Parecen las exigencias de la mismísima patronal, y lo son. La UE es una institución al servicio del capitalismo financiero y depredador, y no tiene problema en enseñar las credenciales de la clase dominante sin vergüenza ni pudor. El juego de trileros que están manteniendo los jerarcas en busca del dinero para paliar la crisis post-Covid, pone de manifiesto quién de verdad tiene el poder. Grecia vivió en carne propia el saqueo de la Troika y fue todo pontificado por las santas instituciones democráticas, y así será en cualquier otro país que intente salirse del redil y buscar su destino al margen del capitalismo.
En este contexto, es burlesco el argumento de que la institución se puede cambiar desde dentro, esto es, consiguiendo que los 27 países sean gobernados por la izquierda, que los poderes financieros den un paso al costado, que las monarquías que aún quedan abdiquen, que la OTAN se disuelva, y todo conseguido con hábiles europarlamentarios progresistas. Menos cuentos, el camino es otro.
Fuente: www.insurgente.org
