Argen­ti­na. ¡La cul­pa no es del chancho!

Por Juan Guahán, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de julio de 2020.

Foto. Gran­jas indus­tria­les por­ci­nas, el cam­po de exter­mi­nio de animales.

Sin cam­biar el mode­lo agro­ex­por­ta­dor el gobierno aspi­ra sumar una pro­duc­ción masi­va de chan­chos a la soja, en Con­ve­nio con los chi­nos. Pero “el chan­cho no tie­ne la cul­pa”. El cen­tra­lis­mo goza de bue­na salud. El Pre­si­den­te pien­sa en las “60 medi­das” y dice: “Fran­ca­men­te: No creo en los pla­nes económicos”

Cuan­do toda­vía el COVID 19 anda hacien­do estra­gos, no son pocos los que advier­ten sobre el ries­go de la apa­ri­ción o reapa­ri­ción de algún otro Coro­na Virus. La mayo­ría de las mira­das apun­tan a la “gri­pe por­ci­na”, deno­mi­na­da SIV, de la cual la cepa más cono­ci­da es la A H1N1 y que andu­vo por estos pagos –aso­cia­da con la gri­pe huma­na- hace unos 10 años atrás. Se tra­ta de una des­cen­den­cia de la “gri­pe espa­ño­la” que pro­du­jo millo­nes de muer­tos hacia los años 191819.

Los ries­gos deri­van del hecho, según lo plan­tea­do por varios infec­tó­lo­gos, de la inter­ac­ción de huma­nos con ani­ma­les haci­na­dos y en situa­ción de estrés. Esos com­po­nen­tes agra­van los peli­gros de que se pro­duz­can algu­nas modi­fi­ca­cio­nes en el virus y éste pue­da infec­tar a huma­nos y se ini­cie un pro­ce­so de tras­mi­sión, seme­jan­te al del COVID 19.

En las redes socia­les cir­cu­ló una denun­cia que reu­nió miles de fir­mas en pocas horas: ¿Qué fue lo que moti­vó tan­to revuelo? 

Los rumo­res abrie­ron paso a un comu­ni­ca­do ofi­cial de la Can­ci­lle­ría, ema­na­do el pasa­do 6 de julio. Fue una comu­ni­ca­ción fir­ma­da por el Minis­tro de Comer­cio de la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na y Feli­pe Solá, nues­tro Can­ci­ller. Allí se anun­cia una “aso­cia­ción estra­té­gi­ca” y una “inver­sión mix­ta entre las empre­sas chi­nas y argen­ti­nas” a los fines de pro­du­cir car­ne por­ci­na. Se tra­ta de un plan que a rea­li­zar­se entre 4 a 8 años y que ‑por un mon­to de 27 mil millo­nes de dóla­res– per­mi­ti­ría “pro­du­cir 9 millo­nes de tone­la­das de car­ne por­ci­na”, lo que le daría a Chi­na “abso­lu­ta segu­ri­dad de abastecimiento”

Para lle­gar a esos nive­les de pro­duc­ción de car­ne nues­tro país debe­ría pasar de criar unos 67 millo­nes de cer­dos por año has­ta lle­gar a los 100 millones.

Ase­gu­rar las inver­sio­nes y aumen­tar la pro­duc­ción no está mal. El pro­ble­ma es que los chi­nos ya han expe­ri­men­ta­do un mode­lo pro­duc­ti­vo para estos fines en terri­to­rio pro­pio que ter­mi­nó en un fias­co. Tuvie­ron que matar entre 180 y 250 millo­nes de cer­dos para evi­tar la pro­pa­ga­ción de un virus, la Pes­te Por­ci­na Afri­ca­na, lo cual deter­mi­nó una caí­da entre 20 y 50% de la pro­duc­ción de ese tipo de car­ne. El mode­lo uti­li­za­do para el desa­rro­llo de esos ani­ma­les era de “gran­jas indus­tria­les”, una fac­to­ría de cer­dos cria­dos en peque­ños cubícu­los. El estrés pro­du­ci­do por ese encie­rro y la lucha por libe­rar­se hizo que se les arran­ca­ran los col­mi­llos y se les cor­te la cola para evi­tar o redu­cir las lesio­nes que se pro­du­cían entre ellos o inten­tan­do mor­der los hie­rros de sus encierros.

La denun­cia de esta pers­pec­ti­va a tra­vés de un docu­men­to publi­ca­do bajo el títu­lo de “No que­re­mos trans­for­mar­nos en una fac­to­ría de cer­dos para Chi­na, ni en una fábri­ca de nue­vas pan­de­mias” reco­gió rápi­da­men­te miles de fir­mas. Ello moti­vó una acla­ra­ción de la Can­ci­lle­ría en el sen­ti­do que el Con­ve­nio sigue en deba­te y no tie­ne fecha de aprobación.

Según los denun­cian­tes se tra­ta de otro “agro­ne­go­cio sui­ci­da”, que sería la con­ti­nua­ción del Pro­gra­ma Pura Soja, que intro­du­jo la soja trans­gé­ni­ca. Allí inter­vino el mis­mo Feli­pe Solá, duran­te el gobierno de Car­los Menem en 1996, para que nos trans­for­má­ra­mos en los gran­des pro­vee­do­res de ali­men­tos para los cer­dos chi­nos median­te nues­tros cul­ti­vos de soja, apo­ya­dos en agro­tó­xi­cos y semi­llas gené­ti­ca­men­te modi­fi­ca­das. Los efec­tos de la expan­sión de ese cul­ti­vo son har­to cono­ci­dos y abun­dan las denun­cias y has­ta inter­ven­cio­nes judi­cia­les para poner­le lími­tes a los mismos. 

Aho­ra se pro­po­ne pro­fun­di­zar ese mode­lo pro­duc­ti­vo en con­tra de la natu­ra­le­za y las personas.

Pero ¡ojo! ese es el mode­lo chino, pero hay otros mode­los que no habría que tener la ver­güen­za, ni el mie­do de sos­te­ner­los y la valen­tía de eje­cu­tar­los. De eso tra­ta un nue­vo mode­lo productivo.

Es posi­ble pen­sar en la pro­duc­ción por­ci­na sin nece­si­dad de ser far­ma­co-depen­dien­tes. Se lo pue­de hacer, reu­nien­do un gru­po de fami­lias, en gran­jas inte­gra­les ‑que se podrían orga­ni­zar bajo for­mas de auto­ges­tión- con unas 250 madres cada una que estén en cade­na con quie­nes pro­duz­can semi­llas (maíz y soja orgá­ni­cos) y resi­duos de acei­te­ras (pellet de gira­sol) o fábri­cas lác­teas (sue­ros). Se podría com­ple­tar ese ciclo con pro­duc­cio­nes de car­nes y embu­ti­dos ela­bo­ra­dos en peque­ños fri­go­rí­fi­cos loca­les. Con ello podría­mos mul­ti­pli­car las posi­bi­li­da­des ali­men­ti­cias y las fuen­tes de tra­ba­jo. La incor­po­ra­ción de bio diges­to­res, de pro­ba­da efi­ca­cia, per­mi­ti­ría apro­ve­char los excre­men­tos para la pro­duc­ción de ener­gía uti­li­za­ble en esas gran­jas integrales.

Así podría­mos inte­grar esa ali­men­ta­ción con el libre pas­to­reo. Los millo­nes de hec­tá­reas de tie­rra dis­po­ni­bles en nues­tro país per­mi­ti­rían hacerlo.

De lo que se tra­ta es inda­gar la racio­na­li­dad y el sen­ti­do éti­co que des­can­sa detrás de cada proyecto.

Si que­re­mos pro­du­cir de un modo sano, nutri­ti­vo y sus­ten­ta­ble car­ne por­ci­na para ali­men­to humano y tra­ba­jo para miles y miles de pro­duc­to­res o vamos a tor­tu­rar ani­ma­les y correr ries­gos sani­ta­rios para ser­vir a la ava­ri­cia y mayor ganan­cia de las gran­des trasnacionales.

EL CENTRALISMO APARECE POR TODOS LADOS

La cen­tra­li­dad por­te­ño bonae­ren­se, que tie­ne nues­tro país, se con­so­li­da. Eso lo veri­fi­ca­mos en muchos, gran­des y peque­ños acon­te­ci­mien­tos, de la vida nacio­nal. Los datos del COVID 19 no podían ser aje­nos a esa mis­ma reali­dad. Los núme­ros de con­ta­gia­dos y falle­ci­dos pro­duc­to de este coro­na-virus lo con­fir­man, mos­tran­do de qué modo este virus corrió el velo que cubre nues­tra reali­dad. Allí, en el (AMBA) Área Metro­po­li­ta­na Bue­nos Aires (Capi­tal Fede­ral y Gran Bue­nos Aires), resi­de bas­tan­te menos del 50% de la pobla­ción pero hay un 91% del total de con­ta­gia­dos y un 86% de los falle­ci­dos. Eso expli­ca el recu­rren­te pro­ta­go­nis­mo del Gober­na­dor de la Pro­vin­cia de Bue­nos Aires y del Jefe de Gobierno por­te­ño, jun­to al Pre­si­den­te de la Nación, para ofre­cer infor­mes y pla­nes sobre la evo­lu­ción de esta peste.

El haci­na­mien­to que supo­ne el gigan­tis­mo del AMBA se hizo sen­tir con moti­vo de este coro­na-virus y vali­da lo dicho por quie­nes sos­tie­nen que esos com­ple­jos habi­ta­cio­na­les de esca­sos espa­cios son el mejor lugar para la rápi­da tras­mi­sión del virus. En este sen­ti­do lo que es cono­ci­do como nues­tras “villas” ‑con sus angos­tos pasi­llos- y los com­ple­jos habi­ta­cio­na­les del tipo de los cono­ci­dos como Barrios FONAVI son los luga­res idea­les para los velo­ces contagios.

Este pro­ce­so, de con­cen­tra­ción de casos, que afec­ta a nues­tras con­di­cio­nes sani­ta­rias for­ma par­te del mis­mo fenó­meno por el cual se sigue ali­men­tan­do un gigan­tis­mo urbano en unos pocos terri­to­rios. Es una situa­ción a la cual nues­tra diri­gen­cia no encuen­tra (o no quie­re encon­trar) salida.

Sigue en pie esa ten­den­cia que, en lugar de pro­mo­ver polí­ti­cas de des­con­cen­tra­ción, sigue apun­ta­lan­do una pers­pec­ti­va de mayor con­cen­tra­ción. Ella con­ti­núa asen­ta­da en los intere­ses cer­ca­nos al puer­to y la admi­nis­tra­ción esta­tal, aten­tan­do con­tra la uni­dad y equi­li­brio de lo que toda­vía deno­mi­na­mos Argentina.

La prue­ba de lo dicho los encon­tra­mos en dos cues­tio­nes centrales.

Una está liga­da a la his­to­ria de cómo se con­for­mó nues­tro país y la otra a medi­das polí­ti­co-admi­nis­tra­ti­vas de los gobier­nos cen­tra­les de los últi­mos años. En este sen­ti­do, muchos de los his­tó­ri­cos pri­vi­le­gios del área del AMBA, par­ti­cu­lar­men­te de la Capi­tal Fede­ral, en mate­ria de los valo­res a pagar por los ser­vi­cios de agua, cloa­cas, ener­gía, trans­por­tes y com­bus­ti­ble, encuen­tran su expli­ca­ción en los sub­si­dios que reci­ben. Ellos son apor­ta­dos por todos los argen­ti­nos resi­dan o no en esa zona. Este es solo un ejem­plo expli­ca­ti­vo de tales “bene­fi­cios” que res­pon­den a con­ve­nien­cias polí­ti­cas de dife­ren­tes gobier­nos, de dis­tin­tos sig­nos políticos.

El otro dato de la reali­dad tie­ne que ver con la publi­ca­ción de las trans­fe­ren­cias no par­ti­ci­pa­bles gira­das por el gobierno cen­tral duran­te el pri­mer semes­tre de este año. La pro­vin­cia de Bue­nos Aires, don­de resi­de el 38,9% del total de la pobla­ción argen­ti­na, reci­bió el 52,1% de tales trans­fe­ren­cias. Le siguió Cór­do­ba que, con el 8,3% de la pobla­ción y la que sigue a Bue­nos Aires en volu­men de pobla­ción y trans­fe­ren­cias, reci­bió –casi diez veces menos- solo el 5,3% de los fon­dos trans­fe­ri­dos. San­ta Fe con el 7,8% de la pobla­ción reci­bió el 4,2% de las trans­fe­ren­cias y Men­do­za con el 4,4% de la pobla­ción acu­só reci­bo del 2% de lo enviado.

“FRANCAMENTE: NO CREO EN LOS PLANES ECONÓMICOS”

Le dijo Alber­to Fer­nán­dez a perio­dis­tas del Finan­cial Times, un perió­di­co bri­tá­ni­co espe­cia­li­za­do en temas de eco­no­mía. Pen­só que, de ese modo, podría sor­tear la pre­sión de los bonis­tas que le pre­gun­tan por el plan que les garan­ti­ce que va a pagar lo que fir­me. Lo que el Pre­si­den­te no tuvo en cuen­ta, es que no tener plan es un plan. De ese modo no corre el ries­go de tener que des­de­cir­se pero acep­ta el desa­fío de ser una hoja al vien­to de las pre­sio­nes de aden­tro y por fue­ra del gobierno. Trans­for­mar esa for­ma de pen­sar en un mode­lo a seguir es otra de las cues­tio­nes que abo­nan nues­tras frus­tra­cio­nes como sociedad.

Con sus inde­fi­ni­cio­nes a cues­tas, Alber­to sigue nave­gan­do en medio de los dos gran­des pro­ble­mas que vie­ne arras­tran­do (deu­da y COVID 19), que son como topes para que pue­da “arran­car” la eco­no­mía. A esas difi­cul­ta­des se le ha agre­ga­do, en estos últi­mos tiem­pos, las con­tra­dic­cio­nes y cru­ces den­tro del pro­pio gobierno.

La “deu­da eter­na” con el repe­ti­ti­vo minué (de la “últi­ma ofer­ta”) entre gobierno y bonis­tas hace que este tema, pasa­dos casi 4 meses de la fecha pre­vis­ta (31 de mar­zo) para su arre­glo, sigue estan­do allí. Los acree­do­res, sabe­do­res que se tra­ta de una deu­da “ile­gi­ti­ma e impa­ga­ble”, pro­cu­ran lograr –lo más inme­dia­ta­men­te posi­ble- los máxi­mos beneficios.

El desa­rro­llo del COVID 19 era la car­ta fuer­te que tenía el gobierno para mos­trar su efi­ca­cia. El duro mane­jo ini­cial le dio tiem­po para reequi­par al des­trui­do sis­te­ma de salud. La con­ti­nui­dad de las cua­ren­te­nas y con­tro­les “can­só” a la socie­dad y aho­ra, en los momen­tos más crí­ti­cos, resul­ta casi impo­si­ble impo­ner muchas res­tric­cio­nes a la cir­cu­la­ción de las per­so­nas. Todo ello aten­ta con­tra un buen con­trol de esta enfermedad.

En momen­tos que todos espe­ran que las cues­tio­nes eco­nó­mi­cas ocu­pen el cen­tro de la agen­da del gobierno toman cuer­po las cues­tio­nes inter­nas que hacen difí­cil un “arran­que” imprescindible.

Cuan­do, a pesar de estos días fríos, el calor del cli­ma social inun­da los salo­nes de la resi­den­cia pre­si­den­cial el Pre­si­den­te dijo, el pasa­do vier­nes, que en los pró­xi­mos días “anun­cia­rá más de 60 medi­das para empe­zar a cons­truir un futu­ro más defi­ni­do para salir de esta crisis”.

Itu­rria /​Fuen­te

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