Sudán. Prohi­bió la muti­la­ción geni­tal femenina

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de julio de 2020

El Con­se­jo Sobe­rano, la máxi­ma auto­ri­dad del gobierno del Sudán, apro­bó una ley que pena­li­za la muti­la­ción geni­tal feme­ni­na, una prác­ti­ca ances­tral muy exten­di­da en el país, que orga­ni­za­cio­nes de todo el mun­do luchan por erra­di­car. Este tipo de pro­ce­di­mien­tos, que repre­sen­tan una fla­gran­te vio­la­ción a los dere­chos huma­nos y afec­ta niñas y muje­res prin­ci­pal­men­te en Áfri­ca, Orien­te Medio y Asia, son dura­men­te cues­tio­na­dos por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud.

El Con­se­jo, inte­gra­do por auto­ri­da­des mili­ta­res y civi­les, apro­bó una serie de leyes, entre ellas la que tipi­fi­ca como deli­to la abla­ción feme­ni­na, una prác­ti­ca que “aten­ta con­tra la dig­ni­dad de la mujer”, según espe­ci­fi­có el Minis­te­rio de Jus­ti­cia en un comunicado.

La OMS deno­mi­na muti­la­ción feme­ni­na a todos los pro­ce­di­mien­tos con­sis­ten­tes en la resec­ción par­cial o total de los geni­ta­les exter­nos feme­ni­nos, así como otras lesio­nes de los órga­nos geni­ta­les feme­ni­nos por moti­vos no médicos. 

Según el tex­to de la nue­va ley de Sudán, “la muti­la­ción de los órga­nos geni­ta­les de la mujer está aho­ra con­si­de­ra­da como un cri­men” y “cual­quier per­so­na que la haga será con­de­na­da a una pena de has­ta tres años de cár­cel”. Ade­más, la clí­ni­ca o el lugar don­de se reali­ce la abla­ción podrán ser cerrados.

Las otras medi­das anun­cia­das inclu­ye­ron la eli­mi­na­ción del deli­to de apos­ta­sía (que esta­ba pena­do con la muer­te) y los azo­tes como méto­do de cas­ti­go; se per­mi­te la libre cir­cu­la­ción de las muje­res, tam­bién con sus hijos (antes nece­si­ta­ban el per­mi­so de un hom­bre), y se libe­ró el con­su­mo de alcohol para no musulmanes.

Este anun­cio lle­ga más de un año des­pués de la caí­da en abril de 2019 del régi­men de Omar el Beshir, bajo pre­sión de una revuel­ta popu­lar. Beshir, que gober­nó el país duran­te 30 años tras un gol­pe de Esta­do apo­ya­do por los isla­mis­tas, había des­car­ta­do un pro­yec­to de ley con­tra la abla­ción en 2015.

Las muje­res suda­ne­sas desem­pe­ña­ron un papel de pri­mer plano en la revuel­ta que lle­vó, des­pués de la caí­da de Beshir, aho­ra encar­ce­la­do, a la for­ma­ción en agos­to de 2019 de un gobierno de tran­si­ción hacia un poder civil.

Qué es la ablación

La abla­ción, que pue­de ser mor­tal en algu­nos casos, es vis­ta aún como un acto “ritual” en Sudán y nue­ve de cada diez muje­res fue­ron víc­ti­mas de esta prác­ti­ca, según Nacio­nes Uni­das. Tam­bién se la lle­va a cabo en muchos paí­ses de Áfri­ca, Orien­te Medio y Asia, espe­cial­men­te en el medio rural.

“Esta prác­ti­ca no es solo una vio­la­ción de los dere­chos de las muje­res, sino que tie­ne gra­ves con­se­cuen­cias para la salud físi­ca y men­tal”, seña­ló Abdu­la Fadil, repre­sen­tan­te de la Uni­cef en Jartum. 

Según los defen­so­res de los dere­chos de las muje­res, la cri­mi­na­li­za­ción de la prác­ti­ca solo será una eta­pa de un lar­go pro­ce­so que lle­va­ría a su des­apa­ri­ción. En Sudán, la abla­ción aumen­tó en estas tres últi­mas déca­das en regio­nes don­de ya no se prac­ti­ca­ba, como en las mon­ta­ñas de Nubia, al nor­te del país.

En mar­zo pasa­do, mili­tan­tes suda­ne­sas se mos­tra­ron decep­cio­na­das por el poco inte­rés de las auto­ri­da­des en mejo­rar sus dere­chos, y pidie­ron la abo­li­ción o la enmien­da de varias leyes con­si­de­ra­das discriminatorias.

Entre la legis­la­ción que men­cio­na­ron, se inclu­yó la baja repre­sen­ta­ción de las muje­res en el gobierno, la caren­cia de una ley que cri­mi­na­li­ce el hos­ti­ga­mien­to sexual y la exis­ten­cia de la ley sobre el esta­tu­to per­so­nal de 1991, ins­pi­ra­da en la sha­ria (ley islá­mi­ca), que posi­bi­li­ta dar en matri­mo­nio niñas de diez años y no pre­vé el con­sen­ti­mien­to de la mujer en los con­tra­tos matrimoniales.

Fuen­te: Pági­na 12

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