Bra­sil. Moni­ca Beni­cio: «Bol­so­na­ro quie­re borrar el cri­men de Marielle»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de julio del 2020

Entre­vis­ta con Moni­ca Beni­cio acer­ca del ase­si­na­to a la con­ce­ja­la de Río de Janei­ro, negra y les­bia­na, que estre­re­me­ció a Bra­sil en mar­zo de 2018

«¿Por qué quie­re tener el con­trol de la inves­ti­ga­ción?, ¿a quién quie­re encu­brir?». La expa­re­ja de Marie­lle, Moni­ca Beni­cio, inda­ga sobre la acti­tud de Bolsonaro. 

Bol­so­na­ro sabe lo que le espe­ra si se rom­pe la ‘omer­tá’ en torno a Marie­lle. Tres para­po­li­cia­les, o «mili­cia­nos», se encuen­tran pre­sos por su pre­sun­ta par­ti­ci­pa­ción en el ase­si­na­to de la con­ce­ja­la Marie­lle Fran­co, per­pe­tra­do hace dos años y tres meses en Río de Janei­ro. Dos de los sos­pe­cho­sos, Ron­nie Les­sa y Elcio de Quei­roz, se encon­tra­ron ese día en el pre­dio don­de enton­ces resi­día el actual pre­si­den­te, horas antes del aten­ta­do. Ese día Bol­so­na­ro esta­ba en Bra­si­lia, pero el epi­so­dio ali­men­tó sospechas.

El ter­cer impu­tado es Max­well Simoes, dete­ni­do a prin­ci­pios de junio, bajo el car­go de haber arro­ja­do las armas al fon­do del mar.

El 14 de mar­zo de 2018 a la noche los ase­si­nos inter­cep­ta­ron el auto en el que se tras­la­da­ba Fran­co para ase­si­nar­la con tiros en la cabe­za. Jun­to a la joven diri­gen­te del Par­ti­do Socia­lis­mo y Liber­tad, sur­gi­da en la mili­tan­cia en las fave­las cario­cas, falle­ció su cho­fer, Ander­son Gomes.

Un cuar­to para­po­li­cial, Fabri­cio Quei­roz, ami­go de Bol­so­na­ro des­de los tiem­pos en que ambos eran miem­bros del ejér­ci­to en la déca­da de 1980, lle­va casi dos sema­nas arres­ta­do, en una cel­da ais­la­da del pre­si­dio de Ban­gú, en el oes­te cario­ca, don­de se ha man­te­ni­do en silen­cio. Nadie sabe si está dis­pues­to a res­pe­tar la «omer­tá» mafio­sa que le exi­gen des­de el Pala­cio del Planalto.

Para algu­nos es un «sol­da­do» bol­so­na­ris­ta inca­paz de dela­tar a su jefe. Para otros la leal­tad de Quei­roz no es blin­da­da por­que teme ser eje­cu­ta­do en una que­ma de archi­vo como ocu­rrió con otros paras caí­dos en des­gra­cia. Ade­más no se des­car­ta que esté dis­pues­to a aco­ger­se a la dela­ción pre­mia­da para garan­ti­zar la segu­ri­dad de su mujer, que está prófuga.

Dicen que Fabri­cio Quei­roz sabe todo de Bol­so­na­ro y su clan fami­liar, y aun­que no está impu­tado en el aten­ta­do que le cos­tó la vida a Fran­co, podría tener en su poder infor­ma­cio­nes sobre ese caso y otros deli­tos capa­ces de hacer bam­bo­lear las colum­nas con for­ma de cue­llo de gar­za del pala­cio pre­si­den­cial en Brasilia.

La expa­re­ja de Marie­lle, Moni­ca Beni­cio, habló con Pági­na 12 sobre la tela­ra­ña que une al gober­nan­te de ultra­de­re­cha con la empo­de­ra­dos «mili­cia­nos», que de ser sica­rios de alqui­ler se trans­for­ma­ron – y en este sal­to tie­ne mucho que ver la lle­ga­da del bol­so­na­ris­mo al gobierno – en un fac­tor de poder enquis­ta­do en el Estado.

Cuen­tan con legis­la­do­res, dine­ro, armas y redes de inte­li­gen­cia pro­pias. Un sis­te­ma del que se vale el exca­pi­tán pre­si­den­te. Por eso mis­mo ni los paras ni el gober­nan­te se bene­fi­cia­rían con el escla­re­ci­mien­to del crimen.

Ocu­rre que cuan­do estos con­tra­tos arma­dos se rom­pen las con­se­cuen­cias son impre­vi­si­bles, y el caso Marie­lle no podrá que­dar impu­ne sin más, dado que cobró una dimen­sión polí­ti­ca con­si­de­ra­ble y pro­yec­ción internacional.

«Bol­so­na­ro no tie­ne nin­gún com­pro­mi­so con el escla­re­ci­mien­to del cri­men (..) él quie­re borrar­lo (..) hizo de todo para obs­truir las inves­ti­ga­cio­nes ejer­cien­do pre­sión sobre la poli­cía fede­ral. ¿por qué quie­re tener el con­trol de la inves­ti­ga­ción, a quien quie­re encu­brir?», inda­ga la excom­pa­ñe­ra de Marielle.

Moni­ca Beni­cio es tan rotun­da en sus con­vic­cio­nes como medi­da al momen­to de ana­li­zar la evo­lu­ción de un caso que «demo­ra dema­sia­do en ser escla­re­ci­do». Evi­ta lan­zar acu­sa­cio­nes sin base probatoria.

«Bol­so­na­ro nun­ca ocul­tó su rela­ción con las mili­cias, y las mili­cias están meti­das en el ase­si­na­to, pero no hay ele­men­tos para decir que el pre­si­den­te par­ti­ci­pó en el ase­si­na­to. Por lo menos por aho­ra esas prue­bas de la com­pli­ci­dad de Bol­so­na­ro no apa­re­cie­ron. No pode­mos ser livia­nos, hay que aguar­dar lo que sur­ge de las investigaciones».

«Este fue un cri­men polí­ti­co per­fec­ta­men­te pla­ni­fi­ca­do, creo que hay ele­men­tos para supo­ner que los pre­sos fue­ron los auto­res mate­ria­les y el encu­bri­dor del ase­si­na­to. Tene­mos la espe­ran­za de que a fin de año se haya avan­za­do bas­tan­te. En los últi­mos meses se han dado algu­nos pasos posi­ti­vos como la deten­ción de Max­well, que nos pue­de per­mi­tir encon­trar las armas del aten­ta­do, y ade­más se impi­dió que la inves­ti­ga­ción pase de la jus­ti­cia de Río al fue­ro fede­ral como que­ría Bol­so­na­ro», expli­ca la arqui­tec­ta Benicio.

«Quien pla­neó un ase­si­na­to como éste es alguien que debe estar impreg­na­do de LGBT­fo­bia, de racis­mo, de miso­gi­nia, ima­gino que los auto­res pen­sa­ban que Marie­lle iba a caer en el olvi­do como el de tan­tas muje­res negras ase­si­na­das y no fue así , la reper­cu­sión que tuvo los debe haber sor­pren­di­do, la reper­cu­sión se nutre de la pul­sión de vida que ella tenía, hay mucha gen­te que se con­mo­vió con su muer­te y gra­cias a este caso des­per­tó a la polí­ti­ca, y esto nos da fuer­za para seguir peleando».

* Fuen­te: Pági­na 12

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