Luga­res comu­nes, cami­nos com­par­ti­dos- Aran­tza Santesteban

Des­de que la Audien­cia Nacio­nal nos limi­ta a muchas per­so­nas a no poder salir de las fron­te­ras del Esta­do espa­ñol, estos últi­mos vera­nos la cos­ta gadi­ta­na se ha con­ver­ti­do en esce­na­rio de mis vaca­cio­nes esti­va­les. El sur de la penín­su­la, ese lugar que en mis a menu­do pre­ca­rias cons­truc­cio­nes men­ta­les he soli­do ima­gi­nar como una zona reple­ta de gen­tes pro­to­ti­po de con­cur­san­tes de Gran Her­mano y de pre­ca­ria con­cien­cia polí­ti­ca, ha con­se­gui­do rom­per muchos de mis erra­dos esquemas.

El pasa­do mar­tes, las calles de Cádiz capi­tal fue­ron tes­ti­go de la lle­ga­da de la Mar­cha Obre­ra que reco­rre en estos últi­mos días dis­tin­tos pue­blos de las pro­vin­cias anda­lu­zas has­ta lle­gar a sus res­pec­ti­vas capi­ta­les. En estas mar­chas, con­vo­ca­das por el SAT, están con­flu­yen­do sec­to­res afec­ta­dos por la ofen­si­va capi­ta­lis­ta, en una serie de movi­li­za­cio­nes que están con­si­guien­do ser motor del des­con­ten­to social, así como el mar­co de lucha para cada vez más personas.

Alre­de­dor de 5.000 anda­lu­ces y anda­lu­zas salie­ron a la calle en la cita­da movi­li­za­ción. Muje­res y hom­bres pro­ce­den­tes de diver­sos ámbi­tos, y todas ellas uni­das en una úni­ca direc­ción: com­ba­tir des­de la con­tes­ta­ción polí­ti­ca la actual fase capi­ta­lis­ta. Gor­di­llo, alcal­de asam­blea­rio de Mari­na­le­da des­de hace 33 años, y Caña­me­ro, por­ta­voz incom­bus­ti­ble del SAT, han tras­cen­di­do de sus pro­pios ámbi­tos de actua­ción y están plan­tean­do una estra­te­gia que tie­ne, entre algu­nos de sus obje­ti­vos, recu­pe­rar la Anda­lu­cía com­ba­ti­va que un día logró poner en jaque a todo un esta­do median­te las luchas comu­ne­ras. Así lo dije­ron el mar­tes y así ter­mi­na­ron la con­vo­ca­to­ria, mien­tras reso­na­ba en el fon­do el eco del his­tó­ri­co himno de la Anda­lu­cía levantada.

Es impor­tan­te ver cómo en con­tex­tos socie­co­nó­mi­cos como los que esta­mos vivien­do, los movi­mien­tos polí­ti­cos de base anti­ca­pi­ta­lis­ta ela­bo­ran estra­te­gias de lucha que en muchas oca­sio­nes se rein­ven­tan y refor­mu­lan con­ju­gan­do dis­tin­tos mati­ces polí­ti­cos. En este caso, se pue­de decir que la alter­na­ti­va en un lugar como Anda­lu­cía se está plan­tean­do en tér­mi­nos de ofen­si­va polí­ti­ca, y tam­bién en tér­mi­nos nacio­na­les, en el sen­ti­do de desa­rro­llar estas diná­mi­cas de lucha den­tro del con­tex­to nacio­nal anda­luz. En un momen­to en el que el deba­te en torno a la con­fi­gu­ra­ción polí­ti­ca del Esta­do de las Auto­no­mías está abier­to, es nece­sa­rio supe­rar vie­jos esque­mas y pol­vo­rien­tos pro­to­ti­pos, y ver en esas luchas que se están ges­tan­do en el res­to de reali­da­des nacio­na­les posi­bles alian­zas y soli­da­ri­da­des mutuas. His­tó­ri­ca­men­te estas con­fluen­cias han posi­bi­li­ta­do la pro­fun­di­za­ción de las pro­pias luchas, y tam­bién han con­se­gui­do con­di­cio­nar deci­sio­nes que vie­nen sien­do impues­tas des­de los pode­res fác­ti­cos del Estado.

La aspi­ra­ción de supe­rar este sal­va­je sis­te­ma, por lo tan­to, pasa en muchos momen­tos por levan­tar la cabe­za de nues­tro día a día, mirar alre­de­dor y esta­ble­cer cami­nos com­par­ti­dos jun­to con todas las fuer­zas que esta­mos en dis­po­si­ción de transitarlos.

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