Chá­vez y la dic­ta­du­ra del pro­le­ta­ria­do- Car­los de Urabá

En Vene­zue­la este domin­go 18.000.000 de elec­to­res están lla­ma­dos a ajer­cer el dere­cho a voto. Se esti­ma que un 75% del cen­so elec­to­ral acu­di­rá a las urnas, es decir, 12.000.000 de per­so­nas. Mate­má­ti­ca­men­te pode­mos afir­mar con rotun­di­dad que Hugo Chá­vez con­se­gui­ra un 60% de los sufra­gios. La mayo­ría del pro­le­ta­ria­do le da su voto de con­fian­za, pues él se ha con­ver­ti­do en su men­tor, en el papá lin­do que saca cara por sus hijos des­va­li­dos El gobierno boli­va­riano ha desa­rro­lla­do una polí­ti­ca social sin pre­ce­den­tes en la his­to­ria de Amé­ri­ca Lati­na y reci­bi­rá el espal­da­ra­zo de sus incondicionales.

En Vene­zue­la la dic­ta­du­ra bur­gue­sa ha pre­va­le­ci­do duran­te los últi­mos dos siglos de vida repu­bli­ca­na. Los man­da­ma­ses, patro­nes y terra­te­nien­tes, hacían y des­ha­cían a su anto­jo. La oli­gar­quía usu­fruc­tuó del poder expo­lian­do a manos lle­nas las rique­zas del país sin que nadie se opu­sie­ra a sus desig­nios. Evi­den­te­men­te los padres de la patria ejer­cían el poder por man­da­to divino y nadie podía hacer­le som­bra. Para sol­ven­tar cual­quier des­ave­nen­cia con­ta­ban con el apo­yo irres­tric­to de las Fuer­zas Arma­das cuya misión prin­ci­pal con­sis­te en defen­der los intere­ses de la cla­se dominante.

Cuan­do en el año 98 Hugo Cha­vez lle­gó al poder la cosa cam­bió radi­cal­men­te. A par­tir de ese momen­to el pro­le­ta­ria­do se empo­de­ró y asu­mió el papel que le corres­pon­de en la cons­truc­ción de la patria nue­va. Los mes­ti­zos, negros, zam­bos, mula­tos o indí­ge­nas por los siglos de los siglos mar­gi­na­dos y exclui­dos recu­pe­ra­ron su con­cien­cia de cla­se. Aque­llos mise­ra­bles anal­fa­be­tas cuyo úni­co des­tino es car­gar bul­tos o lim­piar las letri­nas son capa­ces de retar a due­lo a los pér­fi­dos oligarcas.

Como olvi­dar esos siglos de explo­ta­ción y de humi­llan­te escla­vi­tud; pri­me­ro en la con­quis­ta y la colo­ni­za­ción espa­ño­la y, tras la inde­pen­den­cia, bajo el yugo de los crio­llos man­tua­nos. Aho­ra los pobres, que por lo regu­lar son apá­ti­cos y escép­ti­cos y pien­san que no hay nada que hacer para cam­biar su des­tino, levan­tan alti­vos el puño en alto y se lan­zan a la con­quis­ta de su futuro.

Vene­zue­la hoy es un país polí­ti­ca­men­te pola­ri­za­do; por un lado las gran­des masas popu­la­res apo­yan al ofi­cia­lis­mo y por el otro la cla­se media y la bur­gue­sía cie­rra filas en torno al can­di­da­to de la opo­si­ción Hen­ri­que Capri­les. Este es el mejor ejem­plo de con­fron­ta­ción deri­va­da de la lucha de cla­ses, una lucha en el que no sólo inter­vie­ne el fac­tor eco­nó­mi­co sino tam­bién el racial. Ya afir­ma­ba Marx que el pro­le­ta­ria­do tenía que esta­ble­cer­se como cla­se domi­nan­te en una tran­si­ción hacia una socie­dad sin cla­ses. La dic­ta­du­ra de los tra­ba­ja­do­res, de los obre­ros y cam­pe­si­nos tie­ne por obje­ti­vo demo­ler las estruc­tu­ras colo­nia­les de una socie­dad eli­tis­ta como la vene­zo­la­na que se ha dis­tin­gui­do por ser ven­de­pa­trias y peo­nes del imperialismo.

Aun­que el dis­cur­so cha­vis­ta muchas veces esté impreg­na­do de dema­go­gia tro­pi­cal eso para nada lo inva­li­da, el carác­ter extro­ver­ti­do y sus ínfu­las de cau­di­llo boli­va­riano hacen par­te de una pues­ta en esce­na tea­tral no excen­ta de nove­le­ría. Algo que es del agra­do de sus devo­tos. Se pue­de estar de acuer­do o des­acuer­do con sus pos­tu­la­dos pero lo cier­to es que por pri­me­ra vez los bene­fi­cios de los recur­sos petro­li­fe­ros vene­zo­la­nos se han inver­ti­do en las cla­ses menos favo­re­ci­das. El socia­lis­mo del siglo XXI ha sido ala­ba­do has­ta por el mis­mí­si­mo can­di­da­to de la opo­si­ción Hen­ri­que Capri­les quien tuvo que acep­tar que el cha­vis­mo ha logra­do erra­di­car la pobre­za endé­mi­ca que se aso­la­ba a la inmen­sa mayo­ría del pue­blo vene­zo­lano. Salud, edu­ca­ción, cul­tu­ra y empleo para que la gen­te sea feliz y reco­bre la fe en la instituciones.

-Como lo dije­ra Lenin: «la demo­cra­cia men­ti­ro­sa siem­pre humi­lló a los más pobres» es la hora, enton­ces, de des­po­jar­se de la heren­cia del esta­do bur­gués y poner en pie un esta­do obre­ro y cam­pe­sino basa­do en la orga­ni­za­ción colec­ti­va o comu­nas. En Vene­zue­la el pue­blo se ha colo­ca­do en la van­guar­dia de este pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio. Fiel­men­te lo demos­tró el año 2002 cuan­do la bur­gue­sía reac­cio­na­ria qui­so dar un gol­pe de esta­do con­tra Hugo Chá­vez y los parias baja­ron de los cerros que rodean Cara­cas y sitia­ron el pala­cio de Mila­flo­res exi­gien­do la res­ti­tu­ción del glo­rio­so coman­dan­te y jefe.

La revo­lu­ción boli­va­ria­na se ha fija­do unas metas muy loa­bles entre las que cabe resal­tar: la «misión Ribas» «misión Sucre» «misión Robin­son» de alfa­be­ti­za­ción, la misión «Vuel­van Caras» para la for­ma­ción de coope­ra­ti­vas, la misión Mer­cal (mer­ca­do de ali­men­tos en la comu­ni­dad) o abas­tos que depen­den del gobierno y garan­ti­zan el acce­so a bie­nes que son de pri­me­ra nece­si­dad a pre­cios sub­si­dia­dos. Tam­bién se han toma­do deci­sio­nes drás­ti­cas como la expro­pia­ción y nacio­na­li­za­ción de empre­sas e indus­trias estra­té­gi­cas. Sin olvi­dar el «Plan Masi­vo para la Cons­truc­ción de Vivien­das Popu­la­res», el sec­tor salud no es un pri­vi­le­gio sino que es patri­mo­nio de todos, igual que el acce­so a la elec­tri­ci­dad y el agua pota­ble. Con la misión «Barrio Aden­tro» los equi­pos médi­cos y de salud actúan con un mode­lo pre­ven­ti­vo crean­do una red de aten­ción pri­ma­ria, con­sul­to­rios y clí­ni­cas popu­la­res en defen­sa del sis­te­ma de salud pública.

El Par­ti­do Socia­lis­ta Uni­do de Vene­zue­la eli­ge a sus can­di­da­tos con­vo­can­do elec­cio­nes pri­ma­rias mien­tras la opo­si­ción los nom­bra a dedo. Esta acti­tud es muy impor­tan­te para seguir man­te­nien­do la con­fian­za de sus bases. La nue­va cons­ti­tu­ción apro­ba­da median­te refe­ren­dum el año 1999 pro­cla­ma el naci­mien­to de la V Repu­bli­ca don­de la igual­dad y la jus­ti­cia social son sus prin­ci­pa­les atri­bu­tos. La CEPAL (Comi­sión Eco­nó­mi­ca para Amé­ri­ca Lati­na y El Cari­be) seña­ló que actual­men­te Vene­zue­la tie­ne la menor des­igual­dad social de Amé­ri­ca Latina.

¿Podrá sobre­vi­vir el cha­vis­mo sin Chá­vez? Se ha pri­ma­do la figu­ra del líder caris­má­ti­co o cau­di­llo reden­tor y va a ser muy difi­cil reem­pla­zar­lo. He aquí su talón de Aqui­les. Chá­vez en la actual cam­pa­ña pre­si­den­cial 2012 ha teni­do que poner­se a la defen­si­va por cul­pa del cán­cer que pade­ce. Al estar fisi­ca­men­te impe­di­do no le que­dó otra alter­na­ti­va que uti­li­zar los medios de comu­ni­ca­ción de masas y dejar a un lado las gran­des mani­fes­ta­cio­nes o con­cen­tra­cio­nes de cam­pa­ña. Debe tener fe en que su aura mitó­lo­gi­ca obre prodigios.

En Cara­cas es muy nor­mal ver por los barrios popu­la­res car­te­les dibu­ja­dos con el ros­tro del «Coman­dan­te» y escu­char a la gen­te decir «por acá somos todos rojos roji­tos» Millo­nes de vene­zo­la­nos de los estra­tos más humil­des lo ado­ran pues el «papa lin­do» no les aban­do­na ni de noche ni de día. El pro­gre­so gene­ra­do por la admi­nis­tra­ción cha­vis­ta en estos últi­mos 14 años ha sido algo espec­ta­cu­lar. Como reza la can­ción de Geral­do Van­dré «el pue­blo es el que más orde­na» y por eso apues­tan a ojos cerra­dos por la con­ti­nui­dad de su gobierno «él me dio lo bási­co, lo que nin­gún otro pre­si­den­te ha hecho. ¿por qué voy a votar por otro?

Es impen­sa­ble que el pue­blo vene­zo­lano renun­cie a los dere­chos adqui­ri­dos duran­te el gobierno boli­va­riano. Se ha refun­da­do Vene­zue­la pro­cla­man­do una nue­va cons­ti­tu­ción que da prio­ri­dad al esta­do social de dere­cho y nadie quie­re vol­ver al anti­guo régi­men de explo­ta­ción y de bar­ba­rie. La dic­ta­du­ra capi­ta­lis­ta es la peor de las mal­di­cio­nes pues ele­va a los alta­res a los ban­que­ros y usu­re­ros, a la cla­ses más reac­cio­na­ria cuya úni­ca misión es vam­pi­ri­zar al pue­blo has­ta extraer­le la últi­ma gota de sangre.

* Inves­ti­ga­dor de Colombia
La Haine

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