Perú. Vol­vien­do al pasa­do pre pandemia

Por Mil­cía­des Ruiz*/ Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de julio de 2020

Esta­mos vivien­do las con­se­cuen­cias de nues­tro mal pro­ce­der, por la codi­cia capi­ta­lis­ta que no repa­ra en aten­tar con­tra la natu­ra­le­za, al extre­mo de pro­vo­car su reac­ción vio­len­ta. Esto se ha repe­ti­do una y otra vez y pese al geno­ci­dio viral, se insis­te en vol­ver a lo mis­mo, tan lue­go se abren las puer­tas del refu­gio. Se vuel­ve a cla­mar por la mine­ría de alta con­ta­mi­na­ción como solu­ción eco­nó­mi­ca. ¿No era que tenía­mos que rec­ti­fi­car el camino erróneo?

¡Que cam­bie la natu­ra­le­za, noso­tros no! Pare­ce ser el gri­to de gue­rra de los depre­da­do­res y de los empre­sa­rios sub con­tra­tis­tas que para­si­tan la inver­sión extran­je­ra. Ocu­rre una y otra vez, pero no se cam­bia. Ocu­rrió con el sali­tre, con el guano, con el cau­cho, has­ta que se aca­ba­ron. Hoy se per­sis­te con la gran mine­ría de tajo abier­to, que no deja­rá sino, dese­chos malig­nos y extre­ma pobre­za, cuan­do la extrac­ción se agote.

A dife­ren­cia de la mine­ría, que extrae la rique­za para empo­de­rar a nues­tros domi­na­do­res extran­je­ros, sin repo­ner­la; la agri­cul­tu­ra extrae la rique­za del sue­lo reno­ván­do­la siem­pre. Es bene­fi­cio­sa para la con­ser­va­ción de las con­di­cio­nes de vida pla­ne­ta­ria, para la segu­ri­dad ali­men­ta­ria y para el desa­rro­llo nacio­nal por­que la rique­za gene­ra­da se que­da para noso­tros y sir­ve de base para la indus­tria­li­za­ción y la eco­no­mía diver­si­fi­ca­da. Esto se ha repe­ti­do una y otra vez, pero la tozu­dez persiste.

El eco­sis­te­ma pla­ne­ta­rio está daña­do y la vacu­na no resol­ve­rá el des­equi­li­brio eco­ló­gi­co que ha moti­va­do la eclo­sión viral 

Si la pan­de­mia es con­se­cuen­cia, cuya cau­sa es el cam­bio cli­má­ti­co por res­pon­sa­bi­li­dad huma­na, por qué, vol­ver a lo mis­mo. Dejé­mo­nos de tozu­de­ces y actue­mos refle­xi­va­men­te. El eco­sis­te­ma pla­ne­ta­rio está daña­do y la vacu­na no resol­ve­rá el des­equi­li­brio eco­ló­gi­co que ha moti­va­do la eclo­sión viral. El virus no des­apa­re­ce, y pue­de adqui­rir resis­ten­cia a la vacu­na. Enton­ces la ten­den­cia gene­ral es que los huma­nos se van debi­li­tan­do cada vez más y reque­ri­re­mos mayor núme­ro de vacu­nas, con­for­me vayan apa­re­cien­do nue­vas pan­de­mias, has­ta que el cuer­po se ato­si­gue de vacunas.

Todo en la natu­ra­le­za fun­cio­na armo­nio­sa­men­te con ciclos pro­ce­sa­les en cade­na. Si el hie­lo des­apa­re­ce de los polos, rom­pe­rá la cade­na de sobre­vi­ven­cia. Los osos pola­res ten­drán que inva­dir terri­to­rio inusual. Si los feli­nos sal­va­jes se que­dan sin sus­ten­to por des­equi­li­brio cli­má­ti­co, enton­ces inva­di­rán la civi­li­za­ción bus­can­do comi­da. Con fre­cuen­cia vemos la explo­sión repro­duc­ti­va de lan­gos­tas que arra­san los cul­ti­vos. Esto no es nor­mal. Ocu­rre cada vez que hay des­equi­li­brio ambien­tal, como ocu­rre con la inva­sión viral.

Los virus habi­tan la natu­ra­le­za para­si­tan­do otros seres vivos y es nor­mal encon­trar­los en todas las plan­tas, ani­ma­les y huma­nos, actuan­do a nivel celu­lar jun­to a las pro­teí­nas que nos dan la vida. El pro­ble­ma es cuan­do sobre­pa­san nive­les de pobla­ción, dañan­do al hos­pe­de­ro. Come­mos virus a cada momen­to en los fru­tos defor­ma­dos que son más bara­tos: papa, toma­te, durazno, etc. No pasa nada por­que la pro­por­ción es insignificante.

Muchas veces come­mos pollo de tama­ño menor a lo nor­mal, enfer­mos de coro­na­vi­rus, que son sacri­fi­ca­dos antes que se mue­ran, para evi­tar pér­di­das. No tie­nen tiem­po para eli­mi­nar los anti­bió­ti­cos, vacu­nas, hor­mo­nas y otros tóxi­cos de la pro­duc­ción indus­trial. Nues­tro orga­nis­mo absor­be todo eso, has­ta que por acu­mu­la­ción se mani­fies­tan sín­to­mas de enfer­me­da­des que las atri­bui­mos a otras causas.

Si los árbo­les made­ra­bles se cor­tan sin tener en cuen­ta la fase lunar apro­pia­da será ata­ca­da por las poli­llas. La sabia o san­gre vege­tal, sube a la coro­na, abrien­do sus con­duc­tos por don­de ingre­sa más tar­de la poli­lla que aca­ba con la made­ra en poco tiem­po. Este deta­lle expli­ca cómo fun­cio­na la eco­lo­gía. El des­equi­li­brio afec­ta a los insec­tos, bac­te­rias, hon­gos, virus y otros pató­ge­nos que dete­rio­ran la salud del por­ta­dor, si la pro­por­ción reba­sa lo soportable.

Pero, así como hay insec­tos y pará­si­tos dañi­nos, tam­bién la natu­ra­le­za pro­vee los enemi­gos natu­ra­les que los devo­ran con­ser­ván­do­se el equi­li­brio. Pero esto suce­de sin dañar la eco­lo­gía. En cam­bio, los huma­nos uti­li­zan sus­tan­cias quí­mi­cas tóxi­cas para com­ba­tir micro orga­nis­mos de cul­ti­vos, arra­san­do con los dañi­nos, pero tam­bién con los bené­fi­cos, con lo cual eli­mi­nan las defen­sas natu­ra­les. Por ello, se nece­si­ta cada vez más dosis y todo ese veneno lo con­su­mi­mos con los ali­men­tos. Esta es la razón de la agri­cul­tu­ra orgá­ni­ca, sin químicos.

En los huma­nos, la cor­ti­so­na resuel­ve el pro­ble­ma del momen­to, pero si hay sobre­do­sis, eli­mi­na las defen­sas de nues­tro orga­nis­mo fren­te a otros pató­ge­nos, que final­men­te nos matan al estar des­pro­te­gi­dos. En vez de lim­piar los baños, apli­can sus­tan­cias que evi­tan los malos olo­res, como el caso Poett, pero lue­go apa­re­cen con infec­cio­nes uri­na­rias, aler­gias y otros males, que se atri­bu­yen a otras causas.

Es así como se rom­pe el equi­li­brio natu­ral, pero la tozu­dez es cie­ga. Enton­ces, si lo que nos está pasan­do con el coro­na­vi­rus que hemos con­ta­gia­do a ani­ma­les, suce­de con un virus mutan­te que se alo­je en plan­tas, es de ima­gi­nar que no podría­mos comer nada por­que has­ta la car­ne es pas­to pro­ce­sa­do. Todos los virus se com­po­nen de áci­do nuclei­co y pro­teí­na que lo encap­su­la. Pero cuan­do hay sobre­po­bla­ción, se mul­ti­pli­can con las nue­vas pro­teí­nas que ingerimos.

Las bac­te­rias des­com­po­nen la mate­ria orgá­ni­ca que las plan­tas toma­rán como ali­men­to para su cre­ci­mien­to y desa­rro­llo pro­duc­ti­vo. Así fun­cio­na la natu­ra­le­za. Igual­men­te, los virus cum­plen una fun­ción bio­ló­gi­ca que equi­li­bra. No se tra­ta de eli­mi­nar las pobla­cio­nes de virus sino de equi­li­brar la eco­lo­gía para man­te­ner con­di­cio­nes salu­da­bles para la vida humana.

Pero esto que suce­de a nivel viral, tam­bién ocu­rre con las socie­da­des huma­nas. Los males socia­les ocu­rren por des­equi­li­brio en las con­di­cio­nes de vida. El terro­ris­mo, la delin­cuen­cia, migra­ción, des­igual­dad social, pobre­za, femi­ni­ci­dio, sub desa­rro­llo, corrup­ción polí­ti­ca, son virus socia­les, que cuan­do alcan­zan un nivel dege­ne­ra­ti­vo devas­tan gran­des áreas. Así, el des­equi­li­brio eco­nó­mi­co nos está cau­san­do pan­de­mia de desempleo.

Un desa­rro­llo equi­li­bra­do es la mejor opción para nues­tra patria. La repú­bli­ca “bicen­te­na­ria” siem­pre ha teni­do un desa­rro­llo des­equi­li­bra­do y los pro­ble­mas socia­les lo esta­mos afron­tan­do con mucho sufri­mien­to. Nadie pue­de salir de su casa sin dejar de pen­sar en los peli­gros de la calle. Pero la tozu­dez per­sis­te en con­ti­nuar con los des­equi­li­brios nacio­na­les. Dejé­mo­nos de tozu­de­ces y empren­da­mos una ruta equi­li­bra­da en la vida nacio­nal. O, no. Uste­des, que dicen.


*Mil­cía­des Ruiz es espe­cia­lis­ta en desa­rro­llo rural. Diri­ge el por­tal Repú­bli­ca Equit­ti­va: https://​repu​bli​cae​qui​ta​ti​va​.word​press​.com/

FUENTE: SERVINDI

Itu­rria /​Fuen­te

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