Bra­sil. Moro expo­ne nue­vos deli­tos de Bolsonaro

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano* /​25 de abril de 2020

El pro­nun­cia­mien­to de Sér­gio Moro fue una bom­ba. En su dimi­sión, el ex minis­tro reve­ló que Jair Bol­so­na­ro accio­na brus­ca­men­te para subor­di­nar a la Poli­cía Fede­ral (PF) a sus intere­ses polí­ti­cos. Moro tam­bién dijo que el pre­si­den­te que­ría tener acce­so a inves­ti­ga­cio­nes e infor­mes secre­tos de inteligencia.

Las acu­sa­cio­nes del ex juez son gra­ves y deben ser inves­ti­ga­das inme­dia­ta­men­te. Se suman a una lar­ga lis­ta de deli­tos de res­pon­sa­bi­li­dad come­ti­dos por Bol­so­na­ro. Por lo tan­to, hay razo­nes para que el Con­gre­so, el STF (Supre­mo Tri­bu­nal Fede­ral) la PGR (Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral de la Repú­bli­ca), y el TSE (Supre­mo Tri­bu­nal Elec­to­ral), abran urgen­te­men­te una inves­ti­ga­ción y un pro­ce­so de des­ti­tu­ción con­tra el pre­si­den­te de las mili­cias (ban­das para­po­li­cia­les). El pre­si­den­te de la Cáma­ra de Dipu­tados, Rodri­go Maia, debe aca­tar la peti­ción de impeachment.

La sali­da de Moro del gobierno se debe a dos razo­nes prin­ci­pa­les. Pri­me­ro, Bol­so­na­ro quie­re pro­te­ger a su fami­lia de las inves­ti­ga­cio­nes en cur­so. Se sos­pe­cha que el clan está rela­cio­na­do con la eje­cu­ción de Marie­lle Fran­co por los mili­cia­nos. La con­fir­ma­ción de la posi­ble par­ti­ci­pa­ción de la fami­lia en el ase­si­na­to de la con­se­ja­la muni­ci­pal del PSOL (Par­ti­do Socia­lis­mo y Liber­tad) tie­ne un poten­cial explo­si­vo. Flá­vio Bol­so­na­ro, a su vez, es inves­ti­ga­do por el esque­ma de corrup­ción en la Cáma­ra Muni­ci­pal de Río de Janei­ro. Car­los Bol­so­na­ro es sos­pe­cho­so de lide­rar una mili­cia digi­tal res­pon­sa­ble por los dis­pa­ros masi­vos de fake news. Tam­bién está la inves­ti­ga­ción sobre los actos de bol­so­na­ris­tas en favor de una nue­va dic­ta­du­ra, el cie­rre del Con­gre­so y el STF.

Jair Bol­so­na­ro, ade­más de pro­te­ger a su pro­pia fami­lia, pre­ten­de con­tro­lar a la Poli­cía Fede­ral para colo­car­la al ser­vi­cio de su com­plot gol­pis­ta. Sér­gio Moro fue un impor­tan­te alia­do de la extre­ma dere­cha. Como jefe de la Ope­ra­ción Lava Jato, Moro desem­pe­ñó un papel cla­ve en el gol­pe par­la­men­ta­rio que derro­có a Dil­ma Rous­seff (PT), en el encar­ce­la­mien­to polí­ti­co de Lula, que alla­nó el camino para la vic­to­ria elec­to­ral de Bol­so­na­ro, y en el sos­te­ni­mien­to del actual gobierno neo­fas­cis­ta. Es pro­ba­ble que, ante el recien­te des­gas­te de Bol­so­na­ro, Moro opta­ra por dis­tan­ciar­se del Bol­so­na­ro, opo­nién­do­se al con­trol direc­to del Pre­si­den­te sobre la Poli­cía Fede­ral. Por eso, cayó en el día de hoy.

La sali­da de Moro no borra de nin­gu­na mane­ra su nefas­ta bio­gra­fía polí­ti­ca, que siem­pre esta­rá liga­da al ascen­so del neo­fas­cis­mo al gobierno y a los méto­dos cri­mi­na­les de per­se­cu­ción judi­cial y poli­cial reve­la­dos por The Inter­cept Bra­sil, en el escán­da­lo de #Vaza­Ja­to. Moro aban­do­na el gobierno, pero con­ti­nua­rá en la polí­ti­ca, pro­ba­ble­men­te alián­do­se con la dere­cha que hoy está en opo­si­ción a Bolsonaro.

En un momen­to en que el núme­ro de muer­tes por el Covid-19 está ace­le­rán­do­se, la cri­sis social y eco­nó­mi­ca gol­pea la puer­ta de dece­nas de millo­nes de tra­ba­ja­do­res, y las ame­na­zas gol­pis­tas se vuel­ven peli­gro­sas, el derro­ca­mien­to del gobierno es urgen­te. Bol­so­na­ro es el mayor alia­do del virus. La con­ti­nui­dad de Bol­so­na­ro en la pre­si­den­cia sig­ni­fi­ca­rá un dra­má­ti­co aumen­to de las muer­tes, el des­em­pleo y la pobre­za. Cada día que con­ti­núe en el poder, mayor es el ries­go de des­truc­ción de las garan­tías demo­crá­ti­cas. Por lo tan­to, para sal­var vidas, empleos y dere­chos demo­crá­ti­cos, el fas­cis­ta debe ser remo­vi­do de la presidencia.

Ante la gra­ve­dad de la situa­ción, es esen­cial que la izquier­da se una en un Fren­te Úni­co por el Fue­ra Bol­so­na­ro, pre­sen­tan­do una alter­na­ti­va polí­ti­ca a la cla­se tra­ba­ja­do­ra. La izquier­da no debe ir a remol­que de la dere­cha tra­di­cio­nal. Debe­mos defen­der la caí­da de Bol­so­na­ro y Mou­rão, así como la con­vo­ca­to­ria de elec­cio­nes libres y direc­tas por ade­lan­ta­do, para que el pue­blo, demo­crá­ti­ca­men­te, pue­da ele­gir un nue­vo gobierno. No debe­mos con­fiar en el coman­do de las Fuer­zas Arma­das. El núcleo de gene­ra­les del Pala­cio del Pla­nal­to (sede del gobierno fede­ral en Basi­lia: ndt) apo­ya a Bol­so­na­ro y su pro­yec­to. Son nos­tál­gi­cos de la dic­ta­du­ra mili­tar y de la extre­ma dere­cha ideo­ló­gi­ca. Y si lle­ga­ran a rom­per con Bol­so­na­ro, segui­rán repre­sen­tan­do un peli­gro para las liber­ta­des democráticas.

Es hora de aumen­tar la pre­sión. No pode­mos salir a la calle toda­vía. Pero des­de las ven­ta­nas, gri­ta­re­mos a ple­nos pul­mo­nes: Fue­ra de Bolsonaro.

¡Fue­ra Bol­so­na­ro y Mourão!

¡Por elec­cio­nes direc­tas y libres adelantadas!

¡Sal­var a las per­so­nas, no a las ganancias!

¡Gol­pe no, Dic­ta­du­ra nun­ca más!

Edi­to­rial de Esquer­da Online

Tra­duc­ción de Ernes­to Herre­ra

Corres­pon­den­cia de Prensa*

Itu­rria /​Fuen­te

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