Colom­bia. Fuer­zas Mili­ta­res y vio­len­cia sexual

Por Tro­chan­do Sin Fron­te­ras, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de julio de 2020.

La vio­len­cia sexual desa­fía las nocio­nes con­ven­cio­na­les de lo que cons­ti­tu­ye una ame­na­za para la segu­ri­dad… es más bara­ta que las balas; no requie­re nin­gún sis­te­ma de armas que no sea la inti­mi­da­ción físi­ca, por lo que es de bajo cos­to, pero de alto impac­to.” ONU

En Colom­bia la vio­len­cia sexual hacia las muje­res y niños ejer­ci­da por las Fuer­zas Mili­ta­res ha sido una prác­ti­ca sis­te­má­ti­ca y gene­ra­li­za­da. Prác­ti­ca con impac­to y efec­to devas­ta­dor en las víc­ti­mas, ya que las Fuer­zas Arma­das y Poli­cía tie­nen el “man­da­to de pro­te­ger la pobla­ción civil”. En este caso los res­pon­sa­bles de pro­te­ger, aho­ra son los vic­ti­ma­rios. Hecho que redu­ce las pers­pec­ti­vas de inter­ven­ción y repa­ra­ción para las víc­ti­mas de vio­len­cia sexual.

El uso de la vio­len­cia sexual por par­te de las Fuer­zas Mili­ta­res lejos de ser espo­rá­di­co, es una prác­ti­ca sis­te­má­ti­ca que han veni­do ejer­cien­do sobre las comu­ni­da­des más vul­ne­ra­bles, – cam­pe­si­nas, indí­ge­nas y afro­des­cen­dien­tes-. Evi­den­cia de ello son las denun­cias de Manary Figue­roa; mujer que fue vio­la­da jun­to a su madre, ella sien­do una menor de 5 años por miem­bros de la Fuer­za Públi­ca. Hechos ocu­rri­dos en el corre­gi­mien­to de San Rafael, Arau­qui­ta y que 25 años des­pués denun­cia. «A mi mamá la acce­den car­nal­men­te en varias oca­sio­nes y uno de ellos al ver que el otro se demo­ra­ba, deci­dió apro­ve­char que yo esta­ba ahí”.

La vio­la­ción de la niña indí­ge­na de la comu­ni­dad Embe­ra Cha­mí; suma­do al caso de la niña indí­ge­na en el Gua­via­re de la comu­ni­dad Nukak Makú demues­tran que no son casos ais­la­dos. Ade­más de otros per­ma­ne­cen sin denun­ciar como el caso de Manary Figueroa.

Vio­len­cia sexual en Colombia

En Colom­bia algu­nos casos de vio­len­cia sexual se enmar­can den­tro de la vio­len­cia socio­po­lí­ti­ca; son los miem­bros de las Fuer­zas Arma­das, de Poli­cía, Poli­cía Judi­cial y Ser­vi­cios de Inte­li­gen­cia los mayo­res res­pon­sa­bles según Sis­ma Mujer – orga­ni­za­ción colom­bia­na de carác­ter femi­nis­ta que des­de 1998 apor­ta a la con­so­li­da­ción del movi­mien­to de mujeres -.

Segun Sis­ma mujer en el Bole­tín N° 17, el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Medi­ci­na Legal y Cien­cias Foren­ses – INMLCF infor­mó que rea­li­za­ron 244 exá­me­nes médi­colega­les. De estos, 195 corres­pon­die­ron a muje­res, es decir el 79,92% del total, y 49 a hom­bres, es decir, el 20,08%. El bole­tín esta­ble­ce que para 2018 las Fuer­zas Mili­ta­res rea­li­za­ron el 37,95% de los casos de vio­len­cia sexual. esto suma­do a un 14,35% del per­so­nal de cus­to­dia y al 9,74% de miem­bros per­te­ne­cien­tes a Empre­sas de Segu­ri­dad Pri­va­da. Otros gru­pos arma­dos res­pon­sa­bles de vio­len­cia sexual son los miem­bros de un gru­po de delin­cuen­cia orga­ni­za­da con un 24,61% y miem­bros de gru­pos al mar­gen de la ley 13,33%.

Impu­ni­dad

Los obs­tácu­los para acce­der a «jus­ti­cia» en estos casos con­lle­van altos nive­les de impu­ni­dad. Suma­do a con­di­cio­nes socia­les y mora­les basa­das en la domi­na­ción y la dis­cri­mi­na­ción de géne­ro, suman­do fac­to­res como la mar­gi­na­ción social, polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca pro­pias del sis­te­ma eco­nó­mi­co actual ‑el Capi­ta­lis­mo- y a rela­cio­nes patriarcales.

Para las muje­res ‑cam­pe­si­nas, indí­ge­nas y afro­co­lom­bia­nas- estos fac­to­res se com­bi­nan con acti­tu­des his­tó­ri­cas rela­cio­na­das con la escla­vi­tud y dis­cri­mi­na­ción racial, que se evi­den­cia en gober­nan­tes y ser­vi­do­res públi­cos que median­te pos­tu­ras, revic­ti­mi­zan. Pos­tu­ras como las de la Sena­do­ra del Cen­tro Demo­cra­ti­zo María Fer­nan­da Cabal quien se refi­rió a la vio­la­ción de la siguien­te mane­ra: Mucho cui­da­do con esto @mindefensa que no sea un fal­so posi­ti­vo como ha suce­di­do antes — María Fer­nan­da Cabal (@MariaFdaCabal) June 24, 2020. Tweet borra­do por la Sena­do­ra, pero que en los medios fue referenciado.

Estos obs­tácu­los, suma­do al cos­to per­so­nal, no pue­den ser excu­sas para no denun­ciar. Los casos reve­la­dos en la últi­ma sema­na per­mi­tie­ron la visi­bi­li­dad, la denun­cia y par­ti­ci­pa­ción direc­ta en la rei­vin­di­ca­ción de sus dere­chos y la apli­ca­ción de jus­ti­cia. En las calles y carre­te­ras muje­res alzan su voz con­tra todo tipo de vio­len­cia, denun­cian­do que #NosEs­tá­Ma­tan­do y seña­lan­do que el Esta­do y sus Fuer­zas Mili­ta­res como máxi­mos res­pon­sa­bles del ase­si­na­to de muje­res líde­res y violaciones.

Fuen­tes: https://​tro​chan​do​sin​fron​te​ras​.info/​v​i​o​l​e​n​c​i​a​-​s​e​x​u​al/

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