Raúl Capín, foto­pe­rio­dis­ta encau­sa­do: «Esta­mos vivien­do en un esta­do policial»

En mayo de 2013, el foto­pe­rio­dis­ta Raúl Capín,free­lan­ce espe­cia­li­za­do en ofre­cer infor­ma­ción sobre las acti­vi­da­des de los movi­mien­tos socia­les y cola­bo­ra­dor habi­tual de Dia­rio Inde­pen­dien­te Digi­tal Mun­do Obre­ro, era dete­ni­do por la poli­cía en su domi­ci­lio de Madrid. Tras pasar una noche en los cala­bo­zos, se le ponía en liber­tad con car­gos, acu­sa­do de agre­dir a un poli­cía y de inci­tar a mani­fes­tan­tes a hacer lo pro­pio con unos agen­tes infil­tra­dos. Capín, seña­la­do por la pren­sa ultra­con­ser­va­do­ra como «un pro­vo­ca­dor extre­mis­ta», denun­ció ser obje­to de una per­se­cu­ción y reafir­mó su inten­ción de seguir tra­ba­jan­do para dar a cono­cer la reali­dad que no mues­tran los gran­des medios. Dos años des­pués, con este pro­ce­so aún pen­dien­te, ha con­ce­di­do la pre­sen­te entre­vis­ta a Cana­rias-sema­nal, para con­tri­buir con su tes­ti­mo­nio a la cam­pa­ña con­jun­ta en defen­sa de la liber­tad de expre­sión ini­cia­da por un gru­po de medios alter­na­ti­vos de comunicación.
- Raúl, ¿cómo se pro­du­jo tu deten­ción en 2013 y cuál fue el tra­ta­mien­to que recibiste?
– Fue­ron a bus­car­me a mi casa. Se pre­sen­ta­ron allí dos poli­cías uni­for­ma­dos y tres ves­ti­dos de civil y con las caras tapa­das. Sin más, me dije­ron que esta­ba dete­ni­do. En la mis­ma puer­ta de la casa me pusie­ron las espo­sas y me baja­ron a la calle, don­de espe­ra­ba un coche con otros dos poli­cías de pai­sano y tam­bién con las caras tapa­das. Me lle­va­ron en prin­ci­pio a la Bri­ga­da de Infor­ma­ción, que es el gru­po que inves­ti­ga a los movi­mien­tos socia­les, lo que ellos lla­man los“gru­pos de extre­ma izquier­da”. Allí me tuvie­ron como una hora y media espo­sa­do, mien­tras que dos agen­tes me decían que no me podía mover ni girar la cabeza
Una hora y pico des­pués me con­du­je­ron a la comi­sa­ría de Mora­ta­laz. Me metie­ron en un cala­bo­zo sin per­mi­tir­me en nin­gún momen­to ni ir al ser­vi­cio. No sé muy bien cuan­to tiem­po estu­ve allí, ya que en esas con­di­cio­nes lle­gas a per­der la noción del tiempo.
Algo en lo que se mos­tra­ron muy intere­sa­dos fue en saber si había lle­va­do mi telé­fono móvil, para tener acce­so a mis con­tac­tos, pero yo tuve la pre­cau­ción de dejar­lo en casa, por­que sabía que no me iban a dejar utilizarlo.
– ¿Te per­mi­tie­ron lla­mar a tu abogado?
– Ellos qui­sie­ron impo­ner­me un abo­ga­do de ofi­cio, pero yo insis­tí en que no iba a decir nada si no era en pre­sen­cia de mi abo­ga­do y al final logré que lo lla­ma­ran. Cuan­do lle­gó, me metie­ron en una ofi­ci­na con una agen­te y empe­za­ron a hacer­me pre­gun­tas, pero yo me aco­gí a mi dere­cho a no decla­rar. Sin embar­go, ellos siguie­ron hacién­do­me pre­gun­tas. “Que qué hacía en la mani­fes­ta­ción, que si no era ver­dad que había agre­di­do a un agen­te”. Yo me man­tu­ve fir­me en mi deci­sión no decla­rar, y allí me tuvie­ron toda la noche. Sin dor­mir, con la luz encen­di­da y cam­bián­do­me con­ti­nua­men­te de dependencia.
– Y por la maña­na te lle­van a los juzgados…
– Si, por la maña­na me lle­va­ron a los juz­ga­dos, don­de yo lógi­ca­men­te negué las acu­sa­cio­nes en mi con­tra y salí en liber­tad con car­gos. Acu­sa­do de aten­ta­do a la auto­ri­dad, y según la poli­cía, de orga­ni­zar a unos mani­fes­tan­tes para aco­rra­lar a un gru­po de la Bri­ga­da de Infor­ma­ción para que unos cha­va­les les pudie­ran agredir.
– ¿Qué penas te están pidien­do por estos cargos?
– Me piden dos años de cár­cel por el deli­to de aten­ta­do a la auto­ri­dad, por el otro toda­vía no me ha lle­ga­do la peti­ción fis­cal, así que a estas altu­ras ni lo sé.
– ¿Cuál es la situa­ción de este proceso?
– Como te digo, ya salió la peti­ción fis­cal por el pri­me­ro de los deli­tos de los que se me acu­sa y aho­ra esta­mos a la espe­ra de que se cele­bre la vis­ta oral.
– Y, ¿qué fue lo que suce­dió en la mani­fes­ta­ción y en la con­cen­tra­ción don­de, según la poli­cía, tu come­tis­te estos delitos?
– La pri­me­ra mani­fes­ta­ción, de don­de sale la acu­sa­ción de aten­ta­do a la auto­ri­dad, fue una de las­Ma­reas Ciu­da­da­nas. Había dos o tres enca­pu­cha­dos, que en nin­gún momen­to se iden­ti­fi­ca­ron como poli­cías, que fue­ron a por una chi­ca. Lógi­ca­men­te, los fotó­gra­fos y los cáma­ras nos acer­ca­mos para gra­bar y sacar foto­gra­fías de los que esta­ba suce­dien­do. Como sabes, en estos casos todo el mun­do quie­re tener la mejor foto o el mejor plano, de mane­ra que los últi­mos que lle­gan te van empu­jan­do. En uno de esos empu­jo­nes que yo reci­bí, lo úni­co que hice fue apo­yar­me con la mano en la espal­da de uno de los enca­pu­cha­dos que, como ya te comen­té, nun­ca se iden­ti­fi­có como policía.
La segun­da acu­sa­ción pro­ce­de de una con­cen­tra­ción, un Rodea el Con­gre­so. Allí lo que pasó es que vi a unos mani­fes­tan­tes que eran unos cha­va­les muy jóve­nes, de 16 ó 17 años, y a su lado a unos tíos como de 40 años con bra­gas que les cubrían toda la cara. A mí la cosa no me cua­dra­ba, y menos por­que eran estos enca­pu­cha­dos los que iban dicien­do “estos made­ros nos han pega­do”, “Vamos a por el Caja Madrid”, “Vamos a poner estos cubos ahí”… Me pare­cía muy extra­ño, así se lo dije al com­pa­ñe­ro Adol­fo Luján, que tam­bién esta­ba allí, y nos pusi­mos a hacer­les fotos.
Lue­go, cuan­do ya que­da­ban unos pocos cha­va­les, tres poli­cías enca­pu­cha­dos se tira­ron a dete­ner a dos de ellos. Éstos empe­za­ron a gri­tar, el res­to de su gru­po, que ya se iba, vol­vió a ayu­dar­les, y se pro­du­jo un for­ce­jeo en el que uno de los cha­va­les logró bajar­le la bra­ga a un enca­pu­cha­do. Noso­tros le hici­mos fotos y las saca­mos al día siguien­te con el titu­lar, “la poli­cía incen­dia las mani­fes­ta­cio­nes con infil­tra­dos”. Es por eso que nos acu­sa­ron algo así como de “menos­pre­cio a la poli­cía” y de “orga­ni­zar a un gru­po para agredirles”.
– ¿Esa es la lec­tu­ra que tú haces de tu deten­ción y pro­ce­so? ¿Pien­sas que se debe al hecho de que, como perio­dis­ta inde­pen­dien­te, haces públi­cas estas prác­ti­cas de la policía?
– Des­de lue­go que sí, por­que fue evi­den­te que unos seño­res que resul­ta­ron ser poli­cías eran los que diri­gían los dis­tur­bios en las mani­fes­ta­cio­nes. Eso se publi­có y, lógi­ca­men­te, para ellos era muy “moles­to”. Del mis­mo modo que no les intere­sa que regis­tre­mos las agre­sio­nes y los abu­sos poli­cia­les que otros medios ocul­tan o justifican.
Para mi está muy cla­ro que lo que bus­can es ame­dren­tar. Lo que inten­ta­ron es meter mie­do a la gen­te. Se supo­ne que por la pren­sa hay un res­pe­to, y un Esta­do en el que unos poli­cías enca­pu­cha­dos van a la casa de un perio­dis­ta, lo detie­nen y lue­go los encau­san, está man­dan­do un men­sa­je muy cla­ro. “Cui­da­do. Si hace­mos esto con la pren­sa, a los que vais a las mani­fes­ta­cio­nes o gra­báis cual­quier cosa os pue­de pasar algo peor». Estas cosas ocu­rren con este gobierno del PP,pero ocu­rrían igual con el del PSOE.
– ¿Tú, que estás con­ti­nua­men­te en la calle, crees que ha segui­do incre­men­tán­do­se la repre­sión que sufren los perio­dis­tas inde­pen­dien­tes, los que no for­man par­te de las plan­ti­llas de los medios del establishment?
– Sí. Te pue­do hablar, por ejem­plo, de otra mani­fes­ta­ción a la que fue muy poca gen­te, un Rodea el Con­gre­so, en la que la poli­cía car­gó direc­ta­men­te con­tra la pren­sa. Fue el día en el que pega­ron al cha­val de La Hai­ne al que aho­ra le piden seis años de cár­cel. Ese mis­mo día a mí un anti­dis­tur­bios me dio un porra­zo en el cue­llo por detrás y lue­go me dijo, “maña­na, si quie­res, publi­cas que te he pegado”.
En reali­dad, mi caso no es dife­ren­te a otros muchos, y esto no va a parar. Ahí está tam­bién el pro­ce­so con­tra una chi­ca vas­ca de Topa​tu​.info, Iraitz Sale­gi, a la que aca­ban de juz­gar en laAu­dien­cia Nacio­nal solo por cubrir un acto polí­ti­co, o el caso d la ex direc­to­ra de Egin, Tere­sa Toda, que pagó su acti­vi­dad perio­dís­ti­ca con seis años de cár­cel. Todo esto vie­ne de lejos, sólo que antes pasa­ba en Eus­kal Herria y aho­ra se ha exten­di­do al res­to del Estado.
– Días antes de que te detu­vie­ran se publi­ca­ron varios artícu­los en medios de la dere­cha, con­cre­ta­men­te en ABC, La Razón y El Mun­do, en el que se te seña­la­ba como un supues­to “pro­vo­ca­dor extre­mis­ta”. ¿Qué papel pien­sas que desem­pe­ña­ron en este pro­ce­so esos medios?
En pri­mer lugar, creo que ya es mucha la gen­te que tie­ne cla­ro que más que medios perio­dís­ti­cos esta­mos hablan­do de medios de pro­pa­gan­da de las gran­des cor­po­ra­cio­nes, que es lo que son.
En cuan­to a lo que suce­dió, efec­ti­va­men­te estos medios saca­ron en pri­me­ra pla­na artícu­los don­de yo apa­re­cía, con titu­la­res como «fotó­gra­fos que actúan como mani­fes­tan­tes se infil­tran para agre­dir a la poli­cía», o «la bri­ga­da de infor­ma­ción inves­ti­ga a perio­dis­tas infil­tra­dos». Yo creo que esos artícu­los se con­fec­cio­na­ron por indi­ca­ción de la Dele­ga­ción del Gobierno, que fue la que les dio la infor­ma­ción a esos perió­di­cos, por­que allí salían datos que solo podía cono­cer la policía.
– Des­de que te detu­vie­ron has­ta aho­ra, ¿has vuel­to a tener más pro­ble­mas con la policía?
– Si yo voy por la calle y veo una fur­go­ne­ta de la UIP me ten­go que cam­biar de ace­ra, por­que me paran para inten­tar vaci­lar­me y dejar­me en entre­di­cho delan­te de la gen­te. Me lla­man por mi nom­bre cuan­do voy por la calle, como dicién­do­me “sabe­mos quién eres”, y lo mis­mo me suce­de en las mani­fes­ta­cio­nes. Ade­más, sé que me han abier­to una ficha en la que me ponen como un supues­to jefe de «los vio­len­tos» aquí en Madrid.
– Todo eso que cuen­tas sue­na a Esta­do policial.
– Pues sí. Esta­mos en un Esta­do poli­cial des­de el momen­to en el que se per­mi­ten aco­sar­te de esta mane­ra o meter­se en tu casa para dete­ner­te sim­ple­men­te por rea­li­zar un tra­ba­jo periodístico.
– ¿Cuál crees que es el pano­ra­ma que se les pre­sen­ta a los perio­dis­tas que como tú tra­ba­jan en la calle tras la entra­da en vigor de la Ley Mor­da­za, o la refor­ma del Códi­go Penal. Aho­ra que va a ser deli­to has­ta foto­gra­fiar a un policía?
– No sé cómo apli­ca­rán al final la Ley Mor­da­za, pero ten­go cla­ro que algo nos va a suce­der. Creo que han entra­do en una espi­ral repre­si­va y no van a parar. Enton­ces sales a la calle a hacer tu tra­ba­jo, por­que es lo que debes hacer, pero sabien­do que algo te va a pasar. En cuan­to a la Ley Mor­da­za, yo creo que está hecha, direc­ta­men­te, para satis­fa­cer las peti­cio­nes de los antidisturbios.
– ¿Qué opi­nas de cam­pa­ñas con­jun­tas como las que hemos pues­to en mar­cha varios medios para aunar fuer­zas con­tra esta repre­sión, denun­ciar­la y pre­pa­ra­mos para estar en dis­po­si­ción de dar res­pues­ta, colec­ti­va­men­te, a lo que está por venir?
– Me pare­cen muy posi­ti­vas, por­que es impres­cin­di­ble denun­ciar y evi­den­ciar lo que está pasan­do. Has­ta en la ONU están dicien­do que la Ley Mor­da­za no retro­trae al fran­quis­mo, de mane­ra que estas cam­pa­ñas son necesarias.
Hay que dar­le a cono­cer a la gen­te lo que está pasan­do para que sepa que mien­tras ellos están impli­ca­dos en mul­ti­tud de casos de corrup­ción, y han roba­do miles de millo­nes, a quie­nes pre­ten­der denun­ciar lo que suce­de los quie­ren aca­llar. Del mis­mo modo que quie­ren aca­llar la voz de los que han sido desahu­cia­dos, de los que están en paro, de quie­nes han per­di­do sus dere­chos sani­ta­rios o de los jóve­nes que no pue­den ir a la uni­ver­si­dad por­que no tie­nen con qué pagar­se los estudios.
Hay que decir todo esto y poner de mani­fies­to cómo a quie­nes que­re­mos con­tar­lo nos están repri­mien­do y gol­pean­do, pero creo que estas cam­pa­ñas tene­mos que hacer­las quie­nes sufri­mos direc­ta­men­te la repre­sión. No pue­de espe­rar­se que las hagan quie­nes tra­ba­jan en los gran­des medios, como El PaísEl Mun­do, o en las gran­des agen­cias. No por­que ellos a nivel o per­so­nal no pue­dan ser com­pro­me­ti­dos, sino por­que en esos medios el tra­ba­jo que hacen está muy limi­ta­do por los intere­ses que defienden.
Son cam­pa­ñas, por tan­to, que nos corres­pon­de hacer a los que hace­mos otro perio­dis­mo, a los que nos dedi­ca­mos a rea­li­zar una crí­ti­ca y una denun­cia del sis­te­ma que es lo que el Poder no tole­ra y lo que reprime 

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