Esta­dos Uni­dos. El tris­te record de dete­ner a un perio­dis­ta cada cua­tro días

Por Manuel Ruiz Rico, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de julio de 2020.

«Esta­mos vivien­do un tiem­po en el que los dere­chos de los perio­dis­tas están sufrien­do ata­ques sin pre­ce­den­tes», se seña­la en un comu­ni­ca­do. Hubo agre­sio­nes con­tra la pren­sa en 72 ciu­da­des per­te­ne­cien­tes a 35 esta­dos. La repre­sión poli­cial se incre­men­tó con las pro­tes­tas anti­rra­cis­tas que se des­ata­ron tras el cri­men de Geor­ge Floyd.

Cada cua­tro días, un perio­dis­ta es dete­ni­do en Esta­dos Uni­dos. Has­ta el vier­nes pasa­do (es decir, en los pri­me­ros 205 días del año), un total 50 pro­fe­sio­na­les de los medios (repor­te­ros, fotó­gra­fos, cáma­ras de tele­vi­sión) habían sido arres­ta­dos por la poli­cía. Es una cifra que no tie­ne pre­ce­den­tes en la his­to­ria recien­te del país y se debe, fun­da­men­tal­men­te, al incre­men­to de la ten­sión poli­cial tras las pro­tes­tas anti­rra­cis­tas y con­tra la bru­ta­li­dad poli­cial que se des­ata­ron tras la muer­te en Mineá­po­lis de Geor­ge Floyd, el 25 de mayo. Todo esto bajo el man­da­to de un pre­si­den­te, Donald Trump, cuyos ata­ques a la pren­sa y los medios de comu­ni­ca­ción son recurrentes.

Ésas son las cifras que reve­la el US Press Free­dom Trac­ker, el pro­gra­ma de ras­treo de las agre­sio­nes a la pren­sa ges­tio­na­do por la Fun­da­ción de la Liber­tad de Pren­sa en cola­bo­ra­ción con el Comi­té para Pro­te­ger a los Perio­dis­tas y más de doce orga­ni­za­cio­nes vin­cu­la­das al perio­dis­mo y la liber­tad de expresión.

Las 50 deten­cio­nes con­ta­bi­li­za­das en los pri­me­ros casi sie­te meses de 2020 con­tras­tan con las nue­ve de todo el año pasa­do, las 11 de 2018 y las 38 de 2017. Con todo, en estos tres años y medio, la poli­cía esta­dou­ni­den­se ha dete­ni­do a 108 perio­dis­tas, una media de un perio­dis­ta cada 12 días.

US Press Free­dom Trac­ker lle­va con­ta­bi­li­za­dos este año 176 inci­den­tes con­tra la pren­sa, 132 de ellos rela­cio­na­dos con las lla­ma­das pro­tes­tas del Black Lives Mat­ter, unas mani­fes­ta­cio­nes que están sien­do fun­da­men­tal­men­te pací­fi­cas. «Jun­to a esas 176, esta­mos tra­ba­jan­do para veri­fi­car al menos otros 200 inci­den­tes más; lle­gan casos nue­vos todos los días», ase­gu­ra a Públi­co una por­ta­voz del pro­gra­ma de segui­mien­to de las agre­sio­nes a la prensa.

«Es muy pro­ba­ble», pro­si­gue, «que cuan­do haya­mos con­clui­do todo el recuen­to al final de este año se dupli­ca­rán o inclu­so tri­pli­ca­rán las cifras de las agre­sio­nes con­tra la pren­sa del año pasa­do». En 2019, se con­ta­bi­li­za­ron 150; en 2018, un total de 134; y 147 casos en 2017. «Los datos de este año supo­nen, sin nin­gu­na duda, una cifra sin pre­ce­den­tes de agre­sio­nes con­tra la pren­sa en los Esta­dos Uni­dos», aña­de.

Den­tro de los ata­ques a la pren­sa de los últi­mos años, des­ta­can el ase­si­na­to de cua­tro repor­te­ros y tra­ba­ja­do­res del Capi­tal Gazet­te de Aná­po­lis, Mary­land, y el del perio­dis­ta musi­cal Zack Sto­ner en Chica­go, suce­di­dos en 2018.

Has­ta el 22 de julio, el US Press Free­dom Trac­ker había reci­bi­do al menos 546 denun­cias de epi­so­dios de agre­sio­nes con­tra la pren­sa sólo vin­cu­la­dos con la cober­tu­ra de las pro­tes­tas del Black Lives Mat­ter. El ata­que a un solo perio­dis­ta pue­de repre­sen­tar varios casos de agre­sio­nes, que se con­ta­bi­li­zan por sepa­ra­do. Entre esos 546 ata­ques hay 125 de tipo físi­co (77 ejer­ci­dos por la poli­cía), 124 con balas de goma, 74 casos de perio­dis­tas ata­ca­dos con gases lacri­mó­ge­nos, 71 equi­pos daña­dos o ata­ques a la redac­ción de un medio, 34 epi­so­dios de agre­sio­nes con gas pimienta.

Aún hay al menos 15 perio­dis­tas que tie­nen car­gos cri­mi­na­les, con los que fue­ron acu­sa­dos tras su deten­ción. El últi­mo caso docu­men­ta­do por el US Press Free­dom Trac­ker fue el del fotó­gra­fo del Texas Obser­ver Alan Pogue, que fue dete­ni­do el 20 de junio en Tul­sa, Oklaho­ma, mien­tras cubría unas deten­cio­nes poli­cia­les a las afue­ras del recin­to don­de el pre­si­den­te Donald Trump daría ese día un mitin de cam­pa­ña. Pogue, de 74 años y repu­tado fotó­gra­fo, es pro­pie­ta­rio del Cen­tro de Texas para la Foto­gra­fía Docu­men­tal y fue médi­co mili­tar en la Gue­rra del Vietnam.

Pogue había pasa­do ya el con­trol de segu­ri­dad en torno al recin­to cuan­do escu­chó a alguien gri­tar, por lo que supo que algo suce­día fue­ra. «Tomé la bol­sa con la cáma­ra y corrí hacia allá. Cuan­do lle­gué la poli­cía de Tul­sa había dete­ni­do ya a tres per­so­nas y se las lle­va­ban hacia una fur­go­ne­ta. Los seguí y los foto­gra­fié». Cuan­do los agen­tes metie­ron a los dete­ni­dos, le pre­gun­ta­ron a Pogue quién era él. Fue dete­ni­do y en el par­te poli­cial se lo acu­sa de seguir a la poli­cía has­ta una zona de acce­so res­trin­gi­do den­tro del mitin de Trump, de opo­ner­se a aban­do­nar­la tras ser aler­ta­do y de no haber sido capaz de demos­trar que era periodista. 

Aun­que las agre­sio­nes a los perio­dis­tas se han dis­pa­ra­do con las pro­tes­tas des­ata­das tras el ase­si­na­to poli­cial de Geor­ge Floyd el 25 de mayodichos epi­so­dios se han exten­di­do por todo el país y no siem­pre se dan, como suce­de con el caso de Pogue, en medio de esas pro­tes­tas, y ni siquie­ra son casi exclu­si­vas de las ciu­da­des que han sido los pun­tos calien­tes de las mani­fes­ta­cio­nes del Black Lives Matter.

Según la por­ta­voz del US Press Free­dom Trac­ker, la ciu­dad don­de se han con­ta­bi­li­za­do más inci­den­tes es la ciu­dad don­de murió Geor­ge Floyd, Mineá­po­lis, a la que le siguen Portland (el pun­to calien­te aho­ra de las pro­tes­tas, sobre todo des­de que Trump deci­dió enviar fuer­zas fede­ra­les para incre­men­tar la ten­sión), Nue­va York y la capi­tal del país, Washing­ton (ciu­dad que alcan­zó tam­bién unos nive­les ele­va­dí­si­mos de ten­sión cuan­do Trump deci­dió des­ple­gar el ejér­ci­to con­tra las pro­tes­tas). Sin embar­go, la men­cio­na­da por­ta­voz des­ta­ca que están con­ta­bi­li­zan­do epi­so­dios de ata­ques con­tra la pren­sa en al menos 72 ciu­da­des per­te­ne­cien­tes a 35 estados. 

«Los datos reca­ba­dos has­ta aho­ra son terri­bles. El pro­gra­ma ha reci­bi­do datos de más de 200 asal­tos y al menos dos fotó­gra­fos con seve­ras lesio­nes de ojo», afir­ma en un comu­ni­ca­do el direc­tor eje­cu­ti­vo del Comi­té para Pro­te­ger a los Perio­dis­tas, Joel Simon. «Esta­mos vivien­do un tiem­po en el que los dere­chos de los perio­dis­tas están sufrien­do ata­ques sin pre­ce­den­tes así que es más impor­tan­te que nun­ca la lucha por una pren­sa libre y el acce­so com­ple­to a la infor­ma­ción sobre dichas vio­la­cio­nes. La ren­di­ción de cuen­tas depen­de de eso», aña­de, por su par­te, el direc­tor eje­cu­ti­vo de la Fun­da­ción de la Liber­tad de Pren­sa, Tre­vor Timm, en el mis­mo comunicado.

Ambos colec­ti­vos, jun­to a otras 70 orga­ni­za­cio­nes rela­cio­na­das con el perio­dis­mo y la liber­tad de expre­sión, envia­ron al pre­si­den­te Donald Trump una car­ta el pasa­do 10 de junio en la que expre­sa­ban una «pro­fun­da cons­ter­na­ción ante la recien­te vio­len­cia per­pe­tra­da con­tra los perio­dis­tas en Esta­dos Unidos».

El fotó­graf, en cam­bio, afir­ma que un poli­cía lo aler­tó de que se tenía que ale­jar, cosa que hizo has­ta que el agen­te que­dó satis­fe­cho. «Nadie más me dijo nada y no había nin­gu­na indi­ca­ción que seña­la­ra que yo no podía estar allí», afir­ma el fotó­gra­fo, que ase­gu­ra que cuan­do los poli­cías le pre­gun­ta­ron quién era, les mos­tró la acre­di­ta­ción de prensa.

fuen­te: Pági­na 12

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