­den­te pidió que, al mar­gen de los pro­gre­sos de
otras nacio­nes en la bús­que­da de una vacu­na, era importante
con­se­guir la nues­tra, por­que le daría sobe­ra­nía al país en el
enfren­ta­mien­to a la pan­de­mia en medio del hos­til ase­dio impe­rial a
todo lo que sig­ni­fi­que desa­rro­llo y pro­gre­so propios.

El pasa­do 28 de julio las prue­bas en huma­nos las iniciaron,
en su pro­pia piel, los doc­to­res Vicen­te Vérez, direc­tor del
Fin­lay y Yuri Val­dés y Dag­mar Gar­cía, tam­bién direc­ti­vos de la
ins­ti­tu­ción, quie­nes son, a la vez, inves­ti­ga­do­res prin­ci­pa­les en un
pro­yec­to que, como es tra­di­ción en la cien­cia cuba­na, integra
tam­bién esfuer­zos y apor­tes del Cen­tro de Inmu­no­lo­gía Molecular
(CIM) y la Uni­ver­si­dad de La Habana.

Al hablar de Sobe­ra­na, el líder del pro­yec­to mar­có los
bajos ries­gos, pocas incer­ti­dum­bres y alen­ta­do­res resul­ta­dos de la
fase pre­clí­ni­ca en rato­nes y cone­jos. Y en el caso de ellos, los
pio­ne­ros de la fase clí­ni­ca, cer­ti­fi­có que han experimentado
“una alta res­pues­ta inmu­ne”, que debe con­fir­mar­se en los
pró­xi­mos días, des­pués de apli­ca­da la segun­da dosis.

Los tres, visi­ble­men­te emo­cio­na­dos, comen­ta­ron en la sala del
Pala­cio de la Revo­lu­ción, don­de trans­cu­rrió la reu­nión, que la
auto­ri­za­ción para los ensa­yos clí­ni­cos en Fase 1 y 2, les lle­gó en
vís­pe­ras del 13 de agos­to, cum­plea­ños 94 de Fidel, a quien
cali­fi­ca­ron como la mayor fuen­te de ins­pi­ra­ción: “el que nos
ense­ñó a mirar al futu­ro, a soñar y salir dis­pues­tos a
con­quis­tar­lo al pre­cio que fue­se nece­sa­rio…”. Imposible
obviar otra vez la sig­ni­fi­ca­ción de la fecha.

Sobe­ra­na, bro­che de oro de una reu­nión alentadora

Tras una fuer­te ova­ción de aquel audi­to­rio de enten­di­dos para
Sobe­ra­na, Díaz Canel dijo que la elo­cuen­te pre­sen­ta­ción de
Vérez, “que abre tan­tas espe­ran­zas y cami­nos, cie­rra con
bro­che de oro el encuen­tro con los exper­tos y cien­tí­fi­cos que están
tra­ba­jan­do en el enfren­ta­mien­to a la COVID 19”.

El Pre­si­den­te alu­día al Nasal­fe­rón y el CIGB 325, medicamentos
de pro­ba­da efec­ti­vi­dad en la pre­ven­ción y cura de la epi­de­mia de los
que, tam­bién este miér­co­les, se pre­sen­ta­ron los pri­me­ros resultados
de las fases de ensa­yos clínicos.

En su opi­nión, así “se con­so­li­da el con­cep­to de
tra­ba­jo con un mode­lo de ges­tión para la inno­va­ción, enfrentando
una situa­ción com­ple­ja” que debe irse extra­po­lan­do a otros campos
del cono­ci­mien­to y de la pro­duc­ción y los ser­vi­cios para que la
inno­va­ción se con­vier­ta “en un pilar más impor­tan­te den­tro de la
estra­te­gia nacio­nal de desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social.

Sobre el nom­bre, comen­tó, tam­bién emo­cio­na­do, que “reco­ge
el sen­ti­mien­to de patrio­tis­mo y de com­pro­mi­so revo­lu­cio­na­rio y
huma­nis­ta con que se ha tra­ba­ja­do, y tam­bién el com­pro­mi­so con lo
fun­da­cio­nal, y cuan­do habla­mos de fun­da­cio­nal, esta­mos hablan­do del
Coman­dan­te en Jefe”.

Al pue­blo, trans­mi­tió una idea fun­da­men­tal, en cuan­to a que
lo pre­sen­ta­do este 19 de agos­to: si bien es un camino que abre
espe­ran­zas, “toda­vía es lar­go, de meses, de rigor en el ensayo
clí­ni­co en cada una de sus fases y, por lo tan­to, hay que exi­gir más
res­pon­sa­bi­li­dad social para evi­tar nue­vos bro­tes de la COVID-19 y
lle­gar al resul­ta­do final de la vacu­na en una mejor situación
epidemiológica”.

Final­men­te sin­te­ti­zó el sen­ti­mien­to colec­ti­vo al decir que
“haza­ñas como éstas de nues­tra cien­cia son de las cosas que a uno
le reafir­ma cada vez más el orgu­llo de ser cuba­nos”.
Desa­rro­llar
la vacu­na sobre tres pila­res fundamentales

Avan­zar en la bús­que­da y obten­ción de una vacu­na pro­pia que
per­mi­ta pre­ve­nir el con­ta­gio de SARS-CoV‑2 y dote al país de
sobe­ra­nía tec­no­ló­gi­ca en la pro­duc­ción y dis­po­ni­bi­li­dad de ese
posi­ble inmu­nó­geno, fue una prio­ri­dad fija­da por la ciencia
cuba­na des­de el ini­cio mis­mo de la epi­de­mia en el país.

En ese pro­pó­si­to, el Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacu­nas (IFV)
ha desem­pe­ña­do un rol esen­cial. El pri­mer can­di­da­to vacu­nal cubano
con­tra la COVID-19 tie­ne su ori­gen en el equi­po de científicos
lide­ra­dos por esta ins­ti­tu­ción en alian­za con el Cen­tro de
Inmu­no­lo­gía Mole­cu­lar (CIM) y otros cen­tros cien­tí­fi­cos de la isla.

Sobe­ra­na lle­ga lue­go de tres meses de des­ve­lo, de noches y días
sin des­can­so, de des­car­tar ideas, incluir otras, estu­diar, probar,
ajus­tar. Ape­nas 90 días en los que no hubo obje­ti­vo per­so­nal sino
común, reve­lan los tes­ti­mo­nios de algu­nos de los científicos
invo­lu­cra­dos en el proyecto.

Cuba­de­ba­te con­ver­só con las doc­to­ras en Cien­cias Dagmar
Gar­cía Rive­ra, direc­to­ra de Inves­ti­ga­cio­nes del IFV, y Belinda
Sán­chez Ramí­rez, direc­to­ra de Inmu­no­lo­gía e Inmu­no­te­ra­pia del CIM,
sobre cómo se avan­zó en ese proceso.

“En el mes de mayo comen­za­mos a tra­ba­jar inten­sa­men­te en diseñar
qué sería un can­di­da­to vacu­nal para pre­ve­nir la infec­ción por el
virus SARS-CoV‑2, a par­tir de la expe­rien­cia que tene­mos como
ins­ti­tu­ción en el desa­rro­llo de vacu­nas pre­ven­ti­vas, y de enten­der y
cono­cer los fenó­me­nos aso­cia­dos a este virus en par­ti­cu­lar, que es
nue­vo”, dijo Gar­cía Rivera.

“Era impor­tan­te que nos actua­li­zá­ra­mos des­de el pun­to de
vis­ta cien­tí­fi­co, sobre qué sig­ni­fi­ca y repre­sen­ta en términos
inmu­no­ló­gi­cos la infec­ción por este virus y cómo la experiencia
que tene­mos como ins­ti­tu­ción en el desa­rro­llo de vacu­nas pue­de hacer
con­ver­ger ambos cono­ci­mien­tos. Se tra­ta­ba de comen­zar a dibujar
lo que serían pro­yec­tos de vacu­nas en nues­tra institución”,
expli­có la investigadora.

“Cam­bia­ron prio­ri­da­des de tra­ba­jo y a par­tir de ese momen­to ese
se con­vir­tió en el pro­yec­to fun­da­men­tal de la ins­ti­tu­ción. Todas
nues­tras capa­ci­da­des cien­tí­fi­cas, inte­lec­tua­les, se vol­ca­ron en
fun­ción de este objetivo.

“En ape­nas tres meses, logra­mos avan­zar sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te en el
dise­ño de un can­di­da­to vacu­nal con resul­ta­dos alentadores”,
refi­rió la científica.

La estra­te­gia de desa­rro­llo de este pro­duc­to se basó en
tres pila­res fundamentales.

“El pri­me­ro es el ele­men­to tiem­po” – seña­ló la Dra.
Gar­cía Rive­ra – . “El pro­ce­so de desa­rro­llo de una vacuna
pro­fi­lác­ti­ca, nor­mal­men­te, nun­ca toma menos de 10 años, y si esta
vacu­na con­tra el coro­na­vi­rus se obtie­ne den­tro de una déca­da, ya no
hará falta”.

Ello “nos puso ante un desa­fío: tenía­mos que asu­mir el reto de
desa­rro­llar una vacu­na que res­pon­die­ra en el menor tiem­po posi­ble a
las pre­gun­tas de inves­ti­ga­ción que se le hacen a cual­quier producto
antes de avan­zar a la fase clí­ni­ca, en la cual se validan”.

“Lo que quie­ro decir es que, sin ceder en la cali­dad de
la inves­ti­ga­ción, hemos teni­do que ace­le­rar eta­pas, acor­tar las
tran­si­cio­nes entre una y otra. Si en con­di­cio­nes nor­ma­les se tiene
que espe­rar a que esté un resul­ta­do para ini­ciar la otra eta­pa de
inves­ti­ga­ción, aho­ra hubo que ace­le­rar ese trán­si­to entre un
momen­to y otro del estudio”.

Como un segun­do aspec­to esen­cial, la inves­ti­ga­do­ra men­cio­nó “la
com­ple­men­ta­rie­dad de las capa­ci­da­des cien­tí­fi­cas, tec­no­ló­gi­cas y
productivas.

“El Ins­ti­tu­to Fin­lay, por sí solo, no hubie­se podi­do lle­gar al
can­di­da­to vacu­nal, por­que noso­tros no tene­mos capa­ci­dad de obtener
pro­teí­nas recom­bi­nan­tes por inge­nie­ría gené­ti­ca. Por tan­to, o
nos aliá­ba­mos, o no tenía­mos vacuna.

“La idea es nues­tra, la con­cep­ción como pro­duc­to tam­bién, pero
esta­ba cla­ro que nos tenía­mos que unir con quien tuvie­ra esa
capa­ci­dad. Y en esas alian­zas hemos sali­do a bus­car a los
mejo­res. ¿Don­de está la mejor capa­ci­dad en el país para
pro­du­cir por inge­nie­ría gené­ti­ca pro­teí­nas recom­bi­nan­tes en
célu­las supe­rio­res? En el Cen­tro de Inmu­no­lo­gía Molecular
(CIM)”.

En esa con­ver­gen­cia de esfuer­zos, ade­más del CIM, se
suma­ron otras ins­ti­tu­cio­nes. “Tenía­mos varios retos científicos,
y en fun­ción de ellos esta­ble­ci­mos alian­zas fun­da­men­ta­les: la
Facul­tad de Quí­mi­ca de la Uni­ver­si­dad de La Haba­na ha complementado
capa­ci­da­des de inves­ti­ga­ción bási­ca a nivel más mole­cu­lar y de
carac­te­ri­za­ción de molé­cu­las. El labo­ra­to­rio de bio­lo­gía molecular
del Cen­tro de Inves­ti­ga­cio­nes de la Defen­sa Civil apor­tó capacidades
de eva­lua­ción de varia­bles inmu­no­ló­gi­cas, mien­tras que el Cen­tro de
Inge­nie­ría Gené­ti­ca y Bio­tec­no­lo­gía tra­ba­jó en la caracterización
estruc­tu­ral del antí­geno que esco­gi­mos”, dijo Gar­cía Rivera.

Para la fase clí­ni­ca que comien­za, se ha iden­ti­fi­ca­do el Centro
Nacio­nal de Toxi­co­lo­gía como sitio clí­ni­co prin­ci­pal, y tam­bién el
Ins­ti­tu­to de Medi­ci­na Tro­pi­cal Pedro Kou­rí (IPK).

El ter­cer ele­men­to que cita la direc­to­ra de Inves­ti­ga­cio­nes del
Ins­ti­tu­to Fin­lay es el de las pla­ta­for­mas. “Hemos con­ce­bi­do una
vacu­na basa­da en las pla­ta­for­mas tec­no­ló­gi­cas que tene­mos en ambas
ins­ti­tu­cio­nes (IFV y CIM), y eso ace­le­ra el camino regulatorio
para el desa­rro­llo del can­di­da­to vacunal”.

De acuer­do con la cien­tí­fi­ca, los orga­nis­mos regu­la­to­rios a nivel
inter­na­cio­nal están defi­nien­do que los can­di­da­tos de vacunas
con­tra la COVID-19 que se basen en pla­ta­for­mas de vacu­nas ya
cono­ci­das, pue­den ace­le­rar su desa­rro­llo clí­ni­co basa­do en los datos
de la plataforma.

“Para noso­tros, ese ele­men­to ha sido muy impor­tan­te, por­que si
hubié­ra­mos veni­do con una vacu­na total­men­te nue­va, no hubie­se sido
posi­ble avan­zar tan rápi­do”, destacó.

Si hoy esta­mos en este pun­to, es gra­cias a la capacidad
cien­tí­fi­ca de ambas ins­ti­tu­cio­nes (el IFV y el CIM). Ha sido grande
el desa­fío para desa­rro­llar mode­los expe­ri­men­ta­les, modelos
ani­ma­les… “Los cien­tí­fi­cos cuba­nos hemos teni­do que estudiar
sobre el virus, por­que es un pató­geno nue­vo. Por lo tan­to, ha habido
un gran reto para poder defi­nir el camino. Cuan­do deci­di­mos qué
direc­ción tomar, es por­que ya lle­vá­ba­mos dos meses estu­dian­do toda
la lite­ra­tu­ra que apa­re­cía”, comen­tó la científica.

Jus­to a par­tir de la lite­ra­tu­ra cien­tí­fi­ca y de lo que iba
salien­do en los ensa­yos clí­ni­cos que se suce­dían en el mun­do, los
cien­tí­fi­cos cuba­nos pudie­ron defi­nir el antí­geno a utilizar.

¿Había idea pre­via sobre la vacu­na, antes de que apa­re­cie­ran en
Cuba los pri­me­ros casos de Covid-19? A esta pre­gun­ta, la Dra.
Gar­cía Rive­ra res­pon­dió que duran­te los dos pri­me­ros meses de
pan­de­mia, el país estu­vo enfo­ca­do en el con­trol de la epi­de­mia y en
el tra­ta­mien­to de los enfer­mos. “Ese fue el foco de la
biotecnología”.

No fue has­ta mayo que comen­za­ron las reunio­nes enfocadas
pre­ci­sa­men­te en lograr un can­di­da­to vacunal.

“Hay un momen­to cum­bre, la reu­nión del 19 de mayo con nuestro
pre­si­den­te Miguel Díaz Canel Ber­mú­dez, pero antes de ese día
ya los gru­pos de vacu­na esta­ban reu­ni­dos, a nivel de centros
cien­tí­fi­cos”, dijo la direc­to­ra de Inves­ti­ga­cio­nes del Instituto
Fin­lay de Vacunas.

El 19 de mayo últi­mo, el pre­si­den­te cubano inter­cam­bió con
varios cien­tí­fi­cos que esta­ban en pri­me­ra línea del enfrentamiento
a la pandemia.

Acer­ca del can­di­da­to vacu­nal cubano en inves­ti­ga­ción, Díaz-Canel
seña­ló en ese momen­to que “aun­que haya vacu­nas de otros países,
noso­tros nece­si­ta­mos la nues­tra, para tener soberanía”.

“Que noso­tros sal­ga­mos con una vacu­na ter­mi­na­ría de
redon­dear la haza­ña que se ha hecho”, dijo en mayo el jefe de
Esta­do cubano, quien sub­ra­yó lue­go el orgu­llo que pode­mos sen­tir los
cuba­nos de todo cuan­to han hecho nues­tros científicos.

“Si a eso noso­tros le incor­po­ra­mos una vacu­na cuba­na, que salga
en el menor tiem­po posi­ble, va a ser tam­bién una contribución
impor­tan­te des­de todos los pun­tos de vis­ta”, dijo enton­ces el
mandatario.

La Dra. Gar­cía Rive­ra recuer­da que “fue el 22 de mayo la
pri­me­ra vez que defi­ni­mos que el antí­geno tenía que ser el RBD
(Recep­tor Bin­ding Domain, por sus siglas en inglés), el
Domi­nio de Unión al Receptor”.

¿Por qué se lle­ga a esta vacu­na y no a otra?

De acuer­do con la cien­tí­fi­ca del Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacunas
(IFV), a par­tir de la lite­ra­tu­ra cien­tí­fi­ca, de los resul­ta­dos que
iban salien­do de los estu­dios pre­clí­ni­cos, se fue definiendo
que la pro­teí­na más impor­tan­te del virus para su entra­da a la
célu­la era jus­ta­men­te la pro­teí­na del RBD. De ahí que el equipo
del IFV deci­die­ra que la com­bi­na­ción de ese antí­geno era la cla­ve a
uti­li­zar en Sobe­ra­na, el pri­mer can­di­da­to vacu­nal cubano.

“Ese frag­men­to de pro­teí­na es jus­to la región
del virus que inter­ac­túa con un recep­tor de la célu­la del ser
humano, para pene­trar la célu­la, por lo que la estra­te­gia de la
vacu­na es diri­gir anti­cuer­pos con­tra esa estruc­tu­ra del virus, con el
obje­ti­vo de blo­quear esa inter­ac­ción de la pro­teí­na viral con su
recep­tor en el hos­pe­de­ro”, afir­mó Gar­cía Rivera.

La pro­teí­na se basa en la com­bi­na­ción de este antí­geno del
virus RBD con la pla­ta­for­ma de vesí­cu­la de mem­bra­na exter­na del
menin­go­co­co B, que es la base de la vacu­na cuba­na con­tra la
menin­gi­tis menin­go­có­ci­ca VA-MENGOC-BC®.

Según la inves­ti­ga­do­ra, “dicho ele­men­to le ofre­ce mucha
segu­ri­dad a este can­di­da­to vacu­nal, por­que se basa en la plataforma
de una vacu­na que tie­ne más de 30 años de uso. Este inmunógeno
tam­bién resol­vió un pro­ble­ma epi­de­mio­ló­gi­co en el país y se usa
en el pro­gra­ma amplia­do de inmu­ni­za­ción, inclu­so en niños
lac­tan­tes, con segu­ri­dad y alta efi­ca­cia, lo cual transmite
tranquilidad”.

En tér­mi­nos com­pe­ti­ti­vos –comen­tó la cien­tí­fi­ca del
IFV – , repre­sen­ta una ven­ta­ja que nues­tra vacu­na esté basa­da en una
pro­teí­na defi­ni­da del virus, y no en su mate­rial gené­ti­co, ni en el
virus inac­ti­va­do. Apos­ta­mos a la capa­ci­dad inmu­no­po­ten­cia­do­ra de esta
vesí­cu­la de mem­bra­na exter­na, para lograr incre­men­tar la respuesta
inmu­ne con­tra esa pro­teí­na viral.

“Si la vacu­na demues­tra en ensa­yos clí­ni­cos su inmunogenicidad
y efi­ca­cia, el país tie­ne capa­ci­dad para garan­ti­zar los millo­nes de
dosis que se nece­si­ta­rán en Cuba e inclu­so para la expor­ta­ción. Con
Sobe­ra­na, una garan­tía es que la hemos basa­do en plataformas
tec­no­ló­gi­cas y de pro­duc­ción que ya tenía­mos”, des­ta­có la Dra.
Gar­cía Rivera.

Sobe­ra­na, la ven­ta­ja de con­tar con una pla­ta­for­ma tecnológica
sólida

Para la doc­to­ra en Cien­cias Belin­da Sán­chez Ramí­rez, directora
de Inmu­no­lo­gía e Inmu­no­te­ra­pia del Cen­tro de Inmu­no­lo­gía Molecular
(CIM), es pre­ci­so seña­lar que “tan tem­prano como des­de el inicio
de la pan­de­mia en el país, el Gru­po de las Indus­trias Biotecnológica
y Far­ma­céu­ti­ca de Cuba (Bio­Cu­ba­Far­ma) vol­có sus esfuer­zos, dada la
expe­rien­cia y las pla­ta­for­mas vacu­na­les que exis­ten, no solo en
algu­nas ins­ti­tu­cio­nes para vacu­nas vira­les, sino en otros centros
para vacu­nas con­tra bac­te­rias, e inclu­so ins­ti­tu­cio­nes que tenían
pla­ta­for­mas para vacu­nas con­tra cáncer.

“El pro­pó­si­to es que Cuba tuvie­ra una vacu­na propia,
más allá de que muchos paí­ses y com­pa­ñías se pusie­ron a trabajar
por lograr esta meta. De hecho, ya en el mun­do hay cer­ca de 200
can­di­da­tos vacu­na­les, de ellos más de 20 en ensa­yos clínicos”.

“Inde­pen­dien­te­men­te de ese con­tex­to, Cuba tie­ne su propia
sobe­ra­nía en el cam­po de la cien­cia y cuen­ta con capa­ci­dad probada
para desa­rro­llar un pro­yec­to tan ambi­cio­so como ese”, dijo.

Para la direc­to­ra de Inmu­no­lo­gía e Inmu­no­te­ra­pia del CIM, “si
algo ha carac­te­ri­za­do a este tiem­po ha sido la integración
entre los cen­tros de inves­ti­ga­ción, pues nin­guno ha podi­do avanzar
en sus pro­yec­tos sin la cola­bo­ra­ción con los otros centros”.

“For­mar un can­di­da­to vacu­nal requie­re de varios
ele­men­tos mole­cu­la­res, y nin­gu­na ins­ti­tu­ción de for­ma independiente
tenía los ele­men­tos para con­for­mar el com­po­nen­te vacu­nal completo.
El CIM tie­ne den­tro de sus pla­ta­for­mas tec­no­ló­gi­cas la producción
de pro­teí­nas recom­bi­nan­tes en célu­las de mamí­fe­ros. Esto es una
cua­li­dad bio­tec­no­ló­gi­ca que le per­mi­te la pro­duc­ción de proteínas
com­ple­jas, como es el caso de las pro­teí­nas vira­les del virus del
SARS-CoV‑2”, dijo Sán­chez Ramírez.

En el caso de los can­di­da­tos vacu­na­les cuba­nos –pre­ci­só la
cien­tí­fi­ca – , el Ins­ti­tu­to Fin­lay iden­ti­fi­có muy pron­to la
nece­si­dad de uti­li­zar un antí­geno, que es la móle­cu­la encar­ga­da de
pro­vo­car la res­pues­ta espe­cí­fi­ca en el indi­vi­duo cuan­do es vacunado.

“Jus­to para cons­truir la pro­teí­na RBD como antígeno
de la vacu­na, que es una pro­teí­na com­ple­ja, gli­co­si­la­da, se
incor­po­ra el CIM. Las pro­teí­nas com­ple­jas que de for­ma natu­ral se
pro­du­cen en célu­las de mamí­fe­ros, requie­ren gene­ral­men­te ser
pro­du­ci­das en célu­las de mamí­fe­ros cuan­do se apli­ca la tecnología
de ADN recombinante.

“El CIM, ade­más, tie­ne capa­ci­da­des de biología
mole­cu­lar para sus vacu­nas de cán­cer, lo que le faci­li­ta hacer el
trán­si­to hacia esta tec­no­lo­gía de mane­ra muy rápi­da. Ello permitió
tener en tiem­po récord esta pro­teí­na, que cons­ti­tu­ye el antígeno
de la vacu­na que hoy el Ins­ti­tu­to Fin­lay está presentando”.

El CIM tie­ne, ade­más, con­si­de­ra­ble expe­rien­cia en el cam­po de la
inmu­no­lo­gía, pre­ci­sa­men­te por su tra­yec­to­ria en la pro­duc­ción de
anti­cuer­pos mono­clo­na­les y vacu­nas para el tra­ta­mien­to del cáncer.

“El domi­nio de téc­ni­cas inmu­no­quí­mi­cas como la cito­me­tría de
flu­jo y los ensa­yos Eli­sa (acró­ni­mo del inglés Enzy­me-Lin­ked Immuno
Sor­bent Assay, ensa­yo por inmu­no­ab­sor­ción liga­do a enzi­mas), nos
per­mi­tió mon­tar rápi­da­men­te ensa­yos ana­lí­ti­cos que permitieron
eva­luar la cali­dad del antí­geno vacu­nal, así como la cali­dad de la
res­pues­ta inmu­ne indu­ci­da en mode­los ani­ma­les inmunizados.

“Estas mis­mas téc­ni­cas ana­lí­ti­cas pue­den apli­car­se para
eva­luar la cali­dad de la res­pues­ta inmu­ne indu­ci­da en huma­nos cuando
comien­ce el ensa­yo clí­ni­co. La vacu­na­ción per­si­gue inducir
anti­cuer­pos espe­cí­fi­cos por la pro­teí­na viral RBD, con capacidad
neu­tra­li­zan­te, lo que sig­ni­fi­ca que dichos anti­cuer­pos blo­queen la
entra­da del virus a la célu­la hos­pe­de­ra”, expli­có Sánchez
Ramírez.

“Todas esas téc­ni­cas se mon­ta­ron en el CIM y hoy con­ta­mos con
una bate­ría de téc­ni­cas ana­lí­ti­cas que van a per­mi­tir sustentar
tam­bién el desa­rro­llo bio­tec­no­ló­gi­co en este momen­to de la
COVID-19”, precisó.

Tan­to el área de inves­ti­ga­cio­nes como la de desa­rro­llo y calidad
del CIM se invo­lu­cra­ron inme­dia­ta­men­te en este pro­yec­to. “Nos hemos
dedi­ca­do com­ple­ta­men­te a la vacu­na con­tra la COVID-19, lo cual nos ha
per­mi­ti­do avan­zar muy rápi­do. Ha sido una nue­va for­ma de trabajar,
que le ha per­mi­ti­do a la gen­te ganar en expe­rien­cia”, apun­tó la
direc­to­ra de Inmu­no­lo­gía e Inmu­no­te­ra­pia de la institución
habanera.

Todas las vacu­nas que han ido tan rápi­do, deben sus pro­gre­sos a
que se han mon­ta­do en pla­ta­for­mas tec­no­ló­gi­cas, dijo la científica.
Foto: Cor­te­sía de la entrevistada.“La pala­bra plataforma
tec­no­ló­gi­ca es muy impor­tan­te en todo esto”, insistió.

Todas las vacu­nas que han ido tan rápi­do, deben sus pro­gre­sos a
que se han mon­ta­do en pla­ta­for­mas tec­no­ló­gi­cas. “Es decir, que la
mayor par­te de lo que lle­va el com­po­nen­te vacu­nal ya había sido
usa­do como vacu­na para otras enfer­me­da­des. Las agen­cias regulatorias
ya tie­nen expe­dien­tes que demues­tran que no es tóxi­co, a par­tir de
mode­los en ani­ma­les y en huma­nos. De mane­ra que lo úni­co nuevo
que se está incor­po­ran­do es la pro­teí­na del virus, y eso acortó
mucho la posi­bi­li­dad de lle­gar a la clínica”.

El CIM tie­ne la pla­ta­for­ma de pro­duc­ción de proteína
recom­bi­nan­te en célu­las de mamí­fe­ros, con pla­ta­for­mas de biología
mole­cu­lar para esto, y cul­ti­vo celu­lar. Ade­más, cuen­ta con las
capa­ci­da­des pro­duc­ti­vas que van a per­mi­tir pro­du­cir las dosis de
vacu­nas que Cuba nece­si­te, ase­gu­ró la experta.

Todas las bate­rías de exá­me­nes como la cito­me­tría de flu­jo, los
ensa­yos Eli­sa, entre otros, para eva­luar las mues­tras de los
pacien­tes, van a per­mi­tir acom­pa­ñar el pro­ce­so de ensa­yo clínico,
aun­que muchas de estas prue­bas no se van a hacer en el CIM, sino en
otras ins­ti­tu­cio­nes como el Cen­tro de Inmunoensayo.

“El hecho de mon­tar la ana­lí­ti­ca te per­mi­te, cuando
escri­bes cómo se hace, poder pasár­se­la a otra ins­ti­tu­ción, y
ade­más posi­bi­li­ta eva­luar qué está pasan­do con los modelos
ani­ma­les. Inclu­so, en el CIM se ha mon­ta­do la ana­lí­ti­ca para poder
libe­rar regu­la­to­ria­men­te la pro­teí­na. Es decir, esto que estamos
pro­du­cien­do es lo que es, y para poder afir­mar esto, hubo que montar
téc­ni­cas que no existían”.

“Hay que decir, ade­más, que en el mun­do la información
cien­tí­fi­ca sobre el SARS-CoV‑2 ha esta­do dis­po­ni­ble. Los
artícu­los de ayer están acce­si­bles hoy para toda la comunidad
cien­tí­fi­ca. Eso ha sido algo revo­lu­cio­na­rio tam­bién. Hoy no estamos
tenien­do que pagar para acce­der a la infor­ma­ción cien­tí­fi­ca; por
tan­to, el nivel de actua­li­za­ción depen­de de que ten­gas la capacidad
para bus­car el tiem­po para estu­diar”, agregó.

Para Sán­chez Ramí­rez, “gra­cias al uso que hemos hecho de esa
infor­ma­ción que sale dia­ria­men­te en la lite­ra­tu­ra cien­tí­fi­ca, hemos
logra­do, a nues­tro jui­cio, hacer un buen dise­ño del pro­duc­to y
cree­mos en el éxi­to en este momento”.

Ensa­yos clí­ni­cos fase I/​II: Sobe­ra­na 01

“Esta­mos empe­zan­do aho­ra una nue­va eta­pa de la investigación
cien­tí­fi­ca, que es la fase clí­ni­ca, a par­tir de la apro­ba­ción del
Cen­tro para el Con­trol Esta­tal de Medi­ca­men­tos, Equi­pos y
Dis­po­si­ti­vos Médi­cos (Cec­med) . En esta eta­pa, el candidato
vacu­nal tie­ne que demos­trar en ensa­yos clí­ni­cos con huma­nos su
capa­ci­dad de indu­cir una res­pues­ta inmu­ne pro­tec­to­ra con­tra el virus
SARS-CoV‑2”, refi­rió la doc­to­ra Gar­cía Rivera.

De acuer­do con la infor­ma­ción publi­ca­da en el Regis­tro Público
Cubano de Ensa­yos Clí­ni­cos, el estu­dio, nom­bra­do Sobe­ra­na 01,
será alea­to­ri­za­do, con­tro­la­do, adap­ta­ti­vo y mul­ti­cén­tri­co y tiene
el pro­pó­si­to de eva­luar la segu­ri­dad, reac­to­ge­ni­ci­dad e
inmu­no­ge­ni­ci­dad del can­di­da­to en un esque­ma de dos dosis.

La infor­ma­ción sos­tie­ne que el reclu­ta­mien­to para el ensayo
comen­za­rá el pró­xi­mo 24 de agos­to y se exten­de­rá has­ta el 31 de
octu­bre. La mues­tra inclui­rá a 676 per­so­nas de entre 19 y 80 años,
sin alte­ra­cio­nes clí­ni­ca­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vas y que otor­guen por
escri­to su con­sen­ti­mien­to infor­ma­do de par­ti­ci­pa­ción en el estudio.
En cada inter­ven­ción se con­for­ma­rán dos gru­pos eta­rios, uno de
19 – 59 años y otro de 60 – 80 años.

Para la pri­me­ra eta­pa del ensa­yo se espe­ra que la administración
de la vacu­na sea segu­ra, con no más de 5% de indi­vi­duos con eventos
adver­sos gra­ves. En una segun­da eta­pa se desea que la pro­por­ción de
suje­tos con res­pues­ta inmu­ne sea supe­rior en al menos 50% con
res­pec­to al gru­po de control.

Según el Regis­tro Públi­co Cubano de Ensa­yos Clí­ni­cos, el
estu­dio debe con­cluir el 11 de enero y los resul­ta­dos estar
dis­po­ni­bles el 1ro. de febre­ro de 2021, para ser publi­ca­dos el 15 de
febrero.

“La gen­te tie­ne que sen­tir que no es que mañana
vaya­mos a vacu­nar a todo el mun­do, y aun cuan­do estas eta­pas de
ensa­yo clí­ni­co se están dise­ñan­do para que trans­cu­rran de manera
ace­le­ra­da, requie­ren real­men­te un perio­do nece­sa­rio para acumular
toda la evi­den­cia cien­tí­fi­ca que per­mi­ta, en algún momen­to, obtener
la vacu­na”, apun­tó Gar­cía Rivera.

Vacu­nas pre­ven­ti­vas: Cómo lograr resul­ta­dos en tiem­po récordEl
Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacu­nas (IFV) cuen­ta con una pla­ta­for­ma de ciclo
cerra­do: rea­li­za el ciclo com­ple­to de desa­rro­llo de una vacuna
(inves­ti­ga­ción – desa­rro­llo– pro­duc­ción – comer­cia­li­za­ción y
segui­mien­to post­ven­ta) para obte­ner pro­duc­tos des­ti­na­dos a solucionar
pro­ble­mas de salud de la pobla­ción cuba­na y a nivel mundial.

“Esta ins­ti­tu­ción es la empre­sa líder para la investigación,
desa­rro­llo y pro­duc­ción de vacu­nas pro­fi­lác­ti­cas en Cuba”, apuntó
la doc­to­ra en Cien­cias Dag­mar Gar­cía Rivera.

“Here­da­mos la expe­rien­cia de haber desa­rro­lla­do vacu­nas para
otras epi­de­mias en el país, y esa tra­yec­to­ria ha ser­vi­do de base
para afron­tar el desa­rro­llo de un can­di­da­to vacu­nal para la pandemia
de COVID-19”.

El colec­ti­vo de inves­ti­ga­do­res que ha lide­ra­do el candidato
vacu­nal con­tra la COVID-19, Sobe­ra­na, ha desa­rro­lla­do tres
vacu­nas: la vacu­na con­ju­ga­da con­tra el Hae­mophi­lus
influen­zae
 tipo b, la vacu­na VA-MENGOC-BC® y el candidato
vacu­nal con­tra el neu­mo­co­co Quimi-Vio.

Con su vacu­na con­ju­ga­da con­tra el Hae­mophi­lus
influen­zae
 tipo b, al menos 3 400 niños cuba­nos han sido
sal­va­dos en 10 años. Esta bac­te­ria es una de las prin­ci­pa­les causas
de menin­gi­tis en niños pequeños.

Por otra par­te, la vacu­na VA-MENGOC-BC® ha sido uti­li­za­da en el
esque­ma nacio­nal de vacu­na­ción de lac­tan­tes y otros gru­pos de edad,
des­de hace 29 años (a par­tir dfe 1991). Más de 60 millo­nes de dosis
han sido apli­ca­das en Cuba y el mun­do, demos­tran­do una elevada
segu­ri­dad y efectividad.

La vacu­na con­tra el neu­mo­co­co Qui­mi-Vio® cul­mi­nó la evaluación
clí­ni­ca en niños de uno a cin­co años de edad, demostrando
segu­ri­dad y efi­ca­cia. Actual­men­te, se con­ti­núa acu­mu­lan­do la
evi­den­cia clí­ni­ca en otros gru­pos etarios.

“Creo que la for­ma en que noso­tros enfren­ta­mos organizativamente
la con­cep­ción de este can­di­da­to vacu­nal está basa­da en la
expe­rien­cia que tene­mos como ins­ti­tu­ción, here­da­da del colec­ti­vo de
inves­ti­ga­do­res de estos tres pro­duc­tos”, dijo Dag­mar García
Rivera.

A su jui­cio, ello trans­mi­te la segu­ri­dad de que no somos unos
impro­vi­sa­dos en el desa­rro­llo de vacu­nas pre­ven­ti­vas. Que sea
jus­ta­men­te el IFV el que pri­me­ro cer­ti­fi­que un can­di­da­to vacu­nal es
lo más legí­ti­mo, por­que es la ins­ti­tu­ción que está programada
para pen­sar en tér­mi­nos de pre­ven­ción de enfer­me­da­des infecciosas.

Detrás de este logro –recor­da­ron ambas exper­tas– está
el esfuer­zo de cien­tos de tra­ba­ja­do­res de las dos ins­ti­tu­cio­nes en
las áreas de inves­ti­ga­ción, desa­rro­llo, cali­dad, producción,
clí­ni­ca y ser­vi­cios. Todos fue­ron esenciales.

“Hay muchos jóve­nes vin­cu­la­dos a este logro, y es justo
resal­tar su papel”, insistieron.

“Inten­si­fi­ca­mos mucho el tra­ba­jo en las últi­mas sema­nas, para
lograr tener todas las evi­den­cias cien­tí­fi­cas que per­mi­tie­ran la
auto­ri­za­ción del ensa­yo clí­ni­co para el 13 de agos­to, cumpleaños
del Coman­dan­te en Jefe”, comen­tó Gar­cía Rivera.

“Aquí no ha habi­do feria­do, fin de sema­na, la gen­ta tuvo que
dejar de hacer lo coti­diano para invo­lu­crar­se en este pro­yec­to. Hemos
con­vo­ca­do a las mejo­res per­so­nas que tene­mos para hacer lo que haga
fal­ta”, contó.

A la pre­gun­ta de si tuvie­ron dudas de que lle­ga­rían, respondió:
“No. Es que el desa­rro­llo de la bio­tec­no­lo­gía cuba­na ha dado
posi­bi­li­da­des para esto.

“Las capa­ci­da­des cien­tí­fi­cas crea­das por la Revo­lu­ción estaban
ahí, espe­ran­do el reto de tener que hacer esta vacu­na. Este
desa­fío que hemos afron­ta­do nos per­mi­te pre­pa­rar­nos para
con­tin­gen­cias futuras”.

Para la inves­ti­ga­do­ra, otro ele­men­to esen­cial –que ha sido
polí­ti­ca de la Revo­lu­ción tam­bién – , es poder tener sobe­ra­nía a
la hora de dis­po­ner de una vacu­na, para Cuba y para los pueblos
pobres de la región.

“Noso­tros sabía­mos que iba a haber vacu­na en el mundo,
pero otra cosa dife­ren­te es que haya vacu­na para Cuba en el mun­do. Y
la vacu­na que desa­rro­lla­mos es para poder tener noso­tros y para los
pobres; por­que difí­cil­men­te las que se están desa­rro­llan­do ahora
lle­guen de igual for­ma a todos. La opción para los pobres del mundo
pudie­ra ser una vacu­na cubana”.

Gar­cía Rive­ra afir­mó que ha exis­ti­do un estric­to con­trol y
che­queo de la máxi­ma direc­ción del país sobre el avan­ce de estos
pro­gra­mas y se ha tra­ba­ja­do en con­jun­to con la agen­cia regu­la­do­ra. De
hecho, par­te de la ace­le­ra­ción de la tran­si­ción es por­que se
tra­ba­jó des­de el ini­cio con la agen­cia regu­la­do­ra. El haber
dis­cu­ti­do nues­tra estra­te­gia de desa­rro­llo de vacu­na el Cec­med desde
el prin­ci­pio, tam­bién nos ha ayu­da­do a acor­tar estos tiempos”.

“Con­fia­mos en que la vacu­na es segu­ra, aun­que hay que
demos­trar­lo en la fase clí­ni­ca. Por eso, los tres líde­res del
pro­yec­to del IFV toma­mos la deter­mi­na­ción, hace unos 15 días, de
vacu­nar­nos. No es una deci­sión para bus­car méri­to alguno, sino para
ace­le­rar resul­ta­dos. Que noso­tros hoy sepa­mos que tres científicos
toma­ron la deci­sión de vacu­nar­se, y esta­mos vien­do en ellos lo que
va a pasar des­pués en los ensa­yos clí­ni­cos, tam­bién nos hace ver
que el camino que esco­gi­mos es correc­to. Toma­mos esa deci­sión, sobre
todo, por saber que está­ba­mos con­tri­bu­yen­do a hacer algo gran­de y
pien­so que esa es la esen­cia de lo que hemos hecho: una vez más,
esta ins­ti­tu­ción está hacien­do his­to­ria”, afir­mó la científica.

“Esta­mos hablan­do de una vacu­na cuyo obje­ti­vo es pre­ve­nir la
infec­ción del virus. Las per­so­nas no pue­den sen­tir que es la
solu­ción inmi­nen­te a la situa­ción de pan­de­mia que estamos
vivien­do en el mun­do y a la situa­ción par­ti­cu­lar que está
vivien­do el país”.

“Esta noti­cia no sus­ti­tu­ye las medi­das de
dis­tan­cia­mien­to físi­co que han esta­do esta­ble­ci­das por la dirección
del Minis­te­rio de Salud Públi­ca, ni pue­de trans­mi­tir un exce­so de
con­fian­za en la pobla­ción, de pen­sar que la solu­ción la tene­mos a
las puer­tas”, advir­tió Gar­cía Rivera.

“Inclu­so, en el caso de que lográ­ra­mos seguir avan­zan­do de
mane­ra satis­fac­to­ria en la inves­ti­ga­ción, en este pro­yec­to, las
fases de desa­rro­llo clí­ni­co toda­vía son fases que requieren
deter­mi­na­do tiem­po para poder estar en con­di­cio­nes de decir que
ten­dría­mos una vacu­na que pro­te­ge, o que es efec­ti­va con­tra la
enfermedad.

“Cual­quier can­di­da­to vacu­nal requie­re tiem­po, si bien los plazos
en los que se están movien­do los can­di­da­tos vacu­na­les hoy están
sien­do más cor­tos afor­tu­na­da­men­te, por la mis­ma for­ma en la que se
han con­ce­bi­do los pro­duc­tos para ace­le­rar su desa­rro­llo. Pero las
per­so­nas tie­nen que seguir sien­do muy res­pon­sa­bles en su actitud
social, para lograr en todas las aris­tas con­tri­buir al con­trol de la
epi­de­mia en el país”.

Sobe­ra­nía y un inmu­nó­geno con­tra la COVID-19

Con­tar con un inmu­nó­geno con­tra la COVID-19 sig­ni­fi­ca, “pri­me­ro,
que Cuba esta­ría en el selec­to gru­po de paí­ses que cuents
poten­cial­men­te con la capa­ci­dad de desa­rro­llar un candidato
vacu­nal. No son muchos los paí­ses en el mun­do que tienen
capa­ci­dad cien­tí­fi­ca y tec­no­ló­gi­ca, la com­bi­na­ción de estas
poten­cia­li­da­des”, dijo Gar­cía Rivera.

“El pro­pio sur­gi­mien­to de la bio­tec­no­lo­gía cuba­na y la visión
del Coman­dan­te en Jefe Fidel Cas­tro, hizo que nuestras
ins­ti­tu­cio­nes com­bi­na­ran la capa­ci­dad cien­tí­fi­ca con la
capa­ci­dad tec­no­ló­gi­ca, una alian­za que no nece­sa­ria­men­te funciona
así en todas las ins­ti­tu­cio­nes cien­tí­fi­cas del mun­do. A veces
exis­te mucha capa­ci­dad cien­tí­fi­ca en deter­mi­na­das instituciones,
pero no son capa­ces de cerrar ciclos por­que no se com­ple­men­tan con
las capa­ci­da­des tec­no­ló­gi­cas nece­sa­rias. No es el caso de la
bio­tec­no­lo­gía cuba­na, por­que jus­ta­men­te Fidel con­ci­bió el
desa­rro­llo de este sec­tor en Cuba des­de la pre­mi­sa de combinar
inves­ti­ga­cion con pro­duc­ción, y ello ha sido siem­pre una
for­ta­le­za”, explicó.

Para la entre­vis­ta­da, es un gran orgu­llo para la ciencia
cuba­na estar en el selec­to gru­po de paí­ses que tie­nen pro­yec­tos de
inves­ti­ga­ción en el cam­po de las vacu­nas pre­ven­ti­vas contra
COVID-19.

Hay actual­men­te más de 200 can­di­da­tos vacu­na­les en el mun­do en
estu­dio. Cuba ya tie­ne el suyo, con noti­cias que podrían ser
espe­ran­za­do­ras, en un cen­tro como el Ins­ti­tu­to Fin­lay de Vacu­nas, con
sobra­da expe­rien­cia y pro­duc­tos de pro­ba­da efec­ti­vi­dad y seguridad.

“Lle­ga­re­mos has­ta don­de sea capaz de lle­var­nos nues­tro talento,
nues­tra con­sa­gra­ción, nues­tro esfuer­zo en ese camino”, dijo García
Rivera.

“Sobe­ra­na” es una feliz reali­dad, que sigue empu­jan­do la
cien­cia cuba­na a mayo­res conquistas.

Cuba
Debate

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