Pue­blos Ori­gi­na­rios. Moi­ra Millán: «El pue­blo mapu­che es un blan­co don­de dis­pa­ran todas las balas de todos los Estados”

Por Car­los Azná­rez y María Torre­llas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de julio de 2020.

Habla­mos con Moi­ra Millán de la gra­ve situa­ción que ha traí­do la gue­rra bac­te­rio­ló­gi­ca pero no solo por tra­tar­se de una enfer­me­dad con­ta­gio­sa que se sufre a esca­la glo­bal sino tam­bién por­que el accio­nar impu­ne de los pode­ro­sos, sean las gran­des empre­sas mine­ras que des­tru­yen la tie­rra o los defo­res­ta­do­res seria­les que abun­dan en la Pata­go­nia. Esos que han apro­ve­cha­do la cua­ren­te­na para seguir hacien­do de las suyas. 

Con­si­de­ra­da una wei­cha­fe (gue­rre­ra) Moi­ra denun­cia no sólo lo que le ocu­rre a su pue­blo mapu­che sino la situa­ción de des­po­jo, repre­sión poli­cial y mal tra­to a muje­res indí­ge­nas y pue­blos ori­gi­na­rios de dis­tin­tos pun­tos del país.

-Vamos a hablar un poco sobre cómo ven uste­des, las Muje­res Indí­ge­nas por el Buen Vivir, esta situa­ción que se ha des­en­ca­de­na­do en esta gue­rra bac­te­rio­ló­gi­ca, pero tam­bién este plan de dis­ci­pli­na­mien­to glo­bal, qué tipo de reac­cio­nes está des­en­ca­de­nan­do en ustedes.

-Noso­tras lo per­ci­bi­mos como una gue­rra de baja inten­si­dad sobre los pue­blos, es una gue­rra que está tenien­do muchas muer­tes que no están rela­cio­na­das direc­ta­men­te con el COVID19. Es una gue­rra que tie­ne repre­sio­nes fuer­tes y visi­bles. Por ejem­plo, en el nor­te del país, con la poli­cía. Como el caso de la her­ma­na del pue­blo Tapie­te de la Pro­vin­cia de Sal­ta que denun­cia a la poli­cía de la comi­sa­ria 42 de la ciu­dad de Tar­ta­gal que lle­gan borra­chos a la comu­ni­dad y empie­zan a tiro­tear como una pelí­cu­la de acción. Tiro­tea­ron por­que esta­ban ebrios y se ensa­ñan con­tra la vivien­da de ella, por­que es una her­ma­na que per­ma­nen­te­men­te denun­ció el accio­nar repre­si­vo de la poli­cía y las injus­ti­cias que ella vive. Estos poli­cías la ame­na­zan con vio­lar­la y matar­la. Empe­za­mos a mover­nos des­de el Movi­mien­to de muje­res indí­ge­nas para que la fis­ca­lía tome esa gran denun­cia, pero nos dicen que la jus­ti­cia está en rece­so y feria judi­cial. Enton­ces acu­di­mos al Minis­te­rio de la Mujer, que jus­ta­men­te ha estre­na­do, fla­man­te­men­te un área de pue­blos ori­gi­na­rios a car­go de Veró­ni­ca Hui­li­pán. Le pedi­mos a ella que tra­mi­te una audien­cia o turno para que nues­tra her­ma­na vaya a decla­rar y para que tam­bién le admi­tan un peri­to tra­duc­tor. Argen­ti­na ha rati­fi­ca­do el tra­ta­do inter­na­cio­nal por los dere­chos lin­güís­ti­cos y des­pués no los cum­ple. Va la her­ma­na, no habla bien en cas­te­llano, los tra­ba­ja­do­res de la jus­ti­cia escri­ben cual­quier cosa y final­men­te no se logra hacer jus­ti­cia. Esta­mos pidien­do el acom­pa­ña­mien­to de un peri­to tra­duc­tor. Pero no se están movien­do los dis­tin­tos esta­men­tos o áreas que se debe­rían mover para pro­te­ger nues­tros dere­chos, como el INAI y el minis­te­rio. Recién aho­ra que nos movi­mos y ame­na­za­mos con hacer medi­das seve­ras empe­za­ron a moverse.

-Por lo que estás con­tan­do, la cua­ren­te­na para algu­nos ha ser­vi­do de excu­sa para seguir avan­zan­do en vio­la­cio­nes de los dere­chos de quie­nes más sufren, sean pobla­do­res humil­des o muje­res indígenas…

-¿Qué esta­mos vien­do? Que esta cua­ren­te­na ha sido la excu­sa per­fec­ta para el avan­ce de los megas pro­yec­tos extrac­ti­vis­tas, de saqueo, con­ta­mi­na­ción, robo y siem­bra de la muer­te. Todos los acuer­dos inter­na­cio­na­les que está dan­do el gobierno, por ejem­plo, esto que denun­ciá­ba­mos, «Argen­ti­na con­tra el ham­bre», final­men­te ter­mi­nan fir­man­do un acuer­do millo­na­rio con Bill Gates y con todos los que en reali­dad nos están matan­do. Y eso no es una reso­lu­ción para la ali­men­ta­ción de los sec­to­res más crí­ti­cos. Tene­mos una her­ma­na den­tro del movi­mien­to que nos dio su diag­nós­ti­co hace tres días, el médi­co le dijo que tie­ne des­nu­tri­ción cró­ni­ca, tie­ne sus hue­sos afec­ta­dos por osteo­po­ro­sis y des­cal­ci­fi­ca­ción. Si no revier­te su ali­men­ta­ción, si no empie­za a comer, algo tan ele­men­tal como esto, comer, va a morir. Esas muer­tes no están con­ta­bi­li­za­das, esas no te las infor­man en tele­vi­sión. Enton­ces ¿qué esta­mos vivien­do? Esta­mos vien­do una situa­ción muy par­ti­cu­lar, por­que la vio­len­cia ha recru­de­ci­do, hay un silen­cia­mien­to alre­de­dor de eso y no hay nin­gún tipo de herra­mien­tas para poder orga­ni­zar­nos masi­va­men­te y salir a la calle, por­que han ins­ta­la­do el terror como méto­do efi­caz de auto­cuar­te­la­mien­to. Efi­caz para que los pue­blos teman salir a la calle. Enton­ces tene­mos que ser crea­ti­vas para poder denun­ciar, visi­bi­li­zar y pre­sio­nar, pero este terri­ci­dio que se está lle­van­do ade­lan­te, no solo en Argen­ti­na, sino en el mun­do, es de una cruel­dad y una efi­ca­cia terri­ble. Me pre­gun­to siem­pre cómo es que la huma­ni­dad lle­gó a esta situa­ción, cómo lle­ga­mos a este nivel de domesticación.

-Recien­te­men­te escri­bías y aler­ta­bas sobre el tema de lo que esta­ba ocu­rrien­do allí en la Pata­go­nia, la mega­mi­ne­ria avan­za y apro­ve­cha esto para seguir ganan­do terreno. ¿Cómo ves esta situa­ción y qué res­pues­tas están pen­san­do uste­des para la eta­pa de la «nue­va nor­ma­li­dad» que están anun­cian­do con bom­bos y platillos?

-La situa­ción es gra­ví­si­ma, suma­men­te preo­cu­pan­te, si no logra­mos que todo el país des­pier­te con lo que está pasan­do, los cos­tos ambien­ta­les van a ser irre­me­dia­bles. Lamen­ta­ble­men­te la cua­ren­te­na ha per­mi­ti­do que las empre­sas mine­ras ten­gan luz ver­de abso­lu­ta y con todo el apa­ra­to de segu­ri­dad, digo apa­ra­to repre­si­vo, ope­ran­do como sica­rios de las empre­sas. Cuan­do las comu­ni­da­des sal­ta­mos y denun­cia­mos sale la poli­cía a repri­mir. Nos preo­cu­pa muchí­si­mo, cómo están avan­zan­do en los terri­to­rios sin con­sul­ta. Lle­gan en cual­quier hora­rio, una her­ma­na con­ta­ba que en la madru­ga­da sin­tió movi­mien­tos y le lla­mo la aten­ción, se mon­tó a caba­llo y se encon­tró con camio­nes y máqui­nas que no tenían que estar ahí y que no tenían per­mi­so y ellas no tenían idea de ese atro­pe­llo. Ope­ran como ladro­nes a la noche. Esa noche oscu­ra, de terror que han impues­to como mor­ta­ja al mun­do, la uti­li­zan ellos para ate­mo­ri­zar. Esta­mos vien­do una sole­dad ins­ti­tu­cio­nal­men­te terri­ble, el Esta­do es cóm­pli­ce de esto. No pode­mos pedir­le jus­ti­cia al Esta­do por­que es el que lo per­mi­te. Los gobier­nos cam­bian, pero la situa­ción de los pue­blos indí­ge­nas no varía, es siem­pre la mis­ma. El geno­ci­dio continúa.

-¿Cómo estás vien­do el tema del otro lado de la cor­di­lle­ra, la lucha mapu­che por los pre­sos? Está el caso del machi Celes­tino Cor­do­va, que está ponien­do el cuer­po jun­to con el res­to, pero esta­mos hablan­do de un machi que está plan­tean­do lle­gar has­ta las últi­mas con­se­cuen­cias si no se atien­den los recla­mos.

-La cruel­dad del Esta­do chi­leno es his­tó­ri­ca. Hace tiem­po escri­bía para un medio chi­leno, que los nom­bres varían, pero siem­pre es el mis­mo pue­blo. Hace tiem­po está­ba­mos bre­gan­do por la machi Fran­cis­ca Lin­co­nao, antes por Patri­cio Tron­co­so Robles, siem­pre alguno de los nues­tros expo­ne su cuer­po, su vida a nive­les extre­ma­da­men­te ries­go­sos y tene­mos can­ti­dad de ase­si­na­dos. Y esto se debe a que hay un mun­do, hay Nacio­nes Uni­das, Esta­dos-nacio­nes que son cóm­pli­ces del accio­nar del Esta­do chi­leno. Lamen­ta­ble­men­te lo que no se ter­mi­na de cons­truir, y es una crí­ti­ca inter­na al pue­blo mapu­che, lo que no se ter­mi­na de cons­truir, es el sen­tir como una sola nación. Es tirar las barre­ras que nos sepa­ran, es tirar las fron­te­ras que se levan­tan por el esta­do argen­tino y el Esta­do chi­leno. Todos ten­dría­mos que salir por lo que les está pasan­do en Wall Mapu, somos tes­ti­gos de que hemos ido a la emba­ja­da chi­le­na pero cuan­do pasan cosas acá, no van a la emba­ja­da de allá. Enton­ces, nos está fal­tan­do cohe­sio­nar­nos, pen­sar que somos una sola nación que nues­tras ances­tras y ances­tros cabal­ga­ban de un lado al otro de la cor­di­lle­ra, del Pací­fi­co al Atlán­ti­co, todo eso era la Wall Mapu y en todo ese terri­to­rio tene­mos el dere­cho a habi­tar. Enton­ces para poder lograr la libre deter­mi­na­ción, tene­mos que tirar aba­jo los alam­bra­dos cere­bra­les que plan­tó como lími­tes el Esta­do nación. Eso es una tarea difí­cil. Se va hacien­do de a poco, len­ta­men­te. Me pare­ce que van a seguir ata­can­do al pue­blo mapu­che, por­que el plan­tea­mien­to que tene­mos como pue­blo mapu­che es un plan­tea­mien­to de carác­ter ente­ra­men­te polí­ti­co social, es un plan­tea­mien­to sis­té­mi­co. Esta­mos plan­tean­do una nue­va for­ma de habi­tar el mun­do. Esta­mos cons­tru­yen­do alter­na­ti­va a una matriz civi­li­za­to­ria. Por supues­to este sis­te­ma quie­re ins­ta­lar­nos el terror y el mie­do, quie­re el desahu­cio, la desa­zón, el sen­tir de que para qué vamos a luchar si no hay opor­tu­ni­dad de nada, nos quie­ren con­ven­cer que esta cul­tu­ra domi­nan­te se que­dó y que vamos a lle­gar al final con esta cul­tu­ra. Y no. Hay espe­ran­zas, hay opor­tu­ni­da­des, hay comu­ni­da­des que hemos vivi­do mile­na­ria­men­te de otro modo y aho­ra pode­mos arti­cu­lar­nos y hacer una sín­te­sis entre los dis­tin­tos sec­to­res no indí­ge­nas que al igual que noso­tros quie­ren una Revo­lu­ción ver­da­de­ra y pro­fun­da para cons­truir una nue­va huma­ni­dad para poder dar­le un futu­ro a este pla­ne­ta. Sobre todo, a la huma­ni­dad en este pla­ne­ta. El pue­blo mapu­che es un blan­co don­de dis­pa­ran todas las balas de todos los Estados.

-Nos comen­ta­bas tam­bién, el gra­ve caso de una chi­ca que es fami­liar de Facun­do Jones Huala.¿Por qué no nos con­tás qué denun­cia están hacien­do ustedes?

-Una machi es una per­so­na que tie­ne su rewe para hacer medi­ci­na, pero no se asu­me en ple­ni­tud, está en pro­ce­so, ese pro­ce­so don­de ella va cami­nan­do, tie­ne que hacer­lo con otra machi que ya vie­ne tra­ba­jan­do hace tiem­po su rol de machi. Esa machi la ins­tru­ye, le da medi­ci­na, tam­bién ella tie­ne que estar en terri­to­rio don­de se está for­man­do como machi. Tie­ne que estar en su rewe. Esta joven machi Mau Jones, ella vino en el mes de mar­zo, jun­to con la machi que la está pre­pa­ran­do, vino a aten­der pacien­tes acá en Wall mapu y se acer­có a visi­tar a su fami­lia. En ese momen­to cae la cua­ren­te­na y el Esta­do argen­tino la deja secues­tra­da prác­ti­ca­men­te, no le per­mi­te regre­sar sien­do que ella se ha matri­mo­nia­do legal­men­te con un comu­ne­ro mapu­che, tie­ne libre­ta de matri­mo­nio, tie­ne su trá­mi­te, podía dar tes­ti­mo­nio que hace tiem­po que está vivien­do en Wall Mapu y no la deja­ron salir. Actual­men­te, acá en Chu­but pode­mos tran­si­tar libre­men­te por­que no hay casos de COVID, se tra­mi­tan per­mi­sos espe­cia­les para pro­vin­cia y nación para el retorno a casa, ella le está pidien­do al Esta­do el dere­cho a estar con su mari­do, en su casa, en Wall Mapu, en Temu­co, para vivir la cua­ren­te­na y el Esta­do no le está dan­do per­mi­so. El esta­do nos mien­te, dicen que ella pue­de ir has­ta la fron­te­ra y el pro­ble­ma lo tie­ne Chi­le. Pero no, cuan­do sale de la loca­li­dad de Esquel y la poli­cía le pre­gun­ta cuál es el pun­to final, la hacen retor­nar. Cree­mos que lo que está suce­dien­do es el estig­ma de su ape­lli­do, es Jones. Segu­ra­men­te el Esta­do argen­tino ha hecho una lis­ta con todos los posi­bles refe­ren­tes “peli­gro­sos». Pero el gobierno se ha encar­ga­do aún más de estig­ma­ti­zar­nos y per­se­guir­nos. Enton­ces, el Esta­do y todos los gobier­nos, por­que no está Macri gober­nan­do, pero está Fer­nán­dez, y la machi está acá. Explí­quen­me cómo suce­de eso. Es real­men­te, para noso­tras un cla­ro acto de persecución.

-Todo indi­ca­ría que el Esta­do no se quie­re hacer car­go de la serie inaca­ba­ble de abu­sos poli­cia­les y crí­me­nes de «gati­llo fácil» que vie­nen ocu­rrien­doi. Esta­mos ante un nue­vo caso, de des­apa­ri­ción for­za­da. Es impor­tan­te una refle­xión tuya sobre el caso de Facun­do Cas­tro, pero tam­bién el del cri­men por la Gen­dar­me­ría del joven Facun­do Scal­zo, o el de Espi­no­za y tam­bién todas las muje­res que en el mar­co de esta cua­ren­te­na son ase­si­na­das, sin que los gran­des medios hagan algo más que gene­rar el mor­bo, por­que solo lle­gan has­ta ahí.

-La impu­ni­dad se ali­men­ta de la indi­fe­ren­cia. Hay un sec­tor enor­me que tie­ne mani­pu­la­da la con­cien­cia y deci­de no des­per­tar, no quie­re des­per­tar y no quie­re com­pro­me­ter­se con la ver­dad. Lamen­ta­ble­men­te, este gran sec­tor con­tri­bu­ye a este nivel de impu­ni­dad, se mue­van las fuer­zas de segu­ri­dad se mue­van los gobier­nos, per­mi­tien­do des­apa­ri­cio­nes, per­mi­tien­do ase­si­na­tos, per­mi­tien­do toda cla­se de abu­sos. Creo en la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos, creo que cuan­do los gobier­nos y los Esta­dos vicia­dos de corrup­ción e inmo­ra­li­dad, des­hu­ma­ni­za­ción y atro­ci­da­des sig­ni­fi­can ya una cla­ra ame­na­za a los pue­blos, los pue­blos tene­mos dere­chos de auto­go­ber­nar­nos. Por eso es indis­pen­sa­ble auto­cui­dar­nos, pro­te­ger nues­tros dere­chos, nues­tros terri­to­rios, nues­tros hijos. Argen­ti­na va a salir de esta cua­ren­te­na con una cri­sis social y eco­nó­mi­ca tre­men­da y va a ser bisa­gra para ver qué rum­bo tomar. Y ahí va a ser muy impor­tan­te el rol de los pue­blos que veni­mos con una prác­ti­ca de auto­no­mía, si se quie­re, a pesar de la repre­sión, de bre­gar por nues­tra segu­ri­dad. Van a ser nece­sa­rios gran­des par­la­men­tos por el buen vivir, gran­des asam­bleas don­de los pue­blos que habi­ta­mos estas par­tes del mun­do con­sen­sue­mos cómo pro­te­ger­nos, cómo habi­tar, cómo sacar­nos de enci­ma a los hace­do­res de la muer­te que están por todos lados con la venia de este gobierno. Seguir cre­yen­do en este mode­lo de demo­cra­cia que lo úni­co que hace es seguir los intere­ses de las empre­sas de los que vie­nen a matar­nos, me pare­ce que es un infan­ti­lis­mo, de una ino­cen­cia y te diría has­ta de com­pli­ci­dad. Des­per­te­mos y vea­mos como empe­za­mos a gene­rar auto­go­bierno y autodeterminación.

-El filó­so­fo boli­viano Rafael Bau­tis­ta que diri­gía el taller de des­co­lo­ni­za­ción de Boli­via seña­la que de esta colo­ni­za­ción bru­tal del 1¨% de los ricos, nos va a sal­var el fac­tor espi­ri­tual. El fac­tor des­de la visión aima­ra y que­chua, la ances­tra­li­dad, la medi­ci­na natu­ral, ori­gi­na­ria, que está sien­do ata­ca­da por los gran­des labo­ra­to­rios far­ma­ceú­ti­cois, por­que no quie­ren que esa medi­ci­na sea la sal­va­ción. Aunan­do esto, con los que están hacien­do los pue­blos de la Ama­zo­nia, don­de dicen que sus medi­ci­nas pue­den ali­viar a sus pue­blos. ¿Qué refle­xión hacen uste­des como comu­ni­dad ori­gi­na­ria con esa espiritualidad?

-El Movi­mien­to de muje­res indí­ge­nas por el Buen Vivir está hacien­do un semi­na­rio, y uno de los temas que suge­rí hablar es reli­gio­nes opre­so­ras ver­sus espi­ri­tua­li­da­des clan­des­ti­nas. Quie­ro expli­car que esto es estruc­tu­ral. Hace tiem­po, esta­mos por armar la cam­pa­ña del “chi­neo», se sumó una mujer aca­dé­mi­ca, una espe­cia­lis­ta en “chi­neo». Se sumó al movi­mien­to y a los pocos días per­dió toda la docu­men­ta­ción, per­dió todo. No sabe cómo, pero fue así. No sabe, le lle­va­ron solo eso, la docu­men­ta­ción. Esta­ba deses­pe­ra­da, tenía pla­ta, pero se le lle­va­ron la docu­men­ta­ción. Le dije, fula­ni­ta, tene­mos que hacer una cere­mo­nia por vos, para pro­te­ger­te. Te sumas­te a un sec­tor que está en la mira. Por eso digo que la lucha es pri­me­ro espi­ri­tual y des­pués polí­ti­ca. Por­que esta­mos pelean­do con sec­to­res tan oscu­ros, tan per­ver­sos, que tie­ne un cla­ro cono­ci­mien­to de la espi­ri­tua­li­dad de los pue­blos, enton­ces, saben que es el úni­co poder que ellos no pue­den mani­pu­lar y por eso nece­si­tan eli­mi­nar­lo. Toda per­so­na que se acer­ca, la van deli­mi­tan­do de dife­ren­tes for­mas. Nues­tro poder espi­ri­tual sana. Esta­mos cere­mo­nian­do un mon­tón en los terri­to­rios. Entien­do que el terri­to­rio es el que defi­ne la lucha, su espi­ri­tua­li­dad. Cuan­do hablo de terri­to­rio, no hablo solo de per­so­nas o de eco­sis­te­mas, hablo de las fuer­zas de la natu­ra­le­za. Nos han pasa­do cosas gra­ves, que nos han sacu­di­do. Vamos a seguir salien­do a luchar por la natu­ra­le­za, por­que si no cum­pli­mos nos van a cas­ti­gar, y no los Esta­dos. Esta espi­ri­tua­li­dad esta codi­fi­ca­da en el pen­sa­mien­to de cada pue­blo y lo que no encuen­tro es la mane­ra, el cómo apor­tar, cons­truir y com­par­tir con los no indí­ge­nas ese pen­sa­mien­to que ya vie­ne codi­fi­ca­do ances­tral­men­te. Cuan­do lo com­par­ti­mos con los no indí­ge­nas lo vacían de con­te­ni­do. Tien­den a inter­pre­tar­lo des­de sus pers­pec­ti­vas aca­dé­mi­cas, a veces, reli­gio­sas cris­tia­nas u otras, y es como decep­cio­nan­te. Pri­me­ro habría que vaciar cada espí­ri­tu colo­ni­za­do para que pue­dan reci­bir esto que que­re­mos dar. Es muy difí­cil. Sien­to que los pue­blos pode­mos for­ta­le­cer­nos, pero no se cómo lograr lo mis­mo, el for­ta­le­ci­mien­to espi­ri­tual en los pue­blos crio­llos. Y real­men­te amo al pue­blo argen­tino y me gus­ta­ría que abran los puer­tos de per­cep­ción, pero no sé cómo se pue­de lograr.

Itu­rria /​Fuen­te

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