Esta­dos Uni­dos. Los pasos en fal­so de Trump mina­ron la recu­pe­ra­ción de la pandemia

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de junio de 2020

La situa­ción podría haber sido res­ca­ta­da de algu­na mane­ra si el pre­si­den­te res­pal­da­ra los esfuer­zos de su pro­pia admi­nis­tra­ción, dicen los exper­tos, pero en cam­bio ha mos­tra­do poco liderazgo.

A pesar de la iner­cia y la dis­fun­ción que
pla­ga­ron las pri­me­ras eta­pas de la res­pues­ta del gobierno de EE. UU. a la
pan­de­mia de coro­na­vi­rus, la situa­ción podría haber­se res­ca­ta­do de algu­na manera
si Donald Trump sim­ple­men­te hubie­ra res­pal­da­do los esfuer­zos de su propia
admi­nis­tra­ción, dicen exper­tos en salud pública.

En cam­bio, Trump ha mos­tra­do poco
lide­raz­go acti­vo y con fre­cuen­cia soca­va los esfuer­zos y con­se­jos del gobierno
des­ti­na­dos a fre­nar el virus al alen­tar la reaper­tu­ra de las pro­tes­tas y
negar­se a usar una más­ca­ra facial.

A medi­da que Esta­dos Uni­dos avan­za con la
reaper­tu­ra de nego­cios y per­mi­te reunio­nes públi­cas, inclu­so cuan­do las
infec­cio­nes por Covid-19 han aumen­ta­do a nue­vos nive­les alar­man­tes en varios
esta­dos, las opor­tu­ni­da­des per­di­das han soca­va­do seve­ra­men­te la fase de
recu­pe­ra­ción de una pan­de­mia que ya se ha ha cobra­do 116.000 vidas en los
Esta­dos Unidos.

El 16 de abril, la Casa Blan­ca emitió
pau­tas a los esta­dos sobre cómo reini­ciar de mane­ra segu­ra la vida normal
nue­va­men­te. Muchos epi­de­mió­lo­gos los con­si­de­ra­ron defec­tuo­sos, demasiado
amplios, toda­vía no res­pal­da­dos con un sis­te­ma robus­to de prue­ba y seguimiento
de per­so­nas infec­ta­das para evi­tar un resur­gi­mien­to del virus, pero al menos
era algo con­sis­ten­te para tra­ba­jar en una eta­pa deli­ca­da de la pandemia.

En cam­bio, Trump anun­ció «esta­mos en
el pro­ce­so de ganar aho­ra» y al día siguien­te res­pon­dió a las protestas
que exi­gían una reaper­tu­ra inme­dia­ta tui­tean­do «LIBERATE MICHIGAN»,
«LIBERATE MINNESOTA» y «LIBERATE VIRGINIA».

Tras lla­mar­se a sí mis­mo un pre­si­den­te de
gue­rra luchan­do con­tra un enemi­go invi­si­ble, Trump, des­pués de haber vis­to un
pro­gre­so ini­cial y un modes­to repun­te en el mer­ca­do de valo­res, dejó el campo
de bata­lla, dicen los observadores.

Un fun­cio­na­rio cer­cano al esfuerzo
pan­dé­mi­co, que no qui­so ser iden­ti­fi­ca­do, dijo que la res­pues­ta fede­ral ha sido
un «espec­tácu­lo de mier­da» con un vacío de lide­raz­go que la Dra.
Debo­rah Birx, coor­di­na­do­ra del gru­po de tra­ba­jo de coro­na­vi­rus; Jared
Kush­ner, yerno del pre­si­den­te; y Mike Pen­ce han tra­ta­do de llenar.

«Trump tenía un plan del Dr. Birx y
si hubie­ra pedi­do un poco más de pacien­cia al públi­co, ten­dría­mos una situación
muy dife­ren­te a la actual», dijo Andy Sla­vitt, ex jefe inte­ri­no de
Ser­vi­cios de Medi­ca­re y Medi­caid. “Pero él no esta­ba dis­pues­to a hacer
eso. No pudo esperar.

“No hay cien­cia que diga que tomar­se un
mes de des­can­so ter­mi­na con el virus. La for­ma en que fun­cio­na el virus es
que va a luga­res don­de no ha esta­do e infec­ta a las per­so­nas, y eso está
suce­dien­do nue­va­men­te aho­ra. Nadie tie­ne un tra­ba­jo fácil en esto y hay
que tomar deci­sio­nes difí­ci­les, pero ahí es don­de se necesita
lide­raz­go. Nos ha fal­ta­do eso.

Otro posi­ble pun­to de infle­xión llegó
antes en la cri­sis, el 3 de abril, cuan­do los Cen­tros para el Con­trol y la
Pre­ven­ción de Enfer­me­da­des (CDC), que en gran par­te se deja­ron de lado durante
la pan­de­mia, acon­se­ja­ron a los esta­dou­ni­den­ses que se cubrie­ran la cara con
tela. Una vez más, el avi­so no fue per­fec­to: las más­ca­ras qui­rúr­gi­cas son
mucho más efec­ti­vas pero esca­sean debi­do a una defi­cien­cia de existencias
federales.

Sin embar­go, los inves­ti­ga­do­res de salud públi­ca han des­cu­bier­to que inclu­so las más­ca­ras case­ras pue­den evi­tar que Covid-19 se pro­pa­gue a tra­vés de la tos y los estor­nu­dos y que los hom­bres repu­bli­ca­nos sean mucho menos pro­pen­sos a usar más­ca­ras que otros gru­pos, un fuer­te res­pal­do del con­se­jo de los CDC de Trump podría haber empu­ja­do la más­ca­ra masi­va usar y cor­tar la pan­de­mia en las rodillas.

Pero Trump reve­ló que él no usa­ría una
más­ca­ra él mis­mo y refle­xio­nó «sen­ta­do en la Ofi­ci­na Oval detrás
de ese her­mo­so Escri­to­rio Reso­lu­ti­vo, el gran Escri­to­rio Reso­lu­ti­vo, creo que
usar una más­ca­ra facial al salu­dar a pre­si­den­tes, pri­me­ros ministros,
dic­ta­do­res, reyes, rei­nas , No sé, de algu­na mane­ra no lo veo por mí mismo
«.

Pos­te­rior­men­te se qui­tó una más­ca­ra que
lle­va­ba pues­ta duran­te una visi­ta a una fábri­ca en Michi­gan para evi­tar que los
medios lo vie­ran en una.

«Ha habi­do un com­ple­to fra­ca­so en la
res­pues­ta nacio­nal y reco­men­dar el uso de más­ca­ras y lue­go minar­lo en la misma
con­fe­ren­cia de pren­sa es el epí­to­me de lo que salió mal», dijo Tom
Frie­den, ex jefe de los CDC.

Sla­vitt seña­ló que paí­ses como la
Repú­bli­ca Che­ca y Nue­va Zelan­da, que ins­ti­tu­ye­ron medi­das fuer­tes y
con­sis­ten­tes, han podi­do salir de la pan­de­mia sin usar
más­ca­ras. «Trump podría haber usa­do una más­ca­ra duran­te cuatro
sema­nas, pedir a las per­so­nas del otro lado del pasi­llo que hicie­ran lo mis­mo y
obten­dría una reduc­ción dra­má­ti­ca en la tasa de infec­ción y comen­za­ría a operar
muy cer­ca de lo nor­mal nue­va­men­te», dijo. .

“Ten­dría una eco­no­mía en auge, muy pocos
virus y las fron­te­ras cerra­das, lo que quie­re de todos modos. El público
pue­de tomar noti­cias difí­ci­les si se las da direc­ta­men­te, pero Trump no hace
malas noti­cias. No pue­de hacer un poco de sacri­fi­cio para lograrlo ”,
agre­gó Slavitt.

A medi­da que la res­pues­ta pandémica
visi­ble de la Casa Blan­ca se ha ero­sio­na­do (el gru­po de tra­ba­jo sobre
coro­na­vi­rus no ha cele­bra­do una sesión infor­ma­ti­va duran­te casi dos meses), se
ha deja­do a los esta­dos cro­no­me­trar la reaper­tu­ra de res­tau­ran­tes, bares,
tien­das y otros espa­cios públi­cos. Las infec­cio­nes aho­ra tie­nen una
ten­den­cia al alza en 18 esta­dos, con evi­den­cia de que un reini­cio en los via­jes y
las inter­ac­cio­nes entre las per­so­nas está impul­san­do un núme­ro cada vez mayor,
jun­to con prue­bas ampliadas.

Ari­zo­na es un nue­vo pun­to de acce­so de
Covid-19, con dos sema­nas de infec­cio­nes récord, lo que pro­vo­có que Kate
Galle­go, la alcal­de­sa de Phoe­nix, advir­tie­ra que «los hos­pi­ta­les realmente
están luchan­do» con la afluen­cia de nue­vos pacientes.

Los nue­vos casos de Covid casi se dupli­ca­ron en Ala­ba­ma des­pués de la reaper­tu­ra, mien­tras que en Flo­ri­da se con­fir­mó un récord esta­tal de 2.581 nue­vas infec­cio­nes el sába­do, rom­pien­do el máxi­mo ante­rior de solo un día antes, dos sema­nas des­pués de que el esta­do per­mi­tie­ra la reaper­tu­ra de bares, cines y otros luga­res de entretenimiento .

En el extran­je­ro, paí­ses como Nue­va Zelan­da han ins­ti­tui­do un sis­te­ma de esti­lo de semá­fo­ro para infor­mar al públi­co sobre el peli­gro cre­cien­te y aumen­tar o dis­mi­nuir las res­tric­cio­nes en res­pues­ta. Los epi­de­mió­lo­gos esta­dou­ni­den­ses tam­bién han mira­do con envi­dia los pane­les de datos uti­li­za­dos en luga­res como Sin­ga­pur, que ras­trean casos de infec­ción por con­tac­to entre per­so­nas. Si bien algu­nos esta­dos, como Ore­gon, han inte­rrum­pi­do las reaper­tu­ras debi­do a un aumen­to en los casos, muchos otros están avan­zan­do inde­pen­dien­te­men­te, citan­do los cos­tos eco­nó­mi­cos y de salud men­tal del blo­queo continuado.

«Los esta­dou­ni­den­ses están en
movi­mien­to, y no pue­den ser ata­dos, y no pue­den ser res­trin­gi­dos a menos que
tomen una deci­sión volun­ta­ria de que esto es ade­cua­do para mí y mi salud o mi
fami­lia», dijo Asa Hut­chin­son, gober­na­dor de Arkansas. .

Algu­nos repu­bli­ca­nos han expre­sa­do su
frus­tra­ción por lo que ven como una reac­ción hipó­cri­ta a las pro­tes­tas contra
el racis­mo que han con­mo­cio­na­do a los Esta­dos Uni­dos a raíz de la muer­te de
Geor­ge Floyd, seña­lan­do que estas reunio­nes pue­den haber pro­pa­ga­do el virus. Las
con­se­cuen­cias de las pro­tes­tas y la reti­cen­cia de los con­ser­va­do­res a aislarse
aún más pro­ba­ble­men­te harán que sea extre­ma­da­men­te difí­cil vol­ver a impo­ner el
blo­queo si las infec­cio­nes aumentan.

«Cerrar la puer­ta no es la respuesta»,
dijo Henry McMas­ter, gober­na­dor de Caro­li­na del Sur, la sema­na pasa­da, incluso
des­pués de que su epi­de­mió­lo­go esta­tal advir­tió que esta­ba más preo­cu­pa­da que
nun­ca por la pro­pa­ga­ción de Covid-19 en Caro­li­na del Sur. «La gente
tie­ne que poder ir a tra­ba­jar para ganar­se la vida».

Frie­den dijo que los esta­dos con casos en
decli­ve pue­den tra­tar de res­trin­gir el via­je de aque­llos con altas tasas de
infec­ción, mien­tras empu­jan lo que él lla­ma las tres W: lavar­se las manos, usar
más­ca­ras y vigi­lar su dis­tan­cia, para evi­tar una pro­pa­ga­ción explosiva.

«Sin embar­go, pre­de­cir el futu­ro es una tarea arries­ga­da», dijo, «la gen­te es muy rea­cia a vol­ver al encie­rro, aun­que algu­nas per­so­nas que­rrán que­dar­se en casa». Sin embar­go, debe­mos dar­nos cuen­ta de que la salud públi­ca no es la barre­ra para la reaper­tu­ra, es la ruta para reabrirla ”.

Fuen­te: The­guar­dian

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