Cuba.Hugo Rue­da Joma­rrón, un revo­lu­cio­na­rio inmenso

Por Gra­cie­la Ramí­rez, Resu­men Latinoamericano/​Cuba, 6 mar­zo 2020

En estos días dolo­ro­sos de mar­zo, en las que par­tie­ron revo­lu­cio­na­rios de talla tan alta, due­le pro­fun­da­men­te des­pe­dir al que­ri­do com­pa­ñe­ro Hugo Rue­da Joma­rrón, revo­lu­cio­na­rio cubano tan gran­de como modes­to. Coro­nel de la reser­va, gra­dua­do de la Escue­la Supe­rior de Gue­rra. Fun­da­dor del Ejér­ci­to Orien­tal, de las Mili­cias Nacio­na­les Revo­lu­cio­na­rias y de las Mili­cias de Tro­pas Territoriales.

Nació el 9 de abril de 1937 en el seno de una fami­lia muy humil­de, en San­ta María, Puer­to Padre, en la orien­tal pro­vin­cia de Las Tunas. Muy joven ingre­só a las filas del Ejér­ci­to Rebel­de. Se des­ta­có como mili­tar al fren­te de misio­nes inter­na­cio­na­lis­tas en Ango­la y Nica­ra­gua. Reci­bió 28 meda­llas y altas dis­tin­cio­nes otor­ga­das por el Con­se­jo de Esta­do, el Minis­te­rio de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias y ejér­ci­tos ami­gos. Ya reti­ra­do, con­ti­nuó sus labo­res de apo­yo para la Defen­sa Civil en los Ejer­ci­cios Meteo­ro duran­te varios años.

En una peque­ña habi­ta­ción de su casa, rodea­do de libros y apun­tes, escri­bía fren­te a una anti­gua compu­tado­ra sin acce­so a inter­net, lo que dejó plas­ma­do lue­go en tres impor­tan­tes libros: “Tra­di­cio­nes com­ba­ti­vas de un pue­blo: las mili­cias cuba­nas”, “San­ta María. Terru­ño inol­vi­da­ble” “San­tia­go siem­pre es San­tia­go”.

Con gran rigor inves­ti­ga­ti­vo y un len­gua­je sen­ci­llo, con la flui­dez narra­ti­va de quien ha sido no solo par­tí­ci­pe sino pro­ta­go­nis­ta de una Revo­lu­ción heroi­ca, refle­jó las viven­cias de la gue­rra revo­lu­cio­na­ria, la impor­tan­cia de la for­ma­ción de las mili­cias para la defen­sa de todo el pue­blo, y su volun­tad a toda prue­ba de escri­bir para las actua­les y futu­ras gene­ra­cio­nes expli­can­do cómo se defen­dían los prin­ci­pios cuba­nos en otras eta­pas de la his­to­ria, dan­do a cono­cer sus ante­ce­den­tes y los pun­tos comu­nes con aque­llos jóve­nes que en años ante­rio­res defen­die­ron la Revolución.

Des­de 1960 has­ta 1977 par­ti­ci­pó en la defen­sa y segu­ri­dad del terri­to­rio de San­tia­go de Cuba. Dedi­có su libro a San­tia­go en el 500 ani­ver­sa­rio de la ciu­dad: “A los hom­bres del Bata­llón Nº 3 de com­ba­te, de las Mili­cias Nacio­na­les Revo­lu­cio­na­rias de San­tia­go de Cuba, de quie­nes siem­pre me sen­ti­ré orgu­llo­so. A las nue­vas gene­ra­cio­nes, que sabrán man­te­ner en alto las ban­de­ras y tra­di­cio­nes de su pue­blo; a la memo­ria de los hijos de San­tia­go que abo­na­ron con su san­gre el camino de la inde­pen­den­cia y la liber­tad ple­naEn home­na­je al 62 ani­ver­sa­rio del Mon­ca­da, a Fidel y a Raúl y al pue­blo de San­tia­go de Cuba”.

Hugui­to, como le decía­mos con res­pe­to y mucho cari­ño los que tuvi­mos el enor­me pri­vi­le­gio de cono­cer­lo, fue amo­ro­so como padre y espo­so, siem­pre gene­ro­so en su enor­me cora­zón para reci­bir a fami­lia­res, ami­gos, com­pa­ñe­ros y ayu­dar a quien lo necesitase.

Con la mis­ma humil­dad que lo carac­te­ri­zó toda su vida, pidió sola­men­te que sus ceni­zas se depo­si­ta­ran en Puer­to Padre, jun­to a las de su modes­ta fami­lia. Luchó como lo que fue, un gran gue­rri­lle­ro has­ta su últi­mo alien­to. En la sen­ci­lla cere­mo­nia fue des­pe­di­do por las prin­ci­pa­les auto­ri­da­des del muni­ci­pio. Roger Batis­ta Chap­man pre­si­den­te de la Aso­cia­ción de Com­ba­tien­tes de la Revo­lu­ción Cuba­na en la pro­vin­cia, des­ta­có sus méri­tos como revo­lu­cio­na­rio. Jun­to al amor de una de sus que­ri­das hijas, su espo­sa y familiares.

La ban­de­ra cuba­na que tan­to hon­ró, sus múl­ti­ples meda­llas, ofren­das flo­ra­les del Gene­ral de Ejér­ci­to Raúl Cas­tro Ruz, de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias, de la Aso­cia­ción de Com­ba­tien­tes de la Revo­lu­ción Cuba­na, jun­to a sus libros acom­pa­ña­ron sus cenizas. 

Una de sus que­ri­das hijas, nues­tra com­pa­ñe­ra Anna­lie Rue­da, agra­de­ció con enor­me dolor, las mues­tras de soli­da­ri­dad y apo­yo en este difí­cil momen­to: Mil gra­cias a todos. Reci­ban a nom­bres de nues­tra fami­lia, nues­tro eterno agra­de­ci­mien­to por acom­pa­ñar­nos en esos días tan dolo­ro­sa­men­te infi­ni­tos. Mi padre luchó como un titán has­ta el últi­mo segun­do. Me dejó un vacío inmen­so; un vacío extra­ño que tam­bién está lleno de los mejo­res momen­tos que pue­da vivir cual­quier ser humano bien ama­do. Se me fue y al mis­mo tiem­po se me que­dó en los tué­ta­nos. Se ele­vó y con él ele­vo mi res­pe­to hacia la vida. Amen, quie­ran, rían. Llo­ren, gri­ten, sufran. Cada acción es expre­sión de vida. Quie­nes lo cono­cie­ron sabrán que no exa­ge­ro al decir que fue un hom­bre her­mo­so, humil­de, valien­te. Fiel a los que qui­so y a las cau­sas que defen­dió has­ta las últi­mas con­se­cuen­cias. Que fue cabal y cons­tan­te en sus pasio­nes. Quie­nes no lo cono­cie­ron y se soli­da­ri­za­ron con mi dolor deben saber que me sien­to la mujer más afor­tu­na­da del mun­do por haber­lo teni­do como padre y por haber esta­do en los pen­sa­mien­tos de cada uno de uste­des. Gra­cias por las lla­ma­das, por los men­sa­jes, por las visi­tas, por todo”.

En nom­bre del Comi­té Inter­na­cio­nal, de los ami­gos y com­pa­ñe­ros soli­da­rios de todo el mun­do, y de Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, lle­gue nues­tro abra­zo sen­ti­do a sus que­ri­das hijas Anna­lie y Gise­lle, a su ama­da espo­sa Ani­ta, a sus nie­tos y fami­lia­res en estos momen­tos de dolor.

Jamás olvi­da­re­mos al ser humano extra­or­di­na­rio y noble, al gran revo­lu­cio­na­rio que fue.

Glo­ria Eter­na Que­ri­do Hugo Rue­da Jomarrón

Itu­rria /​Fuen­te

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