Sin sola­par nada- Borro­ka Garaia

A par­tir de media­dos de los 60, pero ya con una tra­yec­to­ria ante­rior que iba dejan­do algu­nos reta­zos, se empie­za a teo­ri­zar Eus­kal Herria como mar­co autó­no­mo para la lucha de cla­ses. No fue bala­dí tal hecho his­tó­ri­co. La influen­cia que tuvo en su día y sigue tenien­do, demues­tra la pro­fun­di­dad del esfuer­zo teó­ri­co-polí­ti­co realizado.

Situán­do­nos en esas fechas supu­so una fuer­te sacu­di­da en el inte­rior de ETA. En ese momen­to, la mayor par­te del núcleo fun­da­dor de la orga­ni­za­ción que había naci­do en una coyun­tu­ra uni­ver­si­ta­ria que se había des­ga­ja­do de EGI ante la impo­si­bi­li­dad de aunar esfuer­zos con Ekin y la mili­tan­cia más anti­gua se encon­tra­ba en el exi­lio. Par­te de las nue­vas gene­ra­cio­nes, sin des­pre­ciar el patrio­tis­mo que había guia­do el accio­nar de la orga­ni­za­ción, esta­ban inte­gran­do ade­más un pen­sa­mien­to de izquier­da con fuer­te influen­cia mar­xis­ta, lo que a la pos­tre pon­dría las bases del pro­yec­to inde­pen­den­tis­ta y socia­lis­ta sobre el terreno del mar­co autó­no­mo para la libe­ra­ción nacio­nal y social. Este hecho de indu­da­ble trans­cen­den­cia asen­tó ideo­ló­gi­ca­men­te lo que hoy cono­ce­mos como izquier­da aber­tza­le con su obje­ti­vo estra­té­gi­co de esta­do socia­lis­ta independiente.

El par­to sin embar­go no fue sin pro­ble­mas. Mucho de lo que había veni­do del entorno del PNV pese a tener nota­bles dife­ren­cias con el par­ti­do jel­ki­de, recha­za­ba pos­tu­la­dos esco­ra­dos a la izquier­da y aban­do­nó ETA, dan­do úni­ca prio­ri­dad a la lucha nacio­nal y cul­tu­ral. Txi­llar­de­gi en ese sen­ti­do lle­gó a acu­sar a ETA de aban­do­nar el patrio­tis­mo y la til­dó de comu­nis­ta. Esta no fue la úni­ca dis­cor­dia. Por otro lado, y en sen­ti­do inver­so, des­de sec­to­res de la mili­tan­cia que tam­bién aban­do­na­ría ETA, en este caso median­te expul­sión, se le acu­sa­ba de nacio­na­lis­ta reac­cio­na­ria y chou­vi­nis­ta ade­más de no socia­lis­ta. Este sec­tor no par­ti­ci­pa­ría en la V asam­blea y fun­da­ría ETA berri (que­dan­do el nom­bre de ETA zaha­rra para lo que iba trans­cen­dien­do de la V). ETA berri toma­ría pos­te­rior­men­te el nom­bre de “komu­nis­tak” por lo que ETA zaha­rra vol­ve­ría a ser cono­ci­da sim­ple­men­te como ETA. Komu­nis­tak ya en los 70 se renom­bra­ría en Movi­mien­to Comu­nis­ta Vas­co fusio­nán­do­se con par­ti­dos espa­ño­les en estruc­tu­ra­ción esta­tal espa­ño­la y dejan­do la lucha nacio­nal en segun­do plano. El res­to ya es cono­ci­do en EMK y Zutik – Batzarre.

Pos­te­rior­men­te estas diver­gen­cias tan­to en un sen­ti­do como en el otro vol­ve­rían a repro­du­cir­se. El caso es que la teo­ri­za­ción del mar­co autó­no­mo creó una sín­te­sis don­de la lucha nacio­nal no sola­pa a la lucha de cla­ses, ni la lucha de cla­ses sola­pa a la lucha nacio­nal como pre­ten­dían estos sec­to­res que aban­do­na­ron ETA. Sino que como afir­ma­ba Arga­la son las dos caras de la mis­ma mone­da. Son la mis­ma cosa. Una patria libre de hom­bres y muje­res libres. Que eso lue­go se podía expre­sar en dife­ren­te tác­ti­cas, estra­te­gias y alian­zas pero man­te­nien­do el nor­te en la brú­ju­la hacia la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo sin hipo­te­cas. Remar­co lo de manteniendo.

El mar­co autó­no­mo para desa­rro­llar la lucha de libe­ra­ción par­tía del reco­no­ci­mien­to de Eus­kal Herria como nación opri­mi­da, y de la toma de con­cien­cia nacio­nal de la cla­se tra­ba­ja­do­ra vas­ca. Una lucha dife­ren­cia­da, con su pro­pio rit­mo y carac­te­rís­ti­cas exclu­si­vas que fren­te a las opcio­nes de la peque­ña-bur­gue­sía vas­ca o el socia­lis­mo espa­ñol ofre­ce la rece­ta del socia­lis­mo vas­co aber­tza­le, no espe­ran­do a la auto­de­ter­mi­na­ción sino apli­cán­do­la en sen­ti­do orga­ni­za­ti­vo y se rela­cio­na con el res­to del mun­do a tra­vés del internacionalismo.

Si es que es de cajón y has­ta el pro­pio Marx lle­gó a reco­no­cer­lo. Los ingle­ses no tie­nen que ir a Bel­fast a a crear un par­ti­do inglés por la libe­ra­ción irlan­de­sa, ni inte­grar a los par­ti­dos irlan­de­ses en su mar­co de lucha. De la mis­ma mane­ra que aún habien­do amplias y nece­sa­rias alian­zas de cara a la libe­ra­ción nacio­nal, el pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co nece­si­ta de estruc­tu­ras de cla­se inde­pen­dien­tes por­que su tarea es el esta­do socia­lis­ta inde­pen­dien­te y la revolución.

Han pasa­do bas­tan­tes años des­de enton­ces y pare­ce men­ti­ra que una par­te gran­de de la izquier­da espa­ño­la siga pen­san­do en tér­mi­nos de impe­rio y no com­pren­da de una vez que los tra­ba­ja­do­res vas­cos no son espa­ño­les ni fran­ce­ses, sino úni­ca y exclu­si­va­men­te vas­cos. Así como que haya vas­cos que crean que pue­da tener éxi­to un pro­ce­so de libe­ra­ción no coman­da­do por la radi­ca­li­dad de la cla­se tra­ba­ja­do­ra vas­ca en una lucha de con­tra­rios. Como se pue­de ver, el tiem­po pasa, pero en algu­nos apar­ta­dos a veces pare­ce que no tanto.

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