Argen­ti­na. Cir­co. El coro­na­vi­rus y el dis­cur­so neoliberal

Por Luis Brusch­tein * /​Resu­men Latinoamericano/​26 de abril 2020 .–

Los increí­bles argu­men­tos de Macri, Bol­so­na­ro y Trump están en línea con los que aplau­den a los médi­cos y des­pués les que­man el auto o los ape­drean. El recha­zo al Esta­do en medio de la pan­de­mia no es más que el repu­dio a la salud públi­ca que es lo úni­co que la frena. 

El pre­si­den­te nor­te­ame­ri­cano Donald Trump sugi­rió que si el desin­fec­tan­te resul­ta­ba tan efi­caz con­tra el virus, por qué no se lo inyec­ta­ban a las per­so­nas . Mario Var­gas Llo­sa y el ex pre­si­den­te Mau­ri­cio Macri publi­ca­ron una decla­ra­ción con­tra las cua­ren­te­nas por­que son pro­pias del “auto­ri­ta­ri­ta­ris­mo ” y Jair Bol­so­na­ro lle­gó a decir que los bra­si­le­ños son tan duros que resis­ten cual­quier epi­de­mia. Es sabi­do que resul­ta mor­tal inyec­tar­le lavan­di­na a una per­so­na, está demos­tra­do que es mor­tí­fe­ro levan­tar las cua­ren­te­nas y que los bra­si­le­ños no son inmor­ta­les. Con­tras­ta­das con el peli­gro de muer­te real, estas posi­cio­nes apa­re­cen como estu­pi­de­ces sobe­ra­nas. Sin embar­go, las ideas pri­mi­ti­vas que las sos­tie­nen encuen­tran recep­to­res en muchas per­so­nas con gran­des dosis de con­ve­nien­cias indi­vi­dua­lis­tas e igno­ran­cia y fue­ron mani­pu­la­das has­ta con­ver­tir­las en un cuer­po de pen­sa­mien­to hege­mó­ni­co liga­do al neo­li­be­ra­lis­mo. La idio­tez pudo ser con­ver­ti­da en ver­dad supe­rior que tuvo sus mejo­res repre­sen­tan­tes en estos y otros personajes. 

Lo de Trump pare­ce un chis­te, pero es el hom­bre más pode­ro­so del pla­ne­ta; Macri fue ele­gi­do pre­si­den­te de Argen­ti­na, igual que Bol­so­na­ro en Bra­sil. El pen­sa­mien­to que desa­rro­llan tan peno­sa­men­te entre los tres se redu­ce a una colec­ción de luga­res comu­nes de pre­po­ten­cia o resig­na­ción ante el más pode­ro­so. Toda la genia­li­dad del neo­li­be­ra­lis­mo para ganar elec­cio­nes fue ador­nar la ley del galli­ne­ro: el que está más arri­ba jode al de aba­jo. Y así Macri y Bol­so­na­ro se com­por­ta­ron como emplea­dos de Trump y como patro­nes o capa­ta­ces en sus paí­ses.

Una situa­ción lími­te como la que repre­sen­ta la pan­de­mia pone en evi­den­cia lo mejor y lo peor de las per­so­nas. La pro­pues­ta del neo­li­be­ra­lis­mo ante la catás­tro­fe ha sido bru­tal y estre­me­ce­do­ra. Por­que la nega­ción de las cua­ren­te­nas es sim­ple­men­te la nega­ti­va de los gran­des empre­sa­rios a que sus tra­ba­ja­do­res se que­den en sus casas.

Con­ci­ben a la muer­te de sus tra­ba­ja­do­res como “daños cola­te­ra­les”. Está implí­ci­to en esa pro­pues­ta que mori­rán los que ten­gan que morir. Nun­ca serán ellos, por­que ellos ponen el capi­tal y se que­dan en sus casas. Son los tra­ba­ja­do­res, que ponen el trabajo.

La decla­ra­ción que fir­man Macri, Var­gas Llo­sa, Patri­cia Bull­rich, Darío Lopér­fi­do, Ricar­do López Murphy y otros per­so­na­jes repre­sen­ta­ti­vos de la dere­cha local e his­pa­no­ame­ri­ca­na está diri­gi­da con­tra las cua­ren­te­nas, con­tra el impues­to a las for­tu­nas más gran­des, como se anun­ció en Argen­ti­na, y con­tra posi­bles esta­ti­za­cio­nes de la salud pri­va­da, de aero­lí­neas y de ban­cos, como se anun­ció en algu­nos paí­ses europeos.

Macri dejó sin fun­cio­nar a tre­ce hos­pi­ta­les que esta­ban prác­ti­ca­men­te ter­mi­na­dos en todo el país. Macri reti­ró de sus reunio­nes de gabi­ne­te al encar­ga­do de la salud públi­ca, al que reba­jó de minis­tro a secre­ta­rio, y redu­jo un 25 por cien­to el pre­su­pues­to dedi­ca­do a la salud con lo que des­abas­te­ció de insu­mos a los hos­pi­ta­les nacio­na­les. No tie­ne auto­ri­dad moral para fir­mar una decla­ra­ción así con el dedo acu­sa­dor levantado.

En el moti­vo que impul­sa a la per­so­na que requie­re ayu­da médi­ca o que aplau­de a los tra­ba­ja­do­res de la salud, a que des­pués incen­die el auto o ape­dree la casa de la enfer­me­ra o del médi­co para expul­sar­los por temor al con­ta­gio; en la con­tra­dic­ción ele­men­tal de que los mis­mos médi­cos de la salud públi­ca voten en su mayo­ría con­tra la salud públi­ca, está la semi­lla para que ger­mi­nen per­so­na­jes como Trump, Bol­so­na­ro o Macri.

Con esas mez­quin­da­des se teje el dis­cur­so neo­li­be­ral. Los argu­men­tos del que escri­bió la nota ame­na­za­do­ra al médi­co que vive en el edi­fi­cio son parien­tes de los que dicen que “pobre­za hubo siem­pre”, que los des­ocu­pa­dos “son todos vagos”, “a mí nadie me rega­ló nada” o “les sacan a los que tra­ba­jan para dár­se­lo a los que no trabajan”.

Y tam­bién están conec­ta­dos con la moti­va­ción de pro­duc­to­res y expor­ta­do­res rura­les que espe­cu­lan con el dólar en medio de una epi­de­mia en la que todo el mun­do apor­ta una cuo­ta de sacrificio.

Esa cone­xión sigue con los que aumen­tan el pre­cio de los ali­men­tos sin que haya una razón más que espe­cu­lar con las nece­si­da­des bási­cas que crea la epi­de­mia. Son bui­tres que se ali­men­tan de la deses­pe­ra­ción, igual que los ban­cos que pre­fie­ren espe­cu­lar antes que res­pal­dar a la producción.

El comer­cian­te que votó al macris­mo por esos argu­men­tos aho­ra es víc­ti­ma de ellos cuan­do los ban­cos se resis­ten a faci­li­tar los cré­di­tos que pro­mue­ve el gobierno nacional.

La decla­ra­ción dice al final que recha­zan el fal­so dile­ma entre el “Ogro filan­tró­pi­co y la muer­te”. Para ellos, el Ogro filan­tró­pi­co es el Esta­do y, en el caso de la pan­de­mia, sería la salud públi­ca. Ellos dicen que es fal­sa esa anti­no­mia cuan­do la expe­rien­cia demues­tra que la úni­ca res­pues­ta con­fia­ble con­tra la muer­te de la covid-19 ha sido la salud pública.

No es casual que uno de los fir­man­tes sea el mul­ti­mi­llo­na­rio argen­tino Ale­jan­dro Roem­mers, due­ño de la mayor fábri­ca de reme­dios de la región y de una de las for­tu­nas más impor­tan­tes del país, quien duran­te el macris­mo lle­vó 600 invi­ta­dos a la fas­tuo­sa cele­bra­ción de su cum­plea­ños en Marrue­cos. En esos cua­tro años de macris­mo, los reme­dios aumen­ta­ron el 460 por cien­to y algu­nos de los más comu­nes, más del mil por cien­to. Le dicen Ogro filan­tró­pi­co al que da gra­tis los reme­dios a los jubi­la­dos.

La decla­ra­ción que fir­mó Macri pare­ce un ser­vi­cio de Var­gas Llo­sa al millo­na­rio ex pre­si­den­te. Es inusi­ta­da la can­ti­dad de argen­ti­nos que la fir­man cuan­do se tra­ta­ría de un docu­men­to inter­na­cio­nal. La estra­te­gia de Macri ha sido mover­se con sigi­lo en el país y dosi­fi­car sus apa­ri­cio­nes en el esce­na­rio mun­dial, rela­cio­na­das con el fút­bol a veces y otras con la polí­ti­ca, como aho­ra. La decla­ra­ción es un espal­da­ra­zo al sec­tor de opo­si­ción dura que enca­be­za o dispu­ta con los radi­ca­les-PRO.

El pro­yec­to de impues­to extra­or­di­na­rio a las for­tu­nas mayo­res de tres millo­nes de dóla­res, con­tra el que apun­ta esta decla­ra­ción, enra­re­ció el ámbi­to legis­la­ti­vo. Los radi­ca­les-PRO quie­ren for­zar una sesión ple­na­ria pre­sen­cial del Con­gre­so y se opo­nen a una sesión vir­tual. El pro­ble­ma es que en el Sena­do hay por lo menos 50 por cien­to de per­so­nas mayo­res de 60 años, a los que se pon­dría en ries­go de muer­te. En esta fran­ja eta­ria el índi­ce de defun­cio­nes supera el 80 por cien­to de los muer­tos por la epi­de­mia y la sesión debe­ría rea­li­zar­se en el pico del pro­ce­so de infección.

Los radi­ca­les-PRO saben que la pro­pues­ta es invia­ble pero la uti­li­zan para acu­sar al Gobierno de gober­nar sin el Con­gre­so. Son las for­mas “auto­ri­ta­rias” a las que se refie­re la decla­ra­ción. Por su invia­bi­li­dad apa­re­ce como una chi­ca­na para obs­ta­cu­li­zar el deba­te de este impues­to que afec­ta­ría ape­nas a doce mil per­so­nas, pero con el que se podría recau­dar lo que se nece­si­ta para inver­tir en la lucha con­tra la epi­de­mia y libe­rar otros fon­dos para sos­te­ner la economía.

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