Argen­ti­na. Éxi­tos, dudas, peligros…y rebel­días que trae el hambre

Juan Guahán /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​26 de abril de 2020

El gobierno se sien­te for­ta­le­ci­do en el camino ele­gi­do para el tra­ta­mien­to de esta pes­te. Las cifras ofi­cia­les de la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS) de la pan­de­mia seña­lan que Argen­ti­na tie­ne una can­ti­dad de falle­ci­dos equi­va­len­tes a uno cada 269 mil habitantes.

Esos resul­ta­dos son infe­rio­res a los de Boli­via (1 cada 265 mil); Uru­guay (1 cada 294 mil) y Para­guay (1 cada 790 mil). Pero con mejo­res resul­ta­dos que Colom­bia (1 cada 234 mil); Chi­le (1 cada 110 mil); Bra­sil (1 cada 62 mil); Perú (1 cada 52 mil) y Ecua­dor (1 cada 30 mil). 

Los datos pre­ce­den­tes per­mi­ten al gobierno argen­tino insis­tir en la estra­te­gia plan­tea­da. No exis­te la mis­ma con­vic­ción cuan­do se habla de cómo enfren­tar otros pro­ble­mas y que son una adver­ten­cia sobre el futu­ro. Entre esas pre­vi­si­bles difi­cul­ta­des se deben seña­lar la situa­ción en cár­ce­les y geriá­tri­cos. En el podio de estas difi­cul­ta­des están las cues­tio­nes vin­cu­la­das al ham­bre y la economía.

Cuan­do son estos los temas que ocu­pan el cen­tro del deba­te la pre­gun­ta más noto­ria, evi­den­te y moles­ta es: ¿Cuán­do y cómo se sal­drá de este infierno? Nadie sabe a cien­cia cier­ta sobre tal fecha o méto­dos. Son muchas las varia­bles. La vacu­na es la pers­pec­ti­va más cono­ci­da y su apli­ca­ción masi­va nos lle­va al año 2021 como un momen­to lógi­co para que los miles de millo­nes ten­ga­mos una res­pues­ta sóli­da y general.

El avan­ce del COVID 19 no pue­de hacer olvi­dar otras situa­cio­nes gra­ves como el des­plie­gue del den­gue, la enfer­me­dad tras­mi­ti­da por la pica­du­ra de la hem­bra del mos­qui­to Aedes aegy­pti. Por ejem­plo en la pro­vin­cia de San­ta Fe, en los últi­mos 40 días, se han regis­tra­do 236 casos de coro­na­vi­rus y dos falle­ci­dos, en ese mis­mo perío­do hubo 2.532 casos de den­gue con tres fallecidos.

En cár­ce­les y geriá­tri­cos la mecha está prendida

El COVID 19 se mani­fies­ta con dos carac­te­rís­ti­cas cen­tra­les: Su rápi­da con­ta­gio­si­dad y el hecho que los de mayor edad son su gru­po eta­rio adic­to. Esto hace que, cuan­do la cir­cu­la­ción del virus se arrai­gó en el terri­to­rio, las cár­ce­les y los geriá­tri­cos sean los luga­res don­de su desa­rro­llo pue­de trans­for­mar­se en “bom­bas sanitarias”.

En las cár­ce­les la situa­ción es insos­te­ni­ble. La con­glo­me­ra­ción ‑que las carac­te­ri­za- las trans­for­ma en un pro­ble­ma sani­ta­rio de pri­mer orden. Los moti­nes se ini­cia­ron en Coron­da y Las Flo­res, en el inte­rior y la capi­tal san­ta­fe­si­na; lue­go fue Mel­chor Rome­ro (La Pla­ta), le siguie­ron Corrien­tes, Flo­ren­cio Vare­la (del Gran Bue­nos Aires), nue­va­men­te Mel­chor Rome­ro y los avi­sos des­de Junín (inte­rior bonaerense).

Cerran­do la sema­na el motín en la his­tó­ri­ca cár­cel de Villa Devo­to (Capi­tal Fede­ral), don­de la situa­ción sigue com­pli­ca­da a pesar del Acta for­mal y la Mesa de Diá­lo­go entre auto­ri­da­des del gobierno y dele­ga­dos de los pabe­llo­nes de presos.

Los resul­ta­dos de estos moti­nes tie­nen –has­ta aho­ra- a varios reclu­sos muer­tos con res­pon­sa­bi­li­dad direc­ta, en algu­nos casos, de los guar­dias del Ser­vi­cio Peni­ten­cia­rio. Las huel­gas de ham­bre de los pre­sos flo­re­cen en diver­sas cárceles.

El pasa­do 8 de abril el Tri­bu­nal de Casa­ción bonae­ren­se orde­nó a los jue­ces de pri­me­ra ins­tan­cia otor­gar pri­sión domi­ci­lia­ria a los gru­pos de ries­go, defi­nien­do como tales a los mayo­res de 65 años con enfer­me­da­des preexistentes.

Ese recla­mo bási­co va acom­pa­ña­do de otras rei­vin­di­ca­cio­nes (como varia­das for­mas de liber­ta­des ade­lan­ta­das, pri­sio­nes domi­ci­lia­rias y con­mu­ta­cio­nes de penas) que son la ban­de­ra de múl­ti­ples y gene­ra­li­za­dos recla­mos que siguen cre­cien­do y man­tie­nen en vilo a dece­nas de miles de familias.

Si es fuer­te el impac­to de la situa­ción car­ce­la­ria, sobre todo en los sec­to­res humil­des, la ima­gen tele­vi­si­va sobre lo que acon­te­ce en varios geriá­tri­cos por­te­ños no deja de escan­da­li­zar a sec­to­res medios. Se for­ta­le­ce la idea que una gran hipo­cre­sía rodea a las polí­ti­cas des­ti­na­das a los más viejos.

Son decla­ra­dos como la fran­ja de mayo­res ries­gos y se pre­ten­de que hagan un par­ti­cu­lar ais­la­mien­to, pero al mis­mo tiem­po se los man­da a rea­li­zar absur­das colas para cobrar su magra jubilación.

Mien­tras que “para pro­te­ger­los” se pre­ten­de con­fi­nar­los en sus sitios de resi­den­cia las pan­ta­llas tele­vi­si­vas difun­den la ima­gen del aban­dono real a la que son some­ti­dos en geriá­tri­cos trans­for­ma­dos en “depó­si­tos de ancia­nos” con valo­res de resi­den­cias de “5 estrellas”.

El ham­bre mata, pero tam­bién des­ata ries­gos varios

Argen­ti­na es un país al que la natu­ra­le­za dotó con la capa­ci­dad para pro­du­cir ali­men­tos para cien­tos de millo­nes de per­so­nas, sin embar­go una par­te con­si­de­ra­ble de sus esca­sos 45 millo­nes de pobla­do­res no pue­den satis­fa­cer las deman­das de sus estómagos.

Una ver­güen­za que la his­to­ria ano­ta­rá en el debe de una lar­ga lis­ta de diri­gen­tes que, des­de hace varias déca­das, no han sido capaz de gene­rar polí­ti­cas que repar­tan toda esa poten­cial rique­za de un modo más jus­to. A esa tris­te y deca­den­te his­to­ria que vie­ne de arras­tre se le agre­gan los efec­tos de este virus.

Aho­ra se incor­po­ran millo­nes a una mesa que esta­ba medio vacía. Des­de el gobierno avi­san que la aten­ción ali­men­ta­ria que lle­ga­ba a ocho millo­nes de per­so­nas, aho­ra debía ampliar­se a 12 millones.

Esa situa­ción tien­de a vol­ver­se día a día más com­pli­ca­da, cre­cen los recla­mos y las posi­bi­li­da­des que esta situa­ción se mani­fies­te en calles o rutas, com­pli­can­do la situa­ción sani­ta­ria y los ries­gos represivos.

En las áreas sub­ur­ba­nas –a pesar de los ries­gos sani­ta­rios- cre­cen las ollas popu­la­res como un emer­gen­te para paliar el ham­bre y un lugar de encuen­tro y orga­ni­za­ción terri­to­rial. Las res­pues­tas esta­ta­les tar­dan en lle­gar. Ello tie­ne que ver con un gobierno aco­rra­la­do por una infla­ción galo­pan­te, un empre­sa­ria­do poco dis­pues­to a “sacri­fi­cios patrió­ti­cos” y fun­cio­na­rios inmo­vi­li­za­dos por el mie­do a ser denun­cia­dos por pagos ilegales.

En eco­no­mía, malas noticias

El pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez sabe que el 80% de valo­ra­ción posi­ti­va que hoy osten­ta es una cifra his­tó­ri­ca y solo tie­ne pare­ci­do con la que tuvo Raúl Alfon­sín cuan­do orde­nó el jui­cio a la Jun­ta Mili­tar y puso en mar­cha un nue­vo plan económico.

Tam­bién sabe que tal valo­ra­ción está ata­da a su actua­ción en medio de esta pan­de­mia pero que la mis­ma está en peli­gro ante la situa­ción y evo­lu­ción de la eco­no­mía. Pero no esta­mos segu­ros que Alber­to Fer­nán­dez ten­ga la mis­ma con­vic­ción sobre las raí­ces mun­dia­les y pro­yec­cio­nes futu­ras de esta crisis.

Lo que for­ma par­te de esta reali­dad es la cri­sis del capi­ta­lis­mo, que hoy mues­tra su seni­li­dad his­tó­ri­caEsa cri­sis mun­dial está anu­da­da a la actual pan­de­mia y a los tra­di­cio­na­les pro­ble­mas de la eco­no­mía argen­ti­na, agra­va­dos has­ta nive­les exor­bi­tan­tes por el recien­te gobierno neo­li­be­ral de Mau­ri­cio Macri.

Los fru­tos de ese enca­de­na­mien­to están aso­man­do en esta reali­dad y cons­ti­tu­yen el abis­mo hacia el que pare­ce enca­mi­nar­se el actual gobierno. Es por eso que las medi­das actua­les y futu­ras no pue­den ser la mera repro­duc­ción de las uti­li­za­das en otras ocasiones.

En este sen­ti­do uno de los prin­ci­pa­les pro­ble­mas que tie­ne que aten­der el actual gobierno es el de la tra­di­cio­nal deu­da. El gobierno pre­ten­de rene­go­ciar­la con lo que no hace más que lega­li­zar situa­cio­nes frau­du­len­tas que recae­rán sobre el futu­ro de varias generaciones.

Los bonis­tas, des­pués de recha­zar la pri­me­ra ofer­ta, espe­ran algu­nos “aflo­jes” del gobierno argen­tino, mejo­ran­do lo que tie­nen plan­tea­do. Entre esas ideas ima­gi­nan algu­nos pagos ade­lan­ta­dos con efec­ti­vo, mejo­ran­do intere­ses y redu­cien­do pla­zos de gra­cia. Esta fue una idea pro­por­cio­na­da por Joseph Sti­glitz (padrino del actual Minis­tro Mar­tín Guzmán).

A esa idea podría apor­tar el mul­ti­mi­llo­na­rio Geor­ge Soros con algún efec­ti­vo para esos ade­lan­tos. A cam­bio reci­bi­ría algu­nas ven­ta­jas para entrar en el nego­cio ener­gé­ti­co de nues­tro país.

Habien­do incum­pli­do el pago de los tres bonos que ven­cie­ron el pasa­do 22 de abril, se rati­fi­ca el 22 de mayo como la fecha lími­te para defi­nir si el país está o no en un default formal.

En ese mar­co el ries­go país ya supera los 4 mil pun­tos, las expor­ta­cio­nes han caí­do un 16% y el con­su­mo de ener­gía se redu­jo –des­de el ini­cio de la pan­de­mia- en un 18%. La reduc­ción de los ingre­sos nacio­na­les, pro­vin­cia­les y muni­ci­pa­les, acom­pa­ñan estas cifras en pro­por­cio­nes que supe­ran el 20%.

Por si esta fie­ra pers­pec­ti­va no fue­ra sufi­cien­te el gobierno se encuen­tra con la nove­dad que más de 300 mil tra­ba­ja­do­res en blan­co están sien­do afec­ta­dos –des­de el ini­cio de la cua­ren­te­na- por des­pi­dos, sus­pen­sio­nes o reduc­cio­nes salariales.

Todo ello sin con­tar con los millo­nes de tra­ba­ja­do­res pre­ca­ri­za­dos que per­die­ron la posi­bi­li­dad de puche­rear el día a día, por las medi­das sanitarias.

Los ocho millo­nes de peti­cio­nes apro­ba­das para per­ci­bir los diez mil pesos (unos 100 dóla­res) del Ingre­so Fami­liar de Emer­gen­cia, de un total de cer­ca de 12 millo­nes pre­sen­ta­das, son una prue­ba de la can­ti­dad de per­so­nas que están a la intem­pe­rie social.

Las 400 mil empre­sas que aspi­ran lograr un cré­di­to esta­tal para que esta pan­de­mia no se los lle­ve pues­tos, son otra prue­ba de la mag­ni­tud de los pro­ble­mas que tie­ne el gobierno.

Has­ta aho­ra el reme­dio fun­da­men­tal que tie­ne a mano el gobierno es la emi­sión mone­ta­ria. No hace fal­ta fun­da­men­tar los ries­gos de esta medi­da si no va acom­pa­ña­da de un incre­men­to pro­duc­ti­vo. El gobierno ha sido noti­fi­ca­do por la reali­dad que está fren­te a un abis­mo de pro­fun­di­da­des insondables.

*Ana­lis­ta polí­ti­co y diri­gen­te social argen­tino, aso­cia­do al Cen­tro Lati­no­ame­ri­cano de Aná­li­sis Estra­té­gi­co.

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *