Méxi­co. El femi­ni­ci­dio y la tor­pe­za de López Obrador

Rober­to E Galin­do Domínguez*/ Resu­men Latinoamricano/​7 de mar­zo de 2020

La estra­te­gia para dis­mi­nuir la vio­len­cia en el país es más de fon­do que de for­ma inme­dia­ta y está cana­li­za­da para aten­der las cau­sas de su ori­gen, una mayor jus­ti­cia social dis­mi­nui­rá pau­la­ti­na­men­te la espi­ral de vio­len­cia en la que está sumi­do nues­tro país. La cues­tión es que has­ta aho­ra eso no ha sido sufi­cien­te para con­te­ner la bar­ba­rie que des­de hace déca­das vie­ne incre­men­tán­do­se. Si el pro­ble­ma de la inse­gu­ri­dad y la vio­len­cia no es con­tro­la­do y dis­mi­nui­do, será el que des­ca­rri­le al gobierno de Andrés Manuel López Obra­dor y al pro­yec­to nacio­nal que millo­nes de per­so­nas cimen­ta­mos en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les de 2018; la opo­si­ción lo sabe y per­sis­te en armar cam­pa­ñas mediá­ti­cas que incre­men­tan, más allá de los ver­da­de­ros núme­ros esta­dís­ti­cos, los nive­les de la vio­len­cia en gene­ral y sobre todo de la rela­cio­na­da a los crí­me­nes con­tra mujeres. 

La vio­len­cia ha sido racio­na­li­za­da y acep­ta­da por déca­das, sobre todo por aque­llos que no la han pade­ci­do y no han logra­do asu­mir o siquie­ra ima­gi­nar el dolor de quie­nes han sufri­do una de las pér­di­das huma­nas que se acu­mu­lan por cien­tos de miles en nues­tro país. Con el cam­bio de régi­men se amplia­ron por mucho las expec­ta­ti­vas de ami­no­rar la inse­gu­ri­dad y la vio­len­cia. Es evi­den­te que las pro­tes­tas se han incre­men­ta­do des­de todos los sec­to­res socia­les y algu­nas de éstas han reba­sa­do los están­da­res de agre­si­vi­dad de pro­tes­tas pre­vias; una de las razo­nes es que el gobierno fede­ral actual no repri­me como los gobier­nos ante­rio­res. Por supues­to entre las mani­fes­ta­cio­nes más agre­si­vas se encuen­tran las de los gru­pos femi­nis­tas más radi­ca­les, accio­nes que aca­pa­ran la aten­ción de los medios de comu­ni­ca­ción masi­vos y de las redes socia­les, inclu­so de par­ti­dos polí­ti­cos y de sec­to­res que antes no se mani­fes­ta­ban con­tra los crí­me­nes per­pe­tra­dos a muje­res o con­tra la vio­len­cia y la inse­gu­ri­dad en gene­ral. Y qué bueno que la pro­tes­ta femi­nis­ta con­gre­gue a todos los sec­to­res, inclu­so a aque­llos que en los sexe­nios pasa­dos fue­ron indo­len­tes o par­tí­ci­pes de la gene­ra­ción de la barbarie.

Las pro­tes­tas por los recien­tes casos de femi­ni­ci­dios, los que se han vuel­to más mediá­ti­cos, el de Ingrid Esca­mi­lla y el de la peque­ña Fáti­ma, son jus­ti­fi­ca­das, pero no sólo ellas fue­ron ase­si­na­das; dia­ria­men­te varias muje­res son extin­gui­das de este país y muchas más son vio­len­ta­das de algu­na mane­ra, pero no todos los casos obtie­nen tal aten­ción. Es cla­ro que la lucha femi­nis­ta está sien­do usa­da como arma de ata­que polí­ti­co con­tra la “4T”. Es evi­den­te, si lees los dia­rios, si escu­chas los pro­gra­mas de radio y vez los de tele­vi­sión, que muchos arti­cu­lis­tas y comen­ta­ris­tas hablan de la inep­ti­tud del gobierno para resol­ver los femi­ni­ci­dios, obvian­do que el pro­ble­ma no se gene­ró en 2019, ni se des­ató en 2020, excu­san­do los datos duros que seña­lan un pro­gre­si­vo y sos­te­ni­do incre­men­to de la vio­len­cia con­tra las muje­res des­de la déca­da de 1990, cuan­do se des­ata­ron una serie de crí­me­nes con­tra ellas en Ciu­dad Juá­rez, Chihuahua; pero sobre todo seña­lan­do que la vio­len­cia con­tra las muje­res se ha incre­men­ta­do enor­me­men­te duran­te la admi­nis­tra­ción de López Obrador.

Reto­man­do las cifras del Secre­ta­ria­do Eje­cu­ti­vo del Sis­te­ma de Segu­ri­dad Públi­ca, que repor­ta los datos duros sobre la vio­len­cia con­tra la mujer y basán­do­nos en el pre­sun­to femi­ni­ci­dio, pues los indi­ca­do­res de vio­len­cia por géne­ro cubren diver­sos tipos de agre­sión, tene­mos que a con­tra­co­rrien­te de lo que se mane­ja en las redes y en algu­nos medios de comu­ni­ca­ción, los índi­ces (medi­da que per­mi­te estu­diar las fluc­tua­cio­nes o varia­cio­nes de una mag­ni­tud en rela­ción al tiem­po o al espa­cio) de femi­ni­ci­dio no se han dis­pa­ra­do duran­te el gobierno de la “4T”, al con­tra­rio, han teni­do una dis­mi­nu­ción con­si­de­ra­ble en cuan­to al incre­men­to de casos repor­ta­dos; lo que tam­po­co pode­mos atri­buir a la nue­va admi­nis­tra­ción, pues está cla­ro que no hay una estra­te­gia de con­ten­ción y/​o dis­mi­nu­ción a cor­to pla­zo. Tene­mos que duran­te 2015 se regis­tra­ron 411 casos de femi­ni­ci­dio; en 2016 fue­ron 602; en 2017 se die­ron 741; pasa­ron a 891 en 2018; lle­ga­ron a 976 en 2019. Como se pue­de, ver la ten­den­cia a la alza se ha man­te­ni­do des­de 2015, pero si ana­li­za­mos el índi­ce de incre­men­to entre un año y otro tene­mos que se dio de la siguien­te mane­ra: 191 casos más entre 2015 y 2016, 139 más entre 2016 y 2017, 150 fue la dife­ren­cia entre 2017 y 2018, para que en el 2019 fue­ra de 85 casos.

Lo ante­rior indi­ca que la cam­pa­ña mediá­ti­ca que acu­sa un incre­men­to des­pro­por­cio­na­do a la alza de los femi­ni­ci­dios duran­te la admi­nis­tra­ción de López Obra­dor es fal­sa. De igual mane­ra, si ana­li­za­mos las cifras de homi­ci­dio dolo­so con­tra muje­res: 1 mil 735 casos en 2015; 2 mil 190 en 2016; 2 mil 536 para el 2017; 2 mil 773 duran­te 2018, y 2 mil 819 en 2019. Tene­mos una dis­mi­nu­ción, inclu­so más con­si­de­ra­ble, den­tro del índi­ce de incre­men­to, sobre todo entre 2018 y 2019. (https://​www​.gob​.mx/​s​e​s​n​s​p​/​a​c​c​i​o​n​e​s​-​y​-​p​r​o​g​r​a​m​a​s​/​i​n​c​i​d​e​n​c​i​a​-​d​e​l​i​c​t​i​v​a​-​8​7​0​0​5​?​i​d​i​o​m​=es). Aun­que, lamen­ta­ble­men­te, el núme­ro de femi­ni­ci­dios y homi­ci­dios con­tra muje­res no han disminuido.

Lo que seña­lo no inten­ta jus­ti­fi­car la comi­sión de nin­gún deli­to, sólo expon­go que hay ata­ques mediá­ti­cos fal­sos, prin­ci­pal­men­te diri­gi­dos al gobierno fede­ral y al de la Ciu­dad de Méxi­co; y es que hay quie­nes se con­for­man y has­ta se rego­dean con noti­cias ten­den­cio­sas o fal­sas. Tam­po­co inten­to jus­ti­fi­car la tor­pe­za de Andrés Manuel al res­pon­der a los recla­mos de las femi­nis­tas, su impro­vi­sa­do decá­lo­go duran­te una de las maña­ne­ras es cuan­do menos ofen­si­vo para el dolor de todas las muje­res y de la socie­dad ente­ra, pues el pro­ble­ma de la vio­len­cia de géne­ro nos com­pe­te a todos.

Es indis­pen­sa­ble que el pre­si­den­te se mani­fies­te de mane­ra con­tun­den­te sobre la vio­len­cia con­tra las muje­res y tome accio­nes inme­dia­tas que refuer­cen la estra­te­gia de fon­do para con­te­ner la bar­ba­rie con­tra ellas y en gene­ral la vio­len­cia que impe­ra en Méxi­co. No debe­mos olvi­dar que los gru­pos polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos a los que se com­ba­te en otros fren­tes, como el de la corrup­ción, siem­pre han sido pro­cli­ves a par­ti­ci­par en crí­me­nes de diver­sa índo­le: secues­tros, encar­ce­la­mien­tos, mag­ni­ci­dios, masa­cres, mon­ta­jes poli­cía­co-polí­ti­cos, des­apa­ri­cio­nes for­za­das, entre otros, para acce­der o man­te­ner­se en el poder.

La pro­tes­ta femi­nis­ta debe de ser aten­di­da pero no con pala­bras y dis­cur­sos hue­cos, menos con decá­lo­gos saca­dos de la man­ga; debe ser res­pon­di­da con estra­te­gias que se ate­rri­cen para con­te­ner la vio­len­cia que sufren las muje­res. De otra mane­ra todos sere­mos cul­pa­bles de una mayor gene­ra­ción de esta bar­ba­rie, que inclu­so pue­de ser fus­ti­ga­da o come­ti­da por gru­pos de poder polí­ti­co y eco­nó­mi­co que aho­ra se suman a la pro­tes­ta femi­nis­ta. La “4T” no podrá can­tar una sola vic­to­ria en este ámbi­to has­ta que los núme­ros esta­dís­ti­cos indi­quen una dis­mi­nu­ción de crí­me­nes y aun enton­ces habrá mucho por hacer.

Rober­to E Galindo

*Escri­tor, maes­tro en apre­cia­ción y crea­ción lite­ra­ria, lite­ra­to, arqueó­lo­go, dise­ña­dor grá­fi­co. Cur­sa el doc­to­ra­do de nove­la en Casa Lamm

Fuen­te: La Jornada

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